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¿Cuánto falta? Viajar en coche con niños por Europa
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¿Cuánto falta? Viajar en coche con niños por Europa
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¿Cuánto falta? Viajar en coche con niños por Europa

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El libro que tiene entre sus manos propone veinte rutas por Europa pensadas para hacer en coche y en familia. Todos ellas están planteadas con tres objetivos: divertirse, aprender y pasar tiempo juntos. Las hemos elaborado de manera que no haya trayectos demasiado largos (para evitar la fatídica pregunta que da título al libro) y alternando lo que sería pura diversión, como por ejemplo los parques de atracciones, con visitas culturales que puedan resultar interesantes y divertidas para toda la familia.
En cuanto a pasar tiempo juntos, quizás sea lo más esencial de un viaje. Durante el año cumplimos con una rutina diaria que permite que pasemos ratos en familia pero habitualmente son momentos cortos en los que comentamos las anécdotas del día y poco más. Durante un viaje, especialmente si se hace en coche, tendremos muchas experiencias para compartir pero también ratos muertos en los que charlar de mil temas, ya sean relacionados con el viaje o con cualquier otra cosa.
Por otro lado, viajando estimularemos los sentidos de los niños y podremos conseguir algo que muchas veces nos parece imposible: que tengan ganas de aprender. De saber cosas. ¿Cómo se construían estas catedrales tan enormes sin grúas?¿Por qué pintan tan raro los impresionistas? ¿De verdad se pueden comer los calçots con las manos? ¿Por qué las salchichas de Frankfurt no se llaman así en Alemania?¿Por qué desaparecieron los dinosaurios? Nos atrevemos a decir que un niño con ganas de aprender tiene más probabilidades de ser feliz. Y lo mismo podríamos afirmar de un adulto, por cierto.
LanguageEspañol
PublisherAlhenamedia
Release dateApr 28, 2018
ISBN9788416395705
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    ¿Cuánto falta? Viajar en coche con niños por Europa - Marc Ripol Sainz

    Marc Ripol y May Borraz

    May y Marc son periodistas especializados en viajes y en turismo. Han publicado reportajes (texto y fotos) en los dominicales La Vanguardia Magazine, Avui Diumenge y El Periódico, y en las revistas Altaïr, Navegar, Geo, Scuba, Skipper, Rutas del Mundo, RCNB Magazine, La Moto, Aire Libre, Ajo Blanco, Islas del Mundo o Nómadas, así como en diversas páginas web. Han publicado, entre otros, los libros Las rutas del exilio, Dos cabalgan juntos, Barcelona irrepetible, De turista a viajero, Manual del viajero gafe, Viajar en libertad por Europa y las guías de viaje de Alhena Media de Barcelona, Yakarta, Ámsterdam, Bangkok, Menorca y El Cairo.

    Siempre que les ha sido posible (menos de lo que les gustaría) han viajado con sus hijos Sara, Marta y Ricard, quienes tienen tanta práctica en hacerse la maleta como en localizar Wi-Fi gratuito allí donde estén. Los tres tienen asumido que nunca tendrán el último modelo de móvil ni un armario repleto de ropa pero han recorrido medio mundo (o casi) y conocen el vocabulario básico en ocho idiomas.

    Los tres niños ya han crecido —tienen 14, 18 y 19 años— y siguen con tantas ganas de viajar como sus padres, de manera que May y Marc han creado la web www.viajarconadolescentes.com, en la que cuentan con colaboraciones de sus hijos.

    Prólogo

    Al diseñar las veinte rutas que conforman este libro hemos tenido muy en cuenta que han de ser divertidas para todos los miembros de la familia pero, además, han de ser interesantes y didácticas. Viajar es pasárselo bien pero también es aprender y por eso hemos seleccionado parques de atracciones, playas o actividades al aire libre alternadas con museos, monumentos y visitas culturales que sean adecuadas para los niños a la vez que atractivas para los adultos.

    Otro aspecto que hemos tenido muy presente es que se trata de rutas para recorrer juntos. Durante el año cumplimos con una rutina diaria que permite que pasemos ratos en familia pero habitualmente son momentos cortos en los que comentamos las anécdotas del día y poco más. Durante un viaje, especialmente si se hace en coche, tendremos muchas experiencias para compartir, además de ratos muertos en los que charlar de mil temas, ya sean relacionados con el viaje o con cualquier otra cosa.

    Las rutas que os proponemos están pensadas para daros una base sobre la que organizar vuestro viaje y para que las adaptéis a vuestras preferencias y condicionantes. La gran ventaja de viajar en coche es la libertad que te brinda; un buen viaje es aquel que está minuciosamente planificado pero que, sobre la marcha, podamos modificar según nos apetezca.

    Otra ventaja de viajar en coche es que podéis escoger los hoteles y los restaurantes adaptándolos a vuestro presupuesto. En cada ruta hemos incluido recomendaciones de unos cuantos restaurantes basándonos en su oferta de comida local, en su ubicación conveniente, en que sean adecuados para niños y también en el precio, pues sabemos que viajando en familia la suma de los restaurantes que visitemos puede descontrolar nuestro presupuesto fácilmente. En cuanto a las visitas recomendadas, hemos seleccionado las que consideramos más interesantes para vosotros y para vuestros hijos, pero hay una cosa que tenemos muy clara: no hay visitas obligadas. Si estamos dos días en París, por ejemplo, no hemos de sentirnos forzados a visitar el Louvre, la torre Eiffel, Notre Dame, Montmatre y el museo de Orsay. Mejor practicar lo que llamaríamos slow-travel, especialmente al viajar con niños: escoger entre todos los que nos interesa y disfrutarlo sin prisas.

    Solo deciros una cosa más, aunque probablemente ya seáis muy conscientes de ello: viajando nos divertiremos y aprenderemos, pero lo más importante es que lo haremos estando todos juntos. ¿Qué más se puede pedir?

    ¡Feliz ruta!

    Consejos para un viaje en coche

    Conducir por Europa no es difícil y no varía mucho de lo que haces habitualmente; quizá el principal escollo es el idioma y la duda de lo que te vas a encontrar pero te podemos asegurar que todas las rutas propuestas en este libro son factibles y más fáciles de lo que imaginas; solo hace falta tener toda la información y siguiendo una serie de consejos podrás disfrutar plenamente del viaje, evitarás problemas y podrás ir más tranquilo.

    Una escapada en coche tiene unas peculiaridades que deben tenerse en cuenta a la hora de idearla. Planificarla es una parte importante de la misma y cuanto más preparada esté, más posibilidades de que todo salga tal y como habíamos imaginado. Además, la planificación ya forma parte del viaje y puede ser tan divertida como el viaje en sí mismo.

    Aquí te damos unos cuantos consejos para que todo salga estupendamente; es probable que no te digamos nada que no sepas ya, pero entendemos que pueden servirte como recordatorio.

    ANTES DEL VIAJE

    Documentación

    Revisa toda la documentación personal de cada uno de los pasajeros y sus fechas de caducidad: permisos de conducir, DNI, pasaportes...

    El permiso de conducir expedido en España es válido para todos los estados de la UE, además de Islandia. Para el resto de países se necesita un permiso internacional.

    El seguro del automóvil es obligatorio y las pólizas contratadas en España son válidas para los países de la UE, aunque es importante revisar las prestaciones que te brinda. Siempre es conveniente llevar partes de declaración amistosos y un justificante del pago de la póliza.

    Vigila que no te toque pasar la ITV en medio del viaje.

    Comprueba si existe acuerdo sanitario con el país al que vas a viajar y lo que te cubre. Si no fuera suficiente, piensa en suscribir un seguro de viaje o en ampliar el tuyo. Si necesitas medicinas, piensa en llevarlas contigo.

    Puesta a punto del coche

    Es fundamental revisar el estado del vehículo: el desgaste y la presión de los neumáticos, el nivel del aceite, el nivel del líquido de frenos, el del líquido refrigerante y la batería.

    Si hace más de un año desde la última revisión, controla también el filtro del aire, las pastillas de freno o las suspensiones.

    Asegúrate de que llevas la rueda de repuesto en buen estado, juego de luces de repuesto (aunque no sea obligatorio) y herramientas para su colocación, dos triángulos homologados y un chaleco reflectante. Infórmate antes de las exigencias del país al que vas a viajar.

    En Alemania es obligatorio llevar un pequeño botiquín a bordo.

    Otros

    Infórmate sobre el estado de la circulación e intenta evitar, siempre que puedas, hacer largos trayectos en días que esté prevista una salida masiva de vehículos: inicio de vacaciones, puentes, Navidad, Semana Santa...

    Consigue un mapa de carreteras actualizado de la zona a visitar. Aunque dispongas de GPS, piensa que siempre puede fallar en el momento más inoportuno o no tener actualizadas las carreteras de montaña por donde has decidido meterte.

    Si utilizas gafas graduadas, no estaría de más llevar unas de repuesto. Unas gafas de sol pueden ser muy útiles.

    Prepara una bolsa con bebida y algunas cosas para picar.

    Una buena selección de música hace los trayectos largos mucho más llevaderos.

    Durante el viaje

    No conduzcas más de dos horas seguidas. Tres de cada diez accidentes son debidos al cansancio.

    Evita las comidas abundantes antes de conducir pues provocan somnolencia.

    Si vas a pasar por varios países, averigua previamente en cual es más barata la gasolina y llena el depósito antes de cruzar la frontera.

    Limpia las lunas a menudo. Una luna ligeramente sucia cansa mucho más la vista.

    Consejos generales para viajar con niños

    Documentación. En viajes al extranjero, los niños deben tener su propia documentación identificativa con foto. Si los padres están separados, algunos países exigen la autorización por escrito de la parte que no viaja.

    Planificación. La preparación del viaje es una parte importante del mismo y vale la pena incluir a los niños en el proceso, pues se sentirán involucrados y tendrán mayores expectativas. Quizás incluso se desenvuelvan mejor que nosotros en, por ejemplo, trazar la ruta en Google Maps y calcular distancias.

    Información. Es otra parte muy importante del viaje, que nos permite seleccionar lo que más nos interesa de la ruta y tener unos conocimientos previos sobre lo que veremos. A los niños les podemos dar cuentos o novelas y ponerles películas ambientadas en el destino.

    Edad. En nuestra opinión, las rutas en coche son para ir con niños de, como mínimo, cuatro o cinco años. Por debajo de esta edad se les puede hacer pesado tanto desplazamiento, por lo que mejor unas vacaciones en un sitio fijo desde el que, si nos apetece, podamos hacer excursiones.

    Revisión del coche. Que el coche te deje tirado en una carretera de un país extranjero siempre es desagradable pero viajando con niños se puede convertir en un mal trago. Una revisión a fondo del automóvil antes del viaje es imprescindible, así como asegurarnos de que disponemos de un buen servicio de asistencia en carretera.

    Equipaje. A partir de cierta edad (unos 6 años) es recomendable que los niños lleven una mochila con su propio equipaje o con una parte de él. De esta manera aprenden a responsabilizarse de sus cosas y también a no cargar con más ropa de la que realmente necesitan.

    Medicinas. En el extranjero conviene evitar las visitas a la farmacia, especialmente si viajamos con niños. Algunos medicamentos cambian de nombre, otros necesitan receta... Mejor llevar un buen botiquín con las medicinas más habituales.

    En el coche. Depende de la edad de los niños pero, en general, hay que tener en cuenta que tienen mucho menos aguante que los adultos y estar sentados durante varias horas no va con su carácter. Tiradas de cinco horas seguidas, aunque sea con pequeños descansos, es mucho tiempo para ellos, de manera que conviene evitarlas. También hay que prever juegos y actividades para el coche y, especialmente, música que a ellos les guste o incluso que ellos hayan seleccionado.

    Los museos. En general no es muy aconsejable entrar en un museo sobre una temática que desconocemos absolutamente; siempre los disfrutaremos mucho más si tenemos algunos conocimientos previos. Esta norma se convierte en una obligación si viajamos con niños. Es muy importante seleccionar previamente las exposiciones que queremos visitar y darles algunas explicaciones antes de viajar. Si vamos al British Museum sin más y empezamos a recorrer pasillos, los niños se van a aburrir y a cansar. Si por contra hemos hablado antes, por ejemplo, de las culturas griega, romana y egipcia, incluso quizás hemos visto alguna película sobre el tema, y en la visita al museo nos limitamos a estas secciones, seguro que les va a encantar.

    Wi-Fi. Si nuestros niños ya son mayorcitos y tienen móvil, agradecerán enormemente poderse conectar a la red, aunque solo sean unos momentos al día. Vale la pena seleccionar hoteles o incluso algún restaurante que tengan acceso gratuito a Internet.

    A la hora de comer. Lo sencillo es buscar pizzerías, hamburgueserías y similares, que suele haber en todas las ciudades. Pero viajar es descubrir y eso engloba también la comida. Es muy importante concienciarles para que estén dispuestos a probar cosas nuevas.

    Presupuesto. En las diferentes rutas hemos incluido recomendaciones a algunos restaurantes basándonos en su oferta de comida local, en una ubicación conveniente, en que sean adecuados para niños y también en el precio, pues sabemos que viajando en familia la suma de los restaurantes que visitemos puede descontrolar nuestro presupuesto fácilmente.

    Libros y juegos de mesa. Viajando suele haber ratos muertos que se prestan a juegos en familia o a tranquilas actividades de ocio. Conviene llevar, según la edad de nuestros hijos, algunos libros, cartas, lápices de colores, parchís, portátil...

    Diario de viaje. Para tener distraídos a los niños en las horas muertas (¡la hora de la siesta, por ejemplo!), es muy práctica la idea de un diario de viaje. Pueden escribir lo que han visto durante el día, enganchar entradas de museos o etiquetas de productos locales, hacer dibujos... Pasarán un rato entretenido y tendrán un inmejorable recuerdo del viaje.

    Sillitas homologadas. Si su estatura lo requiere, has de llevar al niño sentado en una silla homologada. Comprueba las normas de cada país al respecto, pues puede haber ligeras variaciones.

    Evitar los mareos. Es conveniente llevar Biodramina infantil o similar y bolsas para el mareo (¡aprovecha algún viaje en avión para hacer acopio!)

    ¡Cuidado con la bebida! No dejes que beban en exceso o tendrás que hacer muchas más paradas de las previstas.

    De Núremberg a la Selva Negra: ningún niño querrá marcharse

    En este viaje por el sur de Alemania todos desearían que se detuviese el tiempo: museo de los juguetes, del ferrocarril, canales navegables, una casa del verdugo y la deliciosa tarta de la Selva Negra. Sin olvidar Playmobil FunPark, Legoland, Europa Park, talleres de relojes, un tobogán super rápido... ¡Ah! Y, además, todo en medio de una portentosa naturaleza.

    Señor haciendo manualidades en un taller.

    Imprescindibles

    Núremberg: Os espera con su castillo, los museos del ferrocarril y del juguete, donde veréis miles de objetos que harán soñar a los pequeños.

    Playmobil: Mucha imaginación y un montón de escenarios para que los niños pongan a prueba su destreza física.

    Museo al aire libre de la Selva Negra: El tiempo se ha detenido en este espacio que mantiene tradiciones y oficios olvidados. ¡No os vayáis sin acariciar a los animales de la granja!

    Monte Feldberg: El monte más alto de la Selva Negra es perfecto para vivir aventuras en plena naturaleza.

    Europa Park: Viajaréis por todo el continente europeo y disfrutaréis de más de cien atracciones en el mayor parque de Europa... Eso sí, sin moverse de aquí.

    En este viaje por el sur de Alemania todos desearían que se detuviese el tiempo: museo de los juguetes, del ferrocarril, canales navegables, una casa del verdugo y la deliciosa tarta de la Selva Negra. Sin olvidar Playmobil FunPark, Legoland, Europa Park, talleres de relojes, un tobogán super rápido... ¡Ah! Y, además, todo en medio de una portentosa naturaleza.

    Esta ruta por el suroeste de Alemania arranca en Núremberg, en cuyas calles y edificios se reflejan los distintos periodos por los que ha atravesado la historia de Europa. Ahí se erige, imponente, su castillo Imperial, uno de los palacios más importantes del Viejo Continente, donde se alojaron todos los emperadores del Imperio germano hasta 1571.

    Núremberg cuenta con divertidos museos pensados especialmente para los más pequeños (museo de los Juguetes, del Ferrocarril, de las Comunicaciones...), un parque zoológico y Playmobil FunPark; además de un barrio en el que podrán ver trabajar a los más diversos artesanos.

    En dirección a la Selva Negra haremos una parada en Legoland y Ulm, con su bonito barrio de pescadores junto al Danubio, y en Stuttgart, si os apetece, para visitar los museos Porsche y Mercedes Benz.

    Friburgo de Brisgovia es el punto de entrada a la Selva Negra, una región de portentosa naturaleza y arraigadas tradiciones. Las numerosas leyendas divertirán a los niños y os permitirán conocer amenamente esta fascinante región del centro de Europa.

    Núremberg, una ciudad con mucho que contar

    Con un bonito centro peatonal de origen medieval en el que abundan las casas con entramados de madera, un austero pero imponente castillo Imperial que parece vigilar la ciudad desde las alturas y cruzada por un agradable río, Núremberg es una ciudad cargada de historia y con muchas sorpresas.

    Os recomendamos empezar paseando por el barrio de San Sebaldo, al norte del río Pegnitz. Aquí se encuentra el mercado Central(Hauptmarkt), el centro neurálgico de la ciudad y el lugar en el que se celebra un animado mercado de abastos durante todo el año y uno de los mercadillos navideños más importantes de Alemania.

    Preside la plaza la iglesia de Nuestra Señora (Frauenkirche). Conviene visitarla a las doce del mediodía, pues su reloj guarda una sorpresa que encantará a los niños: en ese momento tiene lugar el Desfile de los hombrecitos, una simpática escenificación de la historia de la ciudad hecha con pequeñas esculturas en movimiento. También está adornada con figuras la fuente Bonita (Schöner Brunnen) de la plaza. Cuenta la leyenda que si una mujer quiere quedarse embarazada debe dar tres vueltas al anillo de hierro negro que hay en la valla que rodea la fuente, y que todo aquel que lo haga alrededor del anillo dorado verá cumplidos sus deseos.

    A escasos metros de la plaza, en dirección al castillo, encontraréis la iglesia de San Sebaldo (Sebalduskirche), la más antigua de la ciudad y a cuyo órgano se sentó el mismísimo Pachelbel, sí, el del Canon en Re mayor (¡una pieza estupenda para iniciar a los niños en la música clásica!) Una curiosidad de esta iglesia es que, pese a ser protestante, conserva varias imágenes de la Virgen, un recuerdo de su pasado católico que no parece haber molestado a nadie. Entre todas sus obras de arte destaca la inmensa tumba de más de cuatro metros de altura de san Sebaldo.

    Núremberg. Actividades para niños en el castillo.

    Un poco más adelante se encuentran las Bodegas históricas subterráneas (Felsengänge), una interesante visita para adolescentes en la que pasearéis por un laberinto de pasillos y cámaras en los que se guardaba la cerveza en el siglo XIV y que durante la Segunda Guerra Mundial sirvió como refugio antiaéreo.

    Desde aquí continuamos caminando hacia el castillo Imperial (Kaiserburg), el principal monumento del centro histórico y uno de los mejores miradores sobre la Núremberg. A los niños les fascinará el pozo de casi cincuenta metros de profundidad y la torre de Sinwell. Si les animáis a subir, podrán sentirse como auténticos vigías contemplando la ciudad a vista de pájaro. En el castillo se halla también el Museo Nacional Germánico (Germanisches Nationalmuseum), con valiosas piezas, entre las que destaca el globo terráqueo más antiguo del mundo. Dejad que los niños descubran qué tiene de especial: es de finales del siglo XV y no aparece América. El museo tiene una sección de juguetes y organiza visitas infantiles.

    Tras esta experiencia podéis descansar un rato al aire libre en la plaza Tiergärtnertorplatz y tomar algo en una terraza mientras disfrutáis de las vistas sobre el casco antiguo. Con las fuerzas recuperadas, y si os interesa la pintura, os recomendamos entrar en la casa de Durero (Albrecht-Dürer-Haus), el más importante de los pintores renacentistas alemanes. Los guías del museo van disfrazados con trajes de época; algo que siempre resulta divertido.

    Núremberg. Casco histórico medieval con el castillo Imperial al fondo.

    Un museo para los juguetes

    De regreso al centro podéis proponer a vuestros hijos la visita a otro aburrido museo, el Spielzeugmuseum. Después de su cara de decepción, decidles cuál es su traducción: ¡el museo de los Juguetes! Núremberg ha tenido desde la Edad Media gran importancia como centro de fabricación de juguetes y el museo recoge toda su historia. Custodia valiosas colecciones de juguetes tradicionales, muñecas antiguas, figuritas de plomo, maquetas de trenes e interesantísimos artefactos ópticos como calidoscopios o estereoscopios. También cuenta con un importante fondo de piezas del siglo XX como Playmobil, Lego o Barbie. Hay varias salas en las que los niños pueden practicar juegos de habilidad o realizar manualidades. En el exterior hay un jardín en el que se puede jugar a las canicas, a la rayuela o aventurarse en un laberinto.

    Muy cerca del museo, junto al río, está el Antiguo almacén de vino (Weinstadel). Con su delicado entramado de madera y sus galerías es uno de los edificios más bonitos de la ciudad. Si os apetece descansar en un agradable parque, os queda muy cerca el de Hallerwiese, muy popular entre los locales y estupendo para hacer un pícnic.

    Núremberg. Museo de los Juguetes.

    San Lorenzo: artesanos y un verdugo

    Una vez visitada la parte norte de la ciudad, debéis cruzar el río y pasar al barrio de San Lorenzo por el puente de los Carniceros (Fleischbrücke), donde podréis tomar bonitas fotografías del río y jugar a encontrar la escultura de una vaca cuyos cuernos son de hueso verdadero. Una historia curiosa y un poco escalofriante: frente al puente hay una isla en la que durante la Edad Media residía el verdugo de la ciudad, quien tenía prohibido vivir en tierra firme con los demás habitantes.

    El barrio de San Lorenzo, dominado por las dos altas torres de la iglesia homónima (Lorenzkirche), fue en su día el barrio de los artesanos quienes, como no podían permitirse el uso de la piedra, construían sus casas en madera. Conserva un aire muy bucólico, con casas de tejados inclinados, fachadas con entramado y gran cantidad de macetas con flores. Para imbuirse de su ambiente, lo mejor es pasear por el patio de los Artesanos (Handwerkerhof), repleto de pequeñas tiendas y talleres en los que se puede ver a los artesanos fundiendo metal, soplando vidrio, torneando cerámica o fabricando juguetes de madera.

    A escasos metros contrasta la presencia del modernísimo Nuevo Museo (Neues Museum), dedicado al arte contemporáneo y que puede ser una visita interesante si viajáis con adolescentes.

    Más entretenido puede resultar el museo del Ferrocarril DB (DB Museum), donde los niños podrán probar y jugar con todo tipo de trenes, incluso disfrazándose de revisor. Tienen una réplica del primer tren alemán y una gigantesca maqueta de tren en miniatura con numerosos túneles, puentes y pasos a nivel. Junto a él está el museo de la Comunicación (Museum für Kommunikation), también muy interactivo, en el que los niños pueden participar en un taller de escritura cifrada, enviar paquetes por correo y entender el proceso de entrega o descubrir los secretos de la televisión o de la telefonía móvil, tan masificada hoy en día.

    Una calle de los Derechos Humanos

    Dando un corto paseo llegaréis a la calle de los Derechos Humanos (Straße der Menschenrechte). Esta obra de arte es parte de la ampliación del Museo Nacional Germánico, cuya puerta de entrada se encuentra aquí. A lo largo de la calzada peatonal se levantan veintisiete columnas de ocho metros de altura, dos losas, un roble y un arco. Cada uno de estos elementos lleva inscrito uno de los treinta Artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Es un buen lugar para la reflexión y para comprender el papel de la ciudad en la historia reciente. Aunque para profundizar en el tema os recomendamos una visita al Centro de Documentación (Dokumentationszentrum Reichsparteitagsgelände, a ver si sois capaces de pronunciarlo), que se encuentra algo más al sur, ya fuera del recinto amurallado. El centro de documentación está ubicado en un moderno edificio y su objetivo es mostrar, con gran profusión de medios audiovisuales muy pedagógicos, la historia del partido nacionalsocialista y su relación con la ciudad.

    Para relajaros tras tan intensa visita, y ya de vuelta hacia el centro de la ciudad,

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