El temblor después de Trump / Trump Aftershock: El impacto sísmico del Presidente en la cultura y la fe de Estados Unidos

El nuevo libro de Stephen Strang sobre el presidente Trump es una revelación. La parte sobre George Soros y su operación perversa es cautivadora. Stephen demuestra que, ciertamente, es un reportero dotado y determinado en todo lo que hace. Recomiendo el libro más reciente de Stephen, El temblor después de Trump, una lectura obligatoria en tiempos en que somos bombardeados con noticias falsas del tan conocido gobierno en la sombra.

—DR. M. G. PAT ROBERTSON

FUNDADOR/PRESIDENTE, THE CHRISTIAN BROADCASTING NETWORK INC.

ANFITRIÓN, CLUB 700

Si escribiera una canción para los de Izquierda, que capturara su conducta frenética sobre los últimos dos años, definitivamente la titularía: El síndrome de la locura Trump. Desde abogados especiales con casos falsos, construidos en un expediente sin verificar, hasta la censura de los medios sociales; desde las voces conservadoras hasta acosadores liberales que atacan a los miembros de la administración, incluyendo a mi propia hija, en público ninguno es inmune a la tensión. Los norteamericanos sienten que ver las noticias se ha convertido en un asiento de primera fila para la batalla por nuestra nación. Entre los medios populares, se le da poco crédito al Presidente por sus logros y su postura firme por los valores y libertades conservadoras, pero este libro importante, que sostiene en sus manos, deja las cosas claras sobre el presidente Trump y también provee ideas en los aspectos espirituales de la presidencia de Trump. Escribí el prólogo del último libro de Stephen Strang, God and Donald Trump, y ahora recomiendo incondicionalmente su nuevo libro, El temblor después de Trump, y le animo a que lo lea.

—MIKE HUCKABEE

AUTOR DE ÉXITOS DE VENTAS DEL NEW YORK TIMES

ANFITRIÓN, HUCKABEE EN TBN

En un crucero reciente hacia Alaska, una señora sentada a mi mesa hacía alarde sobre el libro anterior de Stephen Strang, God and Donald Trump con una dama al otro lado de la mesa. Sin saber que yo conocía a Stephen y que también había publicado mi libro más reciente con su empresa, ella continuaba hablando. Es una lectura obligatoria, decía, ¡No podía dejar de leerlo!. Me hizo sentir orgullosa de conocer a Stephen y ser entrevistada por él para su siguiente libro, el cual usted sostiene ahora en sus manos. El temblor después de Trump revela magistralmente por qué importa la presidencia trascendental de Donald Trump, porque es una lucha para preservar los valores y las libertades judeocristianos de nuestra gran nación para la futura generación. Si se preocupa por el futuro de nuestro país, necesita leer este libro.

—BRIGITTE GABRIEL

AUTORA DE ÉXITOS DE VENTAS DEL NEW YORK TIMES

FUNDADORA, ACT PARA AMÉRICA

Cuando mi amigo Stephen Strang escribió su libro anterior, God and Donald Trump, no podía esperar a tenerlo como invitado en mi programa de televisión para hablar sobre él, ya que temía que demasiadas personas creían las mentiras en los medios de comunicación dominantes, y quería ayudar a que las personas entendieran la verdad sobre Donald Trump. Es por eso por lo que estaba tan contento de que Stephen hubiera escrito este nuevo libro, El temblor después de Trump, porque la tergiversación de los medios de comunicación acerca de nuestro presidente y su agenda solo ha empeorado después de su elección. El libro de Stephen es uno de los únicos libros que conozco que aclaran las cosas desde una perspectiva cristiana. El temblor después de Trump es una lectura obligatoria para los cristianos con mentalidad política, quienes toman en serio los valores y las libertades religiosas, quienes creen que por fin tenemos a alguien en la Oficina Oval que apoya esos valores, y quienes están orando que estos eventos provoquen que nuestra gran nación regrese a Dios.

—JIM BAKKER

PIONERO DE LA TELEVISIÓN CRISTIANA

ANFITRIÓN, THE JIM BAKKER SHOW

Por décadas, Stephen Strang, como periodista y editor distinguido, ha estado muy consciente de los sucesos en Estados Unidos. En su nuevo libro, él documenta hábilmente el impacto poderoso que el presidente Trump ha tenido en la cultura de la nación. La pregunta es, ¿qué sucede después? Y Stephen entrega un vistazo contundente de hacia dónde se dirige la nación.

—TODD STARNES

CANAL FOX NEWS

BROOKLYN, NUEVA YORK

En los años 60, Estados Unidos sufrió un temblor cuando fueron asesinados los tres K: John F. Kennedy, Robert Kennedy, y Martin Luther King. Después, el país experimentó una rebelión: el movimiento Dios está muerto, la revolución sexual y las drogas, Roe contra Wade, y otras señales de decadencia moral. El país, entonces, tuvo un encuentro con otro temblor cuando, contrario a las encuestas de opinión liberal, Donald Trump fuera elegido como presidente. Stephen Strang ha escrito un libro fantástico que captura el impacto de la presidencia extraordinaria de Trump en nuestra nación y en el mundo, y le animo a leerlo.

—MIKE EVANS

AUTOR DE ÉXITO DE VENTAS DEL NEW YORK TIMES

FRIENDS OF ZION HERITAGE CENTER, JERUSALÉN

¡Stephen Strang lo hizo de nuevo! En El temblor después de Trump, Strang captura con genialidad periodística el cambio sin precedentes e impacto desplegado por la presidencia de Donald J. Trump. Strang no solo nos informa de lo que ha cambiado, sino que nos dice por qué las cosas han cambiado. Cualquier persona interesada en descubrir por qué el 81% de los evangélicos votó por él y continúa apoyando a Donald Trump, deben leer este libro.

—SAMUEL RODRÍGUEZ

PRESIDENTE, CONFERENCIA NACIONAL DE LIDERAZGO CRISTIANO HISPANO

PASTOR PRINCIPAL, NEW SEASON

Me alegra que mi amigo Stephen Strang haya escrito este libro, El temblor después de Trump, el cual aclara los logros de la administración Trump y la oposición muy real que enfrenta. Stephen no solo es un autor; también es un periodista que dirige una empresa cristiana de medios de comunicación y en la que podemos confiar como fuente de noticias que afectan nuestra vida diaria. Necesitamos más voces como la de Stephen quien no tiene miedo de comunicar la verdad. No crea las mentiras de los medios sociales. Busque hechos de fuentes cristianas confiables tales como la de Stephen Strang, Charisma News, y libros como este. Nuestro Presidente está sacudiendo las cosas. Él necesita nuestro apoyo. Es tiempo de que nosotros lleguemos a estar informados, unidos y que exijamos el fin de las investigaciones de cacería de brujas, las noticias falsas y la retórica llena de odio de aquellos cuya agenda es causar el fin de este presidente y alejar de Dios a nuestra gran nación.

—ROBERT JEFFRESS

PASTOR PRINCIPAL; FIRST BAPTIST DALLAS

DALLAS, TEXAS

El temblor después de Trump es una guía simple, aunque profundamente incisiva e informativa a través del terremoto político, cultural y espiritual generado por la elección del presidente Trump y su presidencia. Cualquier persona que verdaderamente busque un conocimiento profundo de la turbulencia extraordinaria generada por la elección del presidente Trump encontrará en este libro un recurso que no tiene precio.

—DR. RICHARD LAND

PRESIDENTE, SOUTHERN EVANGELICAL SEMINARY

CHARLOTTE, CAROLINA DEL NORTE

Un despertar un levantamiento algo grande está sucediendo y la cultura estadounidense y la Iglesia nunca serán las mismas.

Estoy de acuerdo con Stephen Strang que si nuestra nación puede empezar a confiar verdaderamente en Dios y a permitir que su luz guie nuestros pasos; entonces, después de todo, ese será el temblor más grande.

—TIM CLINTON

DIRECTOR EJECUTIVO, JAMES DOBSON FAMILY INSTITUTE

PRESIDENTE, AMERICAN ASSOCIATION OF CHRISTIAN COUNSELORS

El temblor después de Trump definitivamente es una exposición para un tiempo como el de hoy. El presidente Donald Trump es verdaderamente una persona influyente, provocando que las personas se arrodillen en asombro o en oración dependiendo de la perspectiva. Felicidades a Stephen Strang por articular el temblor de la elección de Trump de una forma directa y honesta. Él tiene el valor de trabajar el ministerio del escriba de nuestros tiempos.

—EVANGELISTA ALVEDA C. KING

SOBRINA DEL DR. MARTIN LUTHER KING JR.

ATLANTA, GEORGIA

¡Mi amigo Stephen Strang lo ha hecho de nuevo! Si pensó que la cobertura de la elección de Trump en God and Donald Trump fue profunda, le encantará leer este nuevo libro, El temblor después de Trump, da una perspectiva reveladora de nuestro cuadragésimo quinto presidente y su extraordinaria agenda y logros.

—JIM GARLOW

PASTOR PRINCIPAL, SKYLINE CHURCH

SAN DIEGO, CALIFORNIA

Stephen Strang ha escrito la narrativa definitiva de los inicios candentes de la presidencia de Donald Trump. Aquí hay una crónica indiscutible del Presidente que, a pesar de sus críticos, ha cumplido sus promesas a Estados Unidos. La experiencia periodística de Stephen Strang y su absoluta devoción a la exactitud hacen de este recurso una lectura obligatoria para cada ciudadano. Yo especialmente lo recomiendo también para personas con pensamientos de Izquierda. Este libro deja las cosas claras. Finalmente, los seguidores de Jesús y la Iglesia son desafiados a no abandonar la plaza pública. Tome este libro y ármese con el arma de la verdad.

—DR. RON PHILLIPS

PASTOR EMÉRITO, ABBA’S HOUSE

CHATTANOOGA, TENNESSEE

Desde la isla de Gran Bretaña he vivido y observado la presidencia de Trump, y comparto su sentir. El nuevo libro de Stephen Strang, El temblor después de Trump, es una historia escrita maravillosamente, capturando todo lo que he visto. Lo que atrajo mi atención es que hubo revelación en su escrito. Es un comentario muy detallado, y de nuevo, él produjo un documento histórico. Además, es una lectura fascinante de principio a fin.

Mi parte favorita fue la definición de Ronald Reagan de statu quo, el latín que significa el lío en el que estamos.

—MARTIN CLARKE

PRESIDENTE, THE MARTIN CLARKE GROUP OF COMPANIES

LONDRES, INGLATERRA

Stephen Strang es un investigador cuidadoso que, en este nuevo libro, El temblor después de Trump, provee material documentado para el observador que desea una verdad objetiva sin sesgo progresista. Strang también es la voz profética que desafía al lector a trabajar y a orar por un avivamiento en un día de oportunidad sin precedentes. Como el libro concluye, Strang le recuerda al lector: Si nuestra nación puede empezar a confiar verdaderamente en Dios y a permitir que su luz guie nuestros pasos, entonces, después de todo, ese será el temblor más grande. Dios ha escuchado la oración de su pueblo y ha dado prueba de que hay esperanza para Estados Unidos. Este no es el tiempo para que la Iglesia se albergue en un refugio subterráneo construido por el temor, sino que se levante y afirme su identidad.

—LARRY SPARGIMINO, PHD

PASTOR, SOUTHWEST RADIO CHURCH

OKLAHOMA CITY, OKLAHOMA

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El temblor después de Trump por Stephen E. Strang

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Traducido por: Yvette Fernández-Cortez | www.truemessage.co

Revisión de traducción: Nancy Carrera

Director de Diseño: Justin Evans

Diseño de portada por: Justin Evans

Originally published in English under the title:

Trump Aftershock

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Lake Mary, FL 32746 USA

Copyright © 2018 Stephen E. Strang

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Library of Congress Control Number: 2018962342

ISBN: 978-1-62999-439-0

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ÍNDICE

Prólogo por Jerry Falwell Jr

Introducción: Sacudidos hasta el núcleo

PARTE I TEMBLOR Y ASOMBRO

Capítulo 1 Psicosis capital

Capítulo 2 El punto de inflexión

Capítulo 3 La agenda de rápido inicio de Trump

Capítulo 4 En el foso de los leones

PARTE II IR A LA OFENSIVA

Capítulo 5 El púlpito intimidante de Trump

Capítulo 6 Diplomacia musculosa

Capítulo 7 La economía floreciente de Trump

Capítulo 8 Multimillonarios radicales

Capítulo 9 El tercer mandato de Obama

PARTE III UNA DEFENSA FUERTE

Capítulo 10 Estados Unidos en guerra (contra sí mismo)

Capítulo 11 Fe y confianza resueltas

Capítulo 12 La batalla por Jerusalén

Capítulo 13 El sacudir de la iglesia

Conclusión: Un cambio radical sísmico

Apéndice: 500 días de grandeza estadounidense del presidente Donald J. Trump

Reconocimientos

Acerca del autor

Notas

PRÓLOGO

DURANTE MÁS DE dos años ya, la gente me ha estado preguntando por qué apoyé a Donald Trump como candidato para presidente de Estados Unidos y por qué sigo apoyándolo ahora en su papel como jefe ejecutivo de nuestra gran nación. Después de todo, yo era uno de los pocos del campo evangélico que respaldaba al Sr. Trump aun antes de los caucus de Iowa. Yo determiné tempranamente lo que aquejaba a Estados Unidos requeriría más que relaciones públicas y una política de alivio temporal. Y si Trump fuera electo, él necesitaría más que un apoyo temporal y ruidoso.

Pero, para responder la pregunta sobre mi apoyo, mucho de mi motivación vino de mi trasfondo en los negocios. Mi padre venía de una familia de gente de negocios que no era cristiana, incluyendo a mi abuelo. Sin embargo, una serie de tragedias personales resultaron en su muerte prematura, a la edad de cincuenta y un años. Mi padre, tenía solamente quince años en ese entonces, y él se volvió cristiano debido a esos eventos tristes. Creo que él pudo haber entrado al negocio familiar si aquellas cosas no hubieran sucedido. El punto es que, aunque el mundo conoce el nombre Falwell mayormente en el contexto de mi padre, un clérigo famoso, la mayoría de los Falwell han sido emprendedores exitosos: hombres y mujeres de negocios.

Aun en el contexto de la organización sin fines de lucro, tal como la universidad Liberty, he sido testigo de lo que aplicar principios de negocios puede hacer para salvar una organización. A finales de los años ochenta y los noventa, cuando los donativos se agotaron, tuvimos que crear un modelo de negocios que pudiera mantener viva la Universidad. Al final, no solo eliminamos la deuda; también prosperamos lo suficiente que ahora hemos alcanzado muchas de las visiones originales que mi padre tuvo para esta universidad. Sin embargo, el éxito de Liberty no llegó a través de un liderazgo opaco o perezoso.

Así que esa es la razón por la que apoyé a Donald Trump al inicio, porque Estados Unidos se está ahogando en una deuda de veintiún billones de dólares. Trump es un hombre de negocios. No hemos tenido muchos hombres de negocios que se hayan convertido en presidentes. En su lugar, hemos tenido políticos de carrera que tienen poco pensamiento transformador y una larga carrera política que quieren preservar. Aunque Trump no había siquiera decidido cuáles eran sus puntos de vista políticos en ese entonces, yo sabía que un hombre de negocios pragmático, con sentido común, llegaría al lado correcto de los problemas. Trump quería hacer lo que era mejor para el país. Y si usted empieza con ese deseo, hacer lo que es mejor para el país y para el hombre común, entonces no tiene otra opción sino la de ser conservador. Es así de simple.

Estoy muy orgulloso de haber apoyado a Donald Trump. Y desde que él entró a la Casa Blanca, he estado en contacto cercano con él, hablando con él casi una vez al mes. Ha llegado a ser una amistad cercana. Estoy muy complacido de la manera en que él ha cumplido su promesa. Ha asignado jueces en las cortes de primera instancia y en la Corte Suprema, y creo que son personas que defenderán la Constitución. En cuanto a temas relacionados con la libertad de culto, el Presidente ha sido un enviado de Dios. Y sus estrategias de liberalización han traído prosperidad a los negocios y al trabajador estadounidense. Él ha hecho todas las cosas que ofreció que iba a hacer, incluso con todos los de la izquierda que no se detendrían ante nada para derrocar a un presidente debidamente electo.

Mire, necesitamos a alguien resuelto y que tenga agallas. Los republicanos y los demócratas, los partidos se han vuelto tan parecidos que uno no puede realmente notar la diferencia. Muchos de ellos estaban, y todavía están, tan asustados por la crítica y la sombra de la prensa que se andan por las ramas en todos los asuntos. Levantan el dedo para ver hacia dónde sopla el viento.

Sin embargo, Trump solo marcha hacia adelante. A él no le importa cuánta crítica le hagan. Y a la gente tampoco le importa. La gente ya no le da importancia a lo que diga la prensa porque ellos han perdido la credibilidad. Eso es lo que los estadounidenses han anhelado ver en su presidente: alguien que defienda al país, defienda lo que es recto y justo y que no se amedrente frente a la adversidad.

Tal como lo hace Stephen Strang en este libro, yo comparo a Trump con Winston Churchill durante la Segunda Guerra Mundial. Todo parecía perdido frente a la arremetida del poder militar de Hitler. Churchill tenía que tomar la decisión para avanzar de alguna manera y no rendirse. Eso es lo que veo en Donald Trump, y creo que es por lo que la gente lo apoya a pesar de todas las cosas negativas que dicen de él.

En este libro nuevo, escrito por mi amigo, Stephen Strang, usted llegará a tener un mayor entendimiento de todo lo que ha estado sucediendo desde la noche electoral. Strang muestra cómo el presidente Trump ha excedido las expectativas de quienes lo apoyan. Y Strang revela cómo la Izquierda, en lugar de reconocer el éxito genuino de la administración Trump, está incrementando su antipatía hacia el Presidente. Se rehúsan a reconocer la economía pujante y a renovar el sentido de optimismo y el orgullo nacional, algunos de los izquierdistas (y algunos de los derechistas) sucumben ante el Síndrome del trastorno Trump. Y así, la grieta entre la Izquierda y la Derecha se ha vuelto más profunda y nuestra política nacional más polarizada que nunca.

Sin embargo, el libro de Strang toca un punto sensible de esperanza porque él cree (y yo también) que estos días son unos de los tiempos más extraordinarios en la vida de nuestra nación. Usted disfrutará El temblor después de Trump. Pero, aún más, este lo animará a orar y a trabajar en su propia comunidad para hacer a Estados Unidos grande otra vez.

–Jerry Falwell Jr.

Presidente de la Universidad Liberty

Lynchburg, Virginia

INTRODUCCIÓN

SACUDIDOS HASTA EL NÚCLEO

LA ELECCIÓN DE Donald Trump fue inesperada. Incluso para quienes trabajaron más duro por su elección, darse cuenta de que el multimillonario de Nueva York realmente había ganado azotó como un terremoto, sacudiendo todo y a todos. Si usted leyó el libro God and Donald Trump sabe que yo creía que él podría ganar, así que volé a Nueva York para la fiesta de la noche de su elección. Sin embargo, admito que estaba nervioso. Pero estando allí, en esa noche histórica, vi que incluso sus más ardientes admiradores apenas podían creerlo a medida que los informes iban ingresando. Y ese era solo el principio.

Los impactos han continuado desde la investidura, afectando políticas, negocios, relaciones exteriores y la cultura en muchas maneras nuevas y sorprendentes. El pánico que siguió a la mañana del 9 de noviembre de 2016 se debía principalmente al hecho de que nadie en ninguno de los partidos había pensado mucho en cómo sería el mundo si Hillary Clinton perdiera la elección. Durante meses, las encuestas y los reporteros habían estado diciendo que ella lo tenía en la bolsa. Que finalmente había atravesado el techo de vidrio que le impedía llegar a ser la primera presidenta de Estados Unidos. Luego, repentinamente, todo cambió.

Todos esos grandes planes nunca llegaron a fructificar, y los demócratas se encontraron viendo de cara a una realidad nueva y áspera: ellos estaban fuera del poder, y el candidato que la Izquierda le temía más que ningún otro, estaría haciéndose cargo de la Casa Blanca. La era Obama había terminado, y el mundo pronto lo vería, a él y a su presidencia, bajo una nueva luz. Hoy día, todavía estamos lidiando con esa realidad, descubriendo secretos y travesuras ocultas en la oscuridad por mucho tiempo y haciendo nuestro mejor esfuerzo para lidiar con los impactos que acompañan a esas revelaciones sorprendentes.

En los primeros dos años de Trump en el cargo, la economía, después de décadas de ir en picada, no solo dejó de caer, sino que marcó tantos récords que el New York Times tuvo que admitir que se había quedado sin palabras para describir el éxito increíble de la economía bajo el liderazgo de Trump. Las cifras de empleo se han disparado superando los 220,000 empleos nuevos en el mes de mayo de 2018, con una caída del desempleo del 3.8 por ciento en general, la más baja en dieciocho años. Al mismo tiempo, el desempleo en la comunidad negra disminuyó en 5.9 por ciento, un récord histórico,¹ y las empresas anunciaron que estaban dando miles de dólares en bonos a más de un millón de trabajadores.² A pesar de los contraataques del liderazgo demócrata, los estadounidenses estaban extasiados, y los medios de comunicación convencionales estaban en shock.

Los medios estaban a favor del otro lado desde el primer día, pero Trump fue llevado al cargo por una ola roja de ciudadanos promedio que estaban hartos de la manera en que Washington estaba administrando. Estaban cansados de los reporteros liberales pregonando sus valores y creencias, y ya no iban a soportarlo más. Los observadores políticos reportaron que la gente estaba tan frustrada con la intromisión inoportuna del gobierno en su vida que estaban a punto de una revuelta a gran escala. Ellos podían sentir que el país descendía en espiral apartándose de su grandeza previa.

La nación estaba llegando al punto donde algo tenía que hacerse, y ese algo resultó ser Donald Trump. Tal como el gobernador Mike Huckabee me dijo en una entrevista para este libro: Muy francamente, el objetivo de los votantes no era enviar a alguien a Washington que pudiera arreglar algo. A ellos no les importaba cuáles eran nuestras soluciones. Ellos querían que alguien fuera y quemara todo, y Trump era el hombre que parecía tener una lata de gasolina y un encendedor cada vez que iba en campaña. Él estaba listo para quemarlo todo, y eso emocionaba a la gente.

Resultó que los votantes de ambos lados concluyeron que no había esperanza de encontrar intereses comunes. Algunos de ellos, particularmente los obreros, decidieron cambiar en vez de luchar y se pasaron a la derecha. Sin embargo, también vimos confrontaciones sin precedentes y un nivel de hostilidad que no se había visto en este país desde la Guerra Civil. Las batallas sobre inmigración, control de armas, impuestos, servicios de salud, aborto, derechos, el ambiente y todo lo demás estaban llevando a los partidos al borde. Las emociones hervían en las comunidades en todo el país cuando las pandillas de ladrones y anarquistas izquierdistas trataron de forzar su participación en la conversación. Pero el hecho es que, el presidente Trump ganó las elecciones de 2016 a la antigua, ganando los votos de más de sesenta millones de ciudadanos y ganando los votos electorales de treinta estados.

Parece que la sorpresa más grande en esta historia en desarrollo era que durante la campaña, la administración del presidente saliente, apoyado por el Departamento de Justicia, el FBI, la CIA y una red de espías y operativos encubiertos, condujeron una misión de búsqueda y destrucción contra la campaña Trump. Durante varios meses, estos hombres y mujeres pusieron una trampa elaborada para que en el remoto caso de que Trump, de alguna forma, arrebatara la victoria de los brazos de Hillary Clinton, él no duraría mucho tiempo para poder causar suficiente daño. El hecho de que esta intentona golpista profunda ha fallado y que el Presidente ha defendido exitosamente su administración es casi un milagro tan grande como la elección en sí.

CONTRA TODO PRONÓSTICO

Donald Trump fue un candidato extraordinario que vino en un tiempo inesperado en nuestra historia. El desafío para el presidente Trump, como sucesor del primer organizador comunitario inspirado por Saul Alinsky, sería enorme; sin embargo, él tenía el apoyo entusiasta de millones de votantes en todo el país, y ellos lo cuidaban, así como él prometió cuidar de ellos. La elección fue evidencia del cambio en el estado de ánimo de los votantes estadounidenses. Nunca había sucedido algo como eso. Los simpatizantes de Trump eran de todas las razas, credos, trasfondos socioeconómicos y de partes del país de las que nunca se había oído que apoyaran a un republicano conservador para la presidencia. Nada pudo haber comprobado mejor que la nación había alcanzado un punto de inflexión.

Cuando Trump anunció inicialmente su plan de ser candidato presidencial, yo, como muchos, me preguntaba si él era realmente un conservador. Él había sido demócrata y republicano e independiente varias veces. Él estaba a favor del aborto antes de estar en contra. Era volátil e impredecible, y muchos se preguntaban si él podía ser alguien que dispara ante la más mínima provocación y llevarnos a la guerra. Como cristiano evangélico, me preguntaba si se podría confiar en que él cumpliría sus promesas de proteger la libertad de culto y ayudar a millones de cristianos perseguidos alrededor del mundo.

Desde entonces, el presidente Trump ha excedido toda expectativa. Ha comprobado tener un rasgo de carácter que no comparten muchos políticos: él realmente cumple sus promesas. Él ha usado la consigna Promesa hecha, promesa cumplida y una vez dijo bromeando que había cumplido más promesas de las que había hecho. Tal como lo señaló Michael Goodwin en el New York Post, la popularidad de Trump ha hecho cambios sísmicos en tantas áreas que el Big Mo (el momentum) ha cambiado de lado, de la izquierda a la derecha. Una gran razón, dice, es debido a la resolución reciente de la Corte Suprema a favor de las políticas de Trump. La primera confirmación: su corrección a la prohibición de viajar para varias naciones de mayoría musulmana, diciendo que estaba dentro de su autoridad ejecutiva. Lo que reprendió a los jueces de las cortes de primera instancia, quienes habían creído la falsa noticia partidaria de que era una ‘prohibición musulmana’. Sus fallos inválidos contrastaban duramente con las simples lecturas de la ley, dice Goodwin, y demostró que son tretas empujadas por el viento político.³

La segunda resolución impidió que los sindicatos municipales obligaran a sus trabajadores a pagar cuotas sindicalistas. Esto se convertiría en un corte impositivo para los trabajadores y daría un golpe mayor al partido Demócrata en Nueva York, Nueva Jersey y otros estados azules. El nexo entre los sindicatos y los demócratas convirtió a esos estados en feudos de un solo partido, escribe Goodwin, y resultó en contratos sindicalistas que los contribuyentes no podían pagar. Ambas resoluciones se decidieron con 5 a 4 votos, donde el juez Anthony Kennedy proveyó el voto decisivo. Luego, con el retiro del juez Kennedy, el presidente pudo nominar a Brett Kavanaugh como su sucesor; y muy probablemente tendrá la oportunidad de consolidar su legado designando a un segundo o hasta un tercer juez antes de terminar su mandato. Decapitar el dominio liberal en la corte podría reducir las estrategias de la Izquierda a escombros y proveer un muro defensivo para los principios conservadores para las generaciones venideras.

EL PORQUÉ DE ESTE LIBRO

Este libro es mi intento de documentar lo que ha estado sucediendo desde la victoria de Trump en una forma que ayuda a los lectores a comprender mejor las dimensiones políticas, emocionales y espirituales de la elección que nos trajo a un líder así de complejo, impredecible y evidentemente dotado. Mirando en retrospectiva los encabezados, los videos y las noticias de los años ochenta y de los noventa, es irónico ver cómo Trump era amado por los medios cuando era un hombre de negocios extravagante y mujeriego. El New York Times dijo que Trump en su apogeo recibió más solicitudes de entrevistas que nadie en Nueva York. Sin embargo, cuando fue candidato presidencial como republicano, los liberales de la Costa Este y sus amigos en los medios hicieron un giro a la izquierda tan fuerte que tuvo que crearse una nueva frase para describirlo: El síndrome del trastorno Trump.

Sin embargo, una vez instalado en la Casa Blanca, Trump no cambió. En vez de eso, se propuso demostrar que él tenía soluciones verdaderas y funcionales. Se puso a trabajar rápidamente y alcanzó más que de lo que nadie pudo imaginar. Él sorprendió a muchos con la profundidad de su entendimiento y su fuerza de voluntad. Pero, tal como lo he atestiguado y lo documentaré en estas páginas, los medios no han estado dispuestos a darle el crédito por sus logros. Así que él usa sus asambleas y su cuenta de Twitter para jugarle la vuelta a los medios, y está funcionando. Los medios de comunicación saben que su base de apoyo más firme es la comunidad evangélica, y a ellos nada les encantaría más que poner una barrera entre el presidente y su base; cualquier cosa para debilitarlo a él y a su presidencia.

Durante mis apariciones en las redes noticieras liberales (a las cuales Trump llama redes de noticias falsas), me han pedido que explique por qué los cristianos evangélicos, quienes afirman ser tan morales, podrían ser tan hipócritas como para votar por un pecador como Trump. A veces me siento como si estuviera entrando a la cueva de los leones para defender al Presidente. Aunque yo fui capacitado como un periodista secular y trabajé en los medios seculares al inicio de mi carrera, tengo que estar de acuerdo con Trump en el apodo de noticias falsas. La prensa secular se niega a darle a Trump el crédito por algo. Mi amigo Russell McClanahan me dijo una vez: Si a Donald Trump inventara la cura para el cáncer, sus críticos dirían que él estaba quitándoles los negocios a los doctores. Mientras tanto, Barack Obama está dirigiendo un partido oponente fundado por izquierdistas radicales, como George Soros, tratando de imponer su voluntad socialista en la nación, y los medios principales tienen poco o nada que decir sobre eso.

La brecha entre la Izquierda y la Derecha se ha vuelto tan profunda que parece como si Estados Unidos estuviera en guerra contra sí mismo, y yo he escrito sobre eso en este libro con más detalle. Trump tiene una marca de potencia muscular única, lo que trajo a los coreanos del norte a la mesa de negociaciones, convenció a nuestros socios comerciales en Europa y China a revisar sus políticas tarifarias y ayudó a forjar nuevas alianzas con el Medio Oriente. Hoy, Israel y Arabia Saudita, quienes tienen en común a Irán como enemigo, se están hablando y compartiendo recursos entre sí. ¿Quién pudo haber imaginado tal cosa solo diez años atrás? Y la decisión de Trump de trasladar la embajada americana a Jerusalén fue un paso enorme y una bendición, no solo para la comunidad judía, sino para los cristianos sionistas como yo.

En mi libro God and Donald Trump mi objetivo era ver más de cerca la mano de Dios sobre el hombre que todos percibíamos como un líder imperfecto. Solo sobrevivir el temible reto de la nominación, vencer a dieciséis candidatos altamente calificados, fue un milagro. Como ya he mencionado, volé a Nueva York para la celebración de la victoria en la noche de las elecciones. Lo que me dio una perspectiva singular, pero la historia no terminó allí, tal como la mayoría de Estados Unidos pensó que sería. Las sorpresas continúan hasta el día de hoy a medida que los temblores del milagro de Trump ganan, siguen estremeciendo y enviando cambios sísmicos a través de la cultura y del mundo. Creo que Dios no solamente está sacudiendo al gobierno y a la cultura, sino que, además, está sacudiendo a la iglesia, lo que exploro al final de este libro.

Estoy convencido de que Dios está usando a Donald Trump de manera excepcional y sin precedentes, similar a la forma en que usó a Winston Churchill y hasta al general estadounidense George Patton cuando parecía como si los nazis iban a tomar control de toda Europa y el mundo estaba en la cuerda floja. Mientras investigaba y escribía este libro, en muchas ocasiones tuve la sensación de que estaba documentando la historia de una de las etapas más extraordinarias en la vida de nuestra nación.

Se han escrito muchos otros libros sobre este hombre, con mucho más porvenir. Sin embargo, mi objetivo ha sido ofrecer una perspectiva que, de otra manera, el lector promedio no podría ver. Haber escrito desde una cosmovisión cristiana que ve la mano de Dios en acción, espero haber podido proveer nuevos conocimientos y darle a usted algo en qué pensar y orar mientras continuamos, juntos, en esta aventura increíble y completamente inesperada.

–Stephen E. Strang

St. Augustine, Florida,

30 de junio de 2018

PARTE I

TEMBLOR Y ASOMBRO

CAPÍTULO 1

PSICOSIS CAPITAL

DESDE LA ELECCIÓN 2016 y el ascenso de Donald Trump a la Casa Blanca, la Washington oficial y el establecimiento político ha estado en pandemonio perpetuo. Hay días cuando la vida de la capital de la nación parece más como un circo de tres pistas con actos de animales, domadores de leones y grupos de acróbatas haciendo su número en la cuerda floja, desafiando a la muerte. Incluso hay uno o dos tragafuegos, sin mencionar a los payasos y al eventual oso danzarín. Sin embargo, ya sea esta un simple teatro político o un surgimiento de locura genuina, el melodrama nunca deja de entretener. Es un espectáculo sin igual.

Todos los días, el mundo despierta con nuevas sorpresas, anuncios impactantes y revelaciones que dejan sin aliento. Las redes de cable y la internet arden constantemente con las afirmaciones atroces e igualmente apasionadas negaciones. Y las tormentas en el Twitter del Presidente determinan frecuentemente el ciclo de las noticias del día. Sin importar lo que cualquiera de nosotros piense o diga respecto a la figura central de este drama diario, el presidente Donald J. Trump es el epicentro indiscutible de la atención, y a él le encanta.

Para cuando Trump entró en la carrera, en junio de 2015, descendiendo por las escaleras en Trump Tower al ritmo del éxito musical de Neil Young, Rockin’ in the Free World, él ya se había vuelto una figura polarizante, que inspiraba medidas iguales de admiración y angustia. Pero lo ame o lo odie, este presidente ha iniciado ondas de impacto de una magnitud que Washington nunca había visto, exponiendo las rupturas en nuestras fallas geológicas de política y cultura y sacudiendo la situación actual.

Intensificando la sensación de drama, está el hecho de que el electorado estadounidense ha estado cambiando en maneras extraordinarias, negándose a aceptar las promesas vacías de las administraciones previas. En la contienda final, larga y controvertida, de las elecciones de 2016, millones de votantes de la región central encontraron su voz, formando nuevas coaliciones y grupos de interés y convirtiéndose en una fuerza más volátil en el proceso político. Repentinamente, los miembros del Congreso fueron confrontados por un nuevo nivel de escrutinio público, junto con una gran dosis de justo enojo. Tanto demócratas como republicanos se vieron forzados a adaptar, ajustar y a mejorar sus tácticas para este ambiente nuevo y más exigente.

Inspirados por la promesa de campaña de Trump hacer a Estados Unidos grande otra vez, millones que nunca habían votado, o que votaban rutinaria y predeciblemente por los demócratas, jalaron la palanca por el equipo Trump. Como resultado, Trump y los republicanos pudieron celebrar una victoria sorprendente, tomando el Congreso y la Casa Blanca por primera vez en más de una década. Pero esto era solo el principio. Aunque los demócratas sufrieron una derrota aplastante, y a pesar de las deserciones inesperadas en la base, la lucha apenas empezaba. En medio de las festividades después de las elecciones empezaron a aparecer, casi cada hora, desafíos nuevos y siniestros, y las amenazas a la nueva administración se volvieron más frecuentes e intensas durante las semanas y meses siguientes.

Como pronto descubriría el nuevo presidente, el pantano dentro de la circunvalación está lleno de peligros. Allí hay asesinos, saboteadores, cazarrecompensas y operativos clandestinos a la vuelta de cada esquina con la misión de debilitar, atrapar y someter a su presa. Plagados de filtraciones en el transcurso