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Entre el origen y el destino: familias mexicanas migrantes a Estados Unidos
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Entre el origen y el destino: familias mexicanas migrantes a Estados Unidos

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ENTRE EL ORIGEN Y EL DESTINO: familias migrantes a Estados
Unidos explora las formas en que las familias de origen mexicano,
que viven una separación a causa de la migración hacia Estados
Unidos o la deportación, reorganizan sus funciones sustantivas,
sus relaciones y su salud mental. La pregunta que guía este libro
es: ¿cómo el proceso migratorio
LanguageEspañol
Release dateSep 1, 2021
ISBN9786074176582
Entre el origen y el destino: familias mexicanas migrantes a Estados Unidos
Author

Celia Mancillas Bazán

Celia Mancillas Bazán es profesora titular del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana. Es doctora en Desarrollo Humano por la Universidad Iberoamericana. Ha publicado numerosos artículos a nivel nacional e internacional sobre relaciones de pareja, familia, género, pobreza y migración, basados en investigaciones cualitativas realizadas en México y en Estados Unidos.

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    Entre el origen y el destino - Celia Mancillas Bazán

    INTRODUCCIÓN

    La migración es uno de los fenómenos globales más intensos en este momento, la complejidad de su estudio ha rebasado los límites de las explicaciones monocausales, lo que implica la necesidad de abordarla desde distintas disciplinas como la demografía, la sociología, la antropología y, actualmente, la psicología, entre otras, de manera que se propicie el enriquecimiento de los modelos teóricos, desarrollo metodológico y la formulación de políticas adecuadas y congruentes. Para el caso específico de la migración de México hacia Estados Unidos, diversos factores como la vecindad geográfica, los estrechos lazos culturales, los contrastes e interdependencia económica y las intensas relaciones e intercambios ocasionan una inevitable generación de flujos migratorios.

    La migración de mexicanos hacia Estados Unidos, señala Santibáñez (1998), es un proceso que conceptualmente rebasa un simple cambio de residencia, ya que tiene mayores implicaciones de diversos tipos, como laborales y culturales, aunado a la existencia de un mercado de trabajo binacional frente a un proceso franco de globalización y, de manera notable, la movilización de una extensa red de vínculos sociales y familiares. Esto resulta ser un factor clave de análisis y de acción pública en el estudio de la migración internacional de mexicanos en la frontera con los Estados Unidos (Santibáñez, 1998). Además, en la actualidad, la movilidad resulta cada vez más restringida por las políticas migratorias del país vecino que implican controles mucho más estrictos. Cabe señalar que una buena parte de las investigaciones sobre la migración México-Estados Unidos se ha enfocado en aquéllos que han logrado internarse y establecerse del otro lado de la frontera, enfatizando elementos como el envío y uso de remesas, lugares y tipos de trabajo, la incorporación de las mujeres, entre otros. Resulta importante comprender la migración de retorno, principalmente en aquellos casos en los que los migrantes fracasan en el intento de encontrar trabajo en Estados Unidos, aquellos que fueron deportados, o bien los que tuvieron que regresar por circunstancias personales.

    La migración de México hacia Estados Unidos tuvo un fuerte incremento en las últimas décadas y, en consecuencia, también creció el interés por realizar investigaciones multidisciplinares y generar políticas públicas que respondan a ello. Sin embargo, a pesar de la creciente atención a este desplazamiento poblacional, resalta la falta de información y de conocimiento sobre las consecuencias psicológicas en las familias migrantes, en la comprensión de los efectos que surgen en las familias cuando alguno de sus miembros o todos migran a los Estados Unidos.

    A pesar de que por mucho tiempo los estudios sobre la migración de mexicanos a Estados Unidos no prestaron gran atención al cambio y continuidad en la organización familiar, algunas investigaciones evidenciaron un proceso en el cual participan los integrantes de la familia en ambos lados de la frontera. Entre el establecimiento y el retorno, los migrantes han manifestado una vivencia en la que sus lazos familiares más significativos, así como los eventos familiares de toda índole, tienen lugar en México. El anhelo de regresar a México –una experiencia común entre los migrantes– como individuos y como familias, se frustra en la mayoría de las ocasiones por las escasas oportunidades de trabajo en sus comunidades de origen, por la dificultad de reincorporarse a sus actividades y organización previas a la migración, entre otros aspectos. En otros casos, las ventajas de permanecer en Estados Unidos prolongan sus estancias, aun cuando existe nostalgia por regresar a sus comunidades de origen al lado de los miembros de la familia extensa. Sin embargo, en los últimos años, la dificultad que ofrece el cruce fronterizo ha obligado a los mexicanos a permanecer en aquel país por largas temporadas, dificultando su regreso a México, o bien posponiéndolo por varios años.

    El objetivo de este libro es explorar las formas en que las familias de origen mexicano, que viven una separación a causa de la migración hacia Estados Unidos o la deportación, reorganizan sus funciones sustantivas, sus relaciones y su salud mental. Así, la pregunta que guía este trabajo es: ¿cómo el proceso migratorio internacional ha influido en las familias mexicanas, en sus identidades y relaciones, y cómo esos cambios y continuidades se asocian a aspectos de vulnerabilidad y afrontamiento por parte de estas familias, en ambos lados de la frontera norte del país? En este análisis, se fundamentan acciones dirigidas a apoyar a las familias afectadas por la migración y/o deportación, y se proponen orientaciones para la prevención e intervención que fortalezcan las actividades que las organizaciones de la sociedad civil e instituciones gubernamentales realizan para apoyar a esta población vulnerable. Para abordar la comprensión de estos procesos se ha profundizado en aspectos que dan cuenta de trayectorias e historias de vida de familias migrantes, analizando sus experiencias y significados en ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos.

    Este libro ofrece evidencias acerca del modo en que el proceso migratorio impacta en la manera en que las familias mexicanas viven su relación, en tres condiciones: la separación de las familias cuando uno de los miembros migra a los Estados Unidos, las familias que migran juntas a Estados Unidos y la separación de las familias ante la deportación de uno de sus miembros. Así, los objetivos específicos son: en primer lugar, explorar los tipos de reorganización de la vida diaria que realizan las familias mexicanas, si existen diferencias en las identidades y roles de género a nivel personal y su incidencia en la interacción familiar en la población mexicana que participa en circuitos migratorios. También, comprender la construcción y la relación entre los vínculos afectivos, la comunicación y la salud mental en las familias mexicanas que participan en procesos migratorios. En tercer término, analizar y explicar cuáles son las principales problemáticas y los factores de riesgo contenidos en las trayectorias migratorias, como la vulnerabilidad, los procesos de pérdida y los factores protectores, así como las estrategias de afrontamiento a las que recurren las familias mexicanas ante la migración y la deportación. Finalmente, hacer recomendaciones fundamentadas teórica y empíricamente de prevención e intervención, así como sugerencias de políticas públicas para apoyar a las familias que han sido separadas a causa de la migración y/o la deportación.

    El estudio de las familias mexicanas en transición, a partir de la migración de sus integrantes, representa un esfuerzo por explicar cómo es que continúan fortaleciendo vínculos significativos con miembros en ambos lados de la frontera, y también cómo han logrado establecerse en otro país, en un entorno aparentemente diferente en lenguaje, leyes, costumbres, por mencionar algunos aspectos, en relación con sus comunidades de origen. El trabajo de campo fue realizado con familias mexicanas en las que uno o ambos cónyuges e hijos habían migrado hacia Estados Unidos (California), con familias con uno o más miembros migrantes que permanecieron en México (Oaxaca) y con migrantes deportados (Baja California).

    A través de una perspectiva psicosocial de las relaciones interpersonales, en este caso, de la familia, el objeto de esta investigación fue estudiar la interacción de las dimensiones: identidad, roles de género, intimidad, comunicación y estrategias de afrontamiento, para comprender los procesos de las familias migrantes para dar respuesta al entendimiento dinámico de estas dimensiones, pues una inadecuada integración de las mismas puede ser un factor de riesgo para la dinámica de la relación familiar; mientras que una adecuada integración conlleva a mantener relaciones que favorezcan su salud mental e interaccional.

    Por la complejidad de las relaciones familiares en el contexto migratorio y en función de la interacción de las dimensiones: identidad, roles de género, intimidad, comunicación y estrategias de afrontamiento, la pregunta que emerge es: ¿Cuáles son las características individuales y en las relaciones familiares de los migrantes mexicanos a Estados Unidos que favorecen la dinámica y funcionamiento familiar así como su integración en los contextos de México y de Estados Unidos?

    Cabe mencionar que las familias migrantes son muy diversas y es necesario tomar en cuenta sus diferencias por género, grupo étnico, generaciones, nivel educativo, inserción laboral en Estados Unidos, tiempo de permanencia en el país receptor, la condición migratoria en el país de llegada, pertenecer a familias mixtas con miembros documentados e indocumentados, y otras tantas diferencias culturales y sociodemográficas que conforman un amplio espectro de maneras de ser mexicanos migrantes en los Estados Unidos y, por ende, de familias migrantes en el país de destino.

    La organización de los capítulos quedó estructurada de la siguiente manera. El primer capítulo contiene la revisión teórica y el estado de la cuestión que da fundamento a este estudio; en primer lugar, se presenta una visión histórica y actual sobre el movimiento migratorio de los mexicanos a Estados Unidos, cuya circularidad, más que linealidad, implica el flujo continuo de personas desde los lugares de origen, los de llegada, y el retorno, voluntario e involuntario. La revisión histórica permite contrastar con las nuevas tendencias de los flujos migratorios de mexicanos al país vecino, que son significativamente distintas y que enmarcan la comprensión de los procesos psicosociales que viven las familias migrantes en los contextos demográficos, sociales, económicos y políticos que caracterizan a ambos países. También se incorporan los conceptos de transnacionalismo, de familias y de familias transnacionales, cuyas visiones más recientes plantean que los miembros de las familias migrantes son capaces de disminuir simbólicamente la distancia espacial entre los que se quedan y los que migran, y mantener vínculos que trascienden las fronteras nacionales. El fundamento teórico de este estudio está constituido por tres componentes centrales: la psicología, la antropología y las teorías de género. Desde la psicología, a partir de estudios empíricos, se han identificado los procesos de estrés, factores de riesgo, factores protectores, vulnerabilidad, y su relación con la salud mental de los familiares de migrantes en sus comunidades de origen y de los migrantes en el país de llegada. Se destaca un enfoque de salud mental más que una caracterización de la psicopatología que tiene efectos estigmatizadores sobre la población migrante. Finalmente, se ofrece una visión general sobre una de las problemáticas más sensibles vinculadas con la migración: la participación de los menores.

    En el segundo capítulo se aborda el método utilizado en la investigación. La organización al interior de este capítulo representa las cuatro fases seguidas en el estudio. En los primeros apartados se presenta la justificación metodológica basada en las narrativas biográficas, el análisis de las trayectorias de vida como una herramienta conceptual y metodológica y la entrevista en profundidad como un instrumento que permite acceder al mundo de experiencias y significados de los migrantes, y que se objetivan a través del lenguaje. En el siguiente apartado se analiza uno de los puntos nodales de las investigaciones sobre migración, y que tiene que ver con la posición del investigador, de insider o outsider en relación con la población del estudio. Posteriormente, se presentan los ejes de estudio a partir de los cuales se desarrolló el trabajo de campo y que representan la bisagra entre las perspectivas teóricas, los temas emergentes que surgieron en un primer acercamiento con la población migrante y el análisis de los datos. En el siguiente apartado se ofrece una visión extensa de lo que fue el trabajo de campo en cada una de sus fases, quienes fueron los participantes en la investigación en California, Oaxaca y Tijuana y cómo se analizaron los textos cualitativos, desde las transcripciones textuales de las entrevistas, y las lecturas vertical y horizontal de las mismas, hasta la interpretación. Finalmente, se aborda la triangulación como el método utilizado para comprobar la confiabilidad del estudio, así como la ética y la política contenidas en la investigación cualitativa con migrantes.

    Los capítulos tercero, cuarto y quinto muestran el análisis de las narraciones. La organización interna de cada uno revela cómo las familias reorganizan sus funciones sustantivas a partir de la migración, la construcción de vínculos conyugales y paternales. Aunque este trabajo se enfocó más en la relación de las parejas, la comprensión de la parentalidad transnacional se incluye a través de los relatos de los padres migrantes o deportados que ofrecen una imagen de las relaciones con sus hijos, y también se incluyen otros estudios empíricos que abordan esta cuestión. En cada capítulo se presentan estudios de caso que fundamentan la interpretación y se concluye con una identificación a modo de síntesis de los principales factores de riesgo identificados en cada proceso y las principales estrategias de afrontamiento de los participantes por cada uno de los momentos del proceso migratorio analizado.

    Así, en el tercer capítulo, se analizan las experiencias de los familiares de los migrantes que se quedan en Oaxaca, México. La ausencia del esposo migrante trae beneficios, pero también costos para los que se quedan, las esposas y sus hijos. Uno de los aspectos centrales es la doble jornada de las esposas de migrantes y madres de familia, ellas asumen tanto las funciones reproductivas como las productivas ante la ausencia de sus cónyuges, lo que resulta un proceso de empoderamiento, al mismo tiempo que conlleva las tensiones vinculadas con la doble jornada y su relación con un contexto capaz de sostener visiones tradicionales sobre las mujeres, derivando en posibles consecuencias emocionales en la vida de estas mujeres. Los estudios sobre los efectos que tiene la migración del padre en la vida de los niños que se quedan en México no son concluyentes, por las diferentes problemáticas abordadas, los contextos analizados y las distintas edades, así como por otras características de los menores.

    En el cuarto capítulo se ofrece un acercamiento a las experiencias de las familias migrantes en California. Sus modos de establecimiento en territorio estadounidense son múltiples y variados, documentados e indocumentados, con mayor o menor grado de estudios, con distinta inserción en el mercado laboral, migrantes que viajan solos o familias que migran juntas, lo cual representa un universo de estudio diverso, pero que conservan el elemento común de su inserción en un país distinto. Por ello, se muestra lo que en sus narraciones han compartido, su vida cotidiana, sus retos, alcances y limitaciones, sus respuestas ante las nuevas exigencias del país de llegada. Aquí se analiza uno de los movimientos migratorios más notables de las últimas décadas, el de las mujeres, ya sea porque ha aumentado o porque se han visibilizado en los estudios migratorios; qué motiva a hombres y mujeres para migrar a Estados Unidos, cómo son los procesos de transición y permanencia que se dan en la conyugalidad y las relaciones de género en las parejas migrantes. Un aspecto central en este capítulo es el de los menores migrantes e hijos de migrantes en Estados Unidos, cuya comprensión para el desarrollo de una adultez plena y su integración social y económica excede un interés académico. Especialmente se destaca la situación de los niños que se quedan en Estados Unidos cuando sus padres son deportados, cuya atención resulta emergente y prioritaria.

    En el quinto capítulo, a través de las narraciones de entrevistados en la ciudad fronteriza de Tijuana, se muestran las separaciones familiares debidas a la deportación. Inicio con una reconstrucción del debate sobre las teorías de la frontera y con una revisión de aquellos autores que resultaron de interés teórico y empírico para la comprensión de las experiencias de deportación. Así, expongo las separaciones familiares por deportación en tres momentos: antes de intentar el paso por la frontera, en el cruce fronterizo y después de la deportación. Finalmente, hago un acercamiento a una de las poblaciones más vulnerables en este proceso migratorio: los menores que migran sin compañía.

    En el sexto capitulo, con base en los hallazgos de esta investigación y en los modelos de atención psicosocial existentes a nivel internacional se presentan lineamientos generales de un programa de atención psicosocial a personas y familias migrantes.

    En el último capítulo ofrezco las conclusiones generales que se derivaron del análisis y enfatizo aquellos aspectos que resultaron de mayor relevancia.

    I. FAMILIAS MEXICANAS MIGRANTES TRANSNACIONALES

    Las transformaciones sociales ocurridas en el último siglo han generado una serie de procesos de transición en la constitución y organización de las familias. La incorporación de las mujeres a la actividad económica extradoméstica, la revolución sexual, el control de la natalidad, las innovaciones en el dominio de la procreación, la migración, el uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación, la amenaza del SIDA, entre otras, dan lugar a que el estudio de las familias sea un foco de interés para los investigadores desde distintas disciplinas de orden social y de la salud, como la psicología, la antropología, la sociología, la demografía y la economía, que buscan comprender los procesos de transición que resultan de su dinámica interna y de las trasformaciones sociales en las que se hallan inmersas.

    El tema de la migración de México hacia los Estados Unidos ha sido de continuo interés para investigadores de diversas disciplinas, debido a la complejidad de los aspectos que están involucrados en estos circuitos migratorios. El interés también es generado por las implicaciones que tiene este flujo en las dinámicas poblacionales, políticas, sociales y económicas. Si bien existe una amplia literatura académica que aborda estos aspectos, pocos estudios se han preocupado por analizar los cambios que se presentan en las familias mexicanas migrantes durante su incorporación y supervivencia en el país vecino y sus implicaciones psicológicas, sociales, culturales, económicas y políticas.

    Por sus actuales características, señala Urbano (2005), la migración internacional es uno de los temas que generan mayor complejidad para su estudio. Ahora se reconoce que toda investigación en la materia sólo permite comprenderla de manera parcial. No obstante, los estudios de la migración trasnacional realizados en los últimos años proporcionan elementos para tener una comprensión más amplia de las causas y de las consecuencias de este fenómeno en los circuitos migratorios, en las comunidades de origen y en aquéllas que los reciben.

    Existen estudios que permiten apreciar en las comunidades trasnacionales, la forma en que los lazos y la relación entre el lugar de origen y de destino se vinculan sólidamente. Este apartado intenta reflexionar, a partir de evidencias empíricas, sobre algunos argumentos teóricos de los procesos de globalización, que se caracterizan por prácticas económicas, políticas y culturales transnacionales, por lo que no pueden ser explicadas únicamente a partir de lo local. La migración transnacional ha traído como consecuencia que familias y comunidades enteras se desarrollen en un proceso simultáneo de transculturalización y transición.

    Así, con el fin de comprender los procesos de transición y de permanencia en la estructura y organización de las familias mexicanas de migración internacional, en primer término, analizo las características actuales de los heterogéneos y complejos flujos migratorios de los mexicanos hacia Estados Unidos. Posteriormente, examino la manera en la que diversas disciplinas, como la psicología, la antropología y la sociología, entre otras, abordan los estudios de las familias en México, los cuales han tomado fuerza e interés en un amplio sector, y cómo estos modelos teóricos permiten comprender los procesos de cambio y continuidad en la organización de las familias. Aunado a ello, la perspectiva de género ofrece una visión de las prácticas entre hombres y mujeres, roles e identidades. Finalmente, abordar el estudio de las familias mexicanas y sus procesos de ajustes motivados por la migración internacional, representa un esfuerzo por explicar cómo es que logran establecerse en otro país y, en consecuencia, en un entorno social y cultural distinto con relación a los lugares de donde partieron. En consecuencia, igualmente importante resulta señalar el impacto en la reorganización familiar de los que se quedan.

    EL MOVIMIENTO PENDULAR DE LA MIGRACIÓN MÉXICO-ESTADOS UNIDOS

    En México, el estudio de los desplazamientos poblacionales ha recibido atención creciente en investigaciones que analizan los flujos migratorios. De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (CONAPO) (2012, p. 12), se estima que si a los 11.9 millones de mexicanos que residen en Estados Unidos, se suma la población de origen mexicano, el monto aumenta a más de 33 millones, de los cuales 21.2 nacieron en Estados Unidos (11.2 son de segunda generación y 9.9 de tercera). Por su parte, los casi doce millones de mexicanos residentes en los Estados Unidos son equivalentes al total de habitantes de países medianos como Bélgica, Grecia o Cuba. CONAPO (2014) señala que la población actual del país es de 119 713 203 millones de mexicanos, lo que implica que aproximadamente 10% se encuentra en el país vecino.

    Actualmente, se presentan nuevos patrones de la migración México-Estados Unidos (CONAPO, 2012), radicalmente distintos a los que prevalecían en la década de los años setenta. Estos cambios pueden explicarse a partir de una diversidad de factores, como la restructuración de la economía estadounidense, el incremento demográfico de la población mexicana en edad de trabajar, las crisis de la economía mexicana, la incapacidad del mercado laboral mexicano para absorber el excedente de mano de obra y la implementación de políticas migratorias cada vez más restrictivas por parte de Estados Unidos. Entre los cambios más significativos que se relacionan con la comprensión de los procesos que viven las familias mexicanas migrantes están los siguientes:

    El incremento en la magnitud e intensidad de la migración mexicana a Estados Unidos. Entre 1970 y 1980, migraban alrededor de 173 mil personas por año y en el lapso 2000-2005, la cifra aumentó hasta 500 mil. Sin embargo, actualmente hay una tendencia a la baja en el volumen de los flujos migratorios debido a la crisis económica estadounidense de 2008, al endurecimiento de la política migratoria estadounidense, que ha incrementado la militarización de la frontera con México, y a las redadas al interior de Estados Unidos.

    El incremento en el volumen de la población nacida en México residente en Estados Unidos. Se calcula que en 2010 residían 11.9 millones de mexicanos en Estados Unidos. Sin embargo, en los últimos cuatro años, el aumento acumulado fue de 6.7%, lo que contrasta fuertemente con el aumento de 37% que hubo entre 2000 y 2005.

    Una participación cada vez mayor de las mujeres en los flujos migratorios. A mediados de la década de 1990, la participación de las mujeres en la migración fue de 5 a 10%, mientras que entre 2007 y 2010 aumentó al pasar de 12 a 26%. Aunado a lo anterior, las mujeres mexicanas que emigran lo hacen en busca de empleo más que por motivos familiares.

    Una propensión cada vez mayor de los migrantes mexicanos a prolongar su estancia en Estados Unidos. Esta estancia más prolongada puede deberse al reforzamiento de la vigilancia en la franja fronteriza, lo que obliga a permanecer en Estados Unidos, o porque migran con sus familias.

    El carácter más familiar de la inmigración mexicana en Estados Unidos. Actualmente, hay un cambio hacia una modalidad de migración permanente que promueve el establecimiento de familias mexicanas y su reproducción en aquel país, dadas las reducidas posibilidades de los mecanismos de circularidad. En este sentido, el número de hogares familiares encabezados por mexicanos en 2007 fue de 4.1 millones, de los cuales sólo 33% estaba formado exclusivamente por personas nacidas en México y el resto (67%), con miembros de otras nacionalidades, principalmente estadounidenses, lo que podría indicar que son hijos de inmigrantes mexicanos nacidos en ese país.

    Un incremento de los riesgos y costos de la migración indocumentada. Los migrantes mexicanos, con el fin de evitar las estrategias de control cada vez mayores en los puntos tradicionales de internación a Estados Unidos, como Tijuana, Ciudad Juárez y Nuevo Laredo, se han desviado hacia puntos de cruce más inhóspitos, como Agua Prieta, El Sásabe, Sonyta, Sáric y Naco, entre otros. Esto ha provocado que el número de muertes en la frontera, entre 1993 y 1994, se haya triplicado.

    Un estudio del Banco Mundial (Bourguignon, Byerlee y Janvry, citado en Delgado, 2008) señala que las políticas agrarias impulsadas en México han expulsado a un total de 6.2 millones de campesinos, casi un cuarto del total de habitantes del medio rural en el país. Igualmente, se informa que el poder adquisitivo de esta población ha disminuido 30% desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Delgado (2008, p. 3) sostiene que, de esta forma, si se consideran familias rurales de cuatro miembros (padres y dos hijos), uno de los progenitores habría emigrado. Sin embargo, CONAPO (2012, p. 14) sostiene que actualmente existe una mayor diversificación regional en las zonas de intensidad migratoria, puesto que hay una progresiva expansión hacia las áreas urbanas, lo que deriva en una presencia cada vez más notoria de emigrantes procedentes de ciudades y centros urbanos. En el período 2000-2010, los migrantes procedentes de localidades urbanas (mayores de 15 mil habitantes) pasaron de representar 50% del flujo total en el primer año de ese lapso a 63% en el último año.

    Otro dato para comprender la importancia de la migración mexicana es el ingreso de recursos al país por remesas familiares, que en 2011 sumó $22,730.9 millones de dólares, cifra 6.86% mayor respecto a los $21,271 millones captados en 2010, según datos del Banco de México (2011, p. 121). Aunado a lo anterior, la tradición de algunos estados de ofrecer mano de obra, año con año, al otro lado de la frontera, repercute en su creciente despoblamiento. De acuerdo con los Índices de intensidad migratoria México-Estados Unidos a nivel nacional (CONAPO, 2012), Zacatecas ocupa el primer lugar de migración con 4.5% de viviendas con emigrantes a los Estados Unidos y 2.33% de viviendas con migrantes circulares, esta entidad también tuvo 5.56% de viviendas con migrantes de retorno. Lo anterior lleva a algunos autores a hablar de una cultura de la migración (Durand, 1998), entendida como un sistema integrado de normas, valores y sanciones que regulan la actividad migratoria, el cual es a su vez producto del perfeccionamiento de los mecanismos de socialización, y permite a los nuevos migrantes integrarse con facilidad al flujo migratorio y manejarse en circuitos trasnacionales.

    El flujo migratorio de mexicanos

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