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Guardián: Una historia acerca de los cielos y la creación
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Guardián: Una historia acerca de los cielos y la creación

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About this ebook

Un encuentro improbable en África cambiará el curso y el entendimiento de toda nuestra historia. Una cueva, una luz y una visión marcarán el inicio del final...
LanguageEspañol
Release dateAug 11, 2017
ISBN9788417037901
Guardián: Una historia acerca de los cielos y la creación
Author

Hannia Corena

Abogada colombiana. Nace en Magangué, Bolívar, el 9 de Septiembre de 1987. Hija de una periodista y un médico. Su tío es encuadernador de libros y gracias a esto crece rodeada de muchos textos: una biblioteca dinámica, en donde los libros iban y venían, y otros se quedaban para siempre. Este dinamismo despierta su curiosidad y su vocación, y le permite conocer el mundo. El 3 de Enero del 2016, con una canción y una escena muy peculiar en su cabeza, comienza el primer capítulo de Guardián. La experiencia de redactar ese primer capítulo y de descubrir la historia que sus personajes le narraban, le revela su gran pasión: la escritura. Actualmente se encuentra escribiendo la segunda parte de esta saga.

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    Guardián - Hannia Corena

    GUARDIÁN

    UNA HISTORIA ACERCA DE LOS CIELOS Y LA CREACION

    HANNIA CORENA

    GUARDIÁN

    UNA HISTORIA ACERCA DE LOS CIELOS Y LA CREACION

    HANNIA CORENA

    Guardián. Una historia acerca de los cielos y la creación

    Hannia Corena

    Esta obra ha sido publicada por su autor a través del servicio de autopublicación de EDITORIAL PLANETA, S.A.U. para su distribución y puesta a disposición del público bajo la marca editorial Universo de Letras por lo que el autor asume toda la responsabilidad por los contenidos incluidos en la misma.

    No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del autor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).

    © Hannia Corena, 2017

    Diseño de la cubierta: Dario Lorenzon (flickr.com/photos/dariolorenzon/)

    Imagen de cubierta: ©Shutterstock.com

    universodeletras.com

    Primera edición: septiembre, 2017

    ISBN formato papel: 9788417139438

    ISBN libro electrónico: 9788417037901

    Especialmente a AC y a RN, porque unidos son mi guardián.

    A SN, por ser dos soles a la vez.

    A JD, cuando naciste una estrella evolucionó.

    A MD, no has nacido pero iluminarás todo a tu paso.

    A CN, mi lectora, mi satélite en la distancia.

    Y a todo aquel que tuvo fe.

    Si hay algo de lo que me enorgullezco, exceptuando el tono de mi voz, tendría que ser mi curiosidad. Es una cualidad insaciable y determinante. Define hasta dónde puedo llegar, mis anhelos y seguro definirá mi fin. Personalmente espero vivir muchos años, pero en ocasiones acepto que el destino puede estar echado. Nosotros solo jugamos con las cartas.

    1. Y acaeció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra y les nacieron hijas, 2. y viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí esposas, escogiendo entre todas.

    Génesis 6–1,2

    1. La Cueva

    Una tarde de verano, mientras me encontraba cumpliendo el sueño de visitar la cueva de Tassili n'Ajjer durante mi visita a Argelia, y asombrada por las pinturas rupestres que veía, tomando nota y fotografías de cada detalle interesante, algo al fondo de la cueva llamó mi atención. Era una luz muy pequeña, de color azul claro, que titilaba. Al verla sentí miedo; un sentimiento natural e incontenible, pero sobretodo sentí curiosidad. ¿Tal vez era alguien que pedía auxilio con su móvil? Me acerqué a investigar.

    Se suponía que hoy las cuevas estarían cerradas al público. Por lo visto mi pase privado, logrado al mover algunos contactos políticos locales y con fines investigativos, no era tan exclusivo.

    A medida que me acercaba sentía un poco de claustrofobia. No soy tan amante de los lugares cerrados, pero mi curiosidad podía más que mi incomodidad. Por si servía de algo, caminé con cautela. Para mi asombro, la fuente de la luz se fue esclareciendo: era como un reloj en la muñeca de un hombre. Me tranquilicé, nada fuera de lo normal, aunque se encontraba en un lugar oscuro, alejado de la ruta habitual de las visitas guiadas. Sin embargo, al dar varios pasos más, pude ver con mayor claridad la vestimenta del hombre; un traje blanco con gris, ajustado, con guantes y capucha... Todo lo que iba revelando la luz del reloj.

    Sin duda su aspecto desentonaba con el lugar. Lucía como un astronauta. Su cabello parecía ser de un color castaño oscuro, un poco largo y ondulado. Su piel era blanca y de su cara solo se podía ver el perfil.

    ¿Debería preguntarle si necesitaba ayuda? No parecía perdido, ni confundido, veía una pared rocosa mientras posaba su mano en ella, una y otra vez, como quien se encuentra de pie frente a un recuerdo.

    Me decidí y lo saludé.

    Hola, ¿necesitas ayuda?... Se suponía que hoy las visitas estarían prohibidas Dije cerciorándome de pisar bien una roca. ¿Te puedo ayudar en algo? Pregunté en tono amable.

    En respuesta volteó la mirada, estupefacto... Definitivamente no esperaba compañía. Sentí una corazonada, quizás el joven planeaba algo ilegal y ahora yo era una testigo y... Bueno ya sabemos cómo acaban esos encuentros. Intenté calmarme. Decidí dejar de avanzar. Nos encontrábamos a muy pocos metros. No supe la razón del por qué no me escuchó venir.

    El seguía decidiendo qué hacer; si huir o ignorarme, y veía su reloj como si lo culpara de mi presencia.

    ¿Estás bien? Insistí. No se veía peligroso y ahora sí parecía perdido.

    Estoy bien... Gracias Respondió finalmente, como dándose por vencido, pero al parecer sin entender la situación. Me sonrió por cortesía.

    Lindo atuendo, ¿no sientes calor usando esos guantes? Me sentí obligada a preguntarle. La temperatura se encontraba alrededor de los 27 o 30 grados dentro de la cueva.

    Parecía de mi edad, pero ese traje parecía tan extraño... A veces no entendía a mi generación. Se acercó lentamente a mí, deliberando cada paso, bajando la guardia, como quien acepta la derrota.

    Este traje es especial, lo uso por necesidad Su acento era un poco extraño. Aunque parecía dominar el español perfectamente —algo raro en la región— era evidente que no era su lengua nativa.

    Entiendo. ¿Qué veías en ese lado? No está iluminado Nuevamente se imponía mi curiosidad. Él sonrió.

    ¿De verdad quieres ver? Me preguntó, alzando su ceja izquierda.

    ¡Por supuesto que sí! Respondí amablemente pero sin lugar a dudas emocionada.

    ¿Te puedo contar un secreto?... No le puedes decir a nadie Preguntó con ojos expectantes.

    No veo a nadie que nos rodee... Solo estamos estas hermosas pinturas rupestres, tú y yo Sonreí... Pero decidí responder formalmente ya que mi broma al parecer no había sido suficiente No se lo diré a nadie. ¡Prometido!

    Lentamente nos adentramos en la cueva, hacia la pared rocosa. Compartir un secreto me hizo olvidar cualquier miedo... Sentí que ahora éramos cómplices pues bajamos la guardia.

    "Te lo mostraré porque estoy seguro que nadie te va a creer, si es que llegas a romper tu promesa Me miró sonriente y con mucha confianza en sus palabras Además solo yo puedo mostrarlo" Añadió.

    Sí, sí, lo que tú digas Moví la mano como si estuviese limpiando el ambiente ¡Quiero verlo! Alisté mi cámara fotográfica y por su expresión supe que había conocido mi faceta de investigadora intensa. Los dos sonreímos.

    De su hombro extrajo una especie de bolígrafo. Presionó algún botón que no vi y del pequeño aparato emanó una luz holográfica... Interesante tecnología. Dejé de darle importancia a la luz cuando observé que revelaba un dibujo en la roca. Era el mismo efecto de la luz ultravioleta. Pude observar lo que parecía un hombre pequeño o un niño cerca de una esfera adornada con muchos detalles pequeños. Aquel niño parecía saludar.

    ¡Dios mío! Dije lentamente y con tono de reproche ¡Estoy completamente segura que tu grafiti es ilegal! ¡Estas cuevas están protegidas por las autoridades locales y son un patrimonio cultural! ¡No puedes venir y dibujar garabatos a tu antojo! Lo miré decepcionada. ¡Claro! Era un vándalo con traje chistoso.

    El resopló sonriente en la oscuridad ¿Hace cuánto están protegidas? Me preguntó desafiante pero completamente calmado.

    No estuve segura de la fecha así que decidí usar la lógica Pues muy seguramente desde su descubrimiento

    Te informo que no lo dibujé yo. Y la persona que lo dibujó lo hizo hace mucho tiempo, cuando no las habían descubierto, así que ningún delito se ha cometido

    Su explicación fue certera pero me dejó confundida. Me seguía mostrando el dibujo. En su cara me pareció leer tintes de melancolía y tristeza. Me sentí conmovida por un segundo, pero recordé sus palabras.

    Pero si las descubrieron aproximadamente en el año 1900... No creo que haya existido ese aerosol especial en esa época. Lo dudo mucho Me hubiera gustado saber la fecha exacta de la creación del primer aerosol, y de esa tinta en particular, para refutarle certeramente.

    Puedes estar segura que éste es un retrato muy antiguo Bajó el bolígrafo y el dibujo desapareció. Observé varías veces pero definitivamente el dibujo ya no estaba. Usé la linterna de mi móvil para iluminar pero no había rastro alguno de aquella visión. Le tomé fotos pero mi cámara no registró nada.

    El caminó, abandonando la oscuridad. Pude ver su rostro completamente. Sus facciones eran agraciadas y en su expresión se vislumbraba algo de nostalgia. Al ver su actitud decidí que no me mentía.

    Siguiendo las buenas costumbres me presenté formalmente Mucho gusto, mi nombre es Antonia Por cautela no le di mi apellido. Le ofrecí un apretón de manos.

    El gusto es mío. Yo soy Anrael El tacto con el guante fue inesperado. Había olvidado por un momento que los traía puestos.

    Fruncí el ceño, curiosa nuevamente: Si no es muy descortés preguntar, ¿por qué necesitas los guantes en estas cuevas? Cualquier excavación debía estar autorizada y no tenía el aspecto de ser alguien facultado para ello.

    Alergias Su respuesta fue cortante y amable. La acepté, no quise entrometerme aún más en sus decisiones. Él era libre de vestirse como quisiera. Además parecía no traer ninguna herramienta consigo.

    El dibujo es muy lindo. Y es asombroso que sea tan antiguo. ¿Quién es el hombre? ¿Qué era esa esfera?... No me digas que es un OVNI Creo que no podía controlar mi curiosidad a estas alturas del asunto. Estas pinturas rupestres son muy famosas por las situaciones y personajes tan extraños que retratan.

    Él sonrió. Era evidente que no estaba seguro si contarme o no. ¿Qué haces tú aquí? ¿Qué te trae por esta cueva? Preguntó. Me sorprendió el giro de la conversación.

    Vine por una investigación y aprovechando mis vacaciones. Mi visita se suponía que era el día en que la cueva estuviera cerrada al público. Tal vez hubo un error en el itinerario Respondí.

    No ha habido ningún error Me aseguró.

    Ok... ¿Conseguiste un permiso especial también? Pregunté, creyendo en sus palabras.

    No Respondió mientras miraba su reloj como si buscara ahí la justificación de nuestro encuentro. De todo esto. Era obvio que me respondía automáticamente. Algo más ocupaba su atención.

    Te prometo que no diré nada sobre el dibujo. Ni siquiera se ve. Así que no hay problema. Es una verdadera lástima pues merece algo de atención si es tan antiguo como dices

    Me miró con ojos amables No te imaginas la atención que recibiría Procedió a tomar asiento en una de las rocas más grandes. Parecía tener la voluntad de responder mi pregunta sobre el dibujo... O al menos eso esperaba...Ese hombre soy yo. Es un retrato que me hicieron hace 14.400 años terrícolas Por más honestidad que había en su rostro no pude evitar mirarlo incrédulamente.

    ¡Y yo soy la Mona Lisa! Reí naturalmente pero el sonido se fue disipando dentro de la cueva. El me miraba muy serio. No estaba asombrado de mi escepticismo. Para él era quizás una reacción humana y nada más.

    ¿O sea que tienes más de 14.400 años? No me digas que eres inmortal o algo así Lo miré escéptica.

    14.400 años terrícolas son 4 años en mi planeta. Ese dibujo me lo hicieron hace 4 años nada más Fruncí aún más el ceño al escucharlo. Él sonrió. Estás en presencia de un, como tú dirías, alienígena. Ese dibujo lo hizo una joven que me apreciaba. Murió hace mucho tiempo. Yo le proporcioné la tinta. Lo hizo como regalo de despedida. Prometí volver pero... Me demoré un poco

    La naturalidad con que me hablaba, como si me estuviera narrando un día en el parque... Me causó pánico. Soy buena demostrando control pero de repente con esa información... Y ese traje, que a la luz evidenciaba un material extraño para mí... Su mirada, sus ojos cafés claros. Mi corazón empezó a latir rápidamente. Él lo notó, procedió a digitar algo en su reloj, tomó mi mano y una sensación de calma me invadió. ¿Qué era todo esto? Quería irme de ahí... Huir.

    Sus facciones me parecían cada vez menos humanas. Mi miedo estaba jugando con mi objetividad. Las pinturas rupestres pasaron de ser un escenario mágico a ser destellos indirectos y sombríos en mi vista periférica, puesto que no dejaba de ver sus ojos.

    Pero algo era mi voluntad y otra cosa lo que físicamente sentía. Me sujetaba la mano y la calma persistía.

    No temas Su voz hizo eco.

    Entre más me inundaba la calma, más era consciente de la contradicción entre el efecto de su guante y lo que en realidad sentía. Era como si mi cerebro y mi cuerpo estuviesen desconectados... Y más me desesperé. Y más calma experimenté.

    Digitó nuevamente algo en su reloj y la calma venció mi desespero.

    Eres libre de irte en cualquier momento. No vine a la Tierra a intervenir en el curso de tu historia. Te doy mi palabra No vi certeza total de eso en sus ojos.

    Soltó mi mano. Hizo un gesto para que me retirara si así lo quería. Pero mi curiosidad me jugó en contra.

    ¿No tengo por qué temer entonces? Pregunté.

    No hay ninguna razón

    Suspiré ¿Por qué viniste...? ¿O volviste? ¿Me estoy metiendo en algún problema al tener esta clase de intercambio contigo? ¿De dónde eres?

    Entiendo que tengas muchas preguntas y estoy dispuesto a responderlas todas, pero primero quiero saber qué religión profesas Dispuso con seguridad.

    ¿Religión? ¿Qué relevancia tendría ese tema? Pues no me gusta creer en un solo Dios, existen tantas religiones que no sé si sean varios dioses o uno. Y tengo tantos interrogantes, veo tantas injusticias que no sé qué clase de Dios tenemos, si es que lo tenemos

    El me miró fijamente, asimilando mi respuesta.

    Antonia, yo he venido a visitar este lugar porque así lo prometí. No pude venir antes pues estuve comprometido con mi pueblo, pero quise cumplir con mi palabra, aunque fuera tarde Hizo una pausa y prosiguió En la época que tú conoces como el paleolítico llegaron unos tripulantes a la Tierra. Las naves eran provenientes de mi planeta. Su nombre es Naiiváre, en el sistema solar de la estrella Sirio A. Mi planeta es un lugar fantástico... Sonrió Tus ojos no lo creerían

    La curiosidad en mi rostro debió ser tal que no se necesitaron preguntas de mi parte. Y tampoco quise interrumpirlo.

    Nuestras visitas tuvieron y tienen un fin específico: necesitamos oro, pero para un fin mayor, no para vanagloriarnos con prendas y joyerías, ese uso es exclusivamente terrícola y en parte es por nuestra culpa: hemos escaseado tanto las reservas auríferas que el hecho de que un humano tenga oro es motivo de admiración... Además su función ornamental está ligada a las ofrendas de oro que nos hacían los humanos... Es por esto que en la antigüedad el oro era significado de divinidad... Pero el oro es más que eso, el oro es un material conductor de electricidad y de calor, y a través de un proceso físico-químico muy complejo, cuya fórmula es protegida, podemos curar nuestra atmósfera Me miró fijamente y siguió narrando. Mientras lo hacía solo podía pensar en el mito sumerio y sus dioses.

    Desde nuestra primera visita hemos creado asentamientos mineros y actualmente el sistema sigue. Es la base económica en la cual la civilización humana se ha fundamentado. En los primeros viajes, mi Padre y mi Tío, junto con la tripulación que estaba a su cargo, crearon una nueva raza a su imagen y semejanza. Verás, el hombre primitivo era indomable, pero mi Tío, un genetista, modificó el genoma de tus antepasados, mutándolo con el nuestro para poder lograr el cometido: crear una raza trabajadora y explotar tanto oro como fuera posible. Gracias a él, y a su creación, mi planeta se encuentra a salvo. Estamos viviendo una transición cósmica y muy pronto será innecesario el oro, sin embargo somos unos seres precavidos que entendemos los vaivenes de la naturaleza

    Creo que mi expresión pasó de asombro a decepción ¿Es decir que detrás de nuestras religiones están Uds.? ¿Y sus intereses egoístas?... La Tierra es una fuente finita de recursos... ¿Qué pasará cuando el oro se acabe? ¿Contaminan nuestra atmósfera para salvar la suya? Me sentí usada.

    El guardó silencio por un momento En este proceso muchas han sido las acusaciones y posiciones. Hay quienes quieren aniquilarlos por ser una creación llamada a perecer, otros optarían por separar a los humanos de este proceso y no explotarlos más, y están quienes opinan que todo debe seguir su curso natural. El futuro de la Tierra y el futuro de sus habitantes todavía no se ha decidido, pero algo es cierto, planetas como este hay y muchos

    Pero éste es el nuestro Dije con impotencia.

    Y así lo es porque nosotros así lo decidimos

    2. Verdades

    Estaba enojada, decepcionada, confundida, asustada... Tanto al mismo tiempo.

    ¿Quién te crees que eres? Pregunté sin ninguna intención de esconder cómo me sentía.

    "Técnicamente hago parte del linaje de los dioses creadores de la raza humana. Escuchamos cada plegaria, cada alabanza, pero no la escuchamos como Uds. creen... Pero soy en realidad un Vigilante y Protector de los Cielos y la Creación"

    ¿Por qué me cuentas todo esto? Me preocupé.

    "Puedes estar completamente confiada que no lo hago para después tener la obligación de aniquilarte. Nosotros también experimentamos sucesos inexplicables. Intervenciones extrañas. Siempre que visitamos la Tierra y nuestra tecnología presenta interferencias, existe una razón. En el Universo nada ocurre por casualidad"

    ¿Quieres decir que estoy aquí por una razón? Mi confusión incrementó mientras mi curiosidad era cada vez más insaciable.

    "Así es. ¿Para qué esconderme? ¿Huir? Si lograste verme debo obedecer los Mandatos del Destino. Sinceramente jamás pensé que esto me pasaría. Que a esta edad cuántica yo hiciera parte de alguna intervención. Yo..."

    Esa última palabra la mencionó con tanto desdén, como si no tuviera fe en sí mismo.

    "¿Qué quieres decir?... «Si logré verte»..." Pregunté confundida.

    ¿Podrías buscar tu cámara?

    Doblé mi torso en busca de mi móvil y se lo mostré.

    Tómame una foto, por favor Dijo.

    Con toda naturalidad lo enfoqué... Pero no pude verlo. Me sentí sola por un momento. Bajé la cámara y ahí estaba. Busqué enfocarlo una vez más a través de la pantalla pero el dispositivo no captaba su cuerpo. Solo podía ver sus piernas y sus manos en mi vista periférica... Y me di cuenta que estaba en frente de un dios extraterrestre, de acuerdo a lo que me decía. Y que todo era verdad. Y todo sonaba muy... Vomité. Mi estómago se revolvió. Las náuseas eran incontrolables. La cámara cayó en el suelo sin sufrir daños aparentes.

    Calma, calma. No te voy a hacer daño... Por favor, no temas Acercó sus manos con intención de auxiliarme, pero desistió al verme recuperar mi postura con determinación Entiendo que éste es un cambio brusco y es mucho por asimilar, pero debes tener el coraje para enfrentar una situación como ésta. Si estás hablando conmigo es porque lo tienes

    Asimilé el trasfondo de sus palabras y busqué calma en mi interior.

    Tengo muchas preguntas para ti... Y quiero todas las respuestas, claras y precisas

    No sé responder de otro modo Alzó los hombros levemente.

    ¿Eres malo o bueno? ¿Existirá la paz mundial? ¿Por qué hay tanta maldad en esta creación? ¿Cómo se puede solucionar eso? ¿Existe vida después de la muerte? ¿Cuántos dioses hay? ¿Qué hay de los sucesos paranormales? Explícame eso. ¿Y las pirámides? ¿Las brujas? ¿Los fantasmas? ¿Los vampiros? ¿Los hombres lobo? ¿Los poderes que algunos humanos afirman tener? ¿La telequinesis? ¿Las premoniciones? ¿El poder de la sanación? ¿Y por qué tanta injusticia? Uds. no parecen ser dioses muy justos... Más bien humanos... ¿Qué pasa si alguien como tú se reproduce con un humano? ¿Y qué es una edad cuántica?... Por ahora son todas las preguntas que puedo ordenar en mi cabeza, pero créeme, tengo muchas más Le dije casi en amenaza.

    Creí haber vislumbrado una sonrisa ¿Te gustaría saber todas las respuestas en un escenario más contextualizado? Estas cavernas son hermosas, pero me dan mucha nostalgia. Además creo que tu entendimiento se abrirá en un lugar más acorde

    ¿Y dónde es eso?

    Acompáñame Se puso de pie.

    Acepté la situación, así como él lo había hecho hacía unos minutos. Entendí esa expresión de derrota y conformismo. Mientras abandonábamos la cueva me concentré en sus movimientos; su manera de caminar me pareció muy humana. Simplemente era como cualquier hombre normal, solo loco e invisible ante las cámaras.

    Cuando estuvimos fuera contemplé el paisaje, las montañas en el horizonte, el ocaso, la vegetación y el suelo árido color bronce, una visión cautivante que reclamó mi atención...

    Me señaló la Luna. Eran aproximadamente las 6:OO PM. Allá

    Sonreí Estás demente

    ¿Por qué? La vista es magnífica. La Tierra es un planeta hermoso. No es el más especial, pero tiene lo suyo

    De niña le tenía miedo a la Luna, solía sentarme en el regazo de mi abuelo materno y el cariñosamente me la señalaba, pero yo le tenía pánico a tan corta edad. Ahora no, naturalmente.

    "Creo que sufriría un ataque cardíaco si veo la Tierra desde esa perspectiva. Preferiría escuchar todas las respuestas desde mi hogar"

    Entendible. Entonces en la cueva no, por mi comodidad. Justamente ya me iba, no planeaba pasar tanto tiempo ahí. ¿A dónde te gustaría ir? Su acento se iba neutralizando.

    ¿A dónde me gustaría ir?... Las posibilidades sonaban literalmente infinitas.

    Siempre he querido visitar Escocia Mordí la uña de mi dedo pulgar.

    Ok... Digitó

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