EL ESCÁNDALO BOLLINGEN
Pocos años después de la Segunda Guerra Mundial, en 1949, Estados Unidos premió a un escritor que había apoyado vehementemente el fascismo italiano, que a veces se había pronunciado a favor de Hitler y que, desde luego, era antisemita. Solo había esquivado la condena por traición porque había perdido la cabeza meses antes de que lo juzgaran.
Ciertamente, Ezra Pound (1885-1972), el personaje del que hablamos y uno de los grandes poetas del siglo xx, había convertido su vida en una obra de arte… a medio camino entre el teatro del absurdo y la militancia política estrambótica. A pesar de eso, su fascismo no fue una veleidad de última hora, y mucho menos algo puramente histriónico. Empezó a creer en estas ideas alrededor de 1923, e incluso quiso promoverlas en su país en sus reuniones con políticos estadounidenses. En 1933 se citó con su
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