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Encontrando el Amor
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Ebook154 pages3 hours

Encontrando el Amor

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About this ebook

La joven Diana decidió que le gustaba la esgrima más que ser una dama, pero algunas veces resultaba necesario plegarse a las reglas de la sociedad era un mal necesario.  El Salón de la Fortuna le ofrecía la oportunidad para usar su amor por la esgrima, y los bailes de sociedad eran el lugar perfecto para encuentros clandestinos.

Su conducta traviesa, el juego, y el costoso brandy eran en Luther Wright, Conde de Northesk, sus vicios favoritos.  Cada uno jugaba una parte para ocultar los demonios que lo acosaban.  Todo cambia una noche y se obliga a cuestionar cada decisión que ha tomado.

Después de tener la oportunidad para encontrarse en uno de los encuentros de esgrima de Diana, Luther decide cortejarla.  Se enfrentan el fuerte temperamento de ella y la necesidad de él por protegerla  - solo el tiempo dirá si lograrán encontrar la forma de superar sus diferencias, y a así, encontrar un amor duradero.

LanguageEspañol
Release dateDec 2, 2019
ISBN9781071519042
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    Encontrando el Amor - Dawn Brower

    Encontrando el Amor

    Encontrando el Amor

    El Escándalo se Encuentra con el Amor - Dos

    Dawn Brower

    Traducido por Ana Medina

    Índice

    NOTA DE LA AUTORA

    Agradecimientos

    Prólogo

    CAPÍTULO UNO

    CAPÍTULO DOS

    CAPÍTULO TRES

    CAPÍTULO CUATRO

    CAPÍTULO CINCO

    CAPÍTULO SEIS

    CAPÍTULO SIETE

    CAPÍTULO OCHO

    CAPÍTULO NUEVE

    CAPÍTULO DIEZ

    CAPÍTULO ONCE

    ACERCA DE LA AUTORA

    TAMBIÉN DE DAWN BROWER

    EXTRACTO: El Conde De Harrington

    PRÓLOGO

    CAPÍTULO UNO

    EXTRACTO: Una Novela Corta sobre un Escándalo que se Enfrenta al Amor

    Prólogo

    Tus comentarios y recomendaciones son fundamentales

    babelcube

    Encontrando el Amor

    Escrito por Dawn Brower

    Copyright © 2019 Dawn Brower

    Todos los derechos reservados

    Distribuido por Babelcube, Inc.

    www.babelcube.com

    Traducido por Ana Medina

    Diseño de portada © 2019 Victoria Miller

    Babelcube Books y Babelcube son marcas registradas de Babelcube Inc.

    Este es un trabajo de ficción. Nombres, personajes, lugares, e incidentes son producto de la imaginación de la autora o son utilizados de forma ficticia y no deben ser considerador reales. Cualquier parecido con lugares, organizaciones o personas reales, vivas o muertas, es enteramente fortuito.

    Encontrando el Amor © 2019 Dawn Brower

    Diseño de la Cubierta por Victoria Miller

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser utilizado o reproducido electrónicamente o de forma impresa sin autorización escrita, excepto en caso de citas breves incluidas en reseñas.

    Este libro es para todo aquel que cree en el amor y espera encontrarlo algún día. Algunas veces solo tienes que tener fe, y algunas veces ha estado allí todo el tiempo. Continúa creyendo y algún día el amor podría encontrarte.

    NOTA DE LA AUTORA

    Este es el segundo libro en serie que escribo con Amanda Mariel. En realidad es sorprendente que no hubiésemos trabajado juntas mucho antes dado que hemos hecho muchas cosas juntas hasta ahora. Espero que todos disfruten cada libro y continúen leyendo a medida que se desarrolla esta serie. Continúen leyendo por un extracto de la historia de Lulia que será publicada en Diciembre. Un Beso Gitano En Navidad.

    Agradecimientos

    Como siempre mi agradecimiento a mi diseñadora de cubiertas, Victoria Miller. Eres tan fabulosa como siempre. Gracias también a Elizabeth Evans – haces que escribir sea divertido. Gracias por tu ayuda y por leer todos mis borradores.

    Gracias especiales a Amanda Mariel por trabajar conmigo. Es agradable trabajar con alguien que siempre será parte de mi vida. Ha sido divertido y espero con ansia terminar esta nueva serie contigo.

    Prólogo

    Norfolk, Inglaterra 1806

    El sol de inicios del verano brillaba con fuerza en el cielo de la tarde. Grandes nubes blancas flotaban a través del horizonte azul. Todas las señales auguraban un día maravilloso de diversión y Lady Diana Thomas esperaba que el clima se mantuviera para garantizarlo. Su padre era el Conde de Bristol y junto con el Conde de Northesk eran anfitriones de una feria en el pueblo entre sus dos propiedades. Por un corto tiempo hubo cierta preocupación de que la feria no se realizaría como estaba programada. El Conde de Northesk murió de repente y su hijo estaba de luto por su pérdida; sin embargo, insistió en que los habitantes de la villa no serían decepcionados. Lord Bristol había aceptado asumir la mayoría de los preparativos para liberar al nuevo conde de tales tareas. Lo que eso significaba en realidad era que Diana tendría mucho más de qué encargarse. Sin embargo a ella no le molestaba. La feria continuaba siendo algo que a ella le encantaba y hacia la cual siempre sentiría afecto.

    El evento anual podía ser rastreado por varias generaciones y todos en el área la esperaban con ansia. La feria fue cambiando con los tiempos. Se agregaban nuevas cosas y se realizaban mejoras. Este año se realizaría un nuevo enfoque en la obra de Shakespeare. Diana no podía esperar para ver cómo se desarrollaba todo. Los gitanos contratados para encargarse de algunos de los juegos y otros entretenimientos también regresaban cada año. Conocía a muchos de ellos por sus nombres y los consideraba una especie de amigos.

    Diana caminó entre todas las exhibiciones para asegurarse de que todo estaba listo para comenzar. Los habitantes de la villa ya estaban comenzando a llegar y pronto la pequeña aristocracia los seguiría. Era uno de los únicos días en que todas las clases se mezclaban y no pensaban en eso. Todos eran parte de la comunidad y era un día para divertirse.

    —Lady Diana, —la llamó un hombre.

    Ella se volteó al escucharlo y frunció el ceño. Luther Wright, el nuevo Conde de Northesk estaba detrás de ella. ¿Qué estaba haciendo en la feria? Su padre había dejado bastante claro que no esperaba la presencia del conde. Los condes eran los anfitriones pero en realidad no participaban mucho en las actividades. Hacía una aparición y se quedaban por una hora aproximadamente, luego regresaban a sus respectivas propiedades. Sin embargo, en esta oportunidad, nadie pensaba que el Conde de Northesk se presentara en lo absoluto.

    —Mi Lord, —dijo e hizo una rápida cortesía. —¿En qué puedo ayudarlo?

    Él frunció el ceño y agitó una mano hacia la feria. —No recordaba que fuera tan – extensa.

    Había agregado varios puestos y construyeron un escenario temporal para algunos de los espectáculos. Ella no comprendía por qué parecía tan confundido por todo ello. Tal vez se agregaron varios entretenimientos adicionales. Nada que debiera sorprenderlo tanto… —La feria es como siempre la he recordado. —Diana decidió actuar como si no comprendiera a qué se refería. —No recuerdo que usted asistiera en los últimos años. ¿No estaba usted de viaje?

    Al final comprendió que él había salido de Oxford y había viajado por un año. Apenas había regresado recientemente. Diana no recordaba que él fuera tan – guapo. Sus rizos caían alrededor de sus orejas y cuello y brillaban con fuerza bajo los rayos del sol. Sus ojos verdes eran del color del jade y parecían casi tan duros como la piedra.

    Él suspiró y luego frotó su rostro con sus manos. —No está equivocada. Ciertamente elegí viajar. Algo de lo que me arrepiento ahora que he perdido tiempo que pude pasar con mi padre si hubiera sabido…

    Diablos. Tenía que hacerla sentir mal. —Lo lamento. Fue rudo de mi parte recordarle su pérdida.

    —No, —dijo él sacudiendo la cabeza. —Es mi culpa. No debía haber venido hasta acá.

    Lord Northesk se volteó y se dirigió en dirección opuesta a la feria. Diana suspiró y consideró lo que debía hacer a continuación. El nuevo conde había sido su vecino desde que podía recordar. Sus padres no habían ocultado en secreto su esperanza de que ella llamara su atención en algún momento. Esperaban que ella se casara con él y permaneciera cerca. Sería muy afortunado si eso sucediera. Sin embargo Diana tenía otras ideas sobre su futuro. No estaba completamente segura de querer casarse, y no mostraba ningún indicio de que se convertiría en una gran belleza tampoco. Su cabello rubio era apagado y sus ojos azules eran tan pálidos que no inspiraban a nadie para que escribieran poesía sobre ellos. Este era su verano número dieciséis y pronto tendría su presentación en sociedad en Londres. Tenía pocas esperanzas de que algún caballero la solicitara. Tenía una dote decente y conexiones, pero poco más. Este señor ni siquiera podría cortejarla apropiadamente hasta que terminara su luto – aunque eso no importaba mucho. El Conde de Northesk no era para ella y nunca lo sería. Tal vez terminara como la fea del baile, y posteriormente se convertiría en solterona. Un destino que ya había aceptado y que contra el que había decidido no luchar. Tenía otras cualidades que ofrecer a la sociedad y dedicaría su vida a usarlas. Tal vez un día sería dama de compañía o tendría suficientes fondos para viajar alrededor del mundo tanto como lo había hecho el Conde de Northesk.

    Suspiró y corrió para alcanzar al conde. —No se vaya, —le gritó.

    Él se detuvo y luego la miró. —¿Por qué no?

    ¿En realidad necesitaba una razón? Ella resopló. ¿Cuándo se había convertido en su responsabilidad arreglar todo para él? Probablemente cuando su padre le había asignado la tarea de planificar la feria… —Está sufriendo y probablemente este sea el último lugar en que quisiera estar, pero pienso que podría ser el lugar que necesita. Este debe ser un día feliz y si usted se permite disfrutarlo tal vez incluso logre divertirse aunque solo sea por un momento.

    —La felicidad no es algo que yo merezca.

    —Todos deben tener un poco de felicidad en sus vida, mi lord – incluso usted. Quédese. —Le sonrió. —Su padre era una gran parte de la feria. Si no lo hace por usted, entonces quédese por él.

    Quizás la escuche e intente encontrar algo bueno en la feria. De cualquier forma, ella hizo su parte e intentó convencerlo sobre la sabiduría de quedarse. Al final dependería de él lo que eligiera hacer. Ella no se atrevió a intentar discernir los pensamientos internos de la mente masculina.

    —Tal vez regrese luego, —le respondió. —Por ahora, si me disculpa, debo partir.

    Tan frío, pero en realidad no podía culparlo por eso. En su lugar ella tal vez reaccionaria de manera similar. Diana no podía imaginar cómo sería perder a uno de sus padres. Afortunadamente, ambos estaban muy vivos. —Espero que lo haga, —le dijo ella. —Siempre que el clima se mantenga tan agradable, el resto de las festividades deberían realizarse sin problemas. Que tenga un buen día, mi lord.

    Él asintió y luego continuó caminando hasta que llegó a su caballo. Luego subió sobre su lomo y lo llevó a medio galope. Pronto era una pequeña silueta en la distancia y luego desapareció por completo. Diana se alejó del camino que llevaba al Castillo de Northesk y regresó a la feria. Los puestos estaban rodeados por personas de la villa y las risas flotaban en el aire. Un pequeño muchacho estaba lanzando una pelota hacia una serie de cubos y gruñía cuando fallaba. Continuó caminando hacia el área donde habían colocado el escenario para presentar las obras. No tuvieron que esperar mucho antes que salieran dos hombres usando máscaras.

    El primer hombre gritó sus líneas. —Se lo ruego, buen Mercurio, retirémonos. El día está caluroso, los Capuleto están agitados, Y si nos encontramos no podremos escapar del enfrentamiento, Por ahora, en estos días calurosos, hierve mucho la sangre. —Estaban representando una escena de Romeo y Julieta.

    Diana se emocionó mucho más. Era una escena de pelea y

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