El aprendiz que descubrió el gran secreto: Una historia transformadora

INTRODUCCIÓN

E

sta es una obra de ficción, y por lo tanto es importante advertir que El Aprendiz Que Descubrió El Gran Secreto es un libro simbólico, y por ende varios de los lugares geográficos han sido ambientados, desarrollándose durante la época del imperio bizantino.  Esta obra de ficción relata la historia de Kadmiel, un personaje cuyo sendero ha sido en muchas formas parecido al mío. Desde muy niño enfrentó la ausencia de su padre, por lo que vivió con su madre y sus abuelos. Luego, gracias a una serie de conversaciones con su abuelo, Kadmiel descubre una poderosa filosofía para crear una realidad distinta, y así acceder a un destino diferente al de su querido viejo. Las lecciones que Kadmiel aprendió mientras su abuelo vivía, le llevarán a usted a tomar la vida desde un punto de vista lleno de libertad; liberándolo del temor a fracasar. ¿Por qué le digo esto? Porque estas son las lecciones que han transformado mi vida, y me han permitido vivirla atreviéndome a incursionar en nuevos caminos para perseguir mis sueños e ideales. Algo que antes era improbable para mí.

Durante mi vida, he tropezado muchas veces. Sin embargo, al igual que Kadmiel he podido entender que para convertir cada obstáculo en algo que me impulse a seguir luchando, debo cambiar la óptica desde la cual abordo mi vida; y qué mejor manera de abordar la vida que la de un aprendiz.

Estoy persuadido de que si afrontamos nuestra vida, como un aprendiz, ya no veneraremos más las antiguas cadenas que destruyen nuestra creatividad, curiosidad e imaginación, y con ellas nuestro deseo de perseguir nuestros sueños. Pues no somos una profesión o un oficio, somos mucho más que eso. Al igual que usted, he ejercido una función utilizando un título universitario. Sin embargo, después de haber seguido esta antigua fórmula para obtener el éxito, y todo lo que esto conlleva, me di cuenta, que sin importar cuan duro trabajara; la triste realidad de que no me sentía pleno con lo que hacía, me salía al encuentro todos los días mientras me miraba en el espejo. ¡Nada estaba cambiando! Esto sin duda, me llevó a reflexionar más sobre mi vida, y al meditar holgadamente empecé a percibir un gran vacío en mi corazón, el cual se ensanchaba con cada día que pasaba. De repente, empecé a profundizar en las causas por las que no estaba funcionando mi vida, y finalmente comencé a ver que tanto el vacío en mi corazón, como el profundo dolor que este me producía, se debían a que en cierto momento de mi vida, me convencí que no podía perseguir los sueños que había tenido desde niño. Más adelante en mi búsqueda interior, también descubrí que había dejado de conversar con el niño que existía dentro de mí, y como consecuencia la curiosidad y la creatividad ya eran casi imperceptibles. ¡Había sacrificado la única libertad que tenía de ser diferente, habiendo silenciado al niño que tenía adentro!

Como fruto de este periodo de intensa transformación, leí libros de autoayuda, liderazgo y espiritualidad con el fin de recuperar el tiempo perdido. También me dediqué con ahínco a cambiar mi manera de pensar, mi conducta y hasta mi dieta. Hasta que en cierto momento, encontré un concepto o idea que cambió radicalmente la manera en que debía abordar la vida. En algunos libros lo llamaban vocación, en muchos otros un propósito o el elemento. Cuando lo descubrí me lance como un niño en su búsqueda y encontré que para alcanzar lo que estaba buscando, debía adoptar la filosofía interminable de ser un Aprendiz de por vida. Gracias a esta nueva filosofía, hoy puedo decir que me he convertido poco a poco en una persona más auténtica, feliz, satisfecha y armoniosa de la que era. Soy muy feliz desde que descubrí que la única manera de sentirse pleno en una época tan cambiante como la nuestra, es tomar la vida desde la óptica de un aprendiz. ¡Y qué mejor aprendiz que un niño!

Permítame contarle mi experiencia con este libro. Cuando escribí El Aprendiz Que Descubrió El Gran Secreto, intentaba comprender la importancia que hay en los sueños y en una vocación definida. Además, intentaba explicarme la mejor manera de continuar persiguiéndolos sin desmayar. Por esta razón, en lugar de escribir un tratado ideológico lleno de conceptos e ideas, decidí retornar a mi niñez, y conversar con el niño curioso y soñador al que un día había decidido enterrar. Para mi gran sorpresa, este niño me enseñó la óptica que precisaba para cumplir mis sueños, encontrar mi vocación y nunca claudicar. A continuación compartiré algunas ideas con usted:

Para creer en los sueños, y ejercer nuestra vocación, es necesario ser como un niño. Para lograr nuestros sueños y no claudicar en el camino, debemos conservar nuestra imaginación, curiosidad y creatividad; jamás perdiéndolas de vista.

¿Cómo puede un hombre ser como un niño siendo viejo?

¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

Debes ser un aprendiz, porque todo Aprendiz es como un niño.

Allí donde se cruzan la curiosidad, la imaginación, la creatividad y los sueños, encontrarás la filosofía de un niño, y por ende la de un verdadero Aprendiz.

Escucha al niño que habita en tu interior. Él conoce todo lo que necesitas para encontrar tu vocación. Tan solo ese niño que existe en tu alma, despliega con sencillez la naturaleza de Dios, pues es la semilla que procede del Creador.

Espero que El Aprendiz Que Descubrió El Gran Secreto le impacte profundamente y se divierta al experimentar las enseñanzas de este libro. Estoy seguro de que si logra despertar al niño que habita dentro de usted, mientras descubre cada principio propuesto en las páginas que siguen; se pondrá en marcha el cambio que necesita para ser la persona que usted está destinada a ser. Gracias por concederme el privilegio de compartir esta obra con usted. Es mi deseo que su vida esté llena de posibilidades, alegría y paz. Hoy abrigo la esperanza de que juntos construiremos un mundo mejor, en donde la autenticidad se convierta en una regla y deje de ser una excepción.

FELIPE CHAVARRO POLANIA

Entonces Jesús dijo:

—Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos. Mateo 19:14

POR QUÉ DEBES LEER ESTE LIBRO

C

omo primera medida, esta obra es un tributo a lo que muchos llaman vocación, o el elemento. En las páginas que siguen se presentará a un joven que se inmiscuirá en muchos oficios en búsqueda de su verdadera vocación o propósito. Lo cual se asemeja a mi experiencia de vida, y a la de millones de personas como lo explicó Vicki Robin en su libro La bolsa o La vida: Algunos encuentran su pasión y camino temprano en la vida y se convierten en planificadores financieros o agentes de bienes raíces o médicos o profesores de por vida. Pero más y más personas, de acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales, zigzaguean a través de una docena de trabajos, avanzando, moviéndose. . . pero siempre en movimiento. Esto sin duda, nos relaciona con la historia de Kadmiel.

En segundo lugar, esta obra también busca que despertemos del sueño profundo en el que la mayoría nos encontramos, al ser parte de un círculo vicioso que se desarrolla al creer que trabajamos para pagar nuestras facturas, olvidando por completo responder a la pregunta que verdaderamente importa.  ¿Qué pasa con nuestra felicidad? Para describir un poco más este escenario, utilizaré otra cita de Vicki Robin: Si la rutina diaria nos hiciera felices, las irritaciones y los inconvenientes serían un pequeño precio a pagar. Si pudiéramos creer que nuestros trabajos realmente están haciendo del mundo un lugar mejor, sacrificaríamos el sueño y las vidas sociales sin sentirnos privados. Si los juguetes adicionales que compramos con nuestro trabajo proporcionaran algo más que placer momentáneo y la oportunidad de ayudar a otros, pasaríamos esas horas en el trabajo con gusto. Pero cada vez está más claro que, más allá de un cierto mínimo de comodidad, el dinero no nos está comprando la felicidad que buscamos. Si este escenario narrado anteriormente es familiar para usted de algún modo. ¡Este libro es para usted!

Por último, pero no menos importante, ¿Por qué contar una historia, en vez de escribir un libro simplemente? La verdad escribí esta historia atendiendo a una recomendación que mi esposa Vanessa me realizó hace algún tiempo. En aquella ocasión, ella me aseguró que una historia a diferencia de un tratado filosófico, era la mejor manera de llegar a mis lectores. Entonces, después de tener rondando esta idea en mi cabeza, decidí investigar sobre este hecho y lo que encontré me persuadió por completo acerca de su recomendación. En primer lugar, de acuerdo a intensos estudios realizados por Paul Smith (Libro: Sell With Your Story) nuestra mente es un procesador de historias, y no como muchos pensábamos un procesador meramente lógico. Además, las historias son más fáciles de recordar y nos gustan a todos, independiente de nuestra edad, raza o género. Esto sin duda, llamó de manera muy especial mi atención. Finalmente, quisiera decir que los principios que más fácil han quedado en mi memoria, los he aprendido de autores como Paulo Coelho, George Clason, Og Mandino, y Robin Sharma, cuyas enseñanzas son trasmitidas a través de historias como la que usted está a punto de leer. Hoy mi más grande anhelo es utilizar esta historia para apelar al Aprendiz que hay dentro de usted.

FELIPE CHAVARRO POLANIA

... Las historias inspiran… Las historias apelan a todo tipo de aprendices…Las historias ponen al oyente en un modo de aprendizaje mental… Las historias le dan a la gente la libertad de llegar a sus propias conclusiones. Paul Smith. (Vende con una historia-Sell with a Story).

¿Amas la vida? Pues si amas la vida no malgastes el tiempo, porque el tiempo es el bien del que está hecha la vida (Benjamin Franklin).

Solo en nuestros sueños somos libres, el resto del tiempo necesitamos salarios. Terry Pratchett

DEDICADO A

A mi hermosa esposa Vanessa Ramirez.

A todos mis mentores.

A todo aquel que lee este libro, y ha decidido escribir su propia historia.

La batalla más importante que debemos librar; se libra en nuestro interior. Si triunfamos, los frutos no dejarán de manifestarse, no podrán esconderse a la vista de los demás.

Felipe Chavarro Polania

Derechos Y Créditos

El Aprendiz que Descubrió el Gran Secreto Copyright © 2019 Felipe Chavarro. Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, distribuida o transmitida, por ninguna forma o medio, incluyendo: fotocopiado, grabación o cualquier otro método electrónico o mecánico, sin la autorización previa por escrito del autor o editor, excepto en el caso de breves reseñas utilizadas en críticas literarias y ciertos usos no comerciales dispuestos por la ley de derechos de autor.

Este libro utiliza diversas traducciones de las Escrituras, las cuales fueron tomadas del sitio web www.biblegateway.com Por tanto a menos que se indique lo contrario, el texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina.

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CAPÍTULO 1.

EL DESPERTAR

K

admiel nació en Bosem, situado al noroccidente de Hadar, al que algunos conocían como el reino de Saba. Bosem era una provincia rica en muchas formas, pues contaba con una mixtura de culturas y especificidades étnicas y regionales que daban lugar aun sin número de distintas costumbres. Además de esta gran riqueza, la provincia contaba con diversidad climática y de paisajes gracias a sus regiones diversas. Por esta razón, la provincia era de gran estima en el reino,  al considerarse como el pulmón para toda su tierra. Bosem era famoso de norte a sur, y de oriente a occidente, pues contaba con gran riqueza de recursos naturales, y una localización geográfica privilegiada.

No obstante, y a pesar de su gran riqueza, la provincia batallaba para mantenerse a flote, pues la pobreza era el mayor mal que aquejaba a su gente, manteniéndola en el estancamiento y limitando su capacidad para progresar y alcanzar el éxito. Tanto así que la pobreza era considerada por los ciudadanos de Bosem, como una deidad que se encargaba de llevar a la ruina a casi todos los hombres, sin importar su esfuerzo por progresar. Esta deidad, como muchos creían era la compañera inseparable de la violencia, y por la soberanía de ambas Bosem estaba sumido en gran confusión, corrupción y estrechez.

Fue en esta hermosa nación, que nació Kadmiel. Un pequeño, que desde su infancia enfrentó las mismas limitaciones que los demás chicos de su edad. Desde muy niño, con tan solo 5 años, su padre y su madre tomaron rumbos diferentes, de manera que Kadmiel quedo bajo el cuidado de su madre, quien decidió mudarse al lugar en donde sus padres vivían. Fue así entonces, que Kadmiel olvidó rápidamente la ausencia de su padre, pues su madre Sima, su hermana Jana y sus abuelos Rafael y Batia siempre estaban con él.

Kadmiel era un chico muy curioso, pues mientras su madre salía a trabajar, solía sentarse junto a su abuelo, y mientras este descansaba en un balcón en lo más alto de la casa,  Kadmiel buscaba con insistencia respuestas a las preguntas que todo chico tiene a temprana edad. Así que con el pasar del tiempo, esta práctica se convirtió en un hábito, a tal punto que Kadmiel y su abuelo, dialogaban durante varias horas sobre las experiencias que su abuelo por años había acumulado.

KADMIEL SE CONVIERTE EN APRENDIZ

Así pues, transcurridos unos años, Rafael al ver la sagacidad del muchacho, y la atención que prestaba a cada historia que le contaba, se dirigió a Kadmiel preguntándole:

--Kadmiel: Si te dijeran que tu abuelo hace algunos años fue muy rico ¿le creerías al que te lo dijera? El chico sonrió débilmente y disintió con la cabeza. Luego, mirando fijamente a su abuelo le dijo:

--¡Querido abuelo! Aunque te admiro, no lo creería. Su abuelo admirando su sinceridad, hizo una pausa y luego prosiguió:

--Hace muchos años, cuando tu abuela y yo comenzábamos a levantar nuestro hogar, me encontraba en la búsqueda de un negocio que me diese el tiempo y los ingresos necesarios para edificar mi morada. De esta manera podría asegurar que el oro y la plata no escaseasen, y yo pudiese estar pendiente de tu abuela y de los asuntos del hogar. Fue entonces, que de tanto buscar, encontré un puesto como mercader de cerámica, en un negocio que estaba prosperando rápidamente en la ciudad de Maayan.

El tiempo transcurría y mi arduo trabajo empezó a dar sus primeros frutos; tanto así que halle gracia delante de los dueños del negocio, quienes al ver mi esfuerzo y resultados, decidieron ponerme al frente de todos sus asuntos. Como consecuencia, se me dio el poder de tomar decisiones sin siquiera consultarles. Fue entonces que sentí que por fin mi larga búsqueda había terminado, y podía dedicarme al negocio sin reservas. Después de un par de años, me convertí en socio, hasta el punto de comprar la parte que le correspondía a sus antiguos dueños. En este punto de mi vida, me sentía muy afortunado, pues había amasado una gran fortuna. A pesar de esto, no me sentía pleno, pues con gran intensidad sentía la ausencia de mis antiguos socios y amigos, quienes siempre estaban prestos para orientarme y brindarme su amistad cuando más lo necesitaba. Con el tiempo, esta ausencia empezó a abrumarme, por lo que empecé a rodearme de malas amistades, y buscando nuevos amigos con quien compartir mis éxitos y dudas, no atiné en mi búsqueda. En un principio, conocí a un hombre llamado Mordejai. Era un sujeto dado al vino y empalagoso al hablar. En un comienzo nos deteníamos mucho en los bares, y solíamos mirar el resplandor del color del vino en la copa. De esta manera, mi razón se diluía al pasar de cada copa, y por un periodo solo viví para empinar mi codo.  Tambaleándome llegaba a los brazos de tu abuela, quien pacientemente me esperaba en aquel tiempo de desenfreno y desmayo ante mi vicio. Fue entonces, que tu abuela me advirtió que de seguir con esta amistad terminaría en la ruina. Pero mi arrogancia pudo más que mí deseo de escucharla.

Tiempo después, este hombre al conocer mis posesiones, realizó un recuento de todas ellas y en compañía de un hombre llamado Nadir, se las arreglaron con muchas artimañas para despojarme de todas ellas. 

Al oír esto, Kadmiel se llenó de tristeza y sacudiendo la cabeza, le dijo a su abuelo,

--No entiendo querido abuelo ¿Cómo sucedió todo esto?

--Escucha atentamente, hijo mío, porque si no tuviere otra oportunidad para repetir estas palabras, si las retuvieres en tu corazón, y las guardares en tu entendimiento, mi misión se habrá cumplido; al alumbrar tu entendimiento con este destello de sabiduría:

--Escucha el consejo de tu esposa y seres queridos, y acepta la corrección de quienes bien te quieren, para que seas sabio el resto de tus días y retengas lo que es tuyo. Pues pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo de quienes le aman, y que son más sabios en el camino de la vida; más el que guarda la instrucción, será honrado delante de quienes le rodean. Se prudente y evita ser preso de cualquier vicio, recuerda que a menudo el consejo cambia su atavió para mostrase ante los hombres como una advertencia.

Todo esto sucedió, pues en mi arrogancia desprecie la advertencia de tu abuela. Pues cuando en compañía de estos hombres me detenía en el vino, y mientras este rojeaba y resplandecía en la copa, perdí el entendimiento y la sabiduría. Al final como serpiente su veneno me embriagó, y mis ojos miraron cosas extrañas. En mi embriaguez, mi corazón habló perversidades, de manera que hasta mi casa comprometí en juramento y con mi pluma firme mi sentencia. Como consecuencia, aun la almohada en la que descansaba mi cabeza se la otorgue a extraños. Por esto te insto hoy, hijo mío, a que te conviertas en un aprendiz toda tu vida, de manera que nunca te desvíes de la instrucción y amontones entendimiento para ti. Esta es pues la doctrina que resulta de mi experiencia, de manera que no la desprecies, y presta tu oído a su sabiduría; inclina tu corazón de manera que no la menosprecies, no te apartes de ella, para que no seas como quien yace en medio del mar, llevado por doquier, y digas que la vida te azotó, y busques la prosperidad y no la encuentres más.

¡Conviértete hijo mío, en un aprendiz! acumula el conocimiento, de manera que el discernimiento y la inteligencia sean tus amigos predilectos, y te rodees de quienes buscan con ansia el consejo para afirmar sus pasos en el camino. Por tanto, todo