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La joya de las montañas
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La joya de las montañas
Ebook133 pages55 minutes

La joya de las montañas

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About this ebook

En La joya de las montañas Tirso de Molina relata la historia de Orosia, princesa de Bohemia que sufrió martirio a manos de los musulmanes y se convirtió, a raíz de ello, en patrona de Jaca. El obispo Arcisclo se presenta en la corte de Bohemia con el propósito de pedir la mano de Orosia para Fortún Garcés, príncipe de Aragón. El obispo narra la pérdida de España y cómo el islám se extiende por el país. La princesa acepta inspirada por un ángel pero es apresada por los musulmanes y pretendida por uno de sus oficiales.
Al final de La joya de las montañas Orosia prefiere el martirio antes que someterse a hombres de otra religión.
LanguageEspañol
PublisherLinkgua
Release dateAug 31, 2010
ISBN9788499532271
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    La joya de las montañas - Tirso de Molina

    9788499532271.jpg

    Tirso de Molina

    La joya

    de las montañas

    Barcelona 2024

    Linkgua-ediciones.com

    Créditos

    Título original: La joya de las montañas.

    © 2024, Red ediciones S.L.

    e-mail: info@Linkgua-ediciones.com

    Diseño de cubierta: Michel Mallard.

    ISBN rústica: 978-84-9816-510-4.

    ISBN ebook: 978-84-9953-227-1.

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    Sumario

    Créditos 4

    Brevísima presentación 7

    La vida 7

    El martirio y el Islám 7

    Personajes 8

    Jornada primera 9

    Jornada segunda 49

    Jornada tercera 87

    Libros a la carta 127

    Brevísima presentación

    La vida

    Tirso de Molina (Madrid, 1583-Almazán, Soria, 1648). España.

    Se dice que era hijo bastardo del duque de Osuna, pero otros lo niegan. Se sabe poco de su vida hasta su ingreso como novicio en la Orden mercedaria, en 1600, y su profesión al año siguiente en Guadalajara. Parece que había escrito comedias y por entonces viajó por Galicia y Portugal. En 1614 sufrió su primer destierro de la corte por sus sátiras contra la nobleza. Dos años más tarde fue enviado a la Hispaniola (actual República Dominicana) y regresó en 1618. Su vocación artística y su actitud contraria a los cenáculos culteranos no facilitó sus relaciones con las autoridades. En 1625, el Concejo de Castilla lo amonestó por escribir comedias y le prohibió volver a hacerlo bajo amenaza de excomunión. Desde entonces solo escribió tres nuevas piezas y consagró el resto de su vida a las tareas de la orden.

    El martirio y el Islám

    El obispo Arcisclo se presenta en la corte de Bohemia con el propósito de pedir la mano de Eurosia para Fortunio Garcés, príncipe de Aragón.

    El obispo relata allí cómo el Islám se extiende por España. La princesa acepta inspirada por un ángel pero es apresada por los musulmanes y pretendida por uno de sus oficiales. Al final de la pieza Eurosia prefiere el martirio antes que someterse a hombres de otra religión.

    Personajes

    El rey de Aragón

    El príncipe, Fortunio Garcés

    El conde de Aznar

    Mosquete, gracioso

    Leonor, dama

    Laura, criada

    Un Ángel

    Eurosia, princesa de Bohemia

    Cornelio, príncipe

    Arcisclo, obispo

    Bodoque, lacayo

    Atanael, capitán moro

    Tarife, moro

    Mecot, moro

    Jornada primera

    (Salen Eurosia y Bodoque.)

    Bodoque Yo lo pensaré despacio.

    Eurosia Tu desatención me admira.

    ¿No basta que yo te ruego?

    Bodoque Sí, señora; mas —¡por vida

    de Bodoque!— que a cualquiera

    que tiene ley conocida,

    no pasando a mejorar,

    el mudar le hará cosquillas.

    Eurosia El mejorar en la ley

    es verdad bien clara y limpia,

    y pues razones no bastan

    a postrar tu rebeldía,

    basta ver que todo el pueblo

    y aun el reino lo confirma,

    pues que ya desengañada

    de la ciega idolatría,

    toda Bohemia promete,

    con inspiración divina,

    seguir a Cristo; ¿y tú sola

    con tan dañosa porfía

    quieres resistirte,

    necio, a tan soberana dicha?

    Bodoque Ya estuviera convertido

    si no por aquella lista

    de los mandamientos.

    Eurosia ¿Cómo?

    ¿Tanta gente convertida

    no te mueve?

    Bodoque No muy mucho,

    porque mi abuela decía

    que de espacio se arrepiente

    quien se determina aprisa.

    Eurosia ¿Es posible que no bastan

    tantas pláticas divinas

    de Metodio a convertirte?

    Bodoque Sí, señora; mas las tripas

    me dicen que no importa

    seguir aquella doctrina

    que me obligará a ayunar.

    Eurosia Esta ley es tan benigna

    que solo obliga a quien puede

    abstenerse algunos días

    de alimentarse a deshora;

    y quien con acierto mira

    las cosas de Dios, bien puede

    experimentar debidas

    abstinencias en la ley

    para conseguir la dicha

    de ser amado de Dios.

    Bodoque Harto bien me solicita;

    mas agora, muerto de hambre,

    que no he comido en dos días,

    ¿cómo quiere que yo crea

    en ayunos, aunque diga

    que son buenos, si, al contrario,

    conozco por mi desdicha

    que los días que no como

    no tengo más malos días?

    Eurosia ¡Qué mal entiendes, Bodoque,

    de aquella esencia infinita

    los impulsos soberanos!

    La gula solo apadrinas

    para estorbo a tantas luces

    de católicas doctrinas.

    ¿No has oído en el sermón

    las historias repetidas

    de tantas dichosas almas

    que con esta fe divina

    de la gracia resplandecen,

    fulgentes rayos de Cintia,

    en el cielo?

    Bodoque No me acuerdo.

    Eurosia ¡Qué neciamente te olvidas!

    Bodoque ¡Si siempre me da el sermón

    un sueño tan sin medida!

    Yo pienso dar en letargo

    si mucho más me predica.

    Eurosia ¿A dormir vas al sermón?

    Tu necedad me lastima.

    Bodoque Señora, con eso cumplo

    con lo que el sermón decía,

    que en

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