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Cultura de Honor (Spanish Edition)
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Ebook230 pages5 hours

Cultura de Honor (Spanish Edition)

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LanguageEspañol
Release dateNov 10, 2015
ISBN9781942306146
Cultura de Honor (Spanish Edition)

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    Excelente libro para todo aquel que está buscando salir de la zona de confort eclesiástica y desee introducirse en el verdadero ámbito del Cielo.
  • Rating: 4 out of 5 stars
    4/5
    Muy bien libro ya que da un excelente aprendizaje para estar y ser modelados por Dios

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Cultura de Honor (Spanish Edition) - Danny Silk

comienzo!

CAPÍTULO UNO

UNA CULTURE SOBRENATURAL

No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos

Zacarías 4:6

Si has oído algo sobre la Iglesia Bethel en Redding, California, es muy posible que sean testimonios de los hechos sobrenaturales que ocurren de forma habitual, particularmente milagros de sanidad. Quizá lo que no has oído es que estos eventos sobrenaturales están directamente relacionados con una cultura sobrenatural que la comunidad de santos en Bethel ha estado desarrollando durante ya más de una década. El corazón de esta cultura es la convicción de que Jesús modeló para nosotros cómo debería ser la vida cristiana. Jesús explicó que todas las cosas sobrenaturales que ocurrían por medio de Él, fluían directamente de Su íntima conexión con Su Padre y que esa misma conexión es lo que había venido a darnos mediante Su muerte y resurrección. Mantener un estilo de vida sobrenatural, en la que nos siguen las señales y los prodigios, depende totalmente de vivir en nuestras verdaderas identidades como hijos e hijas de Dios. Armados con estas verdades, los líderes de Bethel entienden que su papel fundamental es capacitar a los santos para conocer a Dios y para caminar en la plenitud de lo que Él dice que son. Al haber enseñado y demostrado estos principios fundamentales, un grupo de personas ha crecido en fe y valentía para traer el Cielo a la tierra.

Para ayudarte a entender la cultura de poder sobrenatural de Bethel, quiero mostrarte cómo es. Voy a compartir algo que ocurrió en nuestra Escuela de Ministerio Sobrenatural hace varios años. A raíz de este incidente, hemos añadido a la lista cientos de situaciones similares, pero esta historia en particular es el caso típico al que nos referimos al enseñar a nuestro equipo a crear un lugar seguro. (Se explicará con más detalle cómo crear un lugar seguro en el capítulo titulado La Prioridad del Liderazgo).

Para situarnos en la historia, necesito resaltar que los miembros de nuestro personal comparten un mutuo deleite con los graduados del primer curso. Estamos muy orgullosos de su celo y amor por el avivamiento. Después de las vacaciones de verano, entrevistan a los graduados que se incorporan al segundo curso y esto siempre vuelve a encender su emoción de estar otro año con esta gente tan maravillosa a la que llamamos estudiantes. Estos estudiantes de segundo curso son lo mejor de lo mejor y son los líderes de nuestra nueva tanda de estudiantes de primer curso.

Un año tuvimos dos estudiantes de primer curso, personas sensacionales, que eran líderes de alabanza y participaban en otras actividades ministeriales. Después de graduarse del primer curso, decidieron casarse en diciembre mientras estudiaban el segundo curso. Por esta razón presentaron la solicitud para venir a hacer el segundo curso y fueron aceptados. Por supuesto que fueron aceptados – ¡eran increíbles!

Poco después de que empezase el curso, Banning Liebscher, el pastor encargado de los alumnos del segundo curso, vino a mi despacho y dijo, Tenemos un problema. Dos estudiantes me han confesado que tuvieron sexo durante el verano.

Le pregunté qué iba a hacer.

Entonces me dijo Banning, Bueno, si tener sexo fuese todo lo que ocurrió, no tendríamos un problema muy grande. Dejaron de hacerlo un mes antes de que empezase el curso y están verdaderamente arrepentidos. Creo a este chico cuando me lo dijo.

¿Qué más está pasando? pregunté.

Me acabo de enterar de que ella está embarazada, respondió.

Ahora esto era toda una situación – una estudiante del segundo curso de Ministerio Sobrenatural de la Escuela de Bethel, soltera y embarazada recorriendo los pasillos. Eso era algo que tendríamos que explicar. Podía ver cierto pavor en la mirada de Banning. Sabía que tendríamos que sacar a estos dos estudiantes de la escuela. Era la primera vez que siendo líder se enfrentaba a una situación así de extrema.

Le dije, Reunámonos con ellos y hablemos sobre esto.

Así que Banning y su co-pastor, Jill, vinieron a mi despacho con estos dos estudiantes. Ahora bien, yo no les conocía y ellos no me conocían. Ninguno de los dos me miró a los ojos cuando entraron en mi despacho. Estaban cabizbajos y sus ojos estaban fijos en el suelo. Era claro que estaban totalmente avergonzados por lo que habían hecho y venían esperando que les castigásemos por sus errores. No sólo creían que se merecían ser juzgados por sus pecados, sino que también eran conscientes de la convicción común de que los líderes de la iglesia deben proteger a los muchos de los pocos rebeldes. Sabían que habían sido rebeldes y que estaban a punto de tener la charla. ¿Qué más podíamos hacer aparte de decirles cuánto les amábamos y, acto seguido, dirigirles a la puerta de salida?

Empecé el proceso diciendo, Muchas gracias a ambos. No me conocen ni saben lo que va a ocurrir. Gracias por la vulnerabilidad y la confianza que acaban de demostrar. Sé que esto debe asustarlos, y no quiero que se sientan asustados. No hemos tomado ninguna decisión porque no sabemos realmente cuál es el problema. ¿Puedo ofrecerles agua? ¿Va todo bien?

Después de escuchar sus respuestas, dije al joven, Bien, permíteme que te haga esta pregunta, ¿cuál es el problema?

Miró a Banning sorprendido y preguntó, ¿No te ha contado Banning lo que ha ocurrido? ¿No ha hablado contigo?

Me daba cuenta de que esta pregunta le hacía sentirse incómodo.

Sí, lo hizo. Banning ha hablado conmigo, contesté.

Preguntó, ¿Quieres que lo diga yo?

Si sabes cuál es el problema, quiero que me lo cuentes, le dije. Mi intuición me decía que probablemente no sabía todavía cuál era el problema.

Tuvimos sexo este verano – ¡muchas veces! exclamó.

Ya, pero pensé que eso se había terminado.

Me respondió, Sí, por supuesto que sí. Dejamos de hacerlo un mes antes de empezar este curso.

Entonces, ¿cuál es el problema? volví a preguntar, intentado provocarle a que investigase más profundamente en su corazón para encontrar el problema.

Bueno, está embarazada, dijo, intentando adivinar que más no sabía.

Le pregunté, Bueno, ¿hay algo que podamos hacer para solucionar eso?

No!" respondió enfáticamente, enviándome un mensaje muy claro sobre el hecho de que el aborto no era una opción. Estaba claro que se sentía frustrado con mis preguntas. Aparentemente no había considerado pensar tanto durante este proceso. Se esperaba un castigo y esto le estaba pillando totalmente por sorpresa.

Bien, luego, ¿cuál es el problema? pregunté de nuevo.

Me miró durante unos minutos, movió la cabeza y dijo, No creo entender la pregunta.

Sonreí. Banning y Jill sonrieron. Todos sonreímos. Nadie parecía saber cuál era el problema y todos se estaban preguntando dónde quería llegar con mi pregunta.

Por fin dije, Si vamos a pasarnos el día solucionando un problema, necesitamos saber qué problema es.

No lo sé.

Le pregunté si se había arrepentido.

Sí. Por supuesto que sí, respondió, como si fuese una pregunta con una respuesta obvia.

¿De qué te has arrepentido? pregunté.

Después de una larga pausa, admitió, No lo sé.

Le dije, Bien. Bueno, esa es parte del problema, ¿no crees? ¿Cómo te puedes arrepentir de un problema si no sabes cuál es ese problema?

Ya veo donde quieres llegar. Sí.

Total, que necesitamos un problema para poder solucionarlo, dije. Es de eso de lo que se trata lo que estamos haciendo. Permíteme que te haga más preguntas.

Mi plan era hacer preguntas. No le iba a decir lo que pensaba ni lo que debía pensar él. No estaba intentando convencerle de mis sorprendentes perspectivas o de mi poderoso discernimiento. Estaba buscando gloria, sabiduría y capacidad en este joven. Tenían que salir a la superficie para que él pudiera recordar quién era en esta casa. La vergüenza de su error le había hecho olvidarlo. Pensaba que era una de esas personas a las que había que patear y escupir y estaba preparado para que nuestro equipo de liderazgo le echase del coche en la próxima curva. Las preguntas le guiaron, con la ayuda del Espíritu Santo, a dar vueltas y buscar la sabiduría y el conocimiento que tenía dentro y a encontrar una solución que cambiaría su vida para siempre.

Le tiré un par de bolas cortas. Dime, ¿no sabías que era una mala idea dormir con tu novia?

Por supuesto que sí, dijo inmediatamente.

Bueno, entonces ¿qué pasó?

No lo sé. Bajó la cabeza y dejó de mirarme a los ojos.

Le di la opción de considerarlo y la oportunidad de quedarse conmigo. ¿No lo sabes o no quieres pensarlo más?

Bueno, tal vez fue porque nos quedábamos en su casa hasta las 2:00 de la mañana viendo películas.

¿Piensas que fue eso? le pregunté levantando las cejas.

Pero intenté irme. Intenté irme una y otra vez. Le dije que no deberíamos estar en esa situación. No deberíamos estar haciendo eso. Le dije que llegamos muy lejos la última vez y no debíamos hacerlo. Al mirarla con cara de corderito, ella tenía la boca bien cerrada y la cara roja, pero el miedo a lo desconocido de esta habitación le hizo sufrir una cierta parálisis verbal.

Continuó hablando, ¡Se ponía furiosa conmigo! Me insultaba y me decía que la estaba rechazando y después era un infierno durante los siguientes días. Por eso no decía nada y me quedaba ahí. No estoy diciendo que no me gustase ni que no tomase parte. Claro que sí. Lo que digo es que no merecía la pena pelearme con ella por eso.

Bueno. Luego me estás diciendo que estabas más preocupado porque no se enfadase que por protegerla de ti mismo.

Lentamente respondió, .

Lo que me estás diciendo es que cuando estás rodeado por personas enfadadas te es fácil dejarles que te controlen. ¿Es eso lo que me estás diciendo?

, dijo tímidamente.

O sea que para que abandones la fuerza de tu carácter e integridad todo lo que necesitas es que alguien se enfade contigo.

. Empezaba a pillar la revelación.

Pregunté, Veamos, ¿es eso un problema?

.

Si pudiéramos encontrar una solución para ese problema ¿merecería la pena el tiempo que pasemos juntos hoy?

Totalmente. Volvió a mirar hacia arriba y nuestras miradas se encontraron mientras intentaba esconder su sonrisa. Me daba cuenta de que no se sentía seguro al encontrarse mejor ya que, supuestamente, este era un proceso que le tenía que hacer sentirse peor por lo que había hecho.

Fabuloso. Trabajemos en eso, dije con una gran sonrisa en la cara.

Todas las personas se sentían más esperanzadas. Banning y Jill estaban sonriendo. Podía sentir su expectación y sentimiento de responsabilidad para ayudar a este joven con el problema que acababa de identificar. Pero, en vez de hacer eso, me volví a la joven que había estado observando todo este proceso llevado a cabo con su novio. Me di cuenta de que no quería pasar por lo mismo. Sus brazos y piernas estaban cruzados y la barbilla le tocaba el pecho. De todas formas, me atreví.

¿Cuál es el problema?

No lo sé, dijo inmediatamente como a la defensiva.

¿No lo sabes o tienes miedo de pensarlo?

No lo sé.

Amablemente le dije, Puedo ver que estás asustada. No quiero que sientas miedo. Quiero ayudarte a encontrar lo que está haciendo que añadas tanto dolor a tu vida. ¿Me dejas que te ayude?

Para no alargarme, no transcribiré el diálogo y me limitaré a decir que, con el tiempo, descubrimos que no se fiaba de la gente. Era una fortaleza en su vida y era evidente en numerosas situaciones. Luchaba contra la sospecha y eso hacía que no dejase que las personas entrasen en su vida. Muchos estudiantes habían intentado hablar de su situación ese verano, pero ella no quiso permitir que eso afectase a sus decisiones. Sentía que esas personas estaban intentando controlarla y su temor la cegaba y no le dejaba ver el amor y la preocupación que sentían por ella. Este asunto la había estado destruyendo durante muchos años. Tenía miedo, estaba aislada, a menudo era obstinada y siempre estaba a la defensiva. Llegué al fondo del asunto usando el mismo proceso: preguntando. Sólo hacía preguntas – muchas, muchísimas preguntas, pero las preguntas apropiadas.

Preguntar, pero de manera correcta, es una de las claves para crear un lugar seguro. El éxito de una confrontación depende de lo seguras que se sientan las personas implicadas. Si ignoramos su necesidad de tener un lugar seguro, les colocamos en un lugar en el que actúan a la defensiva como personas egoístas que culpan a otros y no les muestran su amor ya que están más interesados en poner sus vidas a salvo que en arreglar los desperfectos que han creado. En ese momento perdemos de vista quienes son de verdad y les culpamos por su comportamiento. Un proceso que respeta la necesidad de confianza y honor tendrá un final totalmente diferente porque les permite ser libres – libres del control, del castigo y del temor. Es así como confrontamos en el Reino. (Veremos este proceso más detalladamente en otro

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