Un Dia a La Vez: Un Desafío Al Joven De Hoy

CONTENTS

Dedicatoria

Reconocimiento Especial

Prologo

Ha… ¡Qué Importa!

Aleluya, Aleluya

La Bicicleta

En La Sala De Emergencia Del Hospital

La Familia

Una Lágrima

En La Carcel

El Re-Encuentro

De Regreso A Casa

Una Nueva Oportunidad

Conclusion

Acerca Del Autor

¡Imposible contenerlo!

       ¡Encerrarlo nunca!

              ¡El quería vivir!

                            ¡Ser libre y volar!

                                          Un poco diferente

DEDICATORIA

A Dios nuestro Señor, que en todo momento está con nosotros. Nos guía con su mano divina, iluminando nuestro camino, nos rescata si caemos, nos reafirma y nos fortalece para poder llegar al final de nuestra jornada.

A las familias que luchan cada día en la formación de sus hijos e hijas.

A las madres y padres solitarios que dan toda su vida para que sus hijos e hijas salgan adelante, enseñándoles a luchar con ahínco y con valor ante los desafíos del futuro.

A los padres adoptivos y aquellos que ayudan a las familias a superar con sabiduría la enorme responsabilidad de construir sociedades fuertes y seguras sobre la base de una fe y una esperanza.

A mis padres: Don José Valentín Beteta Urizar y Doña Fredesvinda Otilia Castillo Rodriguez de Beteta; que con mucho esfuerzo y sacrificio hicieron de mí lo que ahora soy, por haber incrustado en mi corazón la presencia de Dios y el amor a la humanidad.

A mi amada familia, que sin su apoyo y amor compartido nunca saldría de mí esta catarata de ideas y testimonios. Muy especialmente a mi esposa, Ruth, quien ha compartido conmigo la difícil tarea de formación y desarrollo de nuestro hogar y me ha regalado el hermoso privilegio de ser padre de tres guapos y talentosos muchachos: Daniel Oswaldo, Juan Alberto y Ronald Josué. Y a nuestra linda princesita, mi hija Ana Ruth. Ellos reflejan todo el inmenso amor de familia, y llevan en sus frentes la fortaleza de Dios y el valor para desafiar a la vida y salir victoriosos. A Zoe Espinoza, quien siempre está dispuesta a que mis proyectos se logren con profesionalismo.

A usted respetuosamente que comparte conmigo la emoción de forjar vidas y que a no dudar, este libro vendrá a ser una fuente de conocimiento y poder para enfrentar las distintas situaciones que la vida le presenta. Este libro le ayudará a saber resolver, con valor, fe, firmeza y confianza, la responsabilidad de educar y formar a sus hijos e hijas y aquellos a quienes ama, sabiendo que Dios le bendecirá y acompañará en su esfuerzo.

Llénese de valor y acompáñeme a descifrar esta historia que puede ser la suya o la de uno de su familia.

Reconocimiento especial

Deseo expresar mi gratitud a la amada hermana Eleonor Wright, por su profesionalismo y dedicación en la edición de esta propuesta. Que Dios llene su corazón de paz y bendicion. Estoy muy agradecido por su bondad, y amor cristiano.

Bendiciones, hermana Eleonor.

PROLOGO

Estamos convulsionados por una sociedad confundida y mezclada. La identidad y los valores en nuestra juventud parecen diluirse dentro de la vorágine de ideas y pensamientos mal interpretados, acomodados a las situaciones prevalecientes. Una sociedad permisiva que acepta al igual, que autoriza todo aquello que contravenga a cualquier regla de moral y ética. La crisis de la cultura se acentúa más en una multitud mezclada con carencia de valores que obstruye la realización de la humanidad.

La corriente circular de pensamientos religiosos, chocan contra témpanos materialistas, dogmáticos o esotéricos. Lo místico, vulgar, psíquico y oculto cobran más credibilidad. La corrupción de las mentes juveniles va desmoronando la fe de muchos, haciéndolos accesibles al terror, la angustia, el miedo, la inestabilidad, el pánico o el suicidio, dejando a Dios en un segundo plano y olvidándose de Él como ser divino y soberano.

Los padres se ven limitados a ejercer su derecho de educar y formar a sus hijos e hijas por temor a represalias y falsas acusaciones, por la manipulación del derecho que les asiste como niños y niñas, llegando inclusive a controlar éstos a sus padres de manera simple y sin complicaciones para tener el poder y hacer lo que se les dé la gana, de igual manera un sistema legislativo sin ninguna intención perjudica y entorpece en algunas oportunidades el impartir educación y disciplina.

Algunos padres tiemblan ante la idea de corregir y orientar a sus hijos e hijas; pues es más fácil dejarlos libres. Ellos se encuentran muchas veces imposibilitados y frustrados en sus intentos y anhelos de establecer una buena formación integral: alma, cuerpo, mente y espíritu, en la vida de sus hijos e hijas. Otros padres se han dado por vencidos en la tarea y han sucumbido. Su incapacidad de ejercer sus privilegios de padres los han confinado a ser los proveedores y sostenedores de una generación negligente, haragana, sin futuro e improductiva.

Por supuesto que no podemos generalizar y queremos reconocer y dar crédito a aquellos padres e hijos que luchan y se esfuerzan por un futuro mejor y que sin amenazas triunfan en esta sociedad emergente, de manera productiva.

Este libro tratará en forma amena y descriptiva algunos de los temas de más profunda preocupación en la familia de hoy, llevando en cada capítulo un mensaje y un pensamiento que lo hará meditar y tomar las decisiones que tanto había pensado aplicar con su familia y en la formación de sus hijos e hijas, revisando los valores y principios que cambiarán el rumbo de su vida, trayéndoles confianza y seguridad. Confiamos en Dios llenar nuestro cometido ofreciéndole una esperanza de amor en este universo de oportunidades, que colocadas en forma ordenada producirán un efecto positivo en su vida y la de toda la familia.

Por su forma de presentación este libro no está dedicado exclusivamente a los padres. Más bien pareciera ser que su dedicación es para todos aquellos que quieran hacer de su vida sencillamente algo mejor y tener el privilegio de involucrarse en la formación de la naciente esperanza de un futuro de triunfo, satisfacción y esperanza.

Debo reconocer también lo difícil que resultó la recopilación de este material, el cual fue interrumpido por más de dos años y medio por no ofrecer un final feliz que diera testimonio de un cambio en nuestro personaje. Si bien pareciera ser ficticio es más bien un poco biográfico lo que se ha escrito, respetando nombres y personas que escenificaron algunos de los hechos, exagerándolos un poquito y poniéndoles mucha imaginación, pero que en sí, son verdades y testimonios reales por el simple hecho de poder ocurrir en cualquier parte o lugar.

Deseo fervientemente que los jóvenes que tendrán la oportunidad de leer este libro igualmente se nutran de su contenido y que no simplemente los lleve a pensar en una historia más, sino que sea algo que pueda ponerlos a pensar y extraer lo mejor, para arreglar aquellas cosas en su vida, que se deben urgentemente cambiar.

Así que muchísimas gracias por su elección y ¡adelante!

El autor

HA… ¡QUÉ IMPORTA!

Entró trastumbando por la puerta, la mochila negra roída por ambos lados en su espalda, parecía más bien parte de su indumentaria. La hacía girar de un lado a otro, golpeando intencionalmente a los que pasaban cerca. Vestía unos pantalones excesivamente largos que se apuñuscaba al final de la pierna formando un perfecto trapeador que arrastraba con intención. La cintura del pantalón sobradamente ancha, daba varios dobleces para después quedarse sostenida por un frágil cinto cerrado lacónicamente por una chapa dorada. Algún recatado diría que se equivocó de cuerpo, pues bien vestiría al inminente barrigón Santa Claus; de color intensamente negro y de una gabardina barata. La camiseta blanca y excesivamente larga llegaba casi hasta las rodillas. Y muy, pero muy por debajo, se asomaba tímidamente la puntilla de los zapatos. No se necesitaba ser muy sabio para determinar que era un par de Tenis blancos, bajos, muy limpiecitos que daban la idea de que los compraron ayer.

– ¡Ha! ¡Qué muchacho! –decía su abuelo –. A pesar de todo es muy guapo y cae bien. ¡Ojalá que use su inteligencia para superarse y ser un mejor estudiante y deportista! ¡Que Dios lo bendiga!

Alex era de complexión debilucha y más bien huesuda, muy alto para su edad, de cara picaresca y ojos negros de mirada profunda, con el pelo muy bien arreglado a un costo de horas en tiempo, exageradamente dijera su madre, con un volcán de gel que lo hacía firme y duradero. El peinado era fuerte como una roca, sin un estilo definido terminando con un mechoncito para arriba que parecía un pico en medio de la montaña. Cualquier peluquero estilista de cabello encontraría el motivo de la frustración de su carrera con una cabeza como ésta.

Cuando lo inscribieron en la nueva escuela, la madre tuvo que explicar muy bien y certificar la edad del muchacho. La misma directora vino