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El Camino De Siete Años
El Camino De Siete Años
El Camino De Siete Años
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El Camino De Siete Años

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About this ebook

Esta historia es basada en hechos reales. Para A. Paredes, sus primeros aos de juventud fueron pasando llenos de aventuras, peligros y sobrevivencias; comenzando dentro de su propio pais natal y luego a travez de diferentes paises. Pedro le prometio el sueo Americano, lo cual para llegar hasta el fue una pesadilla y un largo camino de siete aos.
LanguageEspañol
PublisherAuthorHouse
Release dateJul 17, 2013
ISBN9781481765220
El Camino De Siete Años
Author

A. Paredes

A. Paredes nació en la ciudad de San Francisco de Macoris, R.D. Reside en la ciudad de Tampa, Florida donde esta escribiendo otras historias.

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    El Camino De Siete Años - A. Paredes

    INTRODUCCIÓN

    Que no daríamos que no haríamos por poder hacer realidad nuestros sueños. Cuanto no daríamos e hiciéramos por lograr pisar tierra Americana y vivir ese sueño Americano que todos deseamos realizar, ese deseo de progresar, de ser alguien importante, ser reconocido y admirado por sus logros y de tener todas las oportunidades que ese país ofrece. Cuantos no dejaríamos y cuantos no sufrirían por esa separación familiar con la esperanza de una mejor vida llena de deseos de superación y bienestar.

    ! Quien no lo desearía! Yo sí. Me imaginaba como en las películas de los años 70’, 80’, todo para mí era lindo, interesante e increíble. Era como un sueño inalcanzable pero no imposible el cual llegaría a su tiempo. Veía llegar a mi madre de E.U. tan bella, tan bien vestida y tan olorosa, que era indescriptible. La escuchaba hablar de lo divertido que era E.U., las facilidades de las escuelas, lo mucho trabajo que allí había y todo lo bueno que este país ofrece. Yo soñaba con hablar perfectamente el Ingles por ende siempre estaba en diversas escuela de ese idioma, toda mi música preferida eran de esa época y de la anterior. Ese era mi sueño estar en este país, aunque mi madre me trajo cuando tenía la edad de 6 años más yo no recuerdo nada de ese viaje por mi corta edad. Quería vivir ese sueño Americano del que todos hablaban y que se podía lograr con esfuerzo y superación, sentía que pronto llegaría y así fue.

    Mi nombre es Altagracita, y mi sueño paso a ser una pesadilla, no me di cuenta que mi inexperiencia y mi nobleza como joven al fin nacida y criada en la naturaleza de uno de los campos más bellos de mi país iba a ser una arma de provecho utilizada en mi contra por una persona como todas otras que se aprovechan de las mujeres hispanas en países pobres a quienes las ilusionan con falsas promesas y engaños prometiéndole traerlas a E.U. y muchas de ellas quizás sus familiares nunca las vuelven a ver, otras las tienen secuestradas como objeto sexuales y otras las venden al mejor postor. Es triste solo imaginarlo; pero una no piensa en nada de eso solo confía y cree lo que un astuto personaje desconocido le promete sin pensar en el sufrimiento que causamos a nuestros familiares quienes quedan con una sola pregunta !Donde está mi hija! !Estará viva o muerta Por eso quiero contar mi historia porque yo fui una de ellas, también quiero que mis hijos saquen de todo esto algo positivo, principalmente a mis dos hijas para que se cuiden de esos farsantes que se dedican a destruirles la vida y sueños que una tiene. También quiero dedicarles este libro a todas esas mujeres que por cualquier razón han pasado por lo que yo pase. No creo que nadie estaría dispuesto a hacer todo lo que yo hice y tener que sacar esa fortaleza para sobrevivir a todas las adversidades que se me presentaron. Siempre he deseado contar mi historia, esa etapa de mi juventud la cual se pasa alegre, se divierte una, se enamora también se sufre y se supera. Una piensa con 20 años que nada malo le va a pasar, una se siente invencible, ilusionada, sin ninguna preocupaciones, solo vivir, estudiar y divertirse. Así fue mi niñez y parte de mi juventud hasta que mi vida cambio desde ese día en que conocí la persona la cual cambiaria mi destino para siempre, fueron sietes años en los cuales uno tiene que vivirlos normalmente, más yo no pude hacerlo. Por eso quiero contarlos y creo que empecé, si porque siempre es difícil el comienzo de algo que nos proponemos, lo cual nos sentimos un poco inseguros y mucho más difícil aun cuando este trata de tus propia autobiografía.

    Suena como si se tratara de un personaje famoso e importante, pero para mí lo es, pues se trata de mi misma, de mis experiensas, de todas las pruebas que el destino me puso, los sufrimientos que los acompañaron y porque no también las alegrías que juntos con ellas vienen. Fue una etapa de mi vida en la que tuve que sacar mucho valor el cual no pensaba tenia tanto, la valentía que me dio fuerza para más adelante enfrentarme a la vida y por ultimo las grandes satisfacciones que hoy tengo como resultado de todo ese tiempo interminable. Mis hijos. A ellos quiero dedicarles mis escritos para decirles lo mucho que siempre me importaron, lo mucho que los quieros y lo orgullosa que me siento de ellos, agradeciéndoles todo el amor y comprensión que siempre me han brindado.

    También a mi madre quiero dedicárselo quien ha tenido el valor de vencer todas las adversidades sin nunca caer. No quiero hacerme ver ni la victima ni la buena de la película mucho menos quiero juzgar ni culpar a nadie, creo que cada quien es como es y muy poca veces cambia y a veces ese milagro nosotros siempre lo esperamos sin darnos cuenta de nuestra vida pasa a ser menos importante, yo me di cuenta demasiado tarde y hoy doy gracias a Dios por permitirme dar a conocer esta pequeña historia que duro siete años y que para mí fue como un siglo.

    1

    EL ENTIERRO

    Viendo el Ferreto descender lentamente no podía creer que aquel poderoso hombre, intocable, infalible y tan seguro de que la muerte no estaba dentro de sus creencias e equivocada actitud de vivir la vida lacia allí dentro, sin pensar de que todo tiene un fin. Nunca pensé que estaría frente a él mirándolo tranquilo, causando en mi angustia y tristeza, pues en el fondo estaba triste, lo miraba y creía ver a mi padre irse, lloraba junto a mi hija quien me conmovía con su llanto incontrolable. Cuando hubiera dado por que no sufriera. Todos allí lloraban la muerte de este personaje, por llamarlo así, pues la verdad es que lo era, muchos lo querían y sentían su ida. Recordaba ese hombre tan poderoso para el cual no había imposibles y nada lo detenía cuando se proponía algo, allí estaba frio, callado, muerto y no lo podía creer; todavía no lo creo siempre había pensado que ese día nunca iba a llegar.

    Es como una película la cual cuando quieres verla otra vez solo tienes que volver al principio y yo en todo ese momento recordaba todo lo que había vivido con este personaje ; pero pienso que la mejor manera es empezar mi historia desde el principio sabiendo que el final de él es el comienzo de mi nueva vida. Quiero contarle solo una parte de mi vida, siete años, pues mi niñez fue muy bonita aunque extrañando la presencia de mi padre el cual murió cuando yo tenía tres años de edad. Pienso que esa ausencia ha sido la que me ha hecho tomar caminos equivocados al tratar de buscar en otras personas lo que nunca tuve protección y seguridad que la figura paterna representa en la familia.

    2

    EL ENCUENTRO

    Todo empezó en mi país, la capital Santo Domingo. Yo tenía veintes anos vivía en una pensión de estudiantes, todas teníamos la ilusión de estudiar y prepararnos para un futuro mejor. Cada una íbamos a diferentes universidades, de acuerdo a la situación económica de nosotras lo cual contábamos con la ayuda de nuestros padres. Mi madre en ese entonces vivía en el extranjero y desde allí me enviaba lo que yo necesitaba, suficiente para cubrir mis gastos. A parte de la universidad, yo estaba en una escuela de modelaje la cual me brindaba satisfacción pues allí aprendía urbanidad y buenos modales.

    Mis compañeras y yo éramos muy felices compartíamos todo, luego llego otra inquilina la cual compartió una habitación conmigo. Todas éramos mujeres excepto el hijo de la dueña de la pensión quien tenía cuatros años de edad. La señora Anita era una persona muy buena con nosotras siempre nos trataba como si fuéramos su familia lo cual hacia nuestra estancia más placentera. Todo marchaba muy bien hasta un día en que tuve un percance con una de las amigas con la cual nunca hubo entendimiento. Eso cambio mi vida totalmente pues la situación en la casa se puso pesada y agobiante para mí; pues aunque no queríamos teníamos que vernos la cara diariamente.

    Creo que el destino para mi estaba marcado y todo eso solo fue el principio de lo inevitable. Fueron días amargos para mí pues también tuve problemas con mi novio que llevo a terminar nuestra relación definitivamente. Llore mucho me deprimí tanto que hubieron momentos no encontraba ninguna salida. Me sentí sola y frustrada, mi compañera de cuarto trataba de alentarme, más mi dolor y soledad eran más fuerte que cualquier consuelo. El regreso de mi madre en esos días hiso olvidarme de todo un poco. Cierto día me sentí tan mal con un dolor fuerte en el vientre tan desesperante que fui llevada de emergencia e internada rápido y operada de emergencia. Mi madre por suerte estaba allí conmigo todo el tiempo, no recuerdo haber recibido ninguna visita de alguien más. Regrese a la pensión recién operada, desilusionada, triste y sin fuerza para empezar de nuevo, fueron muchas cosas al mismo tiempo no recuerdo haber escuchado ninguna de mis amigas preguntar por mi salud. Lloraba mucho de tristeza y soledad y mi único refugio era Dios y el consuelo de hablar con mi padre en mis pensamientos como siempre lo hago cuando me siento así, le pedía que me ayudara y me sacara de esa situación y que me sacara de allí para cualquier lugar. Esa misma noche tuve un sueño con un hombre al cual lo abrazaba desesperadamente y que él me protegía en sus brazos como no queriéndolo dejar ir, nunca le vi su cara. Pensé que podría ser mi padre queriéndome proteger de alguien o que quizás iba a conocer a ese hombre que me protegería y cuidaría de mí. Ese día me levante feliz llena de optimismo, sonriente pues ya sabía que alguien a mi vida llegaría.

    Ese mismo día llego, pero no para darme esa paz y tranquilidad que yo esperaba. Todo empezó por una simple curiosidad. La señora Anita dueña de la pensión tenía un novio el cual la visitaba frecuentemente. Él se dedicaba a manejar taxis, tenía su carro privado ósea que tenía sus propios horarios y reglas. Ese día mis amigas estaban en la sala conversando entre ellas, yo estaba sentada en el comedor leyendo una revista de modas y entretenimiento. Recuerdo que estaba cansada de estar acostada por mi operación y quería sentarme un rato, aunque era un poco incómodo por los ochos punto que tenía en mi barriga; pero me entretenía con la revista y escuchaba las conversaciones de mis amigas las cuales siempre eran las mismas. Escuchamos el timbre de la casa y una de ellas abrió la puerta y saludaron al recién llegado quien era el novio de la señora y este venía acompañado de un señor mayor el cual vestía de traje y con un maletín. Por sus facciones supe que era un extranjero y por supuesto al escuchar cuando se presentaba con mis amigas y luego cuando fue a saludarme a mí. Él me sonrió muy simpático y su mirada fue muy profunda lo cual me inquieto bastante.

    Recuerdo que vestía pantalones cortos y un suéter y eso me hiso sentí más incómoda pues me sentía con muy poca ropa y sabia de que me estaba mirando, lo sentía. Yo estaba entretenida en un juego que salió en la revista y que había que recortar unas cartas supuestamente para leer el futuro; pero al mismo tiempo escuchaba todo lo que hablaban entonces supe quién era y de donde venía el señor. Era de origen Cubano y su visita a mi país era por asuntos de negocios, pues según él era un comerciante adinerado y que viajaba mucho a diferentes países pero que en unos cuantos días regresaría a Miami en su avioneta privada. También comentaba de las facilidades de ayudar a personas que querían viajar a lo E.U. lo cual el sin ningún problema lo resolvía; inclusive les mostro una cuenta bancaria de el para dar veracidad de que él no tenía que engañar a nadie y mucho menos estafarlos con su dinero.

    Todo el tiempo que él estuvo hablando no dejaba de mirarme yo me ponía nerviosa pues cuando lo hacía parecía hipnotizarme o queriéndome decir algo que yo no entendía. Mis amigas les hacían muchas preguntas sobre el mismo tema y él era muy convincente al responderles, a parte de su presentación personal, traje, camisa de sedas, zapatos finos y por supuesto un maletín de negociante esto añadido a sus ojos verdes, piel blanca pelo castaño. Típico hombre americano de negocio, el sueño de cualquier mujer de mi país. Como dije anteriormente de origen Cubano, adinerado y soltero. Su nombre Pedro. Después de charlar un buen rato mis amigas se despidieron y se fueron a la universidad. La señora Anita también lo hiso pues tenía que trabajar. Ellos también se despidieron más él se dirigió directamente hacia mí para hacerlo y disimuladamente miro lo que yo estaba haciendo, tratando de recortar de la revista las famosas cartas del tarot para luego adivinar mi futuro. No me imaginaba que mi suerte ya estaba tirada. Luego todos se marcharon y yo me quede sola. No tardo ni veinte minutos cuando escuche el timbre de la puerta y para mi sorpresa allí estaba el.

    Muy simpático y sonriente me pregunto si podía pasar, yo le dije que todos se habían ido y que deseaba. El ya dentro de la casa se dirigió directamente hacia la mesa y me pregunto si yo había podido entender el juego de las cartas; yo le dije que no, entonces me pregunto que si me gustaría saber mi pasado, presente y por supuesto mi futuro. Muy emocionada le dije que sí pero como lo iba el hacer. Me pidió un vaso de agua, lo puso en la mesa, abrió su maletín y saco las misma cartas pero reales. Yo me quede asombradísima pues nunca me imaginé que el supiera de esas cosas por su apariencia tan seria e intelectual de hombre de negocio que el mostro al principio.

    Mi curiosidad fue más grande que mis sentidos y lo deje que empezara a descubrir mis debilidades y frustraciones las cuales sin darme cuenta yo misma se las dije todas. Todos mis problemas de mis amigas me los dijo, de como yo me sentía en esos momentos, de mis fracasos con mi ex pareja, de lo buena que yo era y de mis deseos de encontrar una persona que me quisiera y cuidara. En ese momento ni por un instante pensé que todo lo que me decía ya él podía haberse enterado por referencia de su amigo el chofer; lo único que se me ocurrió pensar fue que él había adivinado mi futuro. Para el futuro yo habría de conocer una persona la cual me querría y cuidaría siempre y seria tal y como yo la quería. Yo no me daba cuenta de que se refirió al mismo.

    Le pregunte donde había aprendido a leer las cartas pues para mi sabía hacerlo al decirme tantas cosas que solo yo supuestamente sabia. Me explico que estuvo casado con una gitana la cual lo había enseñando y que él lo hacía solo para divertirse o cuando tenía que hacer cualquier negocio y así ver si le iban a ir bien las cosas y así él tomaba medidas para que todo le saliera como él quisiera. Yo le creía todo lo que me decía. Luego empezó a hablarme de él, me dijo que vivía en Miami que era asilado político de Cuba, que había tenido que dejar a sus hijos en Cuba los cuales tenia años sin verlos, me conto de todos los trabajos que había pasado en su país y de lo difícil de la vida allá, yo no entendía mucho en ese momento sobre eso pero me conmovía su historia. Me explicaba lo solo que se sentía siendo soltero; pero que estaba en busca de una mujer buena y tranquila con la cual casarse y formar una familia. Termino con mucho énfasis diciéndome que esa mujer perfecta era yo, pues él sabía que yo era buena y de nobles sentimientos. !Quiero casarme contigo. Subrayo.

    Mi corazón se agito más de lo normal al escuchar aquella petición de matrimonio tan de repente e inesperada, además me sentí la mujer más afortunada del mundo pueda para mí el haberme elegido era motivo de orgullo de entre todas nosotras. El al darse cuenta de mi asombro y emociones las cuales las manifesté de inmediato siguió diciéndome que si yo lo aceptaba nos casaríamos en unos días y rápidamente nos iríamos a Miami en su avioneta privada la cual estaba en un pueblo llamado Samaná (Punta Cana). En tres días estaríamos en E.U.. Termino diciéndome. Yo no sabía que decirle pues estaba hipnotizada sin poder creer aquello, mi mente me recordaba aquel sueño del príncipe azul el cual me rescataba.

    También pensé en alejarme de mis amigas las cuales ya no eran y de todos los problemas que en realidad no tenía ningunos; también pensé en un futuro mejor y mis sueños hecho realidad vivir ese sueño americano que todos queremos. Me brindo inmediatamente su ayuda en lo que necesitara y con los gastos médicos que en ese momento tenía por mi operación. Le agradecí su ayuda y le dije que tendría que hablar con mi madre lo cual él quiso que fuera lo más pronto posible. Al ver su determinación y firmeza en su voz fue cuando en realidad lo observe detenidamente. Aparentaba un hombre de casi cuarenta años, solo tenía treinta y cinco según él, era bien delgado, no era feo pero no me atrajo físicamente, era simpático y bromista y me hacía reír. El amor llegara con el trato y convivencia pensé yo, aunque ese tiempo de romanceo, compartir y conocerse antes de casarse una yo no lo tenía pues todo tenía que ser rápido. Yo me sentía afortunada por haber llegado ese príncipe azul que todas esperamos.

    Imaginarme lo feliz y tranquila que yo iba a estar con él me decía a mí misma que él lo que necesitaba era una mujer que lo cuidara y atendiera, proponiéndome ser esa cenicienta y ya con el tiempo lo iba a querer como se merecía y por supuesto jure a mí misma respetarlo toda la vida hasta que la muerte nos separara. Estaba convencida que un futuro mejor no podría tener en cuanto al amor eso nacería con el tiempo y el buen trato de parte de él; además cuantas parejas se casan enamorados y duran una eternidad infelices. Yo estaba ya convencida de era lo mejor para mí y creo que él ya estaba seguro de mi respuesta. Si le dije que lo pensaría y de que hablaría con mi madre. Cuando quede sola temblaba de la emoción y alegría, quería gritar fuerte la buena suerte que a mi había llegado. Solo se lo comenté a mi compañera de cuarto quien se alegró mucho de mí buena suerte.

    Mi madre en esos momentos estaba al mando de unas tierras de mi hermano mayor quien residía en E.U., ella cada vez que tenía la oportunidad me visitaba y por supuesto ella se encargaba de mis gastos Universitarios y todo lo demás. Al día siguiente fue a ver como seguía de mi cirugía yo le di la buena noticia le dije Me caso y me voy para Miami. Y luego le conté todo con detalles. Ella escuchaba y me miraba y con la actitud de su mirada de preocupación me di cuenta de que no estaba de acuerdo. Me dijo que yo no tenía ninguna necesidad de hacerlo y mucho menos tomar una decisión tan rápida sin saber quién era ese señor y de donde venía. Yo le dije todo lo que él me dijo de su familia en Cuba y de un solo tío que tenía en Miami. Para ella él era un hombre misterioso y desconocido. También sabía que yo no la iba a escuchar pues ella misma nos había enseñados a tomar nuestras propias decisiones en la vida y esta era una que yo ya había decidido y así se lo hice saber; además para tranquilizarla le dije que si algo pasaba mi hermano vivía en New York, yo me iría donde él. No muy contenta me dijo tu sabes lo que haces pero quiero conocerlo.

    Al día siguiente Pedro se ofreció a llevarme al hospital a quitarme los puntos de mi cirugía y por supuesto me invito a salir a cenar por la noche. ¡Claro que acepte, quería conocer más a mi futuro esposo! Me llevo a un lugar muy típico de mi país era un restaurant estilo cabañas hechas de hojas de palmas, muy privada y románticas al mismo tiempo. Pidió su plato favorito tostones (plátano verde aplastado y frito) con bistec y una cerveza, para mí también lo mismo. Luego empezamos a conversar de casi lo mismo referente a mi vida y todo lo mal que me sentía por mi antigua relación, de mis amigas lo cual me convenció de que en realidad no lo eran por su manera de actuar y me empezó a decir que mi vida cambiar con el, que no me preocuparas por nada ni nadie, que me casara con él y asi pronto nos iríamos de allí. También le comente que teníamos que conversar con mi madre pues ella estaba preocupada por toda la situación. Estuvo de acuerdo y fue entonces que le dije que sí que me casaba con él. Me sonrió y me dio un beso el cual pensaba que me iba hacer temblar de emoción mas no fue así, algo falto y yo sabía que era amor y pasión que no lo había sino miedo de mi parte lo cual me asusto; pero estaba decidida a seguir adelante.

    Después de mucho hablar de su parte me pidió que lo acompañara al hotel donde se hospedaba para que así me diera cuenta de que estaba solo y no había ninguna mujer por si lo dudaba. Su chofer, quien era el novio de la señora Anita, nos llevó. Al llegar allí me di cuenta de todas sus ropas tiradas por doquier, me explico que no había tenido tiempo de llevarlas a planchar. Yo me ofrecí hacerlo al no tener nada que hacer en esos días, entonces el me pidió que me quedara con él esa noche y al día siguiente me llevaba a la pensión con todo y ropa. Yo simplemente le dije que sí.

    Esa noche fue frustrante para mi, estaba tan obsesionada y persistente en mi decisión que no me importo entregarme a un hombre del cual no estaba enamorada; pero que me prometía que si sería feliz con él. No sé cómo él lo iba hacer pero confiaba ya en él ciegamente. Presumí ante todos lo feliz que me sentía y pensaba de que era la envidia de todas ellas. Yo misma no me daba cuenta de que estaba cometiendo un gravísimo error el cual me iba arrepentir muy pronto. Esa mañana me puse a plancharle la ropa a mi futuro esposo, mi madre llego y me encontró en esas labores y sus críticas fueron muy duras y directas diciéndome si esa era la vida de millonaria que yo iba a tener y que si así era como iba a empezar. Recuerdo que volvió a aconsejarme de lo mismo, que le diera tiempo a conocerlo mejor, que no me desesperara y pensara mejor las cosas. Yo le repetí lo mismo ya mi decisión estaba tomada. Mi madre al ver mi firmeza quiso conocerlo ese mismo día. Ya verás que te va a encantar le dije.

    Por la noche las presentaciones fueron hechas en el mismo lugar donde me había llevado, era como su lugar preferido o escondite secreto. Yo pensaba que todo iba a ser más difícil pero no fue así Pedro era muy simpático, educado y muy inteligentemente supo ganarse la confianza de mi madre. El como siempre era el único que hablaba y le repetía lo mismo que a mí, hombre noble, serio, negociante adinerado y dispuesto a casarse conmigo. Luego la conversación giro aciertos negocios que el hacía, se trataba de ayudar a personas que querían viajar a los E.U. y que estaban dispuestas a pagar por ello, el conocía ciertas personas que trabajaban en el consulado Americano quienes pagándoles les podían conseguir visa Americana, ah!! Y por supuesto eso era confiable y seguro. El por supuesto no tenía necesidad de ganarse nada en eso pero si había la oportunidad porque no hacerlo.

    Mi madre como todos allá sabia de personas que querían viajar y estaban dispuestos a pagar siempre y cuando fuera legal y verdadera. Pedro le dijo que les pidiera los pasaportes y una cantidad de tres mil pesos dominicanos. Ya la relación entre ellos paso de suegros y yernos a compañeros de negocios. Ella también vio la posibilidad de ella misma conseguir una visa americana que en ese tiempo ya no se la facilitaban, además estaríamos juntas. Yo también pensé lo mismo y por ese lado yo estaba más tranquila. Días después mi madre le entrego el dinero junto con los pasaportes, no recuerdo cuantos, estos eran de unas personas conocidas de un señor que trabajaba con ella a quien mi hermano también confiaba. Yo le pedí a Dios que todo saliera bien y así se lo hice saber a Pedro, quien me dijo No te preocupes todo va a salir bien. Yo ya me estaba acostumbrando a esa frase y al mismo tiempo sentirme tranquila y confiada.

    Yo me tranquilice más después de que vi algo una noche la cual Pedro me recogió de la pensión ya definitivamente para irme con él. Esa noche me despedí de mi compañera de cuarto y de la señora Anita prometiéndole escribirles desde Miami. Pedro me dijo que tenía que ir a uno de los lujosos hoteles de mi país llamado el Concourse Plaza, él tenía que recoger un dinero que alguien le debía. Llegamos allí y en el parqueo me dijo que lo esperara que solo tardaría unos minutos, así lo hice sin ninguna pregunta u objeción. Creo que una media hora paso cuando un señor toco la ventanilla del carro asustándome, parecía un empleado del hotel por su uniforme. Dándome la descripción de Pedro me pregunto que si yo era la persona que lo esperaba, le dije que sí; entonces me dijo Ese hombre está loco venga conmigo que él quiere que vaya con él. Yo me asuste y seguí el hombre dentro del hotel lo cual mientras caminaba rápido pude apreciar lo lujoso que era, nunca había entrado a un hotel así y mucho menos a un casino; si había visto en películas como se jugaba pero nunca pensé que allí iba a encontrar a pedro sentado en una mesa solo y con un montón de fichas de diferentes colores.

    No entendía nada pero pedro inmediatamente me dijo que tomaras las fichas y fuera a una ventanilla cerca de allí a cambiarlas y que regresara. Hice todo lo que me dijo y me quede muda cuando me dieron tanto dinero que en mi vida nunca había visto juntos y menos en mis manos. Se los entrege y el luego les dio a cada uno de los empleados algo como de propina y salimos de allí rápidamente. Ya en el carro el cual lo había rentado por unos días pues ya su chofer Ramoncito no era necesario, yo le pregunte como había pasado eso, como se ganó todo ese dinero. El me explico que era jugador profecional de las cartas 21, que era su diversión y una entrada más de dinero que no me preocuparas. No lo hice pues por los menos me di cuenta de que a mi madre le daría el dinero en caso de que algo saliera mal.

    De allí nos fuimos al Hotel Naco, allí reservo una habitación de lujo digna para la ocasión, estábamos a punto de casarnos y pronto estaríamos en Miami. Tiro todo el dinero en la cama, eran más de veinte mil pesos, yo sonreía feliz pues mi preocupación era el dinero de mi madre, que en realidad eran del negocio de mi hermano. Esa noche cenamos en restaurante del hotel como dos reyes, yo me sentía la cenicienta viviendo su sueño. Me creía que todos lo que nos miraban sentían envidian de nosotros. Después de cenar me dijo que pasáramos por el casino sin ninguna intención de jugar. Recorrimos las mesas y se le ocurrió apostar unos cuantos cientos de pesos los cuales los perdió inmediatamente, luego puso unos más y también lo perdió dándose cuenta de que estaba cansado y no tenía ganas de jugar me dijo que nos fuéramos a la habitación. El manager del casino se nos acercó y saludándonos muy sonriente y presentándose como tal, le dijo a pedro que lo había estado observando y que lo disculpara por lo que le iba a decir; pero que él o no sabía jugar o era un jugador profecional. Pedro cambio su cara y se sintió ofendido y para él fue como un reto personal, luego se sentó en la mesa y le dijo al manager Vamos a ver qué pasa. Yo estaba tranquila y sonriente pues después de haber visto lo que vi en el otro casino me dije por dentro Ya vas a ver de lo que él es capaz de hacer con esas carta.

    Por supuesto que no me defraudo al poco tiempo le había ganado más de siete mil pesos, lo cual dejo al manager con la boca abierta; inmediatamente nos ofreció habitación gratis por tres días más una cena especial con él. Pedro le dio las gracias aceptando todo y luego nos despedimos retirándonos a nuestro cuarto. Yo entre a la habitación riéndome del manager y su cara de sorpresa y de lo bien que le demostró quien era el cómo jugador. Pedro me corto seco y muy serio diciéndome Prepara todo que nos vamos ahora mismo; esa frase luego se convertiría en parte de mi vida normal con él. Yo asombrada le pregunte porque, pués inclusive teníamos días gratis en suite y todas las buenas atenciones del hotel. Ahí es donde está el peligro de todo porque ellos (refiriéndose a los dueños de los casinos) cuando una persona gana mucho dinero para recuperarlo les ofrecen todo lo mejor del hotel para que vuelvas a perderlos o quizás mucho más y otros lo mandan a asaltar, y nosotros no vamos a ser ni una cosa ni la otra. No te preocupe que yo sé lo que hago. Finalizo.

    A mí me pareció mucha desconfianza de su parte, pero como siempre no opinaba, como yo no conocía ese mundo del juego pensé que el sabia más que yo. Alrededor de las tres de la mañana salimos del hotel sin que nadie se diera cuenta, para mí fue como si estuviera viviendo una película, parecíamos dos fugitivos escapando de la justicia. Nunca me imaginé que ese era solo el principio de mi mi vida junto a mi querido esposo. De allí no fuimos a otro hotel de menos categoría y allí pasamos unos días tranquilos. Cierto día nos reunimos con mi madre la cual quería saber que pasaba con los pasaporte pues ya habían pasado tiempo suficiente y ella estaba intranquila pues el dinero de mi hermano estaba en juego.

    Pedro le explico que ya había entregado los documentos a su conexión y que solo nos quedaba era tener calma y esperar a que ella (según dijo él había sido su novia anteriormente) le avisara cuando estuvieran listos. Mi madre no estaba muy conforme pero se tranquilizó un poco, yo quería contarle todo lo que había pasado en los casinos así ella no se preocupar tanto por el dinero, mas pedro me prohibió pues según él no quería darle mala impresión a mi madre. Como siempre lo obedecí. Luego mi madre regreso al pueblo donde cuidaba las tierra de mi hermano.

    Sus salidas eran misteriosas, cuando lo hacía, solo él nunca me decía nada de lo que hacía y mucho menos con quien se reunía, asumí que eran asuntos de negocios y si él no me decía nada era porque no lo entendería o sencillamente no eran mis asuntos. Cierto día supe algo de su pasado o por los menos algo de su antiguas relaciones, me dijo que antes de conocerme tuvo una relación con una mujer la cual estaba embarazada de él; pero por supuesto a él ya no le interesaba solo que tenía que ser responsable con su hijo y que desde donde estuviera así lo iba hacer. A mí no me molesto tanto pues el hecho de que me lo dijera eso me hacía ver la clase de hombre honesto y por supuesto responsable con sus hijos. No me dijo mas ni yo por supuesto le pregunte nada más, respetaba todo lo que me decía pues lo consideraba una persona adulta y responsable, simplemente ese era parte de su pasado. Inmediatamente me pidió que le hiciera un favor,

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