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Palabras
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Palabras

Es un libro inspirador que le har reflexionar sobre el maravilloso regalo de la vida. Las Palabras de Mara Ruz son blsamo y gua donde asirse, para transformar el dolor, que la propia autora experiment al ser traspasada por la muerte de su hija, en propsito y alegra de vivir.

En esta obra nos habla del amor como nico camino. Nos comparte diversas filosofas sobre el tema de la muerte y la riqueza de una experiencia, que gracias a la fe, nos har valorar el privilegio de vivir a plenitud.

El lector tiene entre sus manos un testimonio que le dejar honda huella y hallar, como nos dice Mara en este libro, que Dios nos habla a travs de las Palabras sencillas de nuestros semejantes.

Patricia Garza Soberanis

LanguageEspañol
PublisherPalibrio
Release dateMay 31, 2012
ISBN9781463330187
Palabras
Author

María Ruíz

María Ruíz. Nací en la ciudad de Cúcuta, Colombia. Soy abogado, egresada de la Universidad Libre de Colombia, Seccional Cúcuta; Como también, abogado egresada de la Universidad de Los Andes, de la República Bolivariana de Venezuela. Desde niña me interesaron las actividades culturales, razón por la cual, creé en el Colegio Santa Teresa, de Cúcuta, a la edad de 15 años, el “Movimiento Cultural”, desde el cual, en compañía con algunas compañeras de estudio, impulsamos varias actividades dentro de la Institución, como fue la exposición de pinturas, elaboradas con la técnica de tinta, por el gran Maestro Norte Santandereano Sergio Grillo. También Escribí y dirigí, una obra de teatro, basada en las crueldades vividas por los judíos en la primera y segunda guerra mundial. De la misma forma, en La Universidad Libre, creé y fui la presidenta del “Comité Cultural”; en donde recibí todo el apoyo necesario de las directivas en aquel momento, siendo mi sostén, el gran líder departamental Rodrigo “El Perico” Fuentes; por medio del cual, en compañía de otros estudiantes de la Institución, llevamos a cabo varias actividades, como la presentación del cantautor colombiano, de trova cubana, Jorge Chona; la presentación musical de Los Hermanos Cañas, Mauricio, Raúl y Geovanny, ganadores de quince premios a nivel nacional, siendo para ellos de mayor trascendencia, el Primer Lugar en el CONCURSO DEPARTAMENTAL DE CUERDAS Y VOCES ORIOL RANGEL, realizado en Pamplonita, Norte de Santander y la CONDECORACION NACIONAL COMO HECHOS DE PAZ, concedida por REDEPAZ NACIONAL en Gama, Cundinamarca, que les fue otorgada por el alto comisionado para la paz; así como la presentación del Cuentero Carlos Román, prestigioso catedrático, a nivel nacional; entre otras actividades. En mayo de 2008, comencé creando en la red social Facebook, el "Grupo de apoyo para padres que han perdido hijos", que hasta el momento, ha reunido a más de 300 personas, recurso que se ha convertido en un gran instrumento de apoyo entre quienes hemos pasado por tanto dolor. En este año también creé, el grupo "Te amo Dios, Jawhe, Jehová, Baba, Ala...como quiera que te llames Señor", haciendo un llamado a la Paz y al Amor, sobrepasando estigmas y convencionalismos, como única vía para salvar nuestro Planeta. Radico actualmente en la Ciudad de Miami, Florida, donde además de colaborar como Secretaria en la directiva de la organización cultural The Cove/Rincón International, estoy dedicada a trabajar con víctimas de violencia doméstica. Hice un curso para abogar por estas víctimas (soy Advocate) y llevo más de un año aprendiendo y compartiendo en grupos de apoyo. Pertenezco a la Organización Sisterhood of Survivors (S.O.S.), hermandad de sobrevivientes, organización que funciona en Miami, cuyo propósito es ayudar a otras mujeres que han sobrevivido a la violencia doméstica, organizando, creando conciencia y capacitándonos para luchar por cambios sistemáticos y sociales que conduzcan a la prevención y fin de la violencia en contra de mujeres y niños. He aprendido tantas cosas, que por ello en 2010, creé la Fundación Ángel Mariposa, proyecto de apoyo para familias víctimas de violencia doméstica, que tiene como fin, crear en cada ciudad de Latinoamérica, grupos de apoyo que le permitan a las víctimas unirse y llevar a cabo estrategias para salir adelante. Debo decir, que antes debí curarme yo y ayudar a mis hijas de tanto trauma que entre mi ex esposo y yo nos causamos y les causamos a ellas. Se puede acceder a la fundación mediante el enlace: www.fundacionangelmariposa.webs.com, y a través de Facebook, en: Fundación Ángel Mariposa donde pongo al día a los seguidores de la misma, quienes de forma rápida y veraz, encontrarán en qué anda la Fundación. En estos momentos, llevo adelante un proyecto llamado: Hannan Way, con el que pretendo honrar a mi pequeña hija, quien ha sufrido demasiado a causa de los efectos de la violencia, como así mismo, lograr un cambio dentro del sistema educativo Norte Americano, que necesita urgentemente llenarse de comprensión y compasión, por todos los niños víctimas de violencia doméstica. Sé que todos los problemas que aquejan al mundo son producto de la violencia en los hogares, y por ello, es muy importante dar un giro a esta situación. Abrir los ojos a los padres amorosos que pueden hasta perder a sus hijos, si no cambian su conducta y los apartan de sus conflictos de adultos. ¡Con toda mi gratitud! María Ruíz. (Mariposa) marialourdes72@yahoo.com www.fundacionangelmariposa.webs.com FACEBOOK: “Fundación Ángel Mariposa” “Grupo de apoyo para padres que han perdido hijos” “Te amo Dios, Jawhe, Jehová, Baba, Ala...como quiera que te llames Señor”

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    Palabras - María Ruíz

    Copyright © 2012 por María Ruíz..

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida

    o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico,

    incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y

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    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan

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    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

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    Fax: +1.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    407992

    CONTENTS

    Prólogo

    Para mi Naty…

    Capítulo Primero

    Capítulo Segundo

    Capítulo Tercero

    Capítulo Cuarto

    Capítulo Quinto

    Capítulo Sexto

    Capítulo Séptimo

    Capítulo Octavo

    Capítulo Noveno

    Capítulo Décimo

    Capítulo Décimo Primero

    Capítulo Décimo Segundo

    Capítulo Décimo Tercero

    Capítulo Décimo Cuarto

    Bibliografía

    Prólogo

    El día 2 de Noviembre de 2007, a las 3:00 a.m., perdí a mi hija en un accidente automovilístico terrible. Ella sacó el auto en mi ausencia y en compañía de su mejor amiga, salió hacia otra ciudad a 20 minutos del lugar en el cual vivíamos.

    Esa noche llovía terriblemente, situación que aunada al hecho de que mi hija no tenía práctica conduciendo, la llevó a perder el control del auto e irse abajo por un precipicio.

    Mi hija murió, su amiguita se salvó, gracias a Dios. Y para mí, empezó una pesadilla horrible que no tenía ninguna clase de explicación.

    Todo el tiempo tuve presente que Dios nada tenía que ver con este accidente y por ello le pedí que me diera respuestas, pues Él sabía muy bien todo lo que nosotras habíamos luchado para salir adelante, por mejorar como personas.

    Hablaba con padres de la Iglesia Católica, con hermanos de la Iglesia Cristiana, con personas que lideran grupos de ayuda para padres que han perdido a sus hijos, y a medida que escuchaba diferentes planteamientos, yo iba guardando para mí, lo mejor.

    La verdad es que sólo quiero ser un apoyo, una guía, un ejemplo doloroso de todo lo que vivimos en nuestra familia.

    Pero sobre todo yo, su madre, el día que perdí a mi hija, me hubiese gustado haber conseguido un lugar exacto en donde se me explicara todo lo sucedido, el porqué de las cosas; y poder así, hallar la forma para poder digerirlo. Más bien, para poder aceptarlo.

    Todavía lloro, claro está. No puedo mentir. Extraño demasiado a mi hija y diera mi vida porque esto me hubiese pasado a mí y no a ella, quien comenzaba a vivir. Pero al mismo tiempo, estoy segura del lugar en el cual está, de por qué vino, por qué se fue y eso me llena de tranquilidad, de orgullo y de amor.

    He aprendido muchas cosas. Pues como padres no tenemos idea de qué es lo mejor que debemos hacer por nuestros hijos. Y aunque todavía no estoy muy segura, si sé, qué es lo mejor que no debo de hacer a mis hijas, y no sólo a ellas.

    Con el tiempo he aprendido que todos los seres vivos, somos uno en realidad. Lo que yo le hago a mi hermano, me lo hago a mí misma, todo se devuelve. ¿Qué sacamos con ir a la Iglesia, cualquiera que ella sea, si salimos de ahí y seguimos la marcha de nuestra vida sin entender los mensajes que se nos envían? Debemos aplicarlos a nuestras vidas… practicarlos. ¡La práctica es lo que hace al maestro! Nadie nace aprendido.

    Todo lo que nos sucede tiene una razón de ser. Nada sucede por casualidad, las coincidencias no existen, y partiendo de este punto, puedo entender, que mi hija vino a mí, por medio de mí, por una gran razón, pero ya era el momento de partir. Ciertamente lo apresuró, pero acá, en este estado, ella hizo todo lo que tenía que hacer y muy seguramente de haber seguido a mi lado viva, hubiese sido más doloroso.

    Por eso hoy, sólo tengo palabras de agradecimiento para mi Dios, por su amor, por su paciencia, por su comprensión. Por reparar en mí los daños morales. Por ayudarme a salir adelante. Porque no enloquecí, porque no dejé a un lado mi vida, pues hay seres que esperan en mí y me necesitan.., pero bien.

    Con todo mi corazón, sólo deseo que te sientas mejor con esta lectura y te reconfortes. La vida continúa. Sea cual sea la forma en cómo pierdas a tu ser querido, por enfermedad, en un accidente, por homicidio; ese ser, aunque ya no está a nuestro lado en forma física, permanece a nuestro lado espiritualmente y se encuentra bien; ya no siente dolor; el amor grande de nuestro Dios los está fortaleciendo, reconfortando.

    Ahora y de esta forma, viven más cerca de nosotros. Pues si los extrañamos, más nos deben ellos extrañar, y ¿Qué sería lo que ellos no hicieran por nosotros, para ayudarnos a sentir bien? ¿A sentirnos de la forma como ellos se sienten?, si los dejamos descansar, claro está.

    Tenemos que ser conscientes, de que nuestra necedad e inconformidad con su partida, lo único que hace es atarlos más a esta tierra, a nosotros y por lo tanto al sufrimiento. Dejémoslos ir en paz, y así sus espíritus permanecerán en nuestra presencia, de otra forma, no atormentándolos.

    Para mí no fue fácil entender esto, soy una madre. Parte de mí corazón se fue con mi hija, pero ahora comprendo muchas cosas después de escuchar a tantas personas y de leer varios libros acerca de la muerte que termino concluyendo para usted, y que hará más llevadero ese sentimiento de intranquilidad que nos queda después de la partida de nuestro ser querido, amado sobretodo.

    Sí, porque en medio del dolor, mi vida debía cambiar, muchas eran las lecciones por considerar, por aprender; si no, no hubiese valido la pena, el sacrificio que hizo mi hija.

    Finalmente comprendí, que toda esta información recopilada en mi corazón, no es mía y que tengo el deber de compartirla. De no ser así, entonces no he aprendido nada. También porque sé, cómo te sientes en este momento de intenso dolor y abatimiento, que fue lo mismo que yo sentí en mis primeros meses y que ahora te ofrezco con amor, para que te recuperes.

    Debo aclarar, que el primer paso para recuperarnos, debemos darlo nosotros mismos. Debe ser nuestra meta el querer sentirnos mejor, y por ello, buscar rodearnos de personas que nos apoyen y nos ayuden a superar el dolor. Es sólo eso, superar el dolor y aprender la lección de amor. A nuestros hijos, jamás debemos olvidarlos. No podemos permitir que su gran sacrificio, sea en vano.

    Definitivamente, los seres humanos sólo aprendemos las lecciones cuando se nos somete a estas situaciones tan intensas y dolorosas. La ventaja de esto, es que lo aprendido ya no lo olvidaremos a causa de tanto sufrimiento experimentado. Es una desgracia que sea así, pero esto forma parte de nuestra forma de ser imperfecta.

    En una de las revistas "Esperanza" para el estudio del Budismo de Nichiren Daishonin leí una frase muy cierta: somos como el hierro; una vez sometidos al fuego y a los golpes, quedamos convertidos en magnificadas espadas.

    ¡Estoy segura de que de la mano de Dios, saldremos adelante!

    Para mi hija Naty… que desde el cielo me está

    mirando, guiando, apoyando y protegiendo… lo sé.

    Te amo hija con todo mi corazón.

    Esto es para ti.

    Las tribulaciones que padecemos contienen un valioso potencial de transformación, un tesoro de energía del que podemos extraer a manos llenas la fuerza viva que capacita para construir lo que la indiferencia o la apatía no permite.

    Matthieu Ricard

    Para mi Naty…

    Yo tenía una princesa

    una niña muy bella

    con unos ojos preciosos…

    Boca y nariz perfectas

    ¡Qué orgullo!

    Qué cosita más tierna

    ¿Cómo nació de mí?

    ella fue un regalo de amor

    que Dios me obsequió.

    Ella vino a mí

    me cuidó

    me ayudó a criar

    fue mi maestra, mi amiga,

    mi confidente, mi costilla.

    ¡Tanto aprendí de ella!

    Esa era su misión,

    Venir a mí.. , enseñarme,

    apoyarme,

    ayudarme, escucharme

    y regañarme

    También hacia las veces de ma.

    Ahora ya no está,

    le crecieron hermosas alas

    y echó a volar…

    La vi cuando se alejó,

    feliz y sin molestar.

    Sabía que acá en la tierra

    la misión que le fue impuesta

    la cumplió sin titubear.

    Ahora mi hija es un Ángel

    que descansa en la paz y el amor.

    En la paciencia de nuestro Señor.

    Y yo, que soy una necia,

    sólo con la muerte de ella entendí,

    que Naty siempre fue un Ángel

    un Ángel enviado a mí.

    Te amo hijita.

    Muchos besos, muchos abrazos.

    Tu mamá.

    Capítulo Primero

    Salí corriendo de casa, aburrida, pensando que tendríamos que tomar un bus y que con estas horribles colas que se forman en este lado de la frontera, no llegaríamos nunca al Terminal. Por eso decidí ponerme de mal genio, para que el padre de mis hijas me prestara atención y así decidiera mejor tomar un taxi. Funcionó.

    Tomamos el taxi hacia el Terminal. Llegamos a tiempo. Más, al montarme en el autobús, ya estaba deseando regresar a casa de nuevo. No quería viajar ese día. Tampoco era un presentimiento o que ese instinto maternal que se suponen tienen las madres, me estuviera previniendo de algo. Nada. Sólo que no deseaba viajar ese día. Pensaba en mis hijas, pequeñas, solas en casa hasta que llegara su hermana de la escuela, tal vez a las 7 p.m. si no la demoraba ese tráfico horrible y novedoso en estos últimos tiempos.

    Nos montamos en el bus y nos pusimos a hablar. Bobadas, que más, el caso era que había que hablar, pues conocí a una pareja muy joven, en donde el hombre decía que no tenía nada de qué hablar con su mujer, por eso entendía que no la quería, pero qué más daba, ya estaban casados. Así que cada vez que nos quedábamos solos, así fuera de la tontería más grande, pero había que hablar.

    Empecé a Llamar a casa como a las 8 p.m., atascados en medio del trancón, debajo de un palo de agua horrible, que hacía más difícil el paso de autos, camiones, buses, en fin, todo lo que tuviera ruedas, haciendo imposible el tránsito en esta frontera, la más activa de Latinoamérica, dicen.

    En casa estaban solas las chiquitas otra vez, mi hija de 17 años no estaba, y con esa forma de llover… ¿Ahora, para dónde se había marchado?

    Supe por mi hija Halue, que Naty su hermana, hacía rato había llegado a casa de la escuela, pero que estaba esperando a su amiga, y por eso había salido de nuevo. Así que empecé a enviarle mensajes a su móvil, pidiéndole el favor que no dejara a sus hermanitas solas, que se devolviera para la casa.

    Mientras tanto yo, con el corazón en la mano, me encontraba muy triste, pues ese día había nacido el sobrino de una amiga, Fabricio, y había llegado a este mundo con labio leporino, paladar hendido y sin nariz… para completar.

    Se me devolvió la película… Todo lo que pasamos Naty y yo. Bueno, realmente había sido Naty, yo solamente la había acompañado. Me puse muy triste. Sin conocer a ese bebé, lloraba. Recuerdo que lloré mucho, que estaba inconsolable y al mismo tiempo, preocupada por partir de casa y dejar a mis hijitas solas.

    A las 10 p.m. llamé a casa de nuevo y hable con Naty. Le pregunté primero que porqué había salido y luego de oír su respuesta, me puse a contarle lo mal que me sentía por aquel bebé,

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