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Escorpion
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Ebook122 pages2 hours

Escorpion

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About this ebook

Una novela de ciencia ficcin diferente, de drama, accin, suspenso y espionaje.

Un Escorpin en un laboratorio de investigacin por error crece descomunalmente, para destruir la ciudad de Nueva York, siendo golpeada de nuevo como en el 2001 por el loco secta diablica Al-Qaeda, Osama Bin-Laden.

Con la intervencin del Ejrcito, SWAT, Policas de la ciudad y otras autoridades, logran destruir al escorpin del cual Osama Bin-Laden desea la frmula para destruir al mundo.

El Dr. Robert Roseen y la Dra. Sharon Furlong tienen un compromiso, destruir al escorpin.
LanguageEspañol
PublisherPalibrio
Release dateJul 25, 2013
ISBN9781463310882
Escorpion
Author

J.L. Rosas

J.L. Rosas Originario de Reynosa, Tamaulipas, egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Guadalajara.

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    Escorpion - J.L. Rosas

    Copyright © 2013 por J.L. Rosas.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2011961523

    ISBN:               Tapa Dura                     978-1-4633-1090-5

                 Tapa Blanda                  978-1-4633-1089-9

                             Libro Electrónico         978-1-4633-1088-2

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o son usados de manera ficticia, y cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, acontecimientos, o lugares es pura coincidencia.

    Fecha de revisión: 16/07/2013

    Para realizar pedidos de este libro, contacte con:

    Palibrio LLC

    1663 Liberty Drive, Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Gratis desde EE. UU. al 877.407.5847

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    Gratis desde España al 900.866.949

    Desde otro país al +1.812.671.9757

    Fax: 01.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    359909

    Contents

    Dedicado

    Capítulo I

    Capítulo II

    Capítulo III

    Capítulo IV

    Capítulo V

    Capítulo VI

    Capítulo VII

    Capítulo VIII

    Capítulo IX

    Capítulo X

    Capítulo XI

    Dedicado

    A mis padres Dr. José Rosas Navarro y Ernestina Acosta Zamora (+),

    Que me dieron la oportunidad de nacer y a encontrarme a mí mismo.

    A mis hijos Emilia María, Ingrid, José Luis y Astrid, que gracias a ellos me inspiraron para escribir, a mis hermanos Carlos Fernando, Marisela, Martha Patricia, Andrés Eduardo, María Ernestina, a mis Sobrinos, a mis primos, a mis Tíos, a mis cuñados Julio Cesar, máximo, Johnny y cuñadas Alicia, Nelly, a mis amigos Enrique, Beto, Cesar(+), Rafael, Artemio, Pepe, Erik y amigas María Elena, La Monkey Las Veloz, La Coreana, Minerva y otros y otras que en este momento no los recuerdo que además terminaría el libro en puros saludos que en su momento fuimos bastante unidos en la pandilla de buena onda, Al Dr. Juan Carlos Jiménez Bonilla, al Ministerio de Salud Región Hurtar Norte, a todo Costa Rica que me acogieron en sus brazos cuando más lo necesitaba, a mi México querido y Estados Unidos.

    A mi ayudante la Sra. Lourdes Ruiz Barboza.

    Esperando les Guste la lectura de este libro que lo escribí para USTEDES.

    Les voy a narrar cómo y cuando inicie a escribirlo, fue en el año de 1994 no recuerdo el mes ni el día me encontré con un escorpión de los cuales yo les tengo pavor, me acuerdo cuando íbamos mis padres y mis hermanos al rancho de Soto La Marina Tamaulipas, México llamado el Gran Chaparral en alusión aquella serie de televisión con el mismo nombre del cual mi padre era su programa favorito en la casa que teníamos allá había muchos alacranes que caían del techo a las camas y tanto era mi miedo que me levantaba y dormía dentro del carro con el motor encendido por tanto calor que hacía, bueno pero esa es otra historia.

    En lo que estábamos, me encontré con el escorpión lo atrapé y me dije voy a escribir la historia de ciencia Ficción empecé a escribirla a mano porque no tenía computadora, y se me perdió el escrito trate de recuperarlo si ningún resultado deje de escribir y hasta diciembre del 2008 continué escribiendo e iniciando de nuevo con la escritura, ya estaba a punto de terminarla como en marzo del 2009 y un amigo me dijo que le prestara la computadora para quemar unos discos sin darse cuenta le introdujo un virus a mi computadora y me borro todos los programas y entre ellos el escrito del escorpión, hable con un amigo que se llama Sidar Arnaes Maestro del colegio Técnico Agropecuario que sabe mucho de computadoras le dije que si me podía rescatar el libreto del escorpión y me dijo que podía hacer el intento, si me lo rescato pero solo el 40 por ciento del escrito con eso me di por bien servido, porque de ahí pude continuar escribiendo hasta terminar la historia, por eso con todos los bemoles vuelvo a repetirles espero sea de su agrado.

    Con Mucho Cariño.

    Dr. José Luis Rosas Acosta

    Capítulo I

    Era una negra noche de la Cd. New York del 8 octubre del año 2009, como en aquellas noches en las que caen las hojas de otoño las luces de la gran ciudad iluminaban a toda ella que a lo lejos se veía bellísimo el panorama que parecía un árbol de navidad gigantesco. Una Sra. de color y sus dos nietos una niña y un niño de seis y siete años respectivamente eran tremendamente traviesos y tenían una cara de picaros que no podían con ella por eso a la abuela le daba miedo que se los hayan dejado para cuidarlos y menos en un día de trabajo en el laboratorio.

    El laboratorio contaba con un edificio de diez pisos de alto, doscientos metros de longitud por unos ciento cincuenta metros de ancho, en total media de construcción trescientos mil metros cuadrados de construcción y de áreas verdes de treinta mil a cuarenta mil metros cuadrados una belleza. Los que eran atendidos por cuatro jardineros que tenían el jardín bellamente diseñado con árboles de laurel de la india, los que al trabajarlos formaban figuras de diferentes formas.

    Cada piso contaba con un trabajador de aseo en el octavo piso es el que le tocaba asear a la Sra. Rosemberg y sus nietos.

    Los tres iban caminando hacia los elevadores que los llevaría al octavo piso no se oía ni un solo ruido solo el taconeo al caminar de la Sra. Rosemberg y los niños las luces centrales del edificio se encendían a la voz de la Sra. Rosemberg los niños se quedaban extrañados y maravillados con la tecnología, los niños iban jugando y aventándose el uno al otro, la niña le dice a la abuela. – Mira abuelita Leoncio me está molestando. La abuela le responde. – Tu también lo estás molestando. Contesta la niña. – Sí pero. La abuela vuelve a contestar. – Nada de peros, la niña se queda callada. Leoncio le hace señas de burla, Katherine se le queda mirando con ojos de rabia Y mientras el elevador seguía su curso hacia el octavo piso. La abuela pensó en voz alta.- Yo no sé por qué sus padres me los dejaron cuidando si ellos saben muy bien que aquí hay animales y sustancias peligrosas, el niño responde. – Abuelita no vez que mis padres fueron a festejar otra luna de miel, la abuela responde alzándole la mano.- cállate muchacho del demonio.

    Llegan a la entrada del complejo de investigación y los detiene el guardia conocido de la abuela de nombre Peter y le dice.- Buenas noches doña Eleonora. A lo que los niños y ella contestaron.- Buenas noches. El guardia le refiere a la Sra. Sobre los niños.- Ellos no pueden pasar a lo que ella contesta.- Déjalos pasar Peter, no ves que me los encargaron y no tenia con quien dejarlos no seas malo. El guardia le contesta.- Doña Leonora bien sabe que no se permiten niños en el laboratorio y además se ve que son muy traviesos tienen cara de picaros, y pueden provocar un accidente que lamentar. Los niños se quedan viendo uno al otro como diciendo es a nosotros a quien se refiere y contestan.- No se preocupe Sr. Guardia que nos vamos a portar bien. Peter moviendo la cabeza de un lado a otro le dice a la abuela.- Se los encargo mucho porque si algo sucede o se dan cuenta que los deje pasar me van a amonestar o hasta me pueden correr por haberlos dejado entrar. Los niños le contestan.- No se preocupe Peter que nadie se va a dar cuenta que vinimos al laboratorio. La abuela les dice.- No sean mal educados y falta de cortesía como lo llaman por su nombre si apenas lo conocen. Peter contesta.- no se preocupe Doña Eleonora así son los niños.

    Aproximadamente a las 9 p.m. iniciaba las labores de aseo de un laboratorio de investigación, en el que los científicos trabajaban en unos proyectos de clonación de insectos, y en animales en vías de extinción y en estudios de la hormona de crecimiento, para que los seres humanos que presentaban baja estatura o los enanos tengan una estatura ideal o al menos desarrollaran una estatura normal, en el laboratorio había serpientes, codornices, loras, lapas, chimpancés, escorpiones, arañas, tucanes, gatos y perros los cuales estaban en jaulas o recipientes con respiraderos.

    La Sra. Eleonora Rosemberg les dijo a sus nietos Katherine y Leoncio - Tengan mucho cuidado y cuídense ya que los traje al trabajo sin permiso de los patrones. Como ahí había sustancias, animales e insectos peligrosos no se permitía traer a personas ajenas a los manejos del laboratorio y que la podían correr si se daban cuenta que los había traído al lugar de trabajo, como le habían dejado a los nietos para que los cuidara porque sus papas habían salido a pasear esa noche y no tenían con quien dejarlos recurrieron a la abuelita.

    Ellos les contestaron al unísono - No se preocupe abuelita que no vamos a hacer ningún daño en el laboratorio todo quedara como está.

    Leoncio se le queda mirando a Katherine y le dice.

    -Verdad Katherine que nos portaremos bien?

    -Sí claro!

    Responde Katherine.

    Mientras la Sra. Rosemberg se dedicaba a realizar el aseo en el laboratorio los nietos se dedicaron a jugar, correr y a esconderse por todo el laboratorio. Le dijo Leoncio yo me escondo y tu cuentas hasta veinte para que me busques a ver si me encuentras. Katherine empieza a contar, uno, dos, tres, cuarto, hasta que llega a veinte y le grita a Leoncio.- Ya voy a buscarte escóndete bien.

    La niña sale a buscar a Leoncio por varios cuartos, Leoncio estaba debajo de una mesa cuando de pronto el niño asusta a su hermanita – booo, booo, y con su cabecita

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