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Mas Alla Del Homo Sapiens - Vol I: (Beyond the Homo Sapiens - Vol I)
Mas Alla Del Homo Sapiens - Vol I: (Beyond the Homo Sapiens - Vol I)
Mas Alla Del Homo Sapiens - Vol I: (Beyond the Homo Sapiens - Vol I)
Ebook1,045 pages17 hours

Mas Alla Del Homo Sapiens - Vol I: (Beyond the Homo Sapiens - Vol I)

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About this ebook

"The Mystical and Historical Journey that will change your life."

"El Viaje Mistico e Historico qu cambiara su vida."

El tiempo es una rueda de movimiento continuo, el presente es el fruto del pasado, y el futuro es el fruto del presente; cualquier esperanza por un futuro mejor requiere que entendamos el pasado y cambiemos el presente. Ms All del Homo Sapiens describe detenidamente, en una forma entendible por todos los lectores, las causas y las razones por las cuales el mundo continua siendo inhumano con sus habitantes. Este viaje mstico e histrico cuenta los eventos de 5.000 aos de historia, proveyendo a los lectores con nuevas interpretaciones y mtodos para el mejoramiento individual y mundial.

This book is written in two volumes. Click here for information on Volume II. , Beyond the Homo Sapiens - Vol II

Visit the author's web site

LanguageEspañol
Release dateFeb 26, 2007
ISBN9781412242196
Mas Alla Del Homo Sapiens - Vol I: (Beyond the Homo Sapiens - Vol I)
Author

Mariu Suárez

Mariú was born in Colombia, S.A. In 1966 she attained her degree in Fine Arts, Decoration, and Architectural Design from Javeriana University in Bogota. Since that time Mariú has painted at the same time that she has studied mysticism, symbolism, and philosophy to extract the meaning of her Visionary Surrealist work.

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    Mas Alla Del Homo Sapiens - Vol I - Mariu Suárez

    Más Allá del

    Homo Sapiens

    Volumen I

    Mariú Suárez

    "Lo único nuevo en el mundo es la historia

    que no sabemos".

    —Harry S. Truman

    "El Homo Sapiens es el eslabón perdido

    entre el animal y el humano".

    —Anónimo

    ©2000 by Mariu Suarez

    Canadian Cataloguing in Publication Data

    Suarez, Mariu, 1946-

    Mas alla del homo sapiens

    ISBN 1-55212-522-X (v. 1)—ISBN 1-55212-523-8 (v. 2)

    ISBN: 978-1-4122-4219-6 (ebook)

    I. Title.

    PQ8180.29.U2214M37 2000     863     C00-911361-4

    TRAFFORD

    This book was published on-demand in cooperation with Trafford Publishing.

    On-demand publishing is a unique process and service of making a book available for retail sale to the public taking advantage of on-demand manufacturing and Internet marketing. On-demand publishing includes promotions, retail sales, manufacturing, order fulfilment, accounting and collecting royalties on behalf of the author.

    Suite 6E, 2333 Government St., Victoria, B.C. V8T 4P4, CANADA

    Phone      250-383-6864     Toll-free 1-888-232-4444 (Canada & US)

    Fax          250-383-6804     E-mail sales@trafford.com

    Web site www.trafford.com TRAFFORD PUBLISHING IS A DIVISION OF TRAFFORD HOLDINGS LTD. Trafford Catalogue #00-0187 www.trafford.com/robots/00-0187.html

    10   9   8   7   6   5

    Contents

    Libro I Fé Ciega

    PREFACIO-LIBROI

    RENOVACIÓN Capítulo 1

    INCONSCIENCIA Y CONSCIENCIA Capítulo 2

    SALVACIÓN Capítulo 3

    IGNORANCIA Y SABIDURÍA Capítulo 4

    A V E N T U R A E N L A SE L V A N E G R A C A PÍ TU L O 5

    INTELECTO Y EMOCIÓN Capítulo 6

    INSTINTO Y HÉROE GUERREO Capítulo 7

    REFLEXIÓN Y RAZÓN Capítulo 8

    EL HUMANISMO NACIENTE Capítulo 10

    E L RETO HUMANISTA Capítulo 11

    FERMENTACIÓN PLANETARIA Capítulo 12

    PASO A LA DUDA CAPÍTULO 13

    EPÍLOGO-LIBRO I

    Libro II Duda

    PREFACIO-LIBRO II

    LA TIERRA ERA REDONDA Capítulo 14

    CARRERA DE PREDADORES Capítulo 15

    LA NATURALEZA COMO MAESTRA Capítulo 1 6

    VOLUNTAD ESPIRITUAL CAPÍTULO 17

    DESAFÍO Capítulo 18

    LOS DESPOSEEDORES DEL SEÑOR Capítulo 19

    LOS REBELDES DE JORGE Capítulo 20

    Este libro está dedicado a todos los que añoran ver lo mejor de la humanidad expresada en el mundo y quieren poner un fin al dominio de la inhumanidad del hombre por el hombre. ¡Unidos venceremos!

    Con especial agradecimiento hacia mi hija Mónica Sánchez, sin cuyo consejo editorial este libro nunca se habría terminado, ya mi amiga Mirta Toledo por su revisión de gramática y ortografía. A mi hermana Patricia Suárez Weiss por permitirme usar parte de su su poema La Mujer Luchando al Mundo Transformando, en el capítulo seis, páginas 156 y 157. También le agradezco a Research Advisory, Inc. por los fondos para la publicación de este libro. Más que todo, gracias a los humanistas generosos, quienes a través de la historia han luchado por liberar nuestras mentes y corazones.

    Libro I

    Fé Ciega

    La Rueda de la Necesidad

    Amanecer, día, anochecer y noche dicen, la vida es para ser sufrida… una continua cadena de carne viviente, uniendo la carga de una generación a otra.

    -La Agonía y el Extasis,

    Irving Stone

    PREFACIO-LIBROI

    La historia de un hombre comienza mucho antes de su nacimiento.

    -Espinoza, Dan Levine

    Queridísima hija:

    Acabo de recibir las guías que te había pedido para empezar a escribir este libro. Es maravilloso que te hiciste escritora y editora, y con tu ayuda podré iniciar esta tarea. Agradezco las preguntas que me dices debo responder para ayudarme a escribir la historia.

    Empezaré como sugieres por lo básico, construyendo el esqueleto con las cinco preguntas del escritor:

    ¿Quién?

    Mi nombre es Adriana. Nací en Colombia, Sudamérica, en 1946. Fui un bebé de pañales rosados, uno de los tantos hijos e hijas de los radicales de los años treinta y cuarenta. Nací de una madre artista y un padre contador de profesión, amante de la filosofía y la ciencia. Ella me dio amor por el mundo de la belleza, él, entusiasmo por el de las ideas.

    Tu nacimiento, mi querida Alexiara, me dio el sentido de responsabilidad que me empujó a pensar. Siguiendo los pasos de mi madre decidí pintar. Con las imágenes surrealistas que llenaron mis lienzos inicié la exploración de mi propia psiquis y su lengua simbólica, que es expresión de los Arquetipos Universales. Usando el lienzo, empecé a congelar las imágenes simbólicas que llegaban a mi consciencia para no olvidarlas y seguir su hilo donde me llevasen. Con mi trabajo comencé la aventura del descubrimiento de mi Ser irreconocido, para confrontar en mí misma lo humano, (el cordero) y lo inhumano, (el lobo) que viven en todos nosotros. Para ayudarme, apliqué el principio de Jung de que las imágenes que automáticamente estaban llegando a mi mente me estaban contando una historia. Así comencé el proceso que él llama individuación el proceso de integrar el inconsciente al consciente para activar la facultad transcendente de la psiquis, la que nos puede ayudar a caminar hacia el Ser, que corresponde a la idea espiritual del Centro místico.

    Quería entender mi sentido de alienación de la sociedad católico-feudal en la que nací. Para escapar esa barrera, emigré contigo y mi hermana Selene de Bogotá, a Nueva York. Al llegar me encontré igualmente alienada en la nueva sociedad capitalista protestante. Tenía que entenderme a mí misma, para comprender por qué no encajaba tampoco en la nueva sociedad.

    Quién, eres también tú mi querida hija. Hoy, ya cumpliste veintisiete años y trabajas como editora y escritora de salud en Nueva York. En mi mente, sin embargo, abrazo todas las imágenes de tu crecimiento registradas en mi corazón. Veo a la bebita que me entregaron en el hospital y que a mí me pareció el ser más lindo que había dado la creación. No te trajeron a mí alzada, ni te pusieron en mis brazos, sino que dejaron la transparente cunita de plástico a mi lado mientras me restablecía del parto fácil de sólo dos horas, a pesar de ser primeriza. Arribaste con un mínimo de dolor para mí, y tu carita no mostraba los traumas normales de los ojos y naricita hinchados, sino que con los ojos enormemente abiertos me mirabas a través de la cunta. Nunca olvidaré esa mirada, la enorme curiosidad que emanaba mientras seguías todos mis movimientos. Me habían dicho que los niños no veían al nacer. No la mía, me dije, ella lo está viendo todo. Las enfermeras me pidieron que te diera pecho aunque solamente saldría calostro (un líquido amarillo anterior a la leche) ya que es alimenticio y sólo amamantándote de inmediato comenzaría a producir leche. Me reí cuando te puse junto al seno, pues los ojos se te pusieron bizcos y empezaste a beber con el ímpetu de una bebita muy sana cuya hambre de comer era obviamente tan intensa como el deseo de verlo todo.

    El instinto de defender esa vida que me había sido regalada, se posesionó de mí, y lloré por el contraste entre ese cuerpecito tierno y suave que abrazaba y el mundo de hierro al que te había traído. Me sentí culpable sin saber por qué. Habías nacido, en 1967, dentro de una sociedad que tenía al gigante de la avaricia como consejero. Desde mi nacimiento en 1946, después de la explosión de la primera bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, había presenciado la loca carrera armamentista de las dos potencias y las tendencias suicidas de la misma. Había comprendido la amenaza de la basura y el humo industrializados, la lluvia ácida, el desperdicio radioactivo contaminando la tierra, las aguas, los mares y la atmósfera; la capa de ozono extinguiéndose como se extinguía el aire Espiritual en una sociedad con la vista fija en valores externos. Como siempre, aquellos que detentaban el poder habían convertido el bien público en ganancia personal, traicionando no sólo la sociedad que explotaban sino las posibilidades de supervivencia y evolución de la especie.

    Una monjita entró y me encontró llorando. ¿Qué te pasa mi amor? me preguntó. No pude contestar. Sólo te miré, ese cuerpecito tan tierno, esa boquita roja como una flor, con los ojos cerrados durmiendo plácidamente, respirando con tranquilidad después de haber comido a satisfacción. En contraste, vi al universo como una máquina inmisericordiosa, tragándose todo lo existente, presenciando la miseria y tragedia históricas sin compasión por estos frágiles seres, aunque ellos como yo, quisieran un mundo mejor. Si antes había sentido las tenazas de la inhumanidad del hombre por el hombre estrangulando mi garganta a la vista de tanta miseria, de tanta muerte y destrucción, ahora, en tu presencia, sentía que tenía que hacer algo. No podía quedarme cruzada de brazos esperando un milagro que pudiese salvarnos, teníamos que salvarnos a nosotros mismos y tú siendo mi hija, me inspiraste a a preguntar cuál sería el camino de la salvación. La monjita continuaba mirándome pero no pude contestarle, ella simplemente se sentó en la cama a mi lado, me abrazó y me dijo, Esto es normal mi amor, después del parto muchas mujeres se deprimen, ya verás míjita toda la felicidad que esta linda bebita te va a traer. Sonreí, te miré, y me dije que en lugar de preocuparme haría algo porque heredaras un mundo mejor. Habías nacido en un mundo en crisis y yo, por amor a tí, acepté la misión de toda madre de la guerra-fría, salvar a nuestros hijos.

    Creo que acabo de hacer lo que me dijiste que no hiciera mientras hacía el esqueleto: me fui por la tangente. Trataré de no salirme de las cinco preguntas.

    Quién, será también mi familia inmediata. Mi hermana Selene, mi sobrino Alexander, mis sobrinitas las mellizas, mi padre y mi madre, y las demás familias de terrícolas con las cuales compartimos el planeta. Me dices que es importante dar las características físicas de Adriana, Selene, y las tuyas mi linda y querida Alexiara. Dijiste que esta es la única manera en que la gente se interesa por una historia, dando vida a los personajes. ¿Cómo lucimos nosotras? Como la mayoría de las mujeres hispanoamericanas, yo tengo más sangre indígena, árabe, y negra que tú. Tu papá blanco y de ojos verdes, te dio una pinta más blanca en la escala cromática que la mía. Toda la familia, padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, tíos, primos, tú, mi hermana y yo, somos el compendio cromático de la hispanidad.

    ¿Dónde? Colombia, los Estados Unidos y el mundo, a pesar de que la acción no será de exploración externa sino interna. Dónde, será la mente del Homo Sapiens individual y colectiva, mientras estudiamos la historia en relación con el desarrollo de la mente humana.

    ¿Cuándo? serán los últimos cincuenta años de la centuria en que hemos vivido, pero también todas las Eras y Edades a medida que tratamos de estudiar la arqueología psicológica que vive bajo nuestra consciencia superficial.

    ¿Por qué?

    Lo que me ha movido a explorar mi vida y nuestra vida interior, es el deseo de Verdad cuya chispa brotó en mi corazón con tu nacimiento. Con tu vida como inspiración, no he dejado de explorar en la Verdad.

    ¿Cómo?

    Esta es la mayor parte de este libro. El ejercicio de analizar y juntar las piezas del rompecabezas formado por los eventos históricos, para darle sentido a lo que de otra manera sería una historia contada por un idiota. Las imágenes en mis lienzos me han ayudado a entender la visión de los maestros místicos de todos los tiempos y lugares. He explorado la Verdad volviéndome hacia el interior de mí misma y he encontrado que la Verdad es una Fuerza Abstracta. Un Arquetipo que entra en nuestro cerebro como potencial para realizar nuevas adaptaciones de pensamiento, palabra, y obra. Con ella podemos hacer transformaciones que nos ayudarán personal y socialmente a evolucionar y crecer. La Verdad es necesaria para reformar nuestra vida personal e institucional, porque en la misma forma en que nuestra consciencia emergió de la inconsciencia, la Verdad emerge de nuestras interpretaciones primitivas y erróneas que han sido muchas. Cada generación rompe con algunas opiniones falsas oponiéndose a ellas con Ideas verdaderas, pero algunas son llevadas a la siguiente generación y a la posterior. Por antiguo hábito actuamos opiniones mentirosas, pues transformar viejos hábitos en acuerdo a Ideas verdaderas requiere, primero: el reconocimiento de la mentira; segundo: su disolución; tercero: la percepción de una Idea real; cuarto: su formulación en palabra y quinto: su actuación individual y social.

    Gracias a los maestros hemos acumulado a lo largo de la historia la formulación de una cantidad de ideas verdaderas, pero nuestros hábitos crean un abismo entre ellas y nuestra vida diaria.

    Me pregunté: ¿Cómo podemos liberarnos de nuestras opiniones erróneas y los hábitos estúpidos que causan? Buscando una respuesta empecé a ver la historia con nuevos ojos: como la base para analizar nuestra dolorosa experiencia colectiva. Comprendí que el Homo Sapiens no ha terminado su proceso evolutivo porque siempre podremos hacer mayores y mejores adaptaciones a la Verdad. Me di cuenta de que el proceso histórico es el proceso de liberar nuestra espontaneidad imaginativa, que viene del Espíritu, de las interpretaciones erróneas de la realidad que hemos hecho desde que la humanidad inició su recorrido en el planeta. Trataré por consiguiente de reconocer y describir la Consciencia Espiritual.

    Este libro es un estudio en objetividad para tratar de ver lo que es, y no lo que queremos que sea. Objetos no sólo encontramos en el mundo exterior, sino en el interior. A los objetos internos no podemos llegar a través de las funciones sensoriales del cuerpo que han evolucionado para percibir el mundo que nos rodea. Tacto, vista, oído, olfato, y gusto, no pueden seguirnos al mundo interior. No tenemos nombres para sus paisajes, sus valles, sus montañas, los que sólo nos son accesibles a través de la metáfora.

    En mi ayuda vino un viejo mapa, un gráfico acerca de las dos esferas en que se mueve la Consciencia. La exterior y material, la interior e inmaterial. Hoy en día podemos entenderlo sin tanta dificultad, porque la física subatómica nos ha enseñado de procesos de energía, y la joven ciencia psicoanalítica nos ha dado entendimiento de mitos, metáforas, y símbolos. Podemos hoy, llevar a cabo con el mundo de la psiquis y el Espíritu, lo mismo que los filósofos de los siglos XVII y XVIII hicieron con el externo: desvestirlo de centurias de erróneas interpretaciones y superstición.

    Habría sido muy difícil para mí comprender cualquiera de estas materias sin este mapa de la Consciencia que nos fue proveído hace centurias por los maestros cabalistas y ha sido llamado El Arbol de la Vida. Sin la percepción de los múltiples niveles de Consciencia Superior y consciencia inferior que nos habita, el misticismo no habría podido ayudarme. Cada personalidad individual está hecha literalmente de multitud de niveles de consciencia. No habría ningún problema con estas diferencias si las inferiores respondieran a las superiores, pero debido al proceso evolutivo, no es así. De allí la necesidad de liberar lo Eterno en nosotros, de las falsas limitaciones impuestas por el instinto y las erróneas interpretaciones creadas durante nuestro viaje evolutivo.

    Trataré de explicar que nuestra Vida Real no está en el cuerpo efímero que la sirve durante una encarnación. Tampoco en el vehículo psíquico, compuesto por la naturaleza emocional, que es la naturaleza del deseo; tampoco en la naturaleza intelectual, que enfoca el deseo, lo realiza, e interpreta la experiencia. La Realidad Eterna es la Luz de la Consciencia que brilla a través de sus diferentes vehículos y es el dínamo tras la evolución. Ella es la Vida Eterna que habita la materia y la psiquis, y es ella la que nos ha estado liderando hacia la completa unión de los tres niveles: Espiritual, Psíquico y Físico.

    El Arbol De La Vida

    Image410.JPG

    El Arbol de la Vida (ver ilustración) representa la Consciencia Cósmica en su permanente proceso multidimensional hacia la materialización. Esto significa que estos niveles y procesos viven dentro de nuestro cuerpo material. Sin embargo, sólo la raza humana tiene el potencial de desarrollar conocimiento de ellos, pues sólo la raza humana puede enfocar consciencia.

    El Arbol esta compuesto de diez Sephirot o represas energéticas representadas en el mapa por los círculos. Veintidós caminos los unen. Los Sephirot y los caminos son llamados los Treinta y dos Caminos de la Sabiduría. Verdadera teoría mística y meditación permiten a la naturaleza intelectual y emocional recibir impresiones del mundo Espiritual. Teoría verdadera y meditación, nos ayudan a reconocer y ver las diferentes realidades dentro de nosotros, como también exteriormente, e iluminan el trabajo de cada una. La meditación nos ayuda a con-formar nuestra naturaleza intelectual y emocional con los altos niveles de Consciencia Espiritual. Hasta ahora el intelecto y las emociones han estado impresionados sobre todo por el ejercicio de rechazar lo que siente mal, y desear lo que se siente bien. Esta manera de trabajar dejada por el desarrollo evolutivo, ha causado la obstrucción de la Luz de la Consciencia en nuestra consciencia personal. Ha separado lo universal de lo diferenciado.

    Siendo una construcción judía, el Arbol de la Vida se lee de derecha a izquierda. Este viejo mapa entendido con nuevos ojos, le da nuevo significado a la pregunta: ¿Quién soy? Para comenzar, el Yo que verdaderamente Soy, el Yo Eterno, lo escribiré con mayúscula para diferenciarlo del yo personal. De la máscara que se pone el Ser al expresarse a través de todas las cosas y personas del mundo.

    El Arbol de la Vida expresa que Yo soy:

    1   Ein o Nada. Todo el Poder que Era y que Es y que Será.

    2   Kether: Es la iniciación de la carrera creativa. Representa el Uno Universal. El abrazo Eterno de lo femenino y lo masculino. Dentro de toda la creación esta dimensión es la Fuente de la Vida. La Consciencia Cósmica crea el universo a cada segundo. Podríamos llamarlo el más alto nivel energético, la Suprema Fuerza. Como puedes ver en el mapa, corresponde al Plano Espiritual.

    El proceso que se sigue es de separación. La Unidad se sacrifica a sí misma separándose en dualidad para crear el universo.

    3   Chokman: representa la parte Masculina del universo. La energía proyectada de la cual devienen las Ideas. Una Idea puede ser comparada con un plano arquitectónico para iniciar el proceso creativo.

    4   Binah: representa la parte femenina del universo. Ella es la matriz que crea el molde o la imagen en la que la Idea se moldea. Correspondería a la maqueta arquitectónica.

    El trabajo de Chokman y Binah representa el Plano Causal. Toda Causación ha de ser atribuida a los Planos Espiritual y Causal. El triángulo formado por Kether, Chokman y Binah está simbolizado por el fuego. Este es el nivel Supraconsciente.

    5   Chesed: Representa los moldes de Memoria y Sabiduría Eternas que son la base de la Memoria Espiritual Automática.

    6   Geburah: Representa la Voluntad Espiritual o Acción, que activa el movimiento para Bien del universo. El movimiento interactivo entre Chesed y Geburah forma el Plano mental Superior.

    7   Tiphareth: Representa El Hijo Eterno o la Consciencia Espiritual y la Imaginación Espiritual. Este es el verdadero Espíritu Humano. Es la fuerza que inicia la humanización del animal, una vez el animal se ha perfeccionado suficientemente para recibirla. Este es el Plano Consciente. Esta Consciencia está permanentemente unida a Kether, la Corona de la Creación, a través del camino del Agua Virgen, que emana de Kether.

    Estos dos primeros Triángulos son Eternos, Universales y Cósmicos en Naturaleza. Si haces un triángulo entre Kether, Chesed, Geburah, y después entre Chokman, Binah y Tiphareth, verás la Estrella de David o el Sello de Salomón que representa la unión de las fuerzas del cielo. La estrella es el cielo.

    En este punto el mapa deja lo universal para entrar en lo personal. Lo que ocurre es que los moldes universales del Cielo entran a diferenciarse para crear formas particulares. Estas formas aun son abstractas e inmateriales.

    8   Netzac: representa la naturaleza emocional diferenciada. Lo que ocurre a este nivel del proceso es que el Sol de la Consciencia extiende sus rayos, y esa extensión es aplicada particularmente. Es a través de Netzac que las formas particulares reciben las vibraciones de la Voluntad Universal.

    9   Hod: representa la naturaleza intelectual. Es nuestra capacidad de foco. Podemos enfocar el nivel Espiritual, psíquico y material; el psíquico y material, o el material exclusivamente. El intelecto está siempre sirviendo la naturaleza emocional o del deseo, trabaja para satisfacerla. El intelecto enfoca el Plano Superior cuando la naturaleza del deseo empieza a ir más allá de la realidad material. A su vez el intelecto empieza entonces a transmitir a Netzac ideales elevados. Netzac y Hod forman el Plano Mental Inferior.

    10   Yesod: es la gran reserva de energía inferior. Es a través de las impresiones recibidas del intelecto y las emociones que las imágenes toman forma astral para después condensarse en materia. Debido a nuestra evolución mineral, vegetal y animal, las impresiones al nivel astral se han apartado de los Planos Superiores. El triángulo formado por Netzac, Hod y Yesod, es subconsciente al Consciente. Su unión final está simbolizada como el matrimonio del Sol y la Luna. Este último triángulo representa el elemento aire.

    11   malkut: representa el mundo físico. Este Sephirot está dividido en los cuatro elementos, porque los tres elementos superiores son parte de él, más la tierra que es su apariencia. El cuarto de la derecha corresponde al agua, el de la izquierda al fuego, el de arriba al aire y el de abajo a la tierra.

    El mapa representa por lo tanto no sólo el Macrocosmos, sino el microcosmos que es el hombre y la mujer. Si trazas una línea de Tipharet a Malkut y otra de Netzac a Hod, tienes la cruz. La cruz pende de la Estrella. Lo que simboliza que la tierra pende del cielo.

    De acuerdo al misticismo, nuestro cuerpo físico guardó las leyes y procesos del reino mineral. Nuestro cuerpo etérico, las leyes generativas de la vida vegetal; el tercer cuerpo, el vital, los impulsos, deseos, gustos y disgustos, placer y dolor del animal que forman nuestra naturaleza psíquica básica. Nuestro cuerpo físico y su proceso mineral está relacionado con la tierra. Nuestro cuerpo etérico y su proceso generativo con el aire. Nuestro cuerpo vital o psíquico con el agua. El fuego es implantado por el Espíritu Humano Consciente que trabaja para redimir los niveles inferiores de su atención exclusiva a lo material, para que se vuelvan atendiendo también a lo Espiritual.

    La vida unicelular, con su protoplasma como ladrillo básico de la vida, aprendió a luchar por la supervivencia hace dos mil millones de años. Hace sólo cuarenta mil años el Homo Sapiens moderno llegó al clímax de su evolución biológica. Cincuenta trillones de células componen un Homo Sapiens. Cincuenta trillones de células cuyo protoplasma está moldeado con el instinto de reproducción, supervivencia y satisfacción inmediata que heredamos de nuestra naturaleza animal. Este instinto, combinado con nuestra identificación con el cuerpo y la habilidad mental de hacer nuestra voluntad, hacen al hombre una fiera más peligrosa que cualquier animal. Desde la prehistoria, el hombre y la mujer concluyeron que eran débiles en relación con el mundo natural que los rodeaba. Todo parecía ser un enemigo del que tenían que huir o pelear, por esto necesitaron su héroe guerrero. Una opinión destructiva que llevó a la glorificación del héroe guerrero y más tarde a la vilificación del Héroe Espiritual, quien les enseña que no tienen nada que temer pues el Universo es Uno y es Espíritu. Una combinación destructora expresada en la tragedia de la inhumanidad del hombre por el hombre.

    Para ir mas allá de las opiniones erróneas del Homo Sapiens tuve que buscar como desaprender nuestro instinto animal básico. La historia me empujó a mí y a mis contemporáneos a un callejón sin salida. Teníamos que descubrir, me dije, la manera de mediar nuestro poder con el entendimiento Espiritual de tal manera de usarlo para nuestro mejoramiento en lugar de nuestra destrucción. Históricamente hemos podido sobrevivir nuestro instinto animal, porque nuestra tecnología y ciencia no estaban muy desarrolladas. Pero desde la revolución industrial y principalmente en esta centuria, nos convertimos en una amenaza para nosotros mismos. Con nuestra cabeza bestial y nuestro extendido cuerpo biónico, estamos destruyendo el ecosistema que nos da vida y alimenta. Estamos envenenando las aguas, destruyendo la capa de ozono y continuando el genocidio de nuestros hermanos con nuestros nuevos juguetes de guerra computarizados.

    Me di cuenta de que tenía que reinventarme y esto me llevó a buscar frescas perspectivas. Tuve que entrar a dimensiones más reales que la temporal, navegar sola y desnuda en el cosmos, acariciar las nebulosas, subir escaleras de átomos, escapar interminables e imposibles laberintos. Tenía que encontrar respuesta a viejas preguntas. ¿Quién soy? ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Por qué el mal ocurre? Estas han sido las grandes preguntas filosóficas por las que muy pocos individuos se han interesado a lo largo de la historia.

    Comprendí que el problema del mundo en relación con la sociedad, ha sido la falta de una masa crucial de individuos pensantes en cada generación. No mucha gente se hace preguntas, porque la certeza y la creencia son más confortables que la duda. Sin embargo, también me di cuenta, de que el lazo entre las Ideas Eternas y los individuos temporales es a través del pensamiento. El o ella que piensan, no es la persona, sino que el individuo se hace parte de la corriente de la Meditación Eterna cuando se hace una pregunta. La pregunta es el anzuelo que pesca una Idea. La formulación de ideas que claramente llegan a la consciencia, se hace a través de la lengua de la Razón Universal: el discurso filosófico, matemáticas y geometría. Al nivel de los sentimientos Eternos de Belleza, la expresión es formulada a través de la lengua de las emociones: literatura, poesía, las imágenes de la pintura, escultura y música. Las primeras, expresiones de la Consciencia; las segundas, del alma. Los Eternos Masculino y Femenino. También existe la lengua de la Sabiduría que une las otras dos: el misticismo.

    Las Ideas no se originan en el individuo, sino que se expresan a través del individuo, por consiguiente nuestra común historia tiene mucho que enseñarnos si extraemos la esencia de lo que es Eterno y Verdad en ella. La voz del Espíritu viniendo a instruirnos a través de individuos en cada generación, son piedras labradas, pulidas por cada individuo pensante, extraídas de la piedra bruta de las erróneas creencias de su tiempo. Estas son las piedras labradas que dieron el nombre al movimiento Masón. De acuerdo a los más grandes cambios de consciencia masiva, la historia está dividida en Tres Actos: Fe ciega. Duda. Fe iluminada. Estamos iniciando el tercero.

    Me dije que los ascensos progresivos de consciencia podrían ser vistos como un hilo, el hilo de Adriana para salir del laberinto construido con la errónea interpretación sensorial. Entendí que yo estaba aquí, para vivir conscientemente la aventura del descubrimiento de mí misma, que, como Adriana era virgen, yo también debía purificar mis emociones y a través de esas emociones de amor, ayudar a Teseo, mi intelecto, a salir del laberinto de la forma en que el Minotauro vive. El laberinto simboliza la equivocada interpretación de la realidad realizada por el hombre y la mujer prehistóricos e históricos. En esencia, ellos crearon una falsa consciencia tejida con la interpretación de su experiencia basada exclusivamente en los sentidos obnubilados por lo externo, representada por el Minotauro. Las opiniones prehistóricas, no son conocimiento racional, sino creencias que se han convertido en reacciones automáticas a nivel subconsciente. Por eso nuestros ideales nunca se encuentran en nuestras acciones. Nos sentimos más confortables creyendo y actuando esas creencias que descubriendo a través del pensamiento para expandir nuestro conocimiento yendo así, de lo imaginario a lo Real. En esta forma, nuestras reacciones de hoy, no son muy diferentes de las reacciones prehistóricas ante la vida; tenemos una serie de tabúes confortables pero destructivos, que pocos individuos se atreven a retar en cada generación. Por eso, el énfasis en este libro no está en mi personalidad, Adriana, sino en las Ideas que llegan a mí con el magneto de las preguntas que me hago; lo que me ha ayudado a darme cuenta de que no somos lo que creemos ser. No somos la limitación de nuestro cuerpo, de nuestro intelecto, de nuestras emociones. La forma como hemos interpretado quienes somos está errada, tan errada como habíamos percibido la naturaleza de la Tierra y el Universo hasta hace trescientos años.

    En mi búsqueda he sido ayudada por el hilo dorado de los pensadores humanistas quienes nos han dicho una y otra vez, que nuestro problema reside en la identificación exclusiva con lo que podemos ver y tocar. Este es un análisis del pensamiento idealista radical que se inició con el movimiento Hermético egipcio y que centuria tras centuria ha tratado de cambiar nuestras interpretaciones erróneas por correctas. Recuenta lo que tenemos que saber para separar el oro de la historia del oro de los tontos, las ideas humanistas de las inhumanas, el cordero, o lo Espiritual en nosotros, del lobo, o el animal salvaje que en algunos niveles aún domina nuestra psiquis. Los de mi generación, los nacidos en la postguerra, crecimos dentro del shock atómico entre una espada de acero y una pared de hierro, encarados a la más grande emergencia histórica: el peligro de una destrucción nuclear y la amenaza del total desbalance ecológico. Hiroshima y Nagasaki ha sido un despertador para los que deseamos salvarnos de la inminente destrucción. El pasado, con su precedente inhumano, no nos puede dar el poder creativo que necesitamos para imaginar un nuevo hombre y una nueva sociedad. La historia ha sido un baño de sangre. Mi generación no tuvo que mirar lejos en el pasado para concluir cómo lo habían hecho los filósofos, que no tenemos que preguntarnos cuál es la fuente del mal, porque somos nosotros mismos. El reto que encaramos es el de ir más allá del Homo Sapiens.

    ¿Cómo se formó la brecha entre los ideales que proclamamos y la realidad que creamos? Mi tesis es la de que la historia ha sido la tarea de erradicar las erróneas interpretaciones de la prehistoria. Ya hemos erradicado muchas concepciones erradas en cuanto al mundo objetivo, ahora tenemos que hacer lo mismo con el subjetivo. Lo que tenemos que hacer hoy, es purificar nuestra psiquis. La Cábala, la Alquimia, el Yoga y el Sufismo, nos dicen que la psiquis consta de tres niveles: intelecto, emociones y energía. Tenemos que limpiarnos de toda opinión errada y de toda emoción negativa, para que la energía liberada del cautiverio de esos moldes falsos, abandone su automatismo animal y adquiera un automatismo Espiritual. Sólo así, podrémos alterar en una forma consciente la biología de nuestros cuerpos, al alterar el automatismo celular, haciendo el cerebro más receptivo al Espíritu. Así podrémos terminar nuestra glándula Pineal cristalizándola para establecer ininterrumpido contacto con el Espíritu como todas las psicotecnologías nos han enseñado desde tiempo inmemorial. Esta tarea puede ser solamente realizada por la raza, a la medida que se interna en su etapa de Evolución Consciente.

    Toda nuestra historia nos afecta. Las opiniones erradas hemos de echarlas al fuego del análisis, y las ideas de Verdad hemos de formularlas de una manera que nos sirva de cimiento espiritual para crear una nueva humanidad y un nuevo mundo. Nuestra naturaleza contradictoria ha de unificarse en la espiritualidad. Todas las teorías filosóficas, científicas, psicológicas, e históricas, son incompletas en sí mismas. Para que su valor se haga verdadero tenemos que unirlas y verlas como parte de un todo. Aún la maravillosa inventiva de la ciencia se torna destructiva separada de un entendimiento total. Existe una unidad esencial tras la aparente separación de las cosas, nuestro cuerpo y mente están unidos a toda la actividad de la naturaleza, los ciclos de las estaciones, la ecología del planeta, nuestro sistema solar, el Milky Way, el universo cósmico. Por eso tenemos que unir en nuestro entendimiento las lenguas de la cultura: el misticismo, la filosofía, la ciencia, la literatura y las artes plásticas. Ellas representan la expresión total del espíritu Humano a través de nuestras mentes; ellas son el deseo de la raza de resucitar nuestro Espíritu; con su ayuda, la historia nos alimentará con su miel en lugar de destruirnos con su veneno. El Homo Sapiens es el eslabón entre el animal y el humano, el humano es el eslabón entre el Homo Sapiens y el Homo Espíritus que representa nuestro destino evolutivo final.

    RENOVACIÓN

    Capítulo 1

    "Y no se conformen a este mundo: sino sean transformados por la renovación de la mente".

    -Romanos 12:2

    El Arbol de la Vida, o el Arbol de la Consciencia Total, será el telón de fondo sobre el que recordaré mi búsqueda espiritual, mientras trato de integrar para tí mi recorrido. Somos conscientes sólo de aquello que recordamos, y mucha de nuestra propia experiencia es olvidada si no nos ha impresionado favorable o desfavorablemente. Otras cosas y hechos que no hemos experimentado, permanecerán vívidos en nuestra mente si en ellos hemos puesto toda nuestra atención.

    Unámonos en una expedición para renovar nuestras mentes, para ver las cosas como son, y no como queremos que sean, y para lograrlo tenemos que recurrir a aquellas ideas que los filósofos han llamado Ideas Innatas. Ese es el mundo simbolizado por la Estrella de David en el Arbol de la Vida. Nuestra separación de ese mundo y sus fuerzas, ha resultado en las miserias, los dolores y atrocidades que son la consecuencia de enfocar nuestro poder de consciencia en el mundo material exclusivamente. Somos esclavos de la forma externa, no porque haya algo malo en ella, sino porque hemos revertido el verdadero orden del mundo en nuestras mentes. Esta reversión no ocurrió en el siglo XX, el más materialista de todos, ocurrió desde que la célula orgánica apareció en la roca mineral.

    Empezaré conmigo misma, pues para entender el mundo, tenemos que entendernos primero a nosotros mismos. También, porque no importa cuán diferentes nuestras experiencias sean, la necesidad es de ir mas allá de las formas a través de las cuales cada uno de nosotros se desarrolla, para entender los Principios tras ellas. El primer Principio que tenemos que comprender, es el de que Ser, no significa persona. Como dice Jung, la persona es sólo la mascara del Ser. La persona, tú y yo, y las extensiones de la persona social, como nuestras instituciones, son vehículos del Ser que es Uno. Si las personas que crean las instituciones están erradas, la creación será errada.

    Todos nosotros y nuestras instituciones, nos expresamos en formas que no importa cuán buenas hayan sido en su determinado momento y lugar, se hacen angostas y pequeñas a nuestro crecimiento sino las dejamos ir cuando el tiempo llega para crecer. Necesitamos crear siempre nuevas formas de expresión, porque tenemos que permitir al libre movimiento de la evolución cósmica, trabajar a través de nosotros.

    Es lógico que cuando era niña, adolescente y joven, no podía esbozar lo que me ha tomado años de dedicado estudio, análisis y entendimiento formular racionalmente. Trataré de memorizar mi propia confusión para ti, y para aquellos que gozan del regalo de la duda. Los patitos feos que nunca han podido acomodarse al mundo y su odio competitivo tras los bienes materiales, los que hemos siempre soñado con crear un mundo nuevo y de amor. Los errores de siglos, están entretejidos en nuestra vida familiar y social; éstos se convierten en nuestros errores, porque nos es difícil no creer lo que todo el mundo cree. Hay sin embargo un remedio: ¡Parar y Pensar!

    Una vez paramos y pensamos, nuestra naturaleza del deseo es la primera que tenemos que estudiar porque ella es la primera en percibir imágenes supraconscientes. El primer deseo por algo más allá de nuestra rutina sensorial, impulsa a la naturaleza intelectual o consciente, a la curiosidad. Por primera vez cuando la naturaleza del deseo va mas allá de la satisfacción material, el intelecto entra en confusión, pues las imágenes que envía la subconsciencia no hacen sentido al intelecto y no sabe qué es lo que la naturaleza del deseo quiere. Bulle dentro del pecho Esa Divina insatisfacción, como decía Dalí. La consciencia y la naturaleza intelectual son pues una misma cosa, y la subconsciencia y la naturaleza del deseo también. El intelecto que por milenia ha suplido las necesidades de la naturaleza del deseo, está acostumbrado a recibir una demanda específica: quiero una casa, quiero un vestido, queremos construir un puente aquí Quiero estudiar matemáticas. Si el deseo es externo, o de conocimiento inductivo, es relativamente fácil de suplir con trabajo o felonía. Una gran cantidad de deseos insatisfechos también confunden al intelecto, pero sólo porque no sabe por donde empezar para satisfacer al menos uno. Esto es aún más problemático en sociedad, pues nos unimos en grupos de interés, que chocan con otros grupos de interés. De todas maneras la confusión es mucho peor cuando la naturaleza del deseo empieza a estar insatisfecha con los deseos externos pues el intelecto no puede saber que es lo que la naturaleza del deseo quiere. Ella ofrece otra fruta de deseo, una fruta aún no probada. El intelecto empieza entonces a recibir imágenes que le queda difícil comprender.

    Mira de nuevo al Arbol de la Vida; el triángulo más elevado, el Plano Supraconsciente, es el originador de la Voluntad de crecimiento, del potencial a ser desarrollado. El segundo triángulo, el Consciente o el Plano de la Mente Superior, desarrolla las imágenes de ese potencial y las envía al triángulo subconsciente, o el plano de la mente inferior. Imágenes Espirituales empiezan a ser percibidas por la naturaleza del deseo, que a su vez las comunica al intelecto, que las estudia para saber que es lo que la naturaleza del deseo quiere. Si estamos contentos con la satisfacción de las necesidades materiales, nunca damos un paso más allá de la vida concreta. Para percibir la Realidad Espiritual como un deseo, la personalidad tiene que haber empezado a sentir que la satisfacción de los deseos materiales, ya no calman otra sed y hambre de otra clase que quema en el pecho. Ese deseo es de reconocimiento del verdadero Ser, de una definición verdadera de lo que somos, y lo que somos como ya te expliqué, es el Arbol de la Vida.

    Para ser receptivo a algo, tenemos que amarlo, desearlo, buscarlo, cultivarlo. Cuando tenemos el primer deseo de mirar hacia adentro, sólo gradualmente nos divorciamos de la imaginación conectada exclusivamente con la forma externa. Cuando nuestro pensamiento y meditación están basados en conocimiento verdadero adquirido con amor, cuidado, y sincero deseo de Verdad, nos identificamos con las Ideas formuladas por los grandes pensadores y maestros. Esta identificación nos sirve como tierra abonada en la que la semilla de la Estrella puede ser cultivada; la semilla de universalidad e inmortalidad plantada en la consciencia temporal y perecedera, requiere tiempo para brotar y crecer, pero una vez lo hace, la magnífica planta de la universalidad echa raíces en lo temporal, y rompe la consciencia limitada. Este rompimiento se siente como una crucifixión; pero lo que es la muerte de la consciencia de separación limitada, es en realidad la resurrección de la universal, ilimitada e imperecedera. El cerebro cambia su estructura física paulatinamente en respuesta a la meditación y el aprendizaje espiritual, preparándose para resistir la experiencia espiritual. Sólo esa experiencia, nos puede hacer ver mas allá de lo que podemos ver y tocar, y nos da la dedicación de recoger y formular Verdad que el intelecto puede entender, y las emociones pueden abrazar.

    El trabajo que tenemos que hacer, primero para formular y después para transformarnos en nuestro verdadero Ser, es el de unir la Cruz que representa lo personal, con la Estrella que representa lo universal. El regalo de la consciencia que hemos venido desarrollando por milenios tiene que expanderse hasta comprender que los terrícolas somos un solo cuerpo, y que cada uno de nosotros, es una célula individual con un regalo para la totalidad. Por esto, cada uno de nosotros tiene que empezar a trabajar en el esfuerzo colectivo de traer la perfección de la consciencia planetaria.

    Una vida personal está compuesta de puntos de recuerdo, éstos son las imágenes que llamamos a la mente a la medida en que miramos el pasado para vivir el presente y crear el futuro. Pasado, presente y futuro, están conectados en un movimiento continuo que los místicos simbolizan como la rueda de la vida, o la rueda de la necesidad. Por lo general, los saludables, los felices y prósperos no tratan de encontrar el Centro de la rueda, que los místicos relacionan con la Supraconsciencia. La unión con ese Centro, nos lleva a transcender la rueda de la necesidad, o sea la rueda de la experiencia bipolar, basada en las impresiones de los sentidos: bueno, malo, apetecido, rechazado. Cuando estamos atravesando por experiencias positivas, no podría importarnos menos movernos hacia el Centro. Es sólo cuando la rueda nos lleva a la experiencia negativa, que nuestra mente trata de alcanzar este Centro. El dolor es el maestro, no porque deba serlo, sino porque sólo en ese momento nuestra mente en sus dos formas de consciencia y subconsciencia se abren a El.

    El primer punto de recuerdo que llega a mi mente en este momento, es nuestro arribo a Nueva York cuando tenías sólo seis años. Te estoy escribiendo 21 años más tarde, no desde un lugar geográfico, sino desde mi alma hispanoamericana condensada en un cuerpo como el tuyo, que abraza la raza negra, blanca y amarilla. Te escribo desde mi corazón, en el que aún reina el silencio de las montañas Andinas; la pobreza de los campos inalcanzados por el bullicio burgués; el diálogo con la naturaleza; la lentitud del tiempo; la conversación de las mujeres campesinas en las puertas de sus casas; el caminar encorvado y sudoroso de hombres y mujeres llevando todo el peso del mundo sobre sus espaldas; la sonrisa alegre de los niños si por ventura reciben el pan de cada día; el milagro de millones sobreviviendo la codicia de los poderosos. Te escribo desde la descomposición social creada por nuestras leyes antisociales y desde el caos al que hemos quedado reducidos.

    Por años he tratado de comprender la psicología anglosajona: al hombre blanco polarizado en su raza, sus conquistas, sus delirios de grandeza frente a la naturaleza. Me he acostumbrado a los rascacielos con sus pisos entretejidos como enjambres de abejas; al hormiguero humano con su movimiento centuplicado y automático fluyendo desde las zonas suburbanas por las estructuras de puentes y túneles; a las telarañas de pavimento; al ruido supersónico; al cerebro de la economía mundial decidiendo nuestro destino colectivo.

    Una parte de mi corazón agradece el milagro de que nuestro pueblo haya sobrevivido a los estragos materiales de la falta de tecnología y el deterioro físico que podría ser sanado con ella. La otra, espera el milagro de que nuestro adoptado pueblo adquiera consciencia planetaria para que tanto la tierra, como todos sus habitantes, podamos sobrevivir los estragos de la supertecnología encaminada hacia la explotación por el aberrante imperialismo histórico.

    Tú y yo nos enfrentamos a mundos diferentes-uno producto del desarrollo y el protestantismo, el otro del subdesarrollo y el catolicismo-pero esencialmente somos dos mujeres, dos seres humanos, cada una un compendio de la evolución psicológica que abarca desde la inconsciencia prehistórica y el paulatino emerger de la consciencia durante la historia. Egipto, Sumeria, Caldea, Persia, Grecia, Roma, India, China, Europa, Africa y América se resumen en cada uno de los hombres y mujeres contemporáneos.

    Te doy las gracias por haber crecido junto a mí, pues fue mi deseo de entregarte un mundo mejor el que me llevó a buscar el tesoro del corazón humano. Cuando empecé la búsqueda, no sabía que ese corazón era mucho más grande y universal que mi pequeño corazoncito individual, ni que la grandeza del universal tenia su centro de entrada en éste, mi pequeño corazón material. Fue en este músculo del corazón, entendido universalmente, en el que encontré la Energía o Fuerza Espiritual que ha permitido al hombre y la mujer, ir una y otra vez en busca de la Verdad.

    Esa Fuerza se rebela a la falsedad e impele al hombre al sacrificio de sí mismo por amor a la Verdad. Esa Fuerza le hace rechazar todo aquello que no es de sí misma y promueve la destrucción de todo lo que es vano y mentira, también ha ganado todas las batallas por el humanismo y no teme, pues sabe que, poseyendo nada, lo posee todo. Esa Fuerza, el Espíritu Humano, encuentra refugio en la más inexpugnable de todas las fortalezas: el amante corazón del hombre y la mujer, que se encuentra aprisionado entre las murallas construidas por la defensa personal. La Luz Espiritual está oscurecida por la terrible confusión en la que nuestra consciencia se debate.

    Hace veintisiete años, cuando tú naciste, me encontraba en la misma confusión. Aún no había llegado a reconocer que el reto histórico era el de hacernos conscientes. Yo creía ser consciente cuando claramente no lo era. Históricamente, hemos podido sobrevivir nuestra inconsciencia únicamente porque ésta no había adquirido poder biónico. Hoy, hemos de responder al reto histórico si queremos sobrevivir como especie, sanando la insanidad e insensatez del mal uso de nuestra ciencia y tecnología. Este enorme mal que nos acecha es a un tiempo la más grande bendición que la historia nos ha proporcionado. Nos está obligando a determinar la única solución posible: la redención de cada individuo del yugo de la ignorancia de sí mismo, para que perciba su Amante Naturaleza Espiritual. El ángulo inferior de la Estrella: Tipharet, nuestro Corazón Universal.

    Estamos confrontados por la maquinaria moderna dirigida por nuestro instinto animal, sumado a un intelecto a su servicio. Un titán demasiado colosal, que vive dentro de cada uno de nosotros y que es el adversario al que hemos de trasmutar para no continuar proyectando al exterior el infierno que llevamos dentro. Nuestros enemigos no están fuera de nosotros, pero el haber aceptado esta ilusión no nos ha permitido reconocer a ese animalito asustado que cada uno de nosotros lleva dentro. Por miedo él exige seguridades de poder, dinero, tierra, propiedad, para mantenerse en el lado positivo de la rueda de la necesidad, aunque ésta sea una imposibilidad. La rueda del continuo espacio-tiempo rueda, y nos vemos lanzados a la experiencia bipolar. A lo largo de la historia, éste querer aferrarnos a lo que tenemos y querer acaparar lo que no tenemos, ha significado guerras, pestes, hambre, el hombre flagelado, coronado de espinas y crucificado por el hombre. Este hábito inconsciente, ha de ser elevado a la obediencia de la Razón, con la única medicina existente en el universo: el Amor.

    Desear fervientemente entregarte un mundo mejor me hizo reconocer que el mal que deseaba exorcizar para ti, vivía también en mí, oscureciendo mi capacidad de raciocinio justo. No habría podido enseñarte que era el Bien o el Mal, porque yo no podía deshilvanar el ovillo enredado en mi propia psicología. Entonces comprendí que, para ayudarte a ti, mi misión era salir de la confusión, era aclarar conceptos.

    Así comenzó mi carrera para ganarle la delantera a la mentira cuando tú naciste, y mi meta era de poder enseñarte tanta Verdad como pudiera, a medida que crecieras. Año por año, tendría que aprender, para sacar en claro las joyas de Verdad que después podría regalarte, iluminando las mentiras para que nunca creyeras en ellas y por consiguiente nunca tuvieras que luchar contra ellas. Sólo podía imaginar la cantidad de trabajo que tenía delante de mí y no sabía por donde empezar. Pero tu linda e inocente carita mientras mamabas o reías conmigo al hacerte cosquillas cambiándote los pañales, o cuando te contaba historias, me dio la fuerza y el entusiasmo. Lo que tú me estabas dando era el amor necesario para destruir la frialdad de la falta de fé en el futuro. El amor con el que podría vencer, en mí misma, el cinismo en el que los terrícolas de la guerra-fría habíamos caído.

    La primera pregunta que tuve que hacerme fue: ¿Qué es la verdad? Somerset Maughan había dicho que las grandes verdades eran demasiado importantes para ser nuevas, por esto, resucité los muertos de la historia y la prehistoria y les pedí mostrarme las viejas verdades, para verlas con nuevos ojos. Gracias a esto pude empezar a romper las enormes murallas en que nos atrapamos cuando estamos seguros de que sabemos la verdad. Pero cada golpe, cada grieta, ha sido ganado con dolor. Desde pequeños nos enseñan lo que nuestros mayores creen que es la realidad. Creencias religiosas, políticas, sociales e históricas se apilan como ladrillo sobre ladrillo. Después, individualmente, nos encargamos de aumentar la fortificación.

    De niños no se nos prepara para amar a nuestros semejantes, sino para defendernos de ellos. Tienes que aprender a defenderte en la vida, nos dicen. Así es como empezamos, viendo a los que nos rodean, no como hermanos, sino como lobos hambrientos dispuestos a devorarnos. El miedo perpetúa la dependencia en las murallas de nuestra fabricación. Nos rodeamos de ellas, hasta que, poco a poco, nos encontramos encerrados en una cárcel donde la luz no nos llega, pues no puede penetrar en nuestra guarida y el amor no entra, ya que le hemos cerrado la puerta.

    En esa cárcel servimos a la vez de prisionero, guardián y verdugo. Allí, en medio de la oscuridad, lamentamos nuestra miseria sin poder salir de ella porque el miedo no nos deja. En estas condiciones, el que logra romper las cadenas permitiendo que la luz lo bañe y el amor lo llene, de repente se encuentra sólo, gritando en el desierto. Cuando se acerca a quienes son sus hermanos, éstos se vuelven contra él porque no pueden permitir la libertad que amenaza la destrucción de sus guaridas.

    La segunda pregunta que me hice fue: ¿Quién soy?. No se por qué esa era la pregunta que hacía eco en mi mente en lugar de la típica pregunta contemporánea: ¿Cuánto tengo?. Tal vez fue porque tu abuelita tuvo la sensatez de mantenerme alerta acerca de mi valor intrínseco, no de lo que tuviese. Ya en la universidad ella me negaba todo lo que no fuese necesario, agregando que el valor no está en lo que se tiene sino en lo que se es. Sólo tenía tres faldas, tres camisas, tres suéteres y un par de zapatos para el año y cuando protestaba porque mis compañeras tenían más, me repetía que mi valor no estaba en lo que tenía sino en lo que era.

    Pudo ser también cuando escuchaba a tu abuelito llamar a todos los filósofos sin importar su época o nacionalidad, Mis Grieguitos. Sin educación filosófica formal, él había hecho de los filósofos sus amigos personales, concluyendo que todo pensador es hijo de Atenas. Haber crecido con estas amistades de mi padre me sirvió más tarde cuando empecé a interesarme por la Verdad, pues pude ver el lazo que fuertemente ha unido a todos aquellos hombres entregados a la razón y al amor; lazo que ha trascendido las diferencias de nacionalidad, lengua y tiempo. Empecé a seguir a Sócrates, tratando de encontrar un camino hacia su mundo de Verdades Eternas. No habría podido conseguir mejor maestro: Sólo sé que nada se, fue su primera lección.

    Comprendí que esta enseñanza hay que rumiarla y digerirla para que forme parte de nuestra sangre y para que al encontrar respuestas, no se destruya el deseo de conocimiento, porque cada respuesta ha de ser únicamente la base para formular otra pregunta. Así las respuestas no se convierten en cadenas, en pesos que después no nos permiten caminar hacia la sabiduría. Sólo sé que nada sé, abrió para mi cientos de puertas y ventanas. Estoy segura de con esta intención Sócrates repetía la frase a sus discípulos. Con ella pretendía derrumbar las murallas defensoras en las que nos vamos encerrando. Sócrates me hizo amar esa idea, ese modelo (idea es la palabra utilizada para modelo en Griego). En esa frase reside su grandeza como maestro; de ella parte todo su método de enseñanza, con esas palabras me pidió no confiar ciegamente en él ni en nadie como maestro y me obligó a humildemente reconocer la ilusión de conocimiento a la que estaba aferrada. Su sistema de preguntas, con las que se convertía (como él decía) en un tábano, suscitó en mí la consulta de mí misma.

    Pero ¿por qué la consulta interior? Por largo tiempo Sócrates me frustró. Pensé que él debía darme respuestas concretas, precisas. Después me dí cuenta de que al no hacerlo, me enseñó a pensar. Como dijo Ralph Waldo Emerson, Todo es un acertijo, y la llave de un acertijo es otro acertijo. Cuando comprendí esto, me dí cuenta de que Sócrates sí me había dado las respuestas que pedía, pero su plan había sido prender primero en mi alma la llama, el ferviente deseo, de entrar en aquella dimensión en la que el pensamiento individual se une al universal y encuentra el Uno. Con su ayuda encontré el hilo del Espíritu para salir del laberinto creado por la ilusión de la división material. Cuando exitada fui a Sócrates para contarle todos mis descubrimientos, burlonamente comentó: Pero chica, sí yo te lo había dicho. Sí, y todos los grandes pensadores de la historia también ya lo habían dicho. ¿Por qué entonces, fue tan difícil para mí, y casi imposible para la mayoría de la gente, primero entender que el universo es Uno y después actuar en acuerdo a esta Verdad?

    Un bebé es potencial, espíritu, energía que va a ser formada en acuerdo a sugestiones paternas, maternas, familiares, sociales. El padre y la madre son escultores de esta materia prima. Pero sólo ahora, gracias al Dr. Freud y su entendimiento de la psiquis, sabemos que la energía en la que existe el potencial espiritual, puede ser distorsionada con sugestiones y acondicionamientos falsos. Este falso acondicionamiento empezó como él dice, con la fuerza motivacional primitiva de buscar gratificación inmediata. Esto es cierto no sólo en el hombre y mujer primitivos sino también en el bebé: el principio del placer, más importante para nosotros que cualquier castigo que podamos recibir después de satisfacerlo. Este molde de comportamiento fue llamado por Freud, el Id.

    La sociedad tiene un sinnúmero de sugestiones y acondicionamientos falsos. Estas sugestiones falsas se las hizo el Homo Sapiens cuando se reconoció a sí mismo y se hizo consciente de sus pensamientos. Su consciencia recién nacida, apenas emergiendo del mar inconsciente, respondió de inmediato a la atadura que tenía con los sentidos. Al percibirse a sí mismo, se identificó con su cuerpo y lo que ese cuerpo sentía. Así juzgó algunas sensaciones como satisfactorias y otras como dolorosas. Si algo le parecía agradable, lo llamaba bueno, si era desagradable, tenía que ser malo. Pero estaba lejos de saber que el Bien y el Mal no tienen que ver con sus gustos y disgustos. Su juicio estaba totalmente errado porque creía que él era la limitación de su cuerpo. Por esto, su vida se desarrolló evitando lo que le parecía malo y atrayendo lo que le parecía bueno. De esta primera opinión errónea-de que él era su cuerpo-se generaron los ritos e instituciones que su imaginación concibió para defender lo que él consideraba bueno y evitarle lo que consideraba malo.

    Desde el momento en que mis padres tomaron mi pequeño cuerpecito y lo depositaron en la cuna, generaciones de estos erróneos pensamientos y emociones subconscientes vivían en mí. Como bebé, yo era una esponja que absorbía todo lo que ellos me decían. Tuve buena suerte porque los dos se habían identificado con las tendencias socialistas que en el siglo XIX generaron el movimiento comunista, aglutinado después por Marx y Engels. Por tanto tenían la convicción de que el género humano es uno y que no hay razones para las injusticias sociales. Así, lo que empezó a formarse en esa cuna, fue un bebé de pañales rosados pues mis padres eran Marxistas pero no pertenecían al partido, por lo tanto no califiqué como bebé de pañales rojos. Una más de los muchos hijos e hijas de pañales rojos y rosados que los radicales de los años 30 dieron al mundo.

    Esta palabra radical es muy iluminadora. Viene de raíz; centrarse en la raíz. ¿Cuál es la Raíz del Ser Humano? El Espíritu. Ser radical es no tragarse las mentiras heredadas por nuestras sociedades desde el Paleolítico.

    Los primeros radicales fueron Egipcios. Con Hermes a la cabeza, iniciaron un movimiento radicalista para cambiar el acondicionamiento producido por la opinión de que somos sólo un cuerpo perdido en un laberinto de formas materiales. Ellos enseñaron que el Espíritu es El Primero y el Ultimo porque todo el universo material es el cuerpo del Espíritu. Sí miramos al mundo en acuerdo a esta Realidad, toda persona es Espíritu. El lazo entre el nivel Espiritual y el personal, es el Espíritu Humano. El Verdadero Ser que yace irreconocido en nosotros y nuestras sociedades.

    Ser, o no ser, es la escogencia que se le ha ofrecido a cada bebé en su cunita desde todos los tiempos y la respuesta depende de las identificaciones que los padres le ayuden a formar. Pero cada nueva generación (que se cuenta cada veinticinco años) tendrá la bendición de nacer en una sociedad que de hecho contiene más verdad. No es lo mismo haber nacido cuando la mayoría creía que la tierra era plana, que nacer en la Era Espacial.

    Entonces, ¿qué es Ser, o hacerse humano?

    Cuando queremos encontrar excusas para el derramamiento de sangre en la historia, o los males que nos hacemos unos a otros, decimos: Bueno, somos sólo humanos. En esta forma, culpamos al Espíritu Humano en nosotros, el inocente en nosotros, por nuestra inhumanidad. Todos los días este Ser en nosotros, es silenciado bajo las sombras de nuestras erróneas interpretaciones de la Vida.

    Normalmente creemos que nos conocemos a nosotros mismos, pero lo que creemos ser, es lo que no somos, pues es lo temporal en nosotros: lo que perece. Para saber quienes somos, tenemos que contemplar lo Eterno y lo transitorio en nosotros. Lo Eterno son el Espíritu y el Espíritu Humano. Lo transitorio es nuestro cuerpo, nuestra mente intelectual y nuestra mente emocional, afectada esta última por las erróneas interpretaciones de nuestra identidad, realizadas por el intelecto.

    Una mejor definición de nosotros mismos sería: Soy el Espíritu Humano, y ahora estoy viviendo mi experiencia como Adriana.

    Creemos que el niño nace con una personalidad, pero esa personalidad está definida por sus identificaciones y las identificaciones se las dan sus padres. Si hay amor por la cultura en un hogar el niño se identificará con lo que Einstein llamó coherencia interior. La lógica de una teoría, dijo Einstein, tiene que emerger de una coherencia interna, no porque la evidencia exterior la haga más lógica sobre otras teorías.

    Cada uno de nosotros puede sentir su Espíritu Humano. La cultura es el resultado de nuestro deseo de hacer contacto con el Espíritu Humano. Comunicamos nuestras impresiones de él a través de la percepción de sus características: la Razón, la Belleza y la Armonía o Justicia. La Razón del Espíritu Humano la hemos expresado a través de sus lenguas: filosofía, matemáticas, geometría. La Belleza a través de la poesía, la literatura, la pintura, la escultura. La Armonía a través de la música y de armonizar diferencias en un todo justo.

    La cultura promueve la modalidad de Ser en el niño y planta la imagen de la dignidad humana en su intelecto. Esto le da el deseo de buscar los regalos preciosos de la esperanza por el futuro desconocido y las cosas aún no vistas como lo pone Milton R. Konvitz en su libro Judaismo y la idea Americana. La cultura que viene de la palabra latina cultur o cultivar no tiene nada que ver con tener grandes bibliotecas en una casa y mucho arte. La cultura puede definirse como una obediencia del individuo a su

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