Discover millions of ebooks, audiobooks, and so much more with a free trial

Only $11.99/month after trial. Cancel anytime.

Jack Kemble
Jack Kemble
Jack Kemble
Ebook147 pages2 hours

Jack Kemble

Rating: 5 out of 5 stars

5/5

()

Read preview

About this ebook

Jennifer Strayer necesitaba un cambio de actitud. Se las arreglaba para que la despidieran de casi todos los trabajos que conseguía por ser una bocazas. Cuando un encuentro casual la lleva a la oficina de Jack Kemble, se le ofrece la oportunidad de su vida.

Trabajar en la empresa de Jack Kemble era un sueño hecho realidad. Ofrecía un sueldo decente, buenos prestaciones del seguro y un jefe ridículamente sexy para comérselo con los ojos. Pero había más en el trabajo de lo que saltaba a la vista, y Jennifer se encontró con muchas líneas que no quería cruzar.

¿Será capaz Jennifer de mantenerse dentro de lo estrictamente profesional, o el playboy multimillonario conseguiría su objetivo?

Jack Kemble es una vaporosa novela romántica con un toque de BDSM.

LanguageEspañol
PublisherBadPress
Release dateJul 12, 2017
ISBN9781547507610
Jack Kemble

Related to Jack Kemble

Related ebooks

Romance For You

View More

Related articles

Reviews for Jack Kemble

Rating: 4.75 out of 5 stars
5/5

4 ratings0 reviews

What did you think?

Tap to rate

Review must be at least 10 words

    Book preview

    Jack Kemble - Sky Corgan

    Conociendo a Jack Kemble

    ––––––––

    Necesitaba un trabajo, y no importaba dónde. Volver a casa cada día era como entrar en un sin fin de incordios gracias a que mi parte del alquiler estaba retrasada. Por supuesto, no puedo culpar a mi compañera de piso por estar cabreada. Ya hemos pasado por esto una y otra vez. Consigo un trabajo, la fastidio de alguna forma, y vuelta a buscar trabajo en unas semanas. Las más de las veces, apenas arañaba el dinero suficiente para cubrir mi parte del alquiler.

    No entiendo como no puedes aguantar en ningún sitio, se quejaba Mandy. Ella había sido mi compañera de piso durante los dos últimos años, pero estaba empezando a pensar que el arreglo estaba próximo a terminar. Podía ver el agotamiento en la palidez de su cara, la misma apariencia que tenía mi anterior compañera de piso antes de me echara a la calle para sustituirme por una compañera más estable. Me dolía pensar que pudiera ocurrir lo mismo otra vez, pero no sabía qué hacer al respecto. Si se supusiera que los trabajos fuesen divertidos, no los llamarían trabajos. Les llamarían las ocho horas felices del día, continuó Mandy.

    Lo sé, suspiré, descansando mi cabeza entre mis brazos sobre la mesa, así no tenía que ver la decepción en su cara.

    No sé cuánto tiempo va a estar mi padre ayudándome con tu parte del alquiler. Se está inquietando bastante con todo esto.

    Solo necesito un poco más de tiempo.

    ¿Dónde has estado hoy todo el día?.

    Ahora empezaba el interrogatorio. Sabía lo que ella quería. Mandy pensaba que yo no estaba buscando un trabajo muy en serio, que mientras ella iba a la universidad y a trabajar, yo estaba deprimida en casa o salía con amigos. Me había pillado en alguna mentira ya. Fue un incidente aislado cuando un día me cansé de buscar trabajo y en vez de eso me fui a tomar una cerveza con mi amigo Eric. Eric había pagado las cervezas, por lo que no veo dónde estaba el problema. Además, necesitaba un respiro. Buscar trabajo es agotador.

    Gemí, notando mis niveles de ansiedad subiendo. Para mantener la paz, necesitaba mantener la calma. Si Mandy me echaba, estaba jodida. No me llevaba bien con mis padres, y ninguno de mis amigos era tan tonto como para alojarme en su casa. Ninguno de ellos, excepto Eric.

    Era una idea, pero realmente no quería llegar a eso. Eric estaba colado por mi desde el momento que nos conocimos en el instituto. Me persiguió sin descanso durante un año, pero al final se rindió cuando se dio cuenta que no me iba a conseguir nunca. Ocasionalmente, Eric me tiraba alguna puya que otra, pero rápidamente le quitaba los sueños de la cabeza convirtiéndolas en bromas. Vivir con él no era un pensamiento muy cómodo.

    Fui a varios restaurantes y a gasolineras, respondí finalmente.

    ¿Cuántos son varios?.

    Mi mandíbula se contrajo involuntariamente. Dos restaurantes y una gasolinera. ¿Quieres también saber las direcciones y a las horas a las que he ido?. ¿Quieres quizás sus números de teléfono y así las puedes llamar y averiguar si estuve allí de verdad?.

    Jen, para. Puso los ojos en blanco, ignorando mi mal genio. Cuando vas a una gasolinera, no son gasolineras en plural. Tres sitios no son suficientes. Odio tener que decirte esto, pero tienes hasta final de mes para encontrar un trabajo, y si no aguantas en el próximo, no creo que podamos seguir así..

    Se me encogió el corazón. Maldita sea. Sabía que esto iba a pasar. ¿Qué voy a hacer ahora?.

    Escucha, la voz de Mandy se suavizó cuando vio la depresión cubriendo mi cara. No te quiero perder como compañera de piso. Eres una chica genial de verdad; solo necesitas... Quizás no estás solicitando el trabajo adecuado. Quizás deberías intentar algo que no sea cara al cliente.

    No estoy cualificada para nada mejor que restaurantes, gasolineras o tiendas, me quejé, ahora deseando haber acabado el instituto. Pero era demasiado tarde para volver. Mis padre me cortaron el grifo hacía ya tiempo, y yo no me lo podía permitir por mi misma. Además habían pasado tantos años que me sentiría vieja comparada con toda la gente allí. Me entraban escalofríos al pensar que los treinta estaban a la vuelta de la esquina. ¿Dónde se había ido el tiempo? ¿No se suponía que la vida se volvía mejor a partir de los treinta?. Aparentemente, no para mí. Había conseguido fastidiar eso también.

    Hay otros trabajos que no necesitan que estés graduada. Mejores trabajos, me animó Mandy. Miré a su pequeños ojos azules, hechos más pequeños, redondos y brillantes por los cristales de culo de vaso de sus gafas. No era una chica guapa, pero lo que no había recibido de atractivo lo cubría con su inteligencia. Cuando yo dejé el instituto después de un curso, a Mandy solo le faltaba un curso para graduarse Summa Cum Laude en un máster en empresariales por la Universidad de Nueva York.

    Con todo lo agobiante que era conmigo sobre lo de conseguir un trabajo, yo no podía entender cómo ella no conseguía uno mejor para ella misma. Mandy trabajaba en la bolera desde que éramos adolescentes, y no daba la impresión de ir a dejarlo hasta que no acabara la carrera. Supongo que eso estaba bien y bonito si tenías unos padres ricos a los que sangrar en tiempos de necesidad, pero no podía dejar de pensar que la vida sería mejor para las dos si Mandy diera buen uso al título que tenía. Esa era yo siendo egoísta.

    Vale, si encuentras alguno, házmelo saber, dije.

    En realidad, eso es lo que estaba pensando en hacer, respondió titubeando, y podía ver que tenía miedo que no me gustara lo que iba a venir a continuación. Le pregunté con un movimiento de mi ceja. Podría conectarme a internet y si puedo encontrar algo para ti.

    ¿No crees que ya he estado mirando en internet?, resoplé.

    Yo solo... creo que probablemente hayas pasado por alto algunas oportunidades que serían buenas para ti. Quiero decir, lo de trabajar en un restaurante obviamente no está saliendo bien. ¿Cuántos trabajos en restaurantes has tenido en este último año?, ¿Tres?.

    Cinco, corregí a Mandy, sufriendo con mi propia respuesta. Sonaba mucho peor cuando lo ponía en perspectiva. Cinco trabajos en restaurantes, dos gasolineras, y uno en un lavado de coches, que era el más miserable de los ocho, aunque era con el que hacía más dinero. Tener un  cuerpo bonito y una camiseta mojada me ayudaba a coger buenas propinas, pero al mismo tiempo era horriblemente degradante.

    Vale, déjame ver si puedo encontrar algo para lo que creo que te cuadre mejor.

    Cómo sabes el tipo de trabajo que quiero?, pregunté incrédula.

    Soy tu mejor amiga, ¿no?.

    Si, respondí indecisa.

    Te conozco mejor que tú misma. Créeme.

    Muy bien. Cedí con un suspiro. Si esto me la quitaba de encima un tiempo, merecería la pena. Además, no tenía que aceptar cualquier cosa que eligiera para mi.

    Bien. Estamos de acuerdo entonces. La cara de Mandy se iluminó triunfante.

    Al día siguiente, mi teléfono echaba humo con gente queriéndome hacer una entrevista. Lo que hubiera hecho Mandy había funcionado, y aunque estaba contenta, también estaba un poco aprensiva. Me sentía rara teniendo que actuar entusiasmada sobre trabajos de los que no sabía nada.

    Manteniendo mi parte del compromiso, fui a entrevistarme con cada uno de los posibles empleadores que me llamó. Los trabajos en los que Mandy había solicitado trabajo por mi eran variados, como si literalmente hubiera cogido una lista y me hubiera apuntado a cualquier trabajo que ella pensó que me podían coger. Hice innumerables entrevistas para trabajos de custodia, puestos en las salas de correo, reponedora en un tienda, incluso un trabajo de inventario de viajes. Nadie parecía demasiado interesado en contratarme una vez que repasaban mis trabajos anteriores en mi curriculum.

    Después de una semana sin suerte, Mandy me dio una charla sobre cómo prepara las entrevistas. El fondo de la cuestión era mentir, mentir y mentir. Decirle al entrevistador lo que quería oír, no la verdad. Jugar con tus puntos fuertes. Evitar hablar de tus debilidades, y cuando te fuercen a ello, intentar darle un giro positivo.

    A pesar de mis esfuerzos, el final del mes se aproximaba rápidamente, y yo todavía no tenía un trabajo. La tensión estaba aumentando entre Mandy y yo pues ella me freía a preguntas cada noche acerca de dónde había ido y qué había dicho durante las entrevistas. Estaba llegando a un punto en el que estaba preparada para ir por mi cuenta.

    ¿Qué tenemos preparado para mañana?. Preguntó con un tono de nerviosismo en la voz.

    Tengo una entrevista para trabajar bañando perros en Poppy's Pet Grooming a las nueve, y después por la tarde tengo una entrevista para asistente de oficina en Syngex Incorporated.

    Probablemente no consigas el trabajo en Syngex, comentó Mandy secamente.

    ¿Entonces por qué me apuntaste?, dije apretando los dientes.

    La mitad de los anuncios de empleo no dicen el nombre de la compañía. Sencillamente te apunté basándome en la descripción del trabajo.

    Bien, entonces, me imagino que no me molestaré en ir a esa entrevista.

    Vete de todas formas.

    ¿Por qué?. Si es una perdida de tiempo, ¿qué sentido tiene?.

    Lo pensó un momento. Quizás no sea una pérdida de tiempo. Probablemente no te pongan en ningún sitio cerca de Jack Kemble. Estaba pensando demasiado cuando lo dije.

    ¿Quién es Jack Kemble y por qué importa si estoy o no cerca de él?, enarqué una ceja.

    Movió la cabeza sorprendida, No me extraña que todavía no hayas conseguido un trabajo. ¿No te has informado de las empresas antes de reunirte con ellas?.

    No.

    ¡Jennifer!. Mandy elevó la voz, un claro signo de enfado. Cuando no respondí, ella siguió, Jack Kemble es el dueño de Syngex Incorporated. El tío es un celebridad por aquí. Estoy sorprendida que nunca hayas oído hablar de él.

    No me pueden preocupar menos los empresarios.

    Él no es sólo un empresario. Es rico más allá de lo imaginable y ridículamente atractivo. Estaba saliendo con la chica de tu película favorita.

    Interesante, contesté sin poner mucho interés. Sí, si este chico es tanto como me estás contando, entonces dudo que me pongan en ningún sitio cerca de él.

    Posiblemente tengas razón. La razón por la que te he dicho esto es por que tiene predilección por las rubias. Mandy se quedó mirando mi larga melena morena.

    Bueno, yo quiero trabajar para él, no follármelo.

    Por lo que he oído, no haces lo uno sin lo otro. Pero repito, eso es sólo si trabajas cerca de él. Probablemente nunca llegues a conocerle.

    Bien, por que suena como un estúpido.

    Por favor no lleves esa actitud a la entrevista. Y me miró con cara de súplica.

    No lo haré. Lo prometo.

    Enjoying the preview?
    Page 1 of 1