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El juego
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El juego

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About this ebook

Atrévete a vivir este juego.
Unos amigos en una tranquila sobremesa. Tres parejas. Una propuesta que lo cambiará todo. Descubre que pasa cuando las fantasías se hacen realidad.

Date un capricho y disfruta despertando tu órgano sexual más potente: tu mente El juego... es un relato es de alto contenido sexual. Busca un lugar cómodo y descubre este nuevo afrodisiaco. Sumérgete página tras página en una realidad que te hará vivir el sexo como nunca lo habías experimentado.

ATENCION: Este relato contiene material explícito y está destinada únicamente al público adulto. Si no quieres leer escenas de sexo explícito y lenguaje vulgar, este no es tu relato, por favor, no lo compres. Si por el contrario quieres vivir una experiencia de alto contenido sexual, busca un sitio cómodo y disfruta de esta fantasía. Seguro que no te arrepentirás.

Keywords: orgía, sexo en grupo, intercambio de parejas, sexo anal, doble penetración, fantasía, lesbianas, lésbico, sexo de pareja, celos, porno, erotismo, interracial, masturbación femenina, felación, sexo oral, apuestas, juegos sexuales, juegos eróticos, libido, sexo duro, confesiones, cuentos cortos, cuentos calientes, relatos eróticos, relatos eróticos en español, relatos porno, relatos porno en español, libros eróticos, literatura erótica, libros eróticos en español, libros porno en español, sexo, escenas explícitas, encuentros sexuales, relatos excitantes, relatos cortos

LanguageEspañol
PublisherIndependiente
Release dateJun 27, 2017
ISBN9781370966271
El juego
Author

J.A. Moralli

J.A. Moralli ha sorprendido muy gratamente a sus lectores. Desde su primera novela Te deseo tanto... ha impactado a todas las que las lectoras y lectores que les gusta el género de la erótica y el sexo explícito sin tapujos. Moralli tiene una pluma muy cuidada, y usa un lenguaje muy directo y actual sin caer en lo grotesco. Demuestra un control de la prosa que ha sorprendido para las pocas joyas que encontramos de Moralli. No cae en la moda de crear personajes duros, millonarios, o almas sumisas a las que domar, ni tampoco con traumas pasados acechándoles... Ha creado personajes de a pie, haciendo la historia y las situaciones descritas en ella más reales, más cercanas y sobre todo más creíbles, y sin embargo no abandona la fantasía más brutal. Es una lectura recomendada para todas las amantes de las fantasías sexuales. Seguro que lo disfrutarán.

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    El juego - J.A. Moralli

    EL JUEGO

    Copyright © 2015

    Autor: J.A. Moralli

    Código de registro: 9781370966271 (todos los derechos reservados)

    Contacto: morallija@gmail.com

    ASIN:B073DH9CHF

    Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluida la reprografía y el tratamiento informática, sin la autorización previa y por escrito del autor.

    El Juego

    Contenido

    Instrucciones

    Reglas

    Participantes

    Preparativos

    El juego

    Consideraciones

    ¿Quieres más?

    Bonus: Fragmento de Te deseo tanto

    Te deseo tanto

    Carmen

    El encuentro

    Carmen

    Raúl

    Laura

    Raúl

    Laura

    Carmen

    Julia

    Laura

    Raúl

    Xavi

    Laura

    Julia

    Continúa...

    El Juego

    Instrucciones

    —Un momento —dijo Marta apurando un último trago de su copa y levantándose del sofá— Voy al baño.

    Sabía que su explicación había creado bastante interés. Hablar de todo eso la excitaba, pero lo que más le gustaba era ser el centro de sus miradas. Pasó por encima de las piernas de Javier al ritmo sensual de esa música rara que le gustaba a María. Los demás la siguieron con una sonrisa, como si la explicación del juego tuviese algo de desafío. A ella no le hacía falta mirarlos para saber que le estaban mirando el culo, podía sentir sus miradas como si acariciaran su piel. Salió del comedor dando pasos cortos y rápidos, moviendo las caderas y arrastrando un poco sus sandalias.

    Los demás se quedaron dónde estaban. Pedro y Julio, que estaban sentados en las sillas que estaban frente al sofá, miraron un segundo el hueco que había dejado Marta, pero no se movieron de su sitio. Javier se estiró para servirse la última copa que quedaba en la botella.

    —Voy a buscar otra —dijo Julio levantándose de la silla como si de pronto pesara 50 kilos más.

    —Trae una de blanco ¿vale? —Le pidió María haciéndole morritos.

    —Como guste la señora.

    María se rio como una niña.

    —Como está el servicio —se quejó Neus levantando la nariz y negando con la cabeza. Todos rieron.

    Por suerte, Marta había sacado el tema del juego y parecía que ahora se comenzaban a despertar. La comida había sido abundante y bien regada de vino, y habían pasado unos minutos críticos en los que parecía que se iban a dormir sentados en el sofá. La sobremesa se había trasladado al salón, donde entre el sofá y el sillón se habían sentado todos salvo Pedro y Julio que estaban en las sillas que habían traído de la mesa del comedor.

    —¿Tú crees que nuestros hijos habrán hecho algo así? —preguntó Neus con una sonrisa en sus ojos mientras acariciaba distraída el borde de su copa.

    Julio llegó con la botella de Chardonnay y sirvió un poco a las copas que ya estaban vacías.

    —¿Y por qué no? —preguntó Javier— ¿O es que nosotros éramos unos muermos atolondrados?

    —Tu, seguro que no —dijo Julio con una carcajada que contagió a todos.

    María se irguió en el sillón sacando pecho y haciendo que su camisa se estirara para dejar ver el escote enorme que se perdía en su cuerpo.

    —Bueno, nosotros hacemos nuestras cositas.

    Pedro sonrió desde su silla.

    —Como todos, es normal —dijo mirándola fijamente.

    —Claro —le contestó María con una sonrisa.

    Marta volvió y se sentó en el hueco que había dejado en el sofá, junto a Javier y cerca de María. Julio le devolvió su copa llena ahora del dorado vino blanco. Neus la seguía con la mirada, se había quedado con la boca medio abierta, como si intentara descifrar algo.

    —¿Y cómo dices que hacen?

    —Sí —contestó Marta inclinándose hacia ella, tocando con sus rodillas el muslo de Javier que estaba entre ellas—. Los chicos se sientan en las sillas…, que están en círculo —dijo dibujando un círculo con la mano sobre las piernas de Javier que miraba con atención— y las chicas se van sentando sobre ellos...

    —Pero se meten la polla, ¿no? —interrumpió Pedro.

    —Claro —dijo Marta sonriendo, mirándole fijamente a los ojos mientras bebía un sorbo lento, besando el borde la copa—, o si no, dónde está la gracia.

    —No sé —resopló Pedro—, lo veo un poco tonto...

    —Ah, pues yo lo veo… excitante —dijo María tirando la cabeza hacía atrás y levantando los brazos, estirándose. De nuevo todos volvieron a mirar como ponía a prueba la resistencia de su camisa con sus pechos.

    —¿Te ponen cachonda esos juegos? —le preguntó Javier sin dejar de mirarle el escote.

    —¿Y por qué no? —le contestó María que lo miraba con una sonrisa mientras se inclinaba hacia delante haciendo que el ángulo del escote se perdiera en las profundidades.

    —No sé —dijo él revolviéndose en el sofá y rascándose la nuca—, nunca habíamos hablado de eso.

    —Bueno... nosotros no hemos hecho eso exactamente… pero hemos hecho otras cosas… Somos muy abiertos —sentenció María, tirando el pelo para detrás de su hombro y dejando los párpados un poco caídos, como si un placer infinito se dejara ver por la comisura de su mirada—, ¿verdad cariño? —dijo, girándose hacia su marido.

    —Claro —contestó Julio mientras le servía otra copa de vino y se la pasaba.

    Javier

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