Discover millions of ebooks, audiobooks, and so much more with a free trial

Only $11.99/month after trial. Cancel anytime.

El espíritu del templario
El espíritu del templario
El espíritu del templario
Ebook133 pages4 hours

El espíritu del templario

Rating: 0 out of 5 stars

()

Read preview

About this ebook

Un Thriller atractivo sobre los secuestros y la mafia de las drogas, con y sobre los espíritus de los antiguos templarios y las acciones policiacas de los templarios modernos.
"El Espíritu del Templario " es un libro emocionante, de romance y acción policiaca. Una joven y un joven que se conocen en el espacio virtual, se enamoran uno del otro en circunstancias dramáticas. Los acontecimientos en los que están implicados conllevan una posible respuesta a la pregunta si existe un destino para cada persona, si hay una predestinación para cada uno de nosotros. Experiencias emocionales especiales, suspenso y acontecimientos misteriosos, en los cuales participan los antiguos y los nuevos caballeros templarios, con un final sorprendente. Un libro querido que siempre vas a recordar cuando pienses en Barcelona, o en la costa francesa donde se desarrolla la acción.

LanguageEspañol
Release dateAug 25, 2016
ISBN9781370256143
El espíritu del templario
Author

Michael Riche-Villmont

Michael Riche-Villmont, autor de literatura hispano-francés, ha escrito obras y artículos históricos, teniendo como tema la caballería medieval francesa e ibérica y las ordenes de caballería. Él es también el autor de novelas policiacas, de amor y acción, bien conocidas debido al estilo inconfundible de crear una sucesión lógica y coherente entre los acontecimientos y las acciones ocurridas en la Edad Media y sus consecuencias en nuestros días. En sus libros, los personajes medievales interaccionan por medios misteriosos, a veces mágicos, con los héroes de hoy en día, generando acontecimientos especiales, y las aventuras caballerescas determinan con el tiempo, el desarrollo de acciones policiacas en nuestros días. Utilizando la ficción, el autor describe acontecimientos y personajes reales de la época medieval, usando expresiones verbales adecuadas a la época, lo que hace que el lector viva el ambiente de los tiempos pasados. Y el misterio y el imprevisible hacen casi normal el viaje imaginario del mundo de los siglos pasados, en nuestro mundo, con sus cosas buenas y malas. Al mismo tiempo, la lógica y la naturaleza de las acciones de sus libros determinan al lector entrar en el mundo de los espíritus, que les entienda la presencia en el mundo material como un hecho normal. Aunque los espíritus misteriosos, los fantasmas que se materializan, inducen temor, en los libros del autor los espíritus son benéficos, luchan contra el mal para salvar a los que se encuentran en peligro.Muchos de los acontecimientos descritos en los libros, muchos de los personajes históricos, tienen una base real, lo que hace que las novelas sean más atractivas.Y no por último, muchos de los héroes de los libros de Michael Riche-Villmont son animalitos, simpáticos, amorosos, quienes alumbran y dan vida al ambiente doméstico de sus amigos, los humanos.Interesantes, atractivas, incluso documentales, las novelas del autor te conquistan desde las primeras páginas, y las sorpresas y el imprevisto te mantienen en tensión, llevándote de los sentimientos y experiencias dramáticas, a grandes satisfacciones, junto a héroes principales. Héroes que se vuelven parte de tus experiencias y recuerdos después de que has terminado de leer, cualquiera de los libros de éste autor.

Read more from Michael Riche Villmont

Related to El espíritu del templario

Related ebooks

Historical Fiction For You

View More

Related articles

Related categories

Reviews for El espíritu del templario

Rating: 0 out of 5 stars
0 ratings

0 ratings0 reviews

What did you think?

Tap to rate

Review must be at least 10 words

    Book preview

    El espíritu del templario - Michael Riche-Villmont

     El espíritu del templario

    por Michael Riche-Villmont

    Publicado por Michael Riche-Villmont

    Copyright 2016 Michael Riche-Villmont. Todos los derechos registrados y protegidos pertenecen al autor.

    Edición Smashwords

    Agradecimientos a mi esposa Cornelia, por apoyarme e inspirarme en escribir esta novela.

    Capítulo 1

    Primavera del año 1315, Tarragona

    A mediados del mes de marzo, el clima ha empezado a cambiar inesperadamente, nubes gruesas acercándose a la costa del norte de África. Nubes que siempre traían lluvia y viento. Ese cambio de repente ha sorprendido a los habitantes de la provincia de Tarragona, acostumbrados con el clima templado, a veces demasiado suave para esos días antes de la gran fiesta de las Pascuas. No solamente sorprendidos, pero también descontentos con el cambio de clima eran los pescadores de la costa de la provincia catalana, quienes se han visto obligados hace un día a regresar del mar y dirigirse hacia los puertos de Barcelona, Tarragona, Salou, Cambrils, donde se sentían a salvo. Porque las señales que veían sobre el mar y cielo anunciaban tormenta. Pero cuántos días durará el mal clima, nadie podría decirlo, por eso su descontento era aún más grande. Y la tormenta se ha desencadenado.

    El caballero Raymond de Saguàrdia, vicecomandante del comando Montesa, se encontraba junto con casi cincuenta combatientes de la nueva orden de Montesa, en la elevada costa rocosa del sur de Tarragona y casi podía mirar impotente a los dos barcos de los corsarios moros, que acababan de irse de la costa y se dirigían hacia el Sur. El fuerte viento y la lluvia impedían a los caballeros a seguir con las miradas los barcos que flotaban sobre las olas enormes, tiradas de un lado al otro, listas para ser tragadas en cualquier momento por el agua del mar furioso.

    Luego, igual de difícil han visto como ha aparecido, traído por las ráfagas de lluvia, un otro barco, un galeón, nave militar que venía del Norte del puerto de Barcelona. Y cuando el galeón ha llegado enfrente de ellos, el comandante Raymond de Saguàrdia ha visto la bandera con la cruz de los templarios sobre el mástil. Era una señal divina, que llevaba la cruz tan querida suya.

    - Hagáis señales como sabéis mejor y más visibles, para que los del bordo vengan aquí, a la costa. Como los vemos, ellos también nos están viendo, no están lejos de la costa.

    Los combatientes han sacado sus mantos blancos y los han agitado haciendo señales a los del barco. Y a unos momentos después de que han comenzado hacer señales, han visto el barco que estaba luchando contras las olas, ha bordeado el promontorio rocoso Punta Grossa de Salou y se ha acercado a la costa, en el golfo Cala Font.

    - Vamos a la galera señores, ha gritado el comandante y se ha dirigido dando espuelazos al caballo, hacia el golfo.

    Pronto ha llegado a la costa del golfo, una vez con el barco enviado por el capitán de la galera.

    - Caballero, se le ha dirigido uno de los tres marineros del barco, hemos venido enviados por el capitán a preguntarles por qué nos han hecho señales. Estamos apresurados, señor, en la búsqueda de los dos barcos de corsarios.

    - Soy comandante al castillo Montesa y quiero subir a bordo, junto con mis combatientes, para atrapar y castigar a esos corsarios. Con la ayuda de Vuestras Señorías.

    - Mi capitán estaba seguro de esto, caballero, pero podáis subir solamente treinta de sus gentes, sin armaduras.

    - De acuerdo. Espera unos momentos y nos puedes llevar uno por uno a bordo de la galera. Una breve orden y los caballeros han desmontado, han sacado sus mantos blancos y las armaduras y se han preparado a subir a bordo. Los que se han quedado, han tomado los caballos y los mantos de los que se han ido sobre el mar y se han dirigido hacia su comando.

    Llegados a bordo, los caballeros de Montesa han sido recibidos por el capitán del barco, el caballero Gothier de Albalot.

    - Bienvenidos a bordo, señores caballeros. Justo necesitábamos ayuda y he pedido a Dios que me de fuerzas para luchar contra los villanos corsarios.

    - Yo también le he pedido a Dios que me ayude a agarrar a los corsarios y mira. En Su gran bondad, has llegado con la galera justo en el lugar donde estábamos nosotros. ¿Pero los podemos alcanzar con tan mal clima?

    - Los vamos a alcanzar, caballero. El clima está mal también para ellos. Si hiciera buen tiempo, no sé qué oportunidades hubiéramos tenido para hundir dos barcos, pero con mal clima, las olas los separan y hundiré sus barcos uno por uno.

    La confianza del capitán Gothier lo ha animado al caballero Raymond, quien dudaba del logro de su acción, debido sobre todo a la tormenta. Podrían ser tragados por las olas en cualquier momento, y si su galera resistiera, tendría que ver si sus combatientes se sintieran bien en ese horrible cabeceo. Eso si todavía se encontraran bien para pelear.

    Pero, lo ha inquietado otra cosa de las palabras del capitán.

    - ¿Cómo vas a hundir sus barcos? A bordo hay prisioneros.

    - Cómo Dios quiera, caballero. Mi intención es salvar a los prisioneros, pero tampoco puedo dejar a los corsarios que se escapen. Dentro de un mes, atacarán nuevamente los asentamientos del reino. Ahora, vamos a izar las velas y que nos apuremos para alcanzarlos, le ha dicho el capitán ordenando a los marineros y apretando en las manos el timón.

    Raymond de Saguàrdia ha entendido que tenía que dejar al comandante a timonear el barco, así que se ha retirado debajo de la cubierta, junto a sus hombres.

    Algunas linternas alumbraban el espacio de debajo de la cubierta, destinado a las mercancías y a los prisioneros. Había un bochorno indescriptible, acentuado por la humedad. Cada vez que pasaba una ola encima de la galera, el agua se escurría sobre los soldados, así que sus ropas estaban mojadas de tal manera que las podías exprimir.

    El cabeceo era de verdad espantoso, muchos de sus hombres se mareaban y vomitaban. Amarillos de la cara, perdidos por el susto, en unos minutos de la salida del golfo estaban destrozados, pero nadie se quejaba de la situación en cual se encontraban. Igual de mal se sentía también Raymond y de la misma manera que ellos, se esforzaba soportar con bien los movimientos desordenados del barco.

    ¿Pero cómo han llegado, el caballero Raymond de Saguàrdia y sus hombres con semejante clima, sobre la galera? Justo a esto pensaba el caballero, para que pase más fácil el tiempo. Eran recuerdos que le traían alegrías, en esos momentos necesitaban pensamientos positivos, que les traigan esperanza, en ese mar furioso.

    Hace dos años, en el verano del año 1313, el comandante templario Raymond de Saguàrdia regresaba al castillo de Tortosa, viniendo de Niza, desde el castillo Saint-Paul de Vence, del mariscal Roland de Gérvémont. La noche los ha alcanzado a él y a los diez acompañantes suyos, a la entrada del asentamiento de Tarragona y cansados después de tanto camino, han decidido pasar la noche en la ciudad. Su situación , la de los caballeros templarios , era incierta , en ese año, como también en los años anteriores , comenzando con 1307. En ese entonces, el rey Felipe de Francia y Papa Clemente han ordenado la detención de todos los templarios, bajo acusaciones falsas de falta de fe. Justo a ellos, quienes de doscientos años se sacrificaban para defender la fe cristiana. El rey Jaime II, sabiendo que las acusaciones eran falsas, ha protegido a los templarios y para defenderlos del Papa, ha decidido constituir una nueva orden caballeresca religiosa, la Orden de Montesa, según el nombre del castillo que lo ha donado a la nueva orden. Esta nueva orden era formada por ex templarios, sargentos y capellanes,quienes llevaban puesto el antiguo uniforme, solamente la cruz de los mantos era de otra forma. Y sin embargo, los templarios no se sentían seguros, los reyes cambiaban su politica de un día al otro, según les dictaban los intereses.

    Es por eso que Raymond de Saguàrdia ha decidido no irse al ex castillo templario, ubicado cerca al mar, sino pasar la noche al castillo del señor Gómez de Alpineda, que se encontraba sobre el dominio del Este de la ciudad de Tarragona. Raymond ha ayudado varias veces al señor de Alpineda en las batallas llevadas contra los corsarios árabes, quienes atacaban periódicamente las tierras del lado del mar, así que entre ellos se ha consolidado una hermosa amistad.

    El encuentro con el señor y su familia, a quienes no había visto desde 1308, ha sido más que amistoso, con toda la diferencia de edad entre el caballero y el señor. Raymond tenía unos veintisiete años, de estatura alta, moreno, robusto, como un verdadero soldado endurecido en las constantes batallas contra los desleales moros. El señor Gómez de Alpineda tenía unos cuarenta y tres años, de estatura mediana, moreno también él como un verdadero residente y el cuerpo un poco más gordito. Los años y la vida sedentaria del señor han comenzado verse.

    La señora de Alpineda, rubia, algo más joven que su esposo, ella también ha sido contenta de los huéspedes, huéspedes que siempre les han traído seguridad por medio de su presencia en el dominio.

    Acostumbrado de antaño con la familia del señor, esta vez Raymond se ha sorprendido por la aparición de la hija de éste, la señora María Luisa, una joven de una arrebatadora belleza. La última vez que la ha visto, hace cinco años, esta era solamente una niña y en ese entonces la ha tratado como tal. Pero ahora, enfrente de él se encontraba una joven rubia, de estatura mediana, con la cara ovalada, roja por la emoción , ojos negros llenos del fuego de la juventud, en una palabra, una realización de la diosa de la belleza.

    Con un saludo de exquisita cortesía y una sonrisa deslumbrante, la señora María Luisa ha dejado sin palabras a Raymond. Él también la ha saludado, igual de cortés y amistoso de la misma manera que a sus padres, pero la mirada se le ha detenido sobre ella por un tiempo, demasiado de lo que se debía. Pero esto ha pasado sin que lo noten los padres, pero observado por la joven con una obvia satisfacción y placer.

    Más tarde, la cena ha durado mucho, el invitado y los anfitriones teniendo muchas cosas que decirse, las señoras alegrándolos con su presencia hasta casi de medianoche. Solamente después de su salida, el señor Gómez de Alpineda y

    Enjoying the preview?
    Page 1 of 1