El Vagabundo
Por Khalil Gibran
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Khalil Gibran
Kahlil Gibran (Djubran Kahlil Djubran) nasceu em 1883 em Bcharré, uma aldeia maronita cristã nas montanhas do Norte do Líbano. A sua infância foi de uma pobreza extrema e, em 1895, emigrou para os EUA com a mãe e os irmãos. Vivia com a família nos bairros degradados de Bóston quando o seu talento artístico chamou a atenção do fotógrafo e editor Fred Holland. Através de Holland, Kahlil começou a frequentar os círculos literários e artísticos de Bóston. Regressou ao Líbano para terminar os seus estudos e partiu em 1908 para Paris, onde estudou com Auguste Rodin. Em 1912 mudou-se para Nova Iorque, onde se dedicou à pintura e escreveu para alguns jornais árabes. Desde a publicação das suas primeiras obras, foi considerado uma figura de grande importância na literatura árabe moderna. Com a publicação de O Profeta, em 1923, a sua reputação literária ficou definitivamente estabelecida. Faleceu em 1931.
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El Vagabundo - Khalil Gibran
entrado.
Vestiduras
Cierto día Belleza y Fealdad se encontraron a orillas del mar. Y se dijeron:
—Bañémonos en el mar.
Entonces se desvistieron y nadaron en las aguas. Instantes más tarde Fealdad regresó a la costa y se vistió con las ropas de Belleza, y luego partió.
Belleza también salió del mar, pero no halló sus vestiduras, y era demasiado tímida para quedarse desnuda, así que se vistió con las ropas de Fealdad. Y Belleza también siguió su camino.
Y hasta hoy día hombres y mujeres confunden una con la otra.
Sin embargo, algunos hay que contemplan el rostro de Belleza y saben que no lleva sus vestiduras. Y algunos otros que conocen el rostro de Fealdad, y sus ropas, no lo ocultan a sus ojos.
Canción de amor
Cierta vez, un poeta, escribió una hermosa canción de amor. E hizo muchas copias y las envió a sus amigos y conocidos; hombres y mujeres y, también, a una joven que había visto, tan sólo una vez y que vivía más allá de las montañas. Y, cuando pasaron dos o tres días, vino un mensajero de parte de la joven, trayendo una carta. Y la carta decía: Déjame decirte que estoy profundamente conmovida por la canción de amor que escribiste para mí. Ven pronto y habla con mis padres para tratar los preparativos de la boda
.
Y el poeta respondió, diciendo en su carta:
Amiga mía, la canción que le envié no era sino una canción de amor brotada del corazón de un poeta, cantada por todo hombre y a toda cualquier mujer
.
Y ella le escribió a su vez, diciendo: ¡Hipócrita y mentiroso! ¡Desde hoy, hasta el día en que me entierren, odiaré a todos los poetas por su causa!
Lágrimas y risas
Una noche, a orillas del Nilo, una hiena se encontró con un cocodrilo. Ambos se detuvieron y se saludaron. La hiena dijo:
—¿Cómo vas pasando el día, Señor?
—Muy mal —respondió el cocodrilo—. A veces, en mi dolor y tristeza, lloro. Y entonces las criaturas dicen: Son lágrimas de cocodrilo
. Y eso me hiere mucho más de lo que podría contar.
Entonces la hiena dijo:
—Hablas de tu dolor y de tu tristeza, pero, piensa por un momento en mí. Contemplo la belleza del mundo, sus maravillas y sus milagros y, llena de alegría, río, como ríen los días. Y los pobladores de la selva dicen: No es sino la risa de una hiena
.
En la feria
Desde la campiña llegó a la Feria una niña muy bonita. En su rostro había un lirio y una rosa. Había ocaso en su cabello, y el amanecer sonreía en sus labios.
Ni bien la hermosa extranjera apareció ante sus ojos, los jóvenes se asomaron y la rodearon. Uno deseaba bailar con ella, y otro día cortar una torta en su honor. Y todos deseaban besar su mejilla. Después de todo, ¿no se trataba acaso de una