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Los fantasmas de Tarragona
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Los fantasmas de Tarragona

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About this ebook

El tema de un libro a veces inspiraba la aparición de una película ...
Pero pocos libros, de gran notoriedad, se convierten en el tema de una importante y compleja ruta turística histórico-cultural (inspiraron la aparición de una rutas turísticas). Aqui esta ella, la novela ”Los fantasmas de Tarragona”, que creó la cautivadora leyenda de Melissa Isabela, ahijada del conde de Barcelona y que se convirtió en una hermosa ruta turística: Tarragona, Salou, Tortosa, Reus, Miravet...

LanguageEspañol
Release dateJan 27, 2016
ISBN9781310968372
Los fantasmas de Tarragona
Author

Michael Riche-Villmont

Michael Riche-Villmont, autor de literatura hispano-francés, ha escrito obras y artículos históricos, teniendo como tema la caballería medieval francesa e ibérica y las ordenes de caballería. Él es también el autor de novelas policiacas, de amor y acción, bien conocidas debido al estilo inconfundible de crear una sucesión lógica y coherente entre los acontecimientos y las acciones ocurridas en la Edad Media y sus consecuencias en nuestros días. En sus libros, los personajes medievales interaccionan por medios misteriosos, a veces mágicos, con los héroes de hoy en día, generando acontecimientos especiales, y las aventuras caballerescas determinan con el tiempo, el desarrollo de acciones policiacas en nuestros días. Utilizando la ficción, el autor describe acontecimientos y personajes reales de la época medieval, usando expresiones verbales adecuadas a la época, lo que hace que el lector viva el ambiente de los tiempos pasados. Y el misterio y el imprevisible hacen casi normal el viaje imaginario del mundo de los siglos pasados, en nuestro mundo, con sus cosas buenas y malas. Al mismo tiempo, la lógica y la naturaleza de las acciones de sus libros determinan al lector entrar en el mundo de los espíritus, que les entienda la presencia en el mundo material como un hecho normal. Aunque los espíritus misteriosos, los fantasmas que se materializan, inducen temor, en los libros del autor los espíritus son benéficos, luchan contra el mal para salvar a los que se encuentran en peligro.Muchos de los acontecimientos descritos en los libros, muchos de los personajes históricos, tienen una base real, lo que hace que las novelas sean más atractivas.Y no por último, muchos de los héroes de los libros de Michael Riche-Villmont son animalitos, simpáticos, amorosos, quienes alumbran y dan vida al ambiente doméstico de sus amigos, los humanos.Interesantes, atractivas, incluso documentales, las novelas del autor te conquistan desde las primeras páginas, y las sorpresas y el imprevisto te mantienen en tensión, llevándote de los sentimientos y experiencias dramáticas, a grandes satisfacciones, junto a héroes principales. Héroes que se vuelven parte de tus experiencias y recuerdos después de que has terminado de leer, cualquiera de los libros de éste autor.

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    Los fantasmas de Tarragona - Michael Riche-Villmont

    LOS FANTASMAS DE TARRAGONA

    por Michael Riche-Villmont

    Publicado por Michael Riche-Villmont

    Copyright 2016 Michael Riche-Villmont. Todos los derechos registrados y protegidos pertenecen al autor.

    Edición Smashwords

    Agradecimientos a mi esposa Cornelia, por el apoyo que me ha dado para escribir este libro, y a Brice por las alegrías que nos ha traído.

    Capítulo 1.  La fiesta de Saint Jordi en Tarragona

    El encuentro del restaurante Grand Ettoile, de Niza se ha comprobado ser, tal como se esperaba, un logro aún desde el comienzo. Puntuales, el doctor Phillip de St.Denis-Chamont y su esposa, Yvette, han llegado al restaurante justo a las siete de la tarde, siendo recibidos por el jefe de salón y conducidos a la mesa reservada para ellos. Al caminar por el amplio espacio entre las mesas, han admirado las condecoraciones del salón y el arreglo de las mesas, grandes, redondas, con sillas elegantes. El restaurante, entre los poquitos locales antiguos que se han conservado el estilo clásico, ha sido proyectado y construido en los años 30. Con paredes cubiertas con duelas de madera de teca, marrón, las mesas y las sillas de época, el personal amable, vestido con los uniformes que tenían los primeros camareros, precisamente desde la inauguración, el local ha quedado en el tope de las preferencias de la alta sociedad de Niza. El ambiente era completado con el sonido de la música clásica, emitido por la instalación de alto rendimiento, de última generación. Pero, antes de todo esto, los clientes eran atraídos por el menú del local, uno del los más refinados de la Riviera, menú elegido por famosos maestros cocineros.

    Phillip de St.Denis-Chamont, era médico en el Hospital Universitario de Niza. Tenía como treinta y tres años, y era de estatura moderada, con cuerpo de atleta, fortalecido en los campos deportivos. Con el cutis de la cara obscuro, cabello abundante, casi negro, nariz aguileña, ostentaba una actitud distinguida, elegante. Su recién esposa, Yvette, era algo más bajita que él, rubia hacia castaño, con cabello largo cortado hasta los hombros. Tenía como unos treinta años y era violinista en la Opera de Niza, después de que unos años estuvo como asistente en la Facultad de Música.

    A la mesa ya estaban sentados sus amigos, la familia Mark y Beatrice de Bercy y Paul y Mireille de Montereau, habiendo llegado un poco más temprano.

    - Buenas noches. Nos alegra verlos, nuestros queridos, los saludó Yvette, y luego se sentó en la silla guardada por el jefe del salón.

    - Buenas noches. ¿Han llegado desde hace mucho tiempo? Les preguntó Phillip.

    - No, hace dos minutos, contestó Mark. Hemos llegado juntos, viniendo directamente deToulouse.

    - ¿No han ordenado nada?

    - No, los hemos esperado, dijo Paul. Ordenamos juntos. Vamos a ver qué menú especial ha preparado el cocinero Eugenio para esta noche. Las señoras decidirán, porque la noche es dedicada para ellas.

    - Tienes razón, Paul.

    Las señoras se han mirado, sonriendo felices. Cualquier prueba de amor y aprecio, les regocijaba, como a cualquier otra mujer. Era la noche de catorce de febrero, San Valentín, día de los enamorados, día del amor, según ha sido proclamado hace mucho tiempo atrás. Phillip, igual que sus dos amigos, Mark y Paul, no simpatizaban el festejo exagerado y el espíritu comercial de esta hermosa fiesta. Pero Phillip apreciaba y promovía la idea de tener una fiesta dedicada al amor, amor entre personas de todas las edades.

    Su padre, Armand, le ha contado una verdad de cual nunca ha dudado. "El amor comienza en la edad de la juventud, se madura una vez con el paso de los años y se refuerza a las personas grandes, cuando muestran sus verdaderas virtudes". Cosa que ha visto en su familia y en la de Yvette. Precisamente por ello, a los fines de semana, se van a encontrar todos al dominio Chamont, para celebrar el día del amor según la costumbre francesa muy antigua, como profundo sentimiento, interior, espiritual.

    Los pensamientos le hayan sido interrumpidos por la llegada de los camareros con los platos llenos de golosinas, preparados y servidos con gran estilo. Las señoras han sabido ordenar, y los hombres las han felicitado.

    Y el sabor de los guisos les ha encantado a los comensales, tal como se esperaba.

    - Creo que el cocinero ha adivinado los pensamientos y las preferencias de nuestras señoras, porque sirve exactamente las preparaciones que ellas desean. ¡Felicidades! ¡O, mejor, gracias! Les dijo Paul. Voy a darle las gracias al cocinero jefe Eugenio.

    - Estoy de acuerdo contigo, le dijo Paul a Phillip, probando del vino blanco. La pista de baile todavía está libre. ¿Querida mía, aceptas mi invitación?

    - Desde luego, le contestó Yvette, contenta.

    - Nosotros también queremos bailar, es nuestro día, dijo  Mireille, esperando que el marido le retire la silla para levantarse de la mesa.

    La noche ha continuado en la misma atmosfera de buena disposición y, por el fin del festín, se les ha traído el café y el coñac.

    - Queridos amigos, les dijo Phillip, al fin del mes de abril se festeja, en España, Saint Jordi, o San Jorge, día espiritual de Cataluña, pero también un día del amor. Como recién casados, invito a mi querida Yvette, ante ustedes, ir a Tarragona, donde festejemos este hermoso día de la provincia y de los enamorados. He recibido una invitación de parte de unos amigos españoles para ir a su bella ciudad.

    Yvette ha puesto su palma sobre su mano, mirándolo como una verdadera enamorada.

    - Gracias, querido mío. Estaría feliz ir allá juntos.

    Aplausos leves, discretos de los de la mesa han consagrado la aceptación de Yvette.

    - Gracias, querida mía. Si tienen tiempo y gusto de acompañarnos a Tarragona, estaríamos felices ir juntos, les dijo Phillip. Vamos a reservar habitaciones al hotel en Tarragona o en la estación Salou, donde decidan.

    - Aceptamos con alegría, le contestó  Mark.

    - También nosotros, completó Paul.

    - Qué feliz estoy que vamos todos, juntos, dijo Beatrice, expresando, de hecho, la opinión de todos. Espero, continúo ella, que participemos a aventuras policiacas en Tarragona.  Porque  vosotros habéis participado a semejantes acciones en muchas de las excursiones realizadas al extranjero. Parece que las estáis provocando.

    - Esas acciones, de cuales hablas, nos han hecho la estancia más palpitante. No nos hemos aburrido nunca, le contestó Yvette, sonriendo.

    - Os comprendo. Nosotros iremos a festejar el día de Cataluña y de los enamorados, así que me voy tranquila.

    - ¿Quién puede saber? Los ojos de Mireille chispeaban, como si anticipaba una estancia palpitante.

    En la mañana de la salida hacía España, en la casa de la familia Chamont, del barrio Mont Boron [1], había gran agitación. Y esta agitación era provocada por nadie más que Brice, el foxterrier dueño absoluto de la casa. Viendo las maletas preparadas, y sus amigos Phillip e Yvette listos para salir, ha  ladrado brevemente, repetido, molesto que él está descuidado.

    Acostumbrado acompañarlos en todos las salidas, observó de inmediato que estos estaban a punto de irse sin él. Corría desde las maletas de Phillip, ladraba dos, tres veces, luego iba a  Yvette y la regañaba también a ella. Viendo que no tiene éxito, se paró en frente de la ama de casa, la señora Lisa y ladró dos veces más despacio, mimado, rogándole que le ayude. Tampoco este gesto no ha tenido éxito, es más, los tres han empezado a reírse de él. Como último argumento a favor de la salida, saltó de repente en los brazos de Phillip, cual lo cogió por instinto, como a una pelota. En los brazos de su amigo humano, Brice lo besó en la oreja. Era el gesto supremo de expresar un profundo afecto que les tenía a sus amigos.

    - Brice, te vas a quedar aquí, con la  señora Lisa. Nosotros  regresaremos pronto. ¿Está bien?

    Brice lo miró a los ojos, entendiendo  el mensaje. Lo besó de nuevo en la oreja, luego mostrándole que quiere al suelo, sobre la duela. Se sentó en frente de la señora Lisa,  ladró corto, mimado, diciéndole que se queda con ella, pero él es el jefe.

    - Nos podemos ir tranquilos, suspiró Yvette. Y ella lamentaba que no  podrían llevar al muchacho Brice con ellos. Lo van a extrañar.

    El viaje con el avión duró menos de una hora y aterrizaron  en el aeropuerto de Reus. Era un avión de ocho asientos, alquilado por una de las empresas de taxis aéreas de Niza, cual proseguiría ir por ellos al momento que ellos hagan la solicitud. Probablemente, unos tres o cuatro días, según han pensado ellos.

    Desde el aeropuerto hasta el  hotel Landéros, han ido con un microbús, enviado por el personal de éste. El camino atravesaba una llanura desnivelada, con parcelas de terreno bien trabajadas. Región de gente hacendosa, pensaba Phillip, mirando por la ventana del coche. Estaba sentado del lado derecho del microbús, al lado de  Yvette y admiraba el paisaje. De repente, el chofer del microbús ha frenado, haciendo que los pasajeros se apoyen, sorprendidos, de la silla de enfrente. Por enfrente de la ventana, dos siluetas, dos jinetes en caballos blancos, figuras apenas perfiladas por la luz del sol, se han alejado  en el campo, después de que han cruzado la calle por enfrente del microbús.

    - Por favor que me disculpen, los rayos del sol me han cegado, se escuchó la voz del chofer, cual ya había puesto en movimiento el coche.

    Yvette estaba sentada sobre el asiento de la ventana y lo ha mirado sorprendida, preguntona a Phillip. Éste, igual de sorprendido, miró a Yvette, movió su mirada hacia el lugar donde deberían estar los jinetes, luego, de nuevo la miró con ojos grandes a Yvette. Ni rastro de jinetes, han desaparecido igual de rápido e inexplicable como han aparecido.

    - ¿Tengo visiones? le preguntó ella.

    - Yo también tengo visiones, igual que tú.

    Los otros  pasajeros hablaban, sin haber remarcado nada.

    - A lo mejor estamos acostumbrados, le dijo Phillip. En seguida llegamos en la estación, al hotel y vamos a descansar.

    Salou es una famosa estación, ubicada en la Costa Dorada, a unos diez kilómetros sur de Tarragona. La pequeña población Salaudis, conocida desde los tiempos de los griegos y de los romanos, ha sido asimilada a la ciudad Tarragona, cual le asegura la administración. Favorecida por un golfo propicio para el atrancamiento de los barcos de bajo tonelaje, se ha desarrollado como punto de conexión con otros puertos pequeños de la costa del oeste del Mediterráneo. En los siglos doce y trece, el puerto y la población eran  a menudo saqueadas, como por ejemplo Tarragona, por los piratas árabes, hecho que hizo necesario la construcción de un sistema de defensa. Éste era proporcionado por el ejército de la provincia de Tarragona. Pero también en Salou ha sido levantado, en el siglo doce, un pequeño fuerte con  torre de defensa, sobre las ruinas de la torre romana.

    Hoy en día, Salou se ha convertido en una hermosa estación turística, donde, el parque acuático y los festivales organizados durante todo el año, aseguran posibilidades de diversión para turistas de todas las edades.

    Eran solamente unas palabras de presentación, que la guía del hotel las haya dicho en el microbús, durante el transporte hacia la estación.

    - Realmente, hermosa estación, dijo Mireille, cuando se han parado enfrente del hotel. También el hotel se veía espectacular.

    El hotel Landéros, ubicado cerca del centro de la estación, no lejos de la antigua torre de defensa, era una construcción con cinco pisos, levantada en los años ’80, cuando ha  reempezado el período de expansión del turismo en la zona. Ha sido pensado y construido como hotel de lujo, siendo el primero con dotaciones que superaban el confort  pedido por el catálogo para los hoteles de cinco estrellas.

    Modernizado permanentemente, con dotaciones de última generación, atraía los turistas que sabían apreciar el confort, el moderno y la tranquilidad. El acceso limitado, la piscina  exterior escondida de la vista de los curiosos y la cerca opaca aseguraban la intimidad de los turistas.

    Bajando del coche, los turistas franceses han entrado por la puerta en el pequeño y hermoso jardín, lleno de flores, y desde un paseo de mármol machacado, han pasado en el vestíbulo grande del hotel. Desde allá, han sido conducidos en el salón, donde se les iban a servir bebidas refrescantes, en espera de las maletas, transportadas directamente en los apartamentos reservados por ellos.

    A la entrada en el  salón, para la agradable sorpresa de  Phillip, los estaban esperando el señor y la señora de Landéros, sus amigos.

    - Rodrigo, Isabel, los saludó Phillip. Me alegro verlos y os agradezco por la invitación.

    - Bienvenidos señoras, señores, los saludó el señor Rodrigo de Landéros.

    - Permítanme hacer las presentaciones. Phillip volteó hacia los recién llegados: el señor y la señora de Landéros, nuestros amables anfitriones, nuestros queridos amigos.

    Luego, ha presentado a sus amigos de Niza, a cada uno.

    - Isabel, estoy feliz de volverte a ver y constatar que te ves cada vez mejor, le dijo Yvette, abrazándola.

    Rodrigo, de estatura mediana, a lo mejor más bajito, tenía como treinta años. Moreno, con cara alargada, ojos castaños, nariz aguileña, tenía una figura atractiva. Su esposa, Isabel, un poquito más bajita que él, delgada, tenía como veinticinco años. Morena, con los ojos negros, cara  ovalada, era sumamente hermosa.

    - Nos alegramos y nos sentimos honrados de su visita. Las maletas han sido llevadas a los apartamentos. Esperemos que os guste, todos tienen vista al mar, al piso del medio. Después de que os acomodéis, os esperamos en el salón para una merienda y para establecer el programa de la estancia. Tenéis a disposición en permanente, un mayordomo, que os atiende y os asegura el confort.

    - ¿Somos huéspedes privilegiados? Le preguntó, bromeando, Phillip.

    - Si la amistad es un privilegio, sí. Pero también nosotros somos privilegiados de tenerlos aquí, le contestó Rodrigo. Todos nuestros huéspedes alojados en apartamentos, tienen mayordomo a disposición. Es una regla de la casa.

    - Gracias, Rodrigo. Vamos al apartamento ¿nos vemos al rato?

    - Desde luego. Os esperamos.

    - No se desmiente la hospitalidad española, mencionó  Paul, gratificante.

    En una hora, los huéspedes del hotel Landéros estaban en un otro salón, para una merienda con específico catalán. Mientras comían unas tapas, combinadas con un espumoso  vino Cavas, señor Rodrigo de Landéros les dio algunas explicaciones sobre la fiesta San Jordi y el programa propuesto por él para los días siguientes.

    - San Jordi, para nosotros San Jorge, es la  fiesta de la provincia Cataluña. Pero también una fiesta del amor. Veréis porque. Señoras, señores, en nuestras tierras oiréis una multitud de leyendas. Algunas de ellas, tienen como base hechos verdaderos, históricos, otros surgidos de la sabiduría popular. Como por ejemplo la de San Jorge. Se dice que una pequeña princesa de una región no muy lejana, ha sido raptada por un dragón. La pequeña princesa, raptada del dominio real, ha sido llevada al castillo del dragón, escondido en las cuevas montañosas, donde éste la ha tenido bastante tiempo. Aunque han intentado encontrarla, súbditos del rey no han podido llegar al dragón, así que han recurrido a la ayuda del joven Jorge. A los ruegos de los padres de esta  y de  sus súbditos, Jorge, luchador valiente y fuerte, ha aceptado irse a las montañas para salvarla de las manos del dragón. En la lucha que se dio, el dragón ha sido vencido, asesinado con la espada del valiente Jorge. De la sangre del dragón, caído al suelo, ha crecido una rosa roja, que ha sido regalada a la hermosa princesa. De esta manera, Jorge ha transformado, por su acción, la maldad del dragón en la hermosura de las flores, en amor. El mal en bien. Más tarde, para sus acciones cristianas realizadas durante la vida, Jorge ha sido santificado. Esta es la historia de  San Jorge, narrada brevemente. Pero el valor, el sacrificio y la valentía, verdaderas virtudes, han quedado como ejemplos dignos de seguir.

    - Y la historia  es muy hermosa, dijo Beatrice. Y con final feliz.

    - Sí, muy hermosa esta leyenda. Inspiradas por la leyenda, las personas de este lugar han declarado el día de veintitrés de abril, como día espiritual de Cataluña. Por el símbolo de la belleza y del amor, podemos decir que es también el día del amor. Y de los enamorados. Todos los hombres, los jóvenes y menos jóvenes, ofrecen en este día una flor, una rosa roja a sus señoras. Y también a todas las señoras que conocen. Y estas regalan a los hombres un libro.

    - ¿De dónde viene esta costumbre de regalar un libro? Le preguntó Mireille.

    - En el día de veintitrés de abril han fallecido dos titanes de la literatura universal, Cervantes y Shakespeare. Para rendirles homenaje, los españoles y no solamente ellos, consideran este día como un día del libro. Como la flor, el libro nos ilumina la vida.

    - Muy interesante tu historia, amigo Rodrigo. ¿Qué nos propones hacer a continuación?

    - Visitaréis toda la estación  Salou o, mejor dicho, lo que creía que es más importante. El centro de la estación las tiendas de flores y los estands de libros, porque estoy seguro que haréis regalos. Un guía y el microbús os quedan a la disposición .En la noche, después de una vuelta nocturna de la estación, nos vamos a reunir al baile organizado en los salones del hotel. Los días siguientes, visitaréis las colinas del norte y las bodegas, como también los objetivos más importantes de Tarragona, Tortosa y la valle Ebro. Aquí tenéis el itinerario propuesto por nosotros, pero que puede ser modificado en cualquier momento. Vosotros decidáis.

    La puerta del salón se abrió y dos mayordomos entraron, uno llevando sobre la bandeja varias flores de rosas rojas y el otro, muchos libros.

    - Señoras, les dijo el primer mayordomo, de parte del hotel y de San Jordi, recibáis por favor, una rosa roja, signo de nuestro respeto hacia vosotras.

    - Señores, les dijo el segundo mayordomo, recibáis por favor, un libro que les traiga un rayo de luz en este hermoso día. Es un regalo de parte de las señoras.

    Emocionados, los huespedes franceses se pusieron de pie y agradecieron a los anfitriones a traves de aplausos.

    - Os agradecemos, les contestó el señor Rodrigo, los regalos serán llevados en los apartamentos. Cuando deseéis, podéis ir por la estación .El guía os espera.

    - Impresionante, murmuró Yvette. Para esta noche debemos prepararles también nosotros regalos.

    El clima era caliente y hermoso, asoleado, como comienzo de verano. Vestidos ligeramente, pero elegantes, los señores con pantalones claros y sacos sport, y las señoras en faldas y traje sastre, se pararon frente al hotel, para decidir dónde ir.

    - Señoras, señores, os propongo ir a pie a la estatua de la Esperanza. De hecho es un conjunto estatuario, ubicado cerca del hotel, en el lugar donde ha estado el antiguo fuerte de defensa, les dijo la guía, Cecilia Méndez, una joven de unos veinticinco años. De estatura media, morena, con la tez obscura, tenía una dicción de profesional.

    - ¡De acuerdo! ¿Qué decís? preguntó Yvette.

    - Desde luego, si así nos recomienda la señorita.

    En la calle ancha, muy limpia, había algunas docenas de turistas. La estación se veía esplendida, limpia, adornada para la fiesta de

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