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El laberinto de las luciérnagas: El despertar de la conciencia universal
El laberinto de las luciérnagas: El despertar de la conciencia universal
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El laberinto de las luciérnagas: El despertar de la conciencia universal

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El laberinto de las luciérnagas es un libro que responde a una visión muy singular. Sin dejar de ser personal, sabe comunicar un mensaje de esperanza en un mundo mejor para la humanidad. "Pero para conseguirlo, en cada ser humano debe despertar esa conciencia universal. No somos sólo "yo" sino la suma de todos y todo lo que existe, lo visible y lo invisible", dice la autora. El libro se divide en dos partes: la primera corresponde a nuestro origen y la segunda a la revelación que nos explica hacia dónde se dirige nuestra humanidad. En medio de un laberinto de ideas y actitudes, las luciérnagas avanzan en medio de la noche despertando a los que hoy todavía duermen. El libro es abierto, no se ciñe a ninguna religión en particular y las abarca todas, y sin embargo nos muestra como la espiritualidad y la sencillez viven dentro de la cotidianidad de la vida.
LanguageEspañol
Release dateMay 1, 2013
ISBN9788497435307
El laberinto de las luciérnagas: El despertar de la conciencia universal

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    El laberinto de las luciérnagas - Carme Martínez Primo

    PRÓLOGO

    Nunca me había planteado la posibilidad de escribir el prólogo de un libro, y si ahora lo pienso, me imagino escribiéndolo a petición de un amigo y sobre un tema relacionado con mi área profesional: los cuidados paliativos... Carmen se acercó a mí sin conocerme, confiando en el consejo de una amiga y me presentó su libro, un manuscrito, aparentemente, poco relacionado con los cuidados paliativos. Y yo dije sí, y aquí estoy redactando estas líneas esperando responder a la confianza depositada en mi.

    El laberinto de las luciérnagas se inicia con unas palabras de Isaac Newton: lo que sabemos es una gota de agua, lo que ignoramos es el océano. Probablemente estas palabras son la clave a la hora de adentrarse en las páginas del libro. Palabras que resumen la actitud de quien no lo sabe todo; de quien está en búsqueda, dispuesto a recorrer su camino haciendo camino al andar.

    Y es que lo recogido en estas páginas resume mu-chas de las experiencias de la autora en su viaje interior. Un viaje que lejos de aislarle del entorno le permite trascender y colocarse en sintonía con todos y con Todo. Y lo comparte con nosotros a modo de croquis, por si aporta algo al lector.

    Se trata de un trabajo en estrecha sintonía con la filosofía transpersonal propuesta por Ken Wilber y lo publicado por de Katleen D. Singh. Formalmente, el libro está dividido en dos partes en las que se repasan algunas de las fases del crecimiento personal así como las dificultades que nos acechan en ese proceso.

    No se trata, no obstante, de un libro de autoayuda en el que el lector pueda encontrar recetas rápidas para la resolución de problemas concretos. No es tampoco un diario en el que se recoge todo lo vivido, pensado y sentido por la autora. Tampoco se trata de un tratado de filosofía oriental aplicada a occidente. El lector encontrará, en estas páginas, un relato personal que recoge experiencias universales que anidan en lo profundo del corazón.

    Más allá de los detalles y las palabras concretas, más allá de las complicidades o rechazos que algunos ejemplos o argumentos pueden suscitar, este libro es una oportunidad de detenerse en el ajetreo cotidiano y guardar silencio; de reflexionar e iluminar la reflexión con las emociones que emanan del corazón; es una ocasión de trascender pensamientos y emociones y encontrarnos, en la intimidad lo que somos con lo mejor de cada uno de nosotros.

    Dra. María Nabal

    Responsable del Equipo de Cuidados Paliativos

    Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida

    PRELUDIO

    Este libro es un cúmulo de coincidencias. Yo le puse este título: El laberinto de las Luciérnagas porque responde a lo que yo creo que soy, como muchas más personas, en medio de la noche: pequeños puntitos de luz (como esos animalitos) en la oscuridad de la ignorancia, en medio de un laberinto de contradicciones.

    Así es que agradezco la inspiración incluso del nombre porque las luciérnagas gustan a todos los niños por su curiosidad y porque para encontrarlas hay que estar a oscuras y además en libertad, fuera de casa, y con una alerta atención y deseo de hallarlas... Como veis, todo tiene su mensaje alegórico...

    ¡Bendito lenguaje del espíritu que sin palabras nos conduce hasta la fuente y allí bebemos y nos nutrimos en nuestra sorprendente eternidad y en la divina Presencia del Amor!

    Que disfrutéis de la búsqueda con este libro...

    PEQUEÑO DICCIONARIO

    Antes de entrar en materia quizás será conveniente aclarar algunos conceptos que pueden aparecer en el libro y que necesitan también ser comentados desde la óptica del buscador.

    Deberéis tener en cuenta que un mismo concepto puede encontrarse en distintos libros bajo diferentes nombres pero procurad leer siempre más allá de la mente, con el corazón abierto y descubriréis que no importa la palabra sino el significado, con su sentido esencial.

    Alma. Concepto que le damos algunas personas a la manifestación de la esencia primigenia y que en el caso de estar encarnada utiliza los diferentes cuerpos para vivir su experiencia planetaria. En algunos autores alma y espíritu se conciben como diferentes conceptos. Yo prefiero llamarles indistintamente refiriéndome a la expresión sutil espiritual de la esencia. El alma, a veces también se identifica como conciencia.

    Aura. Emanación de las vibraciones de los tres cuerpos, aunque hay también el aura que se desprende de nuestra alma o espíritu y ésta es la que configura con mayor protagonismo la amplitud del campo magnético.

    Buscador/a. Llamamos así a cual-quier persona sin distinción de sexo, edad o condición que sintiéndose inquieta e insatisfecha por lo visible y las respuestas convencionales se lanza al abismo, al vacío, entrando por la senda de lo desconocido pero altamente transformador. El buscador aprende a seguir el dictado de su interior y va siguiendo las huellas de lo invisible hasta familiarizarse con todo aquello que es, aunque no lo parezca, aunque no lo entienda demasiado. Despierta a un código nuevo ante el que se obsesiona por seguir buscando más y más hasta que algún día conecta por fin con su interior más espiritual y entonces se reconoce y descansa: deja fluir y fluye desde sí hasta confluir con todo.

    Campo magnético. Amplitud de vibración de la energía que desprende una esencia espiritual. Según la etapa evolutiva, la vibración puede extenderse más o menos generando pues un campo magnético que atrae con mayor o menor intensidad otras vibraciones.

    Cuerpo. El cuerpo es el vehículo a través del cual nos expresamos físicamente en este planeta. Para realizar una experiencia terrenal necesitaremos un cuerpo material de constitución física y es el que conseguiremos pasando por la experiencia del nacimiento. Además de esta materia visible, el alma o espíritu necesitará tambien dos envoltorios invisibles que a su vez conformarán el total de la persona humana: el cuerpo emocional y el mental. Suele decirse que todos los cuerpos están unidos entre sí por una especie de hilo conductor.

    Chakra. Centros parecidos a ruedas centrífugas que se distribuyen por nuestro cuerpo físico y por los que circula la energía originaria de la Fuente. Si se mantienen alineados y abiertos experimentamos sensación de bienestar y equilibrio facilitándonos el contacto con nuestro propio centro. Las emociones y los pensamientos de un determinado matiz, así como ciertas actitudes ante las situaciones de la vida, pueden bloquear ese fluido de energía llegando incluso a enfermar algunos de nuestros órganos vitales. Por ejemplo la ira, la rabia, los celos o envidia terminarán afectando a nuestro hígado si no conseguimos curar o transformar esas emociones.

    Dimensión. Se toma esta palabra con el sentido de estados vibracionales diferentes. Se ajustan a las frecuencias más bajas hasta las más altas. La dimensión no tiene nada que ver ni con el espacio físico ni con el tiempo. Sería como una emisora de radio que emite un programa determinado en un dial determinado y el receptor busca su frecuencia y así la localiza.

    Ego. Manifestación de la mente interrelacionada con el cuerpo emocional y mental. El ego actúa interfiriendo, como un posible enemigo tentador, en el libre albedrío. Es la manifestación más humana que puede generar miedo, celos, inseguridad... Todas las emociones posibles... Según la etapa evolutiva en la que el ser se encuentra, el ego se convierte en un factor más o menos dominante y perturbador. El ego es el enemigo de la parte divina del ser.

    Encarnar. Proceso evolutivo de experiencia evolutiva que desea vivir el espíritu en el planeta tierra (precisamente en ese planeta y no en otro) y desciende de lo más liviano a lo más denso y se hace hombre o mujer.

    Energía. Fuerza lumífera y centrífuga que sin entrar en detalles, nos califica y define como existencia.Cada uno en esta afirmación de Yo soy se reafirma precisamente como luz, del origen de la luz y para volver a ser luz.

    Esencia. Energía creada desde la misma Fuente, el mismo Origen con sus mismas cualidades divinas. (En el libro del Génesis 1-27, podemos encontrar estas palabras: creó el hombre a imagen y semejanza...). Es la energía puramente espiritual que nos concibe como tales y que según su libertad actua y decide, para evolucionar continuamente en su perfección y creación. Responde a la afirmación de Yo soy y a partir de aquí puede tomar forma física si quiere encarnar o permanecer en otros estados vibratorios

    Eternidad. Sinónimo de evolución constante, continua, con el objetivo único de crear... crear...experimentar... sin límites; porque sólo la mente es la autora de la creación de murallas, barreras, impedimentos con el juego de su ego y de la búsqueda equívoca de la felicidad.

    Fuente. Algunos le llaman Dios, Yahveh, Jehová, Alá... Energía Primigenia... sin embargo aquí podemos utilizar cualquiera de esos nombres. Coincidiremos que somos parte de esa energía y por ello poseemos la mácula de su misma esencia con una vibración determinada según nuestra evolución.

    Kharma. Nuestra evolución como seres espirituales y además planetarios queda supeditada a una serie de constantes que se aprecían: las leyes cósmicas (según Hermes Trismegisto). Por ejemplo la ley de causa-efecto. Esta es muy fácil de comprender: cada actuación que yo hago supone después una reacción, un efecto, que se derivan de ella. Si me muestro agresivo con un individuo puede ser que su reacción sea también agresiva y me de un puñetazo y me rompa la nariz. Se supone que nuestras vivencias anteriores pueden desencadenar unas nuevas experiencias cuyo aprendizaje nos da la oportunidad de corregir nuestro ego y avanzar en el bienestar y la paz del espíritu. Dicen algunos estudiosos que si fuiste un maltratador en otra vida pasada, puedes adoptar el papel de maltratado en otra posterior, porque así aprenderás a tener misericordia y compasión cuando no las tuviste ante las víctimas.

    Maestro. Se le concede esta categoría a cualquier ser invisible o perceptible que alcanza una cierta relevancia en la evolución espiritual, a veces debida a su sabiduría, a su clarividencia o a un ejercicio constante del amor al prójimo, o porque ha adoptado la misión de preparar o instruir a otros u otras.

    Materia. Referencia al cuerpo físico. Primero somos luz y para siempre luz, pero el deseo

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