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Cómo salir de deudas, permanecer libre de deudas y vivir prósperamente
Cómo salir de deudas, permanecer libre de deudas y vivir prósperamente
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Cómo salir de deudas, permanecer libre de deudas y vivir prósperamente

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About this ebook

Una fórmula sencilla y probada para liberarte de las deudas y permanecer libre de ellas.

Revisado y actualizado, con un nuevo Prefacio del autor

"Una lectura obligatoria para cualquier persona que desee sacar la cabeza del agua." -The Wall Street Journal

LA GUÍA CLÁSICA, REVISADA CON INFORMACIÓN ACTUALIZADA

DEJAR LOS NÚMEROS ROJOS

¿Las facturas de este mes se acumulan antes de haber pagado las del mes pasado?
¿Recibes de manera regular notificaciones de pagos atrasados?
¿Recibes cartas donde te amenazan con emprender acciones legales en tu contra si no llevas a cabo un pago inmediato?
¿El monto total de tus cuentas de cargo revolventes sigue incrementándose?

DE VUELTA A LA SOLVENCIA

Ya sea que actualmente estés endeudado o tengas miedo de estar endeudándote, no estás solo. Sesenta millones de estadounidenses ―desde doctores hasta secretarias, desde ejecutivos hasta desempleados― enfrentan el mismo problema y viven bajo el mismo estrés diario. Basada en las técnicas probadas del programa nacional de Deudores Anónimos, esta es la primera guía completa, paso a paso, para salir de deudas de una vez por todas. Aprenderás

  • a reconocer las señales de advertencia del endeudamiento grave
  • a negociar con acreedores enojados, agencias de cobranzas y la Hacienda Pública
  • a diseñar un programa de reembolsos realista y sin dolor
  • a identificar tus puntos ciegos de gastos
  • a enfrentar la ansiedad y las presiones diarias provocadas por deber dinero
  • además de tres reglas básicas para permanecer libre de deudas por siempre, ¡y mucho más!

Este libro no es patrocinado ni respaldado por Deudores Anónimos. El autor, un deudor recuperado, está íntimamente familiarizado con el éxito del programa de Deudores Anónimos.

LanguageEspañol
Release dateApr 12, 2015
ISBN9781507104729
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    Book preview

    Cómo salir de deudas, permanecer libre de deudas y vivir prósperamente - Jerrold Mundis

    Con agradecimiento para John, para mis hijos, Shep y Jesse, y para Suzanne

    CONTENIDO

    PREFACIO

    No tiene que ver con comer comida para gato o trabajar más duro

    No estás solo

    El efecto de la deuda en nosotros

    De dónde surge este programa

    No tienes que deber ni un solo dólar más.

    PARTE I

    LA ESPIRAL DE LAS DEUDAS

    1 ¿Qué es una deuda?

    Pagarés

    El préstamo garantizado

    Los números no hacen ninguna diferencia

    Esto es

    Esto también es

    2 La naturaleza del endeudamiento

    Endeudamiento compulsivo

    Endeudamiento problemático

    Endeudamiento razonable

    3 Señales de advertencia

    ¿Ya estamos a 15?

    El correo sin abrir

    La cuenta sin conciliar

    El cheque no enviado

    Pagos iniciales pequeños

    Las tiendas departamentales

    Adelantos en efectivo

    Un par de dólares hasta mañana

    Es lo que los adultos hacen

    Si una es buena, dos es mejor

    ¡Por Dios, me las arreglé!

    El dinero es un asunto personal

    La cuenta cancelada

    Salvado por la campana

    ¿Quién sabe cuáles son los detalles?

    Mínimos

    El próximo mes es el próximo mes

    Cheques sin fondos

    Rebotes por todos lados

    No puedo llevar registro de todo

    Siempre hay alguien

    Pero no puedo hacerlo solo

    4 Cómo llegamos a ese punto

    El meollo del asunto

    No entiendo cómo funciona el dinero

    Cuando las cosas se ponen duras, los duros se van de compras

    Tengo derecho

    Una moneda de diez centavos y un sándwich

    Mira, mami, estoy en la cima del mundo

    El dinero corrompe

    ¿Me vende US$200 de amor, por favor?

    Esperando a Godot

    Todo va a terminar

    Las mujeres no saben manejar el dinero

    Soy un caso especial

    Las buenas personas ayudan a los demás

    El mono del organillero

    Sí, pero quiero seguir siendo un niño

    Monstruos en la oscuridad

    PARTE II

    DETENER EL RESFRIADO DE LA ESPIRAL DE DEUDAS

    5 Los conceptos de cambio

    Tú no eres el saldo de tu cuenta bancaria y tampoco la suma de tus deudas

    No vives para tus acreedores

    Esto no es un ensayo

    Los sentimientos no son hechos

    Las deudas no son más que una situación temporal

    La caballería ha llegado

    Tienes más de lo que piensas

    No es Armagedón

    No hay mañana

    6 Sentar las bases

    No disparen, me rindo

    Renunciar a algo en favor de algo más

    Desactivar la negación

    La quiebra no es para mí

    Un mes sin preocupaciones

    Un día

    7 El meollo del asunto

    Un día a la vez

    Algunas sugerencias prácticas

    8 Una herramienta tan buena como la rueda

    El registro diario

    Gastos que no se hacen en efectivo

    El registro semanal

    El registro mensual

    Una visión emergente

    Categorías

    El Registro de Gastos

    Llevar el registro en un software o en línea

    Resistencia

    9 Fortalécete

    Más vale malo por conocido

    El monto no es relevante

    El plástico, por supuesto

    Te hace la vida más fácil

    Necesito una tarjeta de crédito para poder rentar un auto

    Necesito una tarjeta de crédito como identificación.

    No quiero cargar efectivo

    No puedo hacer compras por teléfono sin una tarjeta de crédito

    Necesito una por cuestiones de negocios

    Necesito una para emergencias

    Una excepción cautelosa

    La tarjeta empresarial

    La tarjeta de débito

    Nada de promesas descabelladas

    Gracias, pero no, gracias

    10 El plan de gastos

    Adiós al presupuesto

    Ponlo a trabajar

    Ex Post Facto

    11 Parejas y familias

    Parejas

    Yo acuso

    Cónclave

    Ahora los dos somos tres (al menos a este respecto)

    El Plan de Gastos de la casa

    La regla de tres

    Reunión cumbre

    La discusión en la bañera

    Familias

    Acuerdo

    ¿Cuánto vale?

    Al estilo de la familia Robinson suiza

    Dios mío, ¿yo como facilitador?

    Familias monoparentales

    Cooperar

    Tienes derecho

    Lo que está bien está bien

    Para concluir

    La mano dura y el optimismo

    Vive y deja vivir

    12 Estabilización

    La reducción del Plan de Gastos

    Establecer un margen

    ¿No tienes un margen?

    Moratorias

    Aumentar los ingresos

    Hazlo nuevamente

    PARTE III

    UN CAMBIO TOTAL

    13 Una nueva modalidad

    Pasar a la acción

    Al diablo con los resultados

    Serenidad

    Mantenlo como algo sencillo

    Con calma es mejor

    Distínguete

    Actúa como si

    14 Compañeros de batalla

    Hasta el Llanero Solitario tenía a Tonto

    Deudores anónimos

    O...

    15 A través de un cristal, claramente

    No tienes que hacer nada

    ¡Mira eso!

    Desarmando tu vocabulario

    Yo no sabía que fuera tan bueno

    La apariencia del pan

    PARTE IV

    LIBERTAD, PROSPERIDAD Y ABUNDANCIA

    16 Cómo salir: Parte 1

    Un compromiso pleno

    El Plan de Reembolso Ideal

    Un dólar al mes

    Los Planes de Reembolso no siempre son ideales

    El asunto de los intereses

    Intereses exorbitantes

    Transferencia de deuda

    Excedente para pago de reembolso

    17 Cómo salir: Parte 2

    Honestidad

    Hola, aquí estoy

    Una sencilla transacción de negocios

    Moratorias y reestructuración

    Un breve comentario sobre las cifras

    Préstamos de consolidación

    Agencias de asesoramiento crediticio sin fines de lucro

    Bitácora de contactos

    El Registro de Reducción

    El Registro de Liquidación

    18 Aquí están los monstruos (si así lo crees)

    El Departamento de Cobranzas

    Agencias de cobranzas

    El Departamento de Tesorería de los Estados Unidos (Hacienda Pública)

    No es una corte de la Inquisición

    El historial crediticio, o ¿de quién es esta imagen esculpida?

    19 Apoyos

    HESC

    P.D. Tu horno se descompuso

    ¡Llévense al toro!

    Tiempos difíciles

    Una nota adicional sobre los préstamos garantizados

    Unas breves palabras sobre reconstruir un historial crediticio

    Voy a bebérmelo

    20 Especialidades

    El Principio del Vacío

    Entra y sale en 24 horas

    El Plan de Gastos ideal

    ¿Qué quieres exactamente?

    Poner objetivos

    Metas a cinco años

    Metas a un año

    Metas a un mes

    Metas a una semana

    La verdadera esencia

    Generosidad

    21 Es un gran Universo

    Como quiera que lo entiendas

    22 Permanecer libre de deudas: Parte 1

    Las tres reglas básicas

    Nada puede hacer que te endeudes

    Utiliza este libro

    Si me engañas una vez, es tu culpa; si me engañas dos, la culpa es mía

    ¿Cómo podría alguien hacer eso (ahora que ya no lo hago)?

    Aquellos buenos amigos

    23 Permanecer libre de deudas: Parte 2

    El dinero entra

    Milagros comunes

    La oportunidad tocó a mi puerta y yo no estaba en casa

    ¿Quién dice que tienes que trabajar por dinero?

    Prosperidad y abundancia

    24 Recursos y cuestiones complementarias

    Deudores Anónimos

    Libros

    En línea

    Revistas y periódicos

    Asesores profesionales

    Psicoterapia

    Instituciones, organizaciones y corporaciones

    UNA NOTA DE CIERRE

    SOBRE EL AUTOR

    PREFACIO

    Este es un libro que trata sobre deudas y sobre cómo liberarte de las deudas... para siempre.

    Tú, como yo, y como cualquier otro ciudadano norteamericano, estás, o bien

    Abrumado por tus deudas, o

    Algunas veces te sientes intranquilo debido a ellas y preocupado porque podrías estar endeudándote demasiado, o

    Tienes dinero de sobra y raramente piensas en deudas o créditos.

    La mayoría de nosotros caemos en la primera o segunda categoría. Si es tu caso, entonces este libro es para ti. Te enseñará, paso a paso, cómo liberarte de las deudas, permanecer libre de ellas para siempre y vivir una vida de prosperidad y abundancia de ahora en adelante. Aun si los problemas de endeudamiento y crédito son mayormente irrelevantes para ti, encontrarás material valioso que te ayudará a administrar tu dinero de manera más efectiva, a traer más dinero a tu vida y a utilizarlo en formas más placenteras.

    Escribí este libro en 1986, al final de mi larga espiral descendente hacia el endeudamiento y el dolor e incluso la desesperación que inevitablemente lo acompañan. La fuerza de los conceptos y técnicas que presento aquí para detener esa terrible caída, estar libre de deudas y aprender a vivir prósperamente ha sido probada repetidamente por los cientos de miles de hombres y mujeres que han utilizado estas técnicas para hacer precisamente eso, y por quienes, en la actualidad, están llevándolas a la práctica. Para muchas personas, estos conceptos y técnicas se han convertido en una forma de vida, tal y como lo han sido para mí.

    Este libro, en esta tercera y nueva edición, es aún más relevante para muchas personas hoy en comparación a como lo fue entonces y en 2003, año en el que lo revisé y actualicé por primera vez. En el pasado cuarto de siglo la deuda personal ha crecido y se ha generalizado aún más, tanto en tiempos de bonanza como en tiempos de austeridad. No ha importado si los empleos han sido escasos o si han abundado. No ha importado si el crédito ha estado disponible o restringido. No ha importado si se ha tratado de las secuelas del Lunes Negro de 1987, cuando el mercado perdió una cuarta parte de su valor en un solo día, o de la vigorosa década de los noventa que le siguió, cuando el dinero se lavaba a todo lo largo del país en grandes marejadas; o de la Caída de las Puntocom durante el cambio de siglo, o del mercado alcista que surgió después de él, o de la Recesión de 2008 y 2009, que aún prevalece mientras escribo estas palabras hoy, en 2011. Aunque algunos norteamericanos comenzaron a restringir sus gastos debido a los colapsos en el mercado de bienes raíces y la banca, muchos simplemente continuaron endeudándose. La deuda personal, de acuerdo con una encuesta de AP-GfK de 2010, se ha convertido en la fuente de dolor y estrés más significativa en la vida del norteamericano promedio.

    Esta nueva edición de Cómo salir de deudas, permanecer libre de deudas y vivir prósperamente conserva todo el material esencial de la edición original, así como los cambios que hice a la edición de 2003 y el capítulo que titulé Las parejas y las familias. (Más tarde decidí que si hay algo que me hubiera gustado hacer de manera distinta cuando escribí por primera vez el libro, habría sido incluir consejos específicos para personas que tuvieran una pareja o una familia, o que estuvieran criando solos a sus hijos, para ayudarles a practicar el resto del programa con mayor facilidad. Así pues, lo que hice en la primera revisión fue adaptar un capítulo de uno de mis libros posteriores, Gana lo que mereces: Cómo dejar de ganar poco y comenzar a prosperar ―donde abordé dichas circunstancias― para usarlo en este libro.)

    Aquí, en esta nueva edición, reorganicé, una vez más, algunas partes del libro para reflejar los cambios que ha sufrido la sociedad; mejoré otras;  agregué material sobre recursos en línea, software e Internet, y actualicé nuevamente las cifras debido a la inflación.

    Si es la primera vez que lees Cómo salir de deudas, permanecer libre de deudas y vivir prósperamente, te prometo que encontrarás en él la misma libertad y alegría que yo y que muchos otros hemos encontrado y seguimos encontrando. Si estás retomando el libro en esta nueva edición, te prometo que verás en él un entusiasmo renovado hacia esta forma de vida y un apoyo vigoroso para vivirla. Sea como sea, te deseo prosperidad.

    No tiene que ver con comer comida para gato o trabajar más duro

    Tiene que ver con salir de deudas de una vez por todas. Tiene que ver con que salgas de deudas, sin importar cuánto tiempo hayas vivido con ellas o cuánto debas.

    No tiene que ver con recortar cupones o con una cadena de ahorros. No es un esquema para hacerte rico ni un sistema de inversión.

    Es Back to the Black (De vuelta a la solvencia), un programa claro y sencillo que te permitirá liberarte de las deudas, permanecer libre de ellas por siempre y traer prosperidad a tu vida.

    Seguro. Ajá.

    Puedes ser todo lo escéptico que tú quieras, pero si sigues este programa, saldrás de deudas. No son simples ideas teóricas. Han sido puestas a prueba y probadas a lo largo de las últimas dos décadas y media por cientos de miles de hombres y mujeres que ya las han utilizado para liberarse de las deudas; muchos miles de personas más están utilizándolas justo en este momento para hacer lo mismo. Tú también puedes hacerlo.

    Este programa funciona. Así de simple.

    No estás solo

    La discusión sobre las finanzas personales, en particular sobre el endeudamiento, puede ser el último tabú norteamericano. La mayoría rehúye el tema como si se tratara de algo obsceno. Sin embargo, las deudas personales son y han sido durante las últimas décadas una epidemia en los Estados Unidos: más de treinta y cinco millones de norteamericanos se sienten abrumados por ellas en este mismo instante, y muchos están solo a un cheque de paga o dos de la catástrofe, y millones más están viviendo en estrés y desasosiego debido a ellas.

    En 1988, cuando se publicó por primera vez este libro, había 600.000 casos de quiebra personal al año; quince años después, el número se había elevado a 1.200.000 al año. Continuó incrementándose hasta 2005, cayó en 2006, cuando entraron en vigor nuevas leyes que dificultaban declarar la quiebra, y luego inmediatamente comenzaron a elevarse nuevamente. Mientras escribo estas líneas, la cifra se encuentra en casi 1.500.000 al año. La deuda de consumo era de 700 mil millones de dólares en 1988. En 2003, fue de 1.6 billones de dólares. En la actualidad es de 2.5 billones de dólares. Aunque el ingreso personal ha crecido a una tasa de alrededor de 5 por ciento al año en este sentido, la deuda personal ha crecido en más de la mitad.

    El problema de la deuda abarca todos los estratos sociales: desde doctores hasta abogados, desde carpinteros hasta maestros; desde psicólogos y ejecutivos hasta pintores de casas y bomberos; desde consultores y secretarias hasta empleados de almacén y corredores de bolsa.

    No estás solo en esto.

    Algunos ganamos mucho más de 100.000 o 200.000 dólares al año, y otros están desempleados. Algunos deben decenas e incluso cientos de miles de dólares, y otros no más de 2.000 o 5.000. Pero deuda es deuda, sin importar qué tanto ganemos o cuánto debamos. Y tarde o temprano puede envenenar nuestra vida, y a menudo, lo hace.

    El efecto de la deuda en nosotros

    Tarde o temprano, comenzamos a hacer malabares con nuestro dinero semana tras semana y mes tras mes, tratando de estar por arriba de las facturas y las responsabilidades. Caminamos por una cuerda floja  y vivimos con aprensión por un desastre inminente, con el miedo de que el dinero se nos acabe, de no tener suficiente, de que nos agarren cortos de dinero, o de que seamos llevados a la corte.

    Este miedo ejerce aún más presión sobre nosotros. Comienza a perturbar nuestra vida y nuestras relaciones personales. Nos roba la alegría y el placer de nuestros días. El daño emocional  y físico se vuelve enorme. Con el tiempo, nos agota. Llegamos a sentirnos derrotados y sin esperanza. Nos deprimimos. Vivimos con ansiedad y desesperación. Experimentamos dolor y, quizás, incluso impulsos hacia el suicidio.

    Tener deudas, independientemente del nivel de incomodidad que conlleva, es una condición desagradable para cualquiera. También es completamente innecesaria.

    De dónde surge este programa

    Deudores Anónimos es una organización de autoayuda que se fundó en 1976. Ha crecido rápidamente desde entonces y ahora tiene sucursales a lo largo de todos los Estados Unidos y también en varios países. El único requisito para convertirse en miembro es el deseo de dejar de incurrir en deudas. Se sostiene en su totalidad a través de las contribuciones voluntarias de sus miembros, cuyo principal propósito consiste en permanecer solventes y ayudar a otras personas que tienen deudas a alcanzar la solvencia económica.

    Muchos de los conceptos, técnicas y estrategias que se encuentran en Back to the Black tuvieron su origen en Deudores Anónimos (DA), aunque este libro no está conectado en modo alguno con dicha organización, y el programa, por política, no  apoya ni se opone a ningún proyecto externo. Otros materiales que se encuentran en el programa proceden de miembros de DA y de fuentes complementarias como la psicología cognitiva, seminarios de conciencia, disciplinas metafísicas y talleres sobre prosperidad. 

    Al final, todo este material pasó por el filtro de mi experiencia personal y evolucionó a partir de mi contacto cercano y mi trabajo con, literalmente, cientos de hombres y mujeres ―y, por extensión, miles más― que han aplicado exitosamente estos principios y se han liberado de las deudas.

    Cada uno tiene su propia historia.

    En mi caso, tenía una deuda de USUS$50.000 cuando comencé a poner en práctica este programa en 1984 (el equivalente a USUS$110.000 en 2011); tenía gastos que ascendían a USUS$3.000 al mes y tenía un ingreso garantizado de tan solo USUS$350 al mes, procedente de una pequeña hipoteca sobre una propiedad de la que alguna vez fui dueño. Llegar a ese punto fue, pienso yo, producto de diversas circunstancias: la naturaleza errática del ingreso de un escritor independiente, un divorcio, una enfermedad, y cambios en la industria de la publicidad que dieron como resultado un par de fracasos profesionales. Eso era lo que pensaba entonces. Ahora pienso diferente, gracias a lo que he aprendido, que se ha convertido en la materia prima de este libro.

    Desde el día que me comprometí con este programa no he vuelto a pedir prestado ni un solo centavo. Y a partir de ese momento, saldé mis deudas, incrementé de forma constante mi ingreso, mejoré radicalmente mi calidad de vida en áreas tales como vacaciones, entretenimiento, guardarropa y bienes; y, lo más importante, me liberé psicológica y emocionalmente del estrés y el dolor de las deudas.

    Lo mismo ha hecho Paul, un vendedor de bienes raíces de Chicago, de 34 años. Paul tenía deudas por USUS$73,000 y se encontraba al borde de la bancarrota cuando comenzó este programa. En un lapso de cinco años pagó a sus acreedores todo lo que les debía e incrementó su ingreso de USUS$81.000 a USUS$113.000.

    Christine, una ilustradora comercial de treinta y cuatro años que vive en Boston, debía USUS$24.000. Hoy, seis años más tarde, no debe nada. Y su ingreso se incrementó de USUS$38.000 a USUS$83.000.

    Vivian, que ya está en su séptima década de vida, sigue trabajando en alta costura en Nueva York, aunque no durante tantas horas como lo hacía cuando escribí por primera vez sobre ella hace dos décadas y media. Vivian también está libre de deudas ahora, y lo ha estado durante varios años, aunque comenzó su recuperación debiendo USUS$240.000.

    Tony sigue avanzando hacia la libertad. Con veintisiete años, es pintor en el suroeste y también trabaja como carpintero. Hace un año y medio debía USUS$23.000. Hoy en día debe menos de USUS$19.000. Y, lo que es igualmente importante para él, ahora puede pasar mucho más tiempo pintando en comparación con el tiempo que le dedicaba antes.

    Existen innumerables ejemplos.

    Si así lo eliges, con este programa tú también puedes hacer lo que ellos han hecho.

    No tienes que deber ni un solo dólar más.

    Sí, claro, no tengo por qué. Y si aplaudo muy fuerte y tengo fe, Campanita aparecerá.

    Pero es cierto: cientos de miles de personas han dejado de endeudarse, y se han liberado por completo de las deudas mediante la utilización de los principios y técnicas expuestos en este libro; algunas veces, de cantidades espectaculares.

    Tú también lo harás.

    Comienza a leer, y sabe que acabas de dar el primer paso hacia tu liberación de las deudas, ahora y para siempre.

    PARTE I

    LA ESPIRAL DE LAS DEUDAS

    1

    ¿QUÉ ES UNA DEUDA?

    Pagarés

    La definición más sencilla consiste en que tienes una deuda cuando debes dinero a alguna persona o institución. Sin embargo, es necesario afinar esa definición. Para nuestros fines, un préstamo garantizado no es una deuda, aunque te hayan prestado dinero.

    El préstamo garantizado

    Asegurar algo es hacer que sea seguro. Cuando tú aseguras un préstamo, liberas al prestamista de cualquier riesgo de perder su dinero. Por eso está dispuesto a prestártelo: no tiene miedo de perderlo.

    Ni tu palabra, ni tu buena voluntad, ni siquiera tu historial confiable de amortización de deuda aseguran un préstamo. ¿Qué pasa si tienes una emergencia médica, pierdes tu trabajo o simplemente te vuelves loco y te escapas a Brasil, o si, por cualquier motivo, simplemente no tienes dinero para pagar el préstamo? El prestamista pierde su dinero, eso es lo que pasa.

    Colateral, en su definición primordial, es algo que corre de manera paralela a algo más. En términos financieros, el colateral (o garantía, término que utilizaré a lo largo de este libro) es una propiedad que dejas en prenda al prestamista o, de hecho, se lo entregas para que lo guarde durante el curso del préstamo. Esa propiedad representa seguridad, y es lo que hace que el dinero del prestamista esté seguro o asegurado. Cuando le pagas, te lo regresa.

    Un ejemplo clásico es un préstamo por parte de una casa de empeño. Llevas tu cámara a la casa de empeño. Te prestan USUS$150. Cuando le reembolsas los USUS$150 (más intereses, claro está), te regresan tu cámara. Si no les pagas, se quedan con tu cámara. La cámara ya no te pertenece, pero tampoco les debes USUS$150. El préstamo se ha liquidado.

    Muy bien, dirás, pero no estás interesado en casas de empeño ni en cámaras. Tú quieres mucho dinero: USUS$10.000, USUS$100,000 más.

    Los números no hacen ninguna diferencia

    Un préstamo es un préstamo, ya sea por USUS$5, USUS$500  o USUS$50.000, y una garantía es una garantía, trátese de un televisor o de una estación de televisión.

    Una de las formas más comunes de préstamo garantizado es una hipoteca. Digamos que voy a comprar una casa por USUS$200.000. He ahorrado USUS$30.000, mismos que utilizo para pagar el enganche o pago inicial. Al banco le gusta mi historial laboral, mi salario y mi historial crediticio. Tiene confianza en mí. Sin embargo, esa confianza por sí sola no es suficiente para persuadirlos de que me presten los USUS$170.000 adicionales que necesito; no sin condiciones. La vida es demasiado impredecible como para eso. Así pues, requieren que yo les dé una hipoteca sobre mi casa: un documento que por lo general les garantiza todos los derechos legales relacionados con ella si yo caigo en incumplimiento; esto es, si no realizo mis pagos durante un periodo específico, por lo regular, de cuatro meses. El banco entonces tiene el derecho de ejecutar la hipoteca, tomar posesión de mi casa en lugar de lo que les debo, venderla y mantener las ganancias o la mayor parte de las ganancias para sí mismo, recuperando, así, sus USUS$170.000. He asegurado el préstamo al empeñar mi casa como garantía o colateral. He eliminado el riesgo de que el banco pierda su dinero si me lo presta.

    Los préstamos automotrices funcionan de la misma manera. Compro un Chevrolet  nuevo por USUS$30.000. Pongo USUS$7.000 de mi propio dinero y pido prestado el saldo, USUS$23.000, a un banco o a la General Motors. Para obtener el financiamiento, firmo un documento que da al prestamista todos los derechos y la propiedad del auto si no pago el préstamo.

    Si incumplo en cualquiera de esos dos casos, pierdo mi casa o mi coche. Eso sería doloroso, pero ya no le debería dinero a nadie. No entraría en una deuda, siempre y cuando hubiera dado un pago inicial suficientemente grande. Esta es una provisión importante. Normalmente lo que ocurre en el caso de una casa o un auto abandonado, embargado, recuperado o reclamado de algún modo por el prestamista, es que el prestamista remata la propiedad, deduce la cantidad recibida del saldo pendiente, y llega a un nuevo saldo adeudado: el antiguo menos las ganancias de la venta.

    Digamos que Frank, quien aún debe USUS$11.000 de su Honda, va a mudarse a otro estado y tendrá un nuevo trabajo donde, entre otros beneficios, podrá usar un auto de la empresa. Está en bancarrota y bajo presión de tiempo. Así pues, entrega el auto al acreedor (casi siempre, un banco), y dice: Aquí está, es todo suyo. El préstamo se ha terminado. Pero no es así. El banco tiene ahora el auto de Frank, la garantía del préstamo, pero el préstamo sigue vigente. El banco, que es un negocio, no una agencia de previsión social, quiere saldar este préstamo rápidamente y con un mínimo esfuerzo. Así pues, vende (remata) el Honda, obteniendo USUS$6.000 por él. Frank aún debe al acreedor USUS$5.000 sobre el préstamo y tiene todas las obligaciones y responsabilidades legales que cualquier deudor tiene. Si incumple sigue siendo tan vulnerable frente al acreedor como frente a cualquier otro.

    El mismo escenario se aplica a una casa. No obstante, en ese caso, el banco por lo regular habrá requerido un pago inicial suficientemente grande como para que la casa pueda ser devuelta al menos en pago por la cantidad que aún se debe, a menos que exista un caída importante en el mercado de bienes raíces, como la hubo a finales de la primera década de este siglo. (Al menos históricamente, los bancos han hecho negocios de esta forma, y esperamos que continúen haciendo lo mismo.)

    Así pues, la clave en estas situaciones consiste en dar como pago inicial para una casa o un auto dinero suficiente de modo que tengas un valor líquido adecuado; después, si necesitas liquidarla, puedes hacerlo por una cantidad no menor a la que aún debes por concepto de ella. Una razón para el dolor generalizado que siguió al colapso en el sector de la vivienda en 2007 y 2008 fue el préstamo irresponsable por parte de los bancos a prestatarios no calificados, además de la forma irresponsable de pedir préstamos por parte de compradores que daban pagos iniciales muy bajos o casi nulos en sus compras. Aunque pudo haber habido unos cuantos en algún lugar, yo, en lo personal, no sé de nadie ni conozco a nadie que practique este programa y que haya perdido su casa o que incluso haya terminado incurriendo en nueva deuda debido al colapso. Vender tú mismo un auto o una casa y luego pagar al acreedor es siempre mejor que devolvérsela, aún si éste pudiera liquidarla por concepto del saldo que todavía le debes. Esto tiene que ver con razones relacionadas con tu historial crediticio, lo cual discutiremos en un capítulo posterior.

    Un préstamo en efectivo también puede ser garantizado. Por supuesto, la garantía tiene que valer al menos lo mismo, y, por lo regular, más, que la cantidad prestada. Ningún banco aceptará USUS$2.000 en certificados de acciones como una garantía por un préstamo de USUS$10.000, así como ningún acreedor me prestará USUS$50 si le doy mi encendedor en prenda.

    Los siguientes son ejemplos de garantías utilizadas a menudo para garantizar préstamos en efectivo:

    Títulos

    Certificados de acciones

    Valor líquido de vivienda en la forma de una segunda hipoteca

    Terrenos u otros bienes raíces

    Inventarios

    Obras de arte

    Pólizas de seguro de vida integral

    Metales preciosos

    Una franquicia propia

    Derechos de autor

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