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Encuentros al limite
Encuentros al limite
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Encuentros al limite

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About this ebook

With an energetic approach, reality and encouragement so that teens who are seeking to grow in their faith and get closer to God have the material they need.
LanguageEspañol
PublisherZondervan
Release dateJun 25, 2013
ISBN9780829778595
Encuentros al limite
Author

Lucas Leys

El doctor Lucas Leys es considerado una de las máximas autoridades en ministerio juvenil en el mundo. Es presidente de Especialidades Juveniles, el ministerio especializado en pastoral juvenil de mayor crecimiento en el mundo de habla hispana y autor de más de veinte libros en temas de liderazgo y juventud.

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    Encuentros al limite - Lucas Leys

    Enero 02

    La invitación

    1 Reyes 19:11

    Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque estoy a punto de pasar por allí.

    Estaba en Washington predicando en una iglesia llena de funcionarios del gobierno. Al finalizar, se me acercó un hombre y me dijo: «Mi nombre es John Smith y soy jefe de seguridad del Servicio Secreto de la Casa Blanca. ¿Quisiera venir con su esposa mañana temprano a la Casa Blanca y conocer al presidente?» En el instante le dije que sí. Luego el hombre me explicó: «Puedo hacerlos entrar a las 7:30 de la mañana, pero tendremos que salir a las 8:15. A esa hora hay reunión de ministros y no creo que aprecien que permanezcamos allí durante toda la reunión. Debemos encontrarnos en la puerta oeste a las 7:20, a más tardar». Yo le expliqué que creía que mi hotel estaba muy alejado y él me dijo que al menos debía salir a las 6:30 para llegar a tiempo. Esa noche no lográbamos dormir. Habíamos puesto el despertador a las 5:30 de la mañana para alistarnos y salir a las 6:30. Pero era demasiada emoción. Luego de dar vueltas en la cama logramos dormirnos, pero aun en sueños no podíamos dar crédito al hecho de haber recibido tamaña invitación. Pasadas unas horas sonó el teléfono. Todavía dormido atendí y escuché la voz de John Smith: «¿Lucas, estás ahí?» «Si John, ¿qué sucede?, respondí. «Son las 7:30 y todavía no han llegado…» En ese momento sonó el despertador. Mi esposa se sentó en la cama y me miró preocupada. Dirigimos la mirada hacia el despertador e indicaba las 5:30, pero nuestro despertador marcaba el horario de nuestra ciudad… lo habíamos puesto mal y nos habíamos quedado dormidos. Traté de explicárselo a John pero me dijo con fastidio que habíamos echado a perder nuestra oportunidad. Al colgar me sentí como un completo idiota. Al darse cuenta de lo que había pasado, mi esposa me miró sorprendida. ¿Te imaginas la frustración? Había sido invitado a la Casa Blanca y yo me había quedado dormido… Bueno, ahora voy a contarles la verdad antes de que piensen que soy la persona más estúpida del planeta: esta historia la inventé hace tiempo para enseñar acerca de la oración. ¿Eh? Ja. ¿No te parece que eso es lo que hacemos a diario cuando nos perdemos la oportunidad de encontrarnos con Dios? Él es mucho más importante que el más destacado presidente y sin embargo, permanentemente nos quedamos dormidos sin ir a su presencia. Dios nos ofrece cada mañana la invitación de comenzar el día con él y es muy tonto desaprovecharla.

    Al límite

    ¿Qué valor tiene el pasar tiempo con Dios? ¿Qué puedo hacer para estar más tiempo con él?

    Encuentro

    Señor, gracias por invitarme a pasar tiempo contigo. ¡Qué gran privilegio!, perdóname por quedarme dormido tan a menudo y no prepararme a tiempo para una cita tan importante como esta.

    Enero 03

    Alguien especial

    Salmo 71:6

    De ti he dependido desde que nací; del vientre materno me hiciste nacer.

    ¡Por siempre te alabaré!

    Cuando estaba en la escuela secundaria no me sentía para nada especial. Tenía problemas con mi nariz, mis orejas, mi estatura y hasta mi cola, sí, aunque te resulte difícil creerlo. Yo consideraba que todas estas partes de mi cuerpo tenían un serio problema de proporciones con respecto a las demás. Además, la situación económica de mi familia no era como la de mis compañeros. Me sentía un completo error. Como no me sentía especial creía que tenía que hacer todo lo que estuviera a mi alcance para ganar el favor de las personas. Sobre todo de mis amigos y ni hablar de la chica de turno que me gustara. No necesitaba pensar demasiado antes de decir que sí a todo aquello que fuera capaz de lograr que esas personas creyeran que yo era especial. Si tuviera que contar la cantidad de estupideces que hice en esa época necesitaría varios tomos. Claro está que todo eso me montaba en un sube y baja de emociones, pero por fuera yo trataba de mostrarme lo más seguro y convincente que podía.

    Más allá de mi propia experiencia, he hablado con cantidades industriales de adolescentes que se han sentido del mismo modo y han actuado en forma similar en alguna circunstancia. Es obvio que debemos tomar conciencia de que verdaderamente somos especiales, más allá de lo que digan otras personas, que seguramente se sienten tan inseguras como nosotros.

    Saber que somos especiales y tener una sana imagen de nosotros mismos, a la luz de lo que Dios, hizo por nosotros, nos lleva a actuar de una manera diferente y nos libera de la necesidad de aparentar. Si somos capaces de reconocer lo especiales somos en Dios vamos a sentirnos más seguros y no dependeremos tanto de lo que los otros piensan. Si dependemos de él vamos a ser más independientes ante las personas.

    Al límite

    ¿De quién depende la manera en que me siento?

    ¿Qué tipo de cosas hago para ganarme el favor de la gente?

    ¿Qué cosas debería evitar hacer?

    Encuentro

    Tu amor me hace especial. Desde que nací tenías un propósito para mi vida y sé que puedo ser diferente. Dame seguridad con respecto a mí mismo para ser independiente de las opiniones de los demás.

    Enero 04

    Clave salvación

    Juan 3:16

    Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

    Entender inteligentemente la salvación es una clave vital para comprender el plan de Dios para nuestra vida y para conocer quién es él en realidad. El hecho es que somos tan especiales para el Rey del universo que si nadie en la tierra hubiera necesitado de un Salvador y alguno de nosotros hubiese sido el único que precisara que Cristo muriese en la cruz del Calvario, Dios hubiera enviado a su Hijo a morir solo por uno de nosotros.

    Si ninguna de las personas que conocemos o las que poblaron alguna vez la tierra hubiera necesitado el sacrificio de Cristo, y alguno de nosotros hubiera sido la única persona a la que le hiciera falta la muerte del Salvador, él lo hubiera hecho solo por esa vida. ¿Nos parece muy fuerte? ¿Nos suena muy loco? Fue el mismo Jesús el que dijo que el Padre no quiere que ni siquiera uno se pierda (Mateo 18:14, Juan 6:39).

    Cada uno es una persona única, que piensa con su propia mente y siente con su propio corazón. Todos somos administradores de lo que nos ha dado el Creador y, tras él, nos convertimos en los principales responsables de crear nuestro futuro a través de nuestro presente. Nadie puede cambiar nuestro mundo sin nuestra ayuda. No es nuestra responsabilidad ser mejores que los otros, pero sí lo es superarnos para darle al mundo nuestra única y especial fragancia, esa que nadie más puede dar. Y la mejor noticia es que ¡Dios está muy cerca y pertenece a nuestro equipo! Él nos hizo y planeó salvarnos porque sabe que somos especiales.

    Al límite

    ¿Cuál fue el precio de mi salvación?

    ¿Qué sentimientos me provoca el pensar que Jesús murió específicamente por mí?

    Encuentro

    Gracias por mi salvación. Quisiera alcanzar a comprender que fue solo por mí. Sé que es un milagro y ahora entiendo lo que me dices en Juan 3:16.

    Gracias.

    Enero 05

    Para ganar, primero hay que empezar

    Proverbios 29:18

    Donde no hay visión, el pueblo se extravía.

    Es casi imposible armar un rompecabezas sin tener delante la imagen de lo que queremos armar. Los presidentes de las compañías multinacionales más conocidas sostienen que uno de los secretos del éxito es empezar teniendo un objetivo en mente. Lo que no saben muchos de estos grandes empresarios es que ese principio ya estaba declarado en el libro de Proverbios mucho antes de que ellos usaran pañales. Es cierto; si no sabemos a dónde nos dirigimos es probable que nunca lleguemos a ningún lado. Es por eso que nuestra visión tiene que estar bien definida. Como dice el proverbio, si no tenemos una visión clara de nuestra dirección y de lo que queremos lograr, tenemos asegurado el fracaso.

    La falta de visión, la carencia de un objetivo nos impide empezar, y sin inicio no hay ganancia. A medida que vamos creciendo son mayores también las decisiones que debemos tomar. No perdamos el tiempo. Investiguemos, comencemos a pensar en cuáles son las cosas que más nos gusta hacer e intentemos dibujarlas en nuestra imaginación, fijémonos las metas que queremos alcanzar en los próximos años. Cuantos más detalles seamos capaces de dibujar, mejor resultará. Pongámosles sonido, llenémoslas de aromas y sabores. Muy bien, ahora hagámonos esta pregunta:

    ¿Qué pasos tengo que dar para llegar allí? Hagamos planes, consultémoslos con Dios y empecemos hoy a construir los logros y sueños que alcanzaremos mañana. Ojalá que este libro nos ayude a acercarnos más al impresionante Rey de las visiones y de los sueños cumplidos.

    Al límite

    ¿Cuál será la visión que Dios quiere que tenga con respecto a mi futuro?

    ¿Cuáles son los pasos para lograr lo que sueño?

    Encuentro

    Señor, revélame tu voluntad. Permíteme ver claramente hacia qué valores, principios y medidas debo orientar mi vida. Gracias porque sé que cada día me darás mayor claridad y sobre todo gracias por darme la libertad de elegir también.

    Enero 06

    Regalos

    Mateo 2:9-11

    Y sucedió que la estrella que habían visto levantarse iba delante de ellos hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de alegría. Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra.

    En muchas partes del mundo en esta fecha se celebra el día de Reyes. Cuando era pequeño, a mí me entusiasmaba pensar en ellos. Habían viajado muchos kilómetros siguiendo una estrella que los condujera hasta el niño Jesús para llevarle regalos. Habían protagonizado una impresionante aventura para traer sus presentes a un bebé que todavía no conocían. ¿Qué los motivaba? Seguro que era el misterio de saber que ese niño constituía el cumplimiento de muchas profecías. También me imagino que la intriga de saber cómo sería un niño al que sigue una estrella. Sus regalos fueron pensados con cuidado. El oro significaba realeza. Al darle ese regalo le estaban diciendo Rey. El incienso era normalmente asociado con los cultos religiosos. Su fragancia estaba relacionada con la adoración. Al darle incienso lo reconocían como Dios. Y por último el más misterioso de los presentes era la mirra. Esa sustancia perfumada de color rojizo representaba la sangre. ¿Por qué regalarle algo así a un niño? Da la impresión de que los magos comprendían las profecías que el resto de los hebreos no entendieron durante la vida de Jesús. Él era el Mesías, pero había venido a sufrir; a ser bálsamo para el dolor de muchos.

    Los sabios de oriente le llevaron a Jesús sus mejores regalos, pero sabemos que allí también estaban los pastores. Ellos no tenían bellos cofres con oro y perfumes. Pero tenían la misma expectativa y estaban allí con el corazón en sus manos.

    Al límite

    ¿Qué clase de regalos puedo darle yo a Jesús?

    Encuentro

    Querido Dios, me hubiera gustado estar allí y ver a Jesús nacer. Gracias te doy por tu Hijo Jesús. Gracias porque siendo Rey y siendo Dios vino a sufrir por amor a nosotros.

    Enero 07

    Hablar a tiempo

    Carlos Alba

    Guatemala, Guatemala

    Mateo 24:42

    Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben qué día vendrá su Señor.

    Cuando Dios permitió que mi hermano se me adelantara y fuera al cielo, yo no estaba preparado. Nunca le dije que lo amaba ni que apreciaba que él fuera el mayor. Nunca llegué a expresarle lo que sentía por él.

    ¿Nos hemos puesto a pensar alguna vez acerca de qué haríamos si tan solo nos quedarán siete días de vida? ¿Qué haríamos? ¿Qué dejaríamos de hacer? En lo personal, yo intentaría no olvidar decir muchas cosas y callar otras. Soñar y vivir el sueño de Dios cuando los demás duermen tiene que ver con administrar bien el tiempo. A veces pienso que mi corazón debería ser como la arena del mar, para que cuando hiciera falta una oleada fresca del Espíritu Santo se llevara las palabras que son solo momentáneas. Pero también me gustaría tener palabras firmes. Que no las borrara el tiempo. Palabras que fueran dadas en el momento justo y con la mejor intención.

    No podemos olvidar que Dios nos puso en esta tierra como peregrinos y nuestro tiempo aquí es corto. Parece extraño decirlo cuando somos jóvenes. Pero yo aprendí con la muerte de mi hermano que esta puede llegar muy temprano. No dejemos que todo aquello que está alrededor de nosotros nos nuble la vista y no nos permita ver lo que debemos hacer y lo que tenemos que decir. Concentrémonos en lo importante y de ese modo siempre estaremos preparados para lo que pueda venir.

    Al límite

    ¿Qué cosas tengo que procurar decir en el tiempo justo?

    Encuentro

    Querido Dios, dame más inteligencia para administrar bien mi tiempo y mis palabras. Hoy quiero comprometerme a hacer un mejor trabajo al intentar no callar las cosas que debo decir por amor.

    Enero 08

    Consagrados como Pablo

    Filipenses 3:10

    A fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte.

    Si existe alguien que supo lo que era consagrarse enteramente a Dios fue el loco de Pablo. A veces nos olvidamos que antes de convertirse en lo que llegó a ser, «San Pablo» fue un asesino de cristianos. Su trabajo era acusar falsamente a las familias cristianas y arrastrar a hombres y mujeres hacia la cárcel y la muerte. Los cristianos le tenían pánico. Pero Pablo, que en ese momento todavía se llamaba Saulo, tuvo un encuentro con Jesús y desde ese día comenzó a transitar el camino de una vida de consagración. Se transformó en un verdadero rebelde, pero ahora con una causa santa que lo consumía. Por eso Pablo podía decir con emoción: ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! Eso era real para él, porque le había entregado todo a su Señor. En la carta que envió a los filipenses, escribió lo que, a mi entender, es su oración más importante, y considero que debería ser la nuestra hoy.

    Allí Pablo dice que tiene cuatro metas por las que entrega la vida:

    1. Conocer a Jesucristo.

    2. Experimentar el poder de su resurrección.

    3. Participar en sus sufrimientos.

    4. Ser semejante a él en su muerte.

    Cuatro objetivos que yo también quisiera alcanzar. Conocer a Cristo nunca tiene fin. Experimentar su poder, siempre quiero más. Participar de sus padecimientos, es difícil pero puedo hacerlo sufriendo con los que sufren. Ser semejante a él en su muerte es darlo todo.

    Al límite

    ¿Por qué Pablo anhelaba esas cuatro cosas?

    ¿De qué manera yo sería diferente si alcanzara esos anhelos en mi vida?

    Encuentro

    Querido Dios, gracias por todo lo que me has dado y gracias por lo que puedo darte. Yo quiero también como Pablo conocerte cada día más. Quiero experimentar el poder de tu vida. Quiero ayudar con los padecimientos de la gente que se encuentra a mi alrededor y deseo darte todo.

    Enero 09

    Imposible de clonar

    Isaías 49:1

    El SEÑOR me llamó antes de que yo naciera, en el vientre de mi madre pronunció mi nombre.

    Hace muchos años cada uno de nosotros participaba de una carrera. Nos encontrábamos en medio de una competencia con otros tres millones de participantes. Sí, leíste bien. El desafío tenía lugar en unos canales movedizos. Íbamos a la par con otros miles y hasta millones. Un par de veces perdimos la primera posición. Pero llegado el momento crucial, cada uno de nosotros se acercó a la meta y logró adelantarse como ningún otro. Cruzamos la pared biológica del óvulo materno y ganamos la carrera. ¿Qué sucedió? ¡Fuimos concebidos!… Si el espermatozoide que logró atravesar el óvulo hubiese sido otro, la persona concebida también hubiera resultado otra. Tal vez hubiera sido un hermano nuestro u otra persona desconocida, pero no sucedió así, fuimos cada uno de nosotros. ¡Exitoso milagro! Quizás nuestro papá o mamá no nos esperaban, pero la buena noticia es que ¡Dios sí! Aun hoy, que se habla de clonación, nadie sería capaz de ocupar nuestro lugar. Podrán copiar nuestro cuerpo y nuestros genes, pero no nuestras experiencias y mucho menos nuestro espíritu. No hay ninguna duda de que solo Dios es capaz de darlos. Yo he oído variadas discusiones acerca de la moral de la clonación, pero siempre pienso: soy imposible de clonar, ningún experimento genético puede venir ni tener las experiencias que yo tuve; el mundo puede descansar en paz. Una de mis películas favoritas es «Corazón valiente». En una de las escenas William Wallace, protagonizado por Mel Gibson, mira a sus guerreros y les dice: «Todo hombre muere, pero no todo hombre vive realmente». Wallace tenía razón. Hay un propósito para nuestra existencia y Dios nos dio la vida para que cumplamos con esa misión. Nadie más puede hacerlo. Ni siquiera el clon más exacto podría realizar todo lo que cada uno de nosotros es capaz hacer porque Dios nos hizo únicos y precisos para que hagamos nuestro aporte. ¿Empezamos a sentirnos especiales? ¡Muy bien! «Somos seres especiales». Es hora de que nos lancemos a la preciosa aventura de llegar a ser todo lo que Dios quiere que seamos y de hacer todo lo que él desea que realicemos en este mundo.

    Al límite

    ¿Por qué soy una persona única? ¿Cuál es la bendición de ser alguien único?

    Encuentro

    Señor, gracias porque tú sabes todas las cosas. Tú me conoces desde antes de la fundación del mundo y desde que nací pones atención a mi vida. Hoy quiero vivir mi vida al máximo como alguien que Dios planeó en su corazón.

    Enero 10

    Respirar

    Génesis 2:7 (RVR60)

    Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

    Inhalamos y exhalamos aire unas veintiséis mil veces por día, y algunos expertos sostienen que el 99% de nuestra energía proviene de nuestra respiración. Se sabe que el proceso respiratorio debería comenzar en el estómago, pero la agitación, el estrés y el no ser concientes de este proceso hacen que la mayoría de nosotros tome aire con el pecho en lugar de utilizar el diafragma.

    Cuando Moisés se encontró en la zarza con Dios y le preguntó su nombre, Dios le dijo: «YO SOY EL QUE SOY» o más precisamente «YHWH» (Éxodo 3:14 y 15) Pero ¿qué clase de nombre es ese? ¿Qué quiso decir Dios? En el hebreo original la palabra que allí aparece en los manuscritos más antiguos es YHWH. Intentemos pronunciar eso. Imposible. A esa palabra se la ha traducido como Jehová, Yahvé y Señor según la versión de la Biblia que se utilice. El «YO SOY» tiene que ver con que se cree que la palabra YHVH proviene del verbo hayah, que se relaciona con el vocablo ser. Pero también se sabe que los hebreos antiguos tenían miedo de pronunciarlo. El nombre YHVH era tan sublime y tan digno de reverencia que tenía sentido el hecho de que fuera impronunciable. Los hebreos creían que este nombre era el sonido de la respiración. YHVH sonaba algo así como: Yod – he – vav – he. ¿Será el nombre de Dios el sonido de la respiración? ¿Será que al respirar la creación repite una y otra vez el nombre del Señor?

    Jesús también dijo: Yo soy la vida (Juan 11:25). Y curiosamente no hay vida sin respiración. Cuando un bebé nace, lo primero que debe hacer es respirar y hasta era costumbre darle una palmadita para que lo hiciera de manera urgente. ¿Y cuando muere el ser humano? Cuando da su último respiro. Yo me pregunto: ¿Será que Dios estaba jugando con su nombre? Porque otra manera de decir lo que acabamos decir es que la primera palabra que debe pronunciar el ser humano para vivir es YHVH, y cuando ya es incapaz de decirla, muere.

    Al límite

    Lee y medita en Romanos 8:11.

    Encuentro

    Eres mi respirar. Mi aliento de vida. Tu nombre es misterio; tu vida, la mía. Eres Jehová de los ejércitos, mi Señor y mi Rey, renueva hoy mis pulmones en ti.

    Enero 11

    ¡Nos ha llamado amigos!

    Juan 15:15

    Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes.

    Se abren los portales del palacio. La belleza del lugar es indescriptible. Haría falta un millón de libros para describir los detalles. La fuerza y la luz que se experimentan lo cambian todo. A medida que uno se adentra, una nueva visión de la realidad va invadiendo la mente. La sabiduría aumenta en proporción directa a la cercanía al gran trono. Primero se siente un poco de miedo. Por un lado sabemos que se trata de Dios. Sí… de Dios. El que todo lo sabe, todo lo ha creado, todo lo puede. Por otro lado nos viene el recuerdo de haber escuchado a muchos hablar de él como si estuviera enojado, esperando para señalarnos con su índice y declarar a gran voz que somos indignos. Pero a medida que nos acercamos a él, un calor comienza a invadirnos. Es su amor incondicional que echa fuera el temor. Pronto estamos ante el trono del regalo inmerecido. Allí está Dios y a su derecha Jesús. Dios nos observa y luego mira a Jesús. Con voz segura, que denota emoción, Jesús le dice: «Padre, aquí están mis amigos». ¡Tremendo! Jesús nos llama «amigos». Cada día podemos acercarnos a la increíble presencia de Dios para tener una audiencia privada y muy especial con el gran Soberano.

    Todas las civilizaciones han servido a sus dioses. La idea de que fuera la que fuese la divinidad había que servirla, aparece en todas las religiones, grandes y pequeñas. Pero Cristo vino a enseñarnos algo diferente. Él no habló tanto de servirlo como de amarlo. Solo el cristianismo enseña acerca de un Dios que nos ama y al que podemos amar. Solo Jesús se refirió a establecer una amistad con Dios y nos invitó a vivir esa relación como una maravillosa aventura. Por eso nos reveló su voluntad. Nos dio a conocer sus deseos a través de su Palabra y nos invitó a ser grandes amigos. Por medio de este libro Dios nos invita a disfrutar de su maravillosa presencia. Jesús quiere vernos allí, delante del trono del regalo inmerecido para seguir revelándonos su voluntad, llenarnos de su amor, colmarnos de sabiduría y equiparnos con su fuerza.

    Al límite

    ¿Qué voy a hacer este año para disfrutar más tiempo en su presencia?

    ¿Qué significa para mí tener una amistad con Jesús?

    Encuentro

    Querido Dios, gracias por el privilegio de poder acercarme a tu presencia con libertad. Gracias por el regalo de tu amistad. Este año quiero que mi amistad contigo crezca cada día.

    Enero 12

    Los sueños son cosas serias

    Ezequiel 12:23

    Ya vienen los días en que se cumplirán las visiones.

    Es muy fácil minimizar nuestros sueños. Si no les damos importancia, perderán su poder y potencial. Muchas voces alrededor de nosotros nos van a sugerir que lo más acertado es prestar oídos a la gente realista y más pragmática. Los visionarios suelen ser personas que incomodan a los demás cuando deciden hablar de sus sueños y mucho más cuando esos sueños se cumplen. Es por eso que demasiadas personas prefieren anular las visiones de los soñadores. Todos los que cumplieron sus sueños debieron acallar las voces que los invitaban a pensar que no eran algo serio. Por eso, la clave para que los sueños no se deshagan es tomarlos muy en serio.

    Un breve sueño bien concebido es capaz de desencadenar una potente fuerza creadora en otras personas y así, sueño a sueño, se pueden transformar mil realidades. De todas las características que poseemos, la que más se asemeja a una de las de Dios es la de soñar. No somos solo un cúmulo de moléculas ni de células; tampoco una suma de instintos innatos repetibles. Podemos soñar y eso es algo seriamente planeado por Dios. Él nos dio esa capacidad como rasgo fundamental de nuestra esencia. Soñar equivale a crecer, conquistar, crear, arreglar y mejorar. Los sueños son una energía necesaria para mantener y renovar la creación alrededor de nosotros. Ellos nos permiten ver lo invisible, creer lo increíble y lograr lo imposible. Por eso es que cuando soñamos podemos sentirnos completos en el Señor. Muchas veces los sueños son revelaciones de Dios, por eso hay que encararlos con pasión, compromiso y esfuerzo. Si así lo hacemos, vendrán los días en que se cumplirán estas visiones.

    Al límite

    Cuando sueñas despierto, ¿qué es lo que más anhelas?

    ¿Por qué a Dios le gusta que soñemos?

    Encuentro

    Querido Dios, gracias por darme la capacidad de soñar. Permíteme superar las voces que solo pretenden ahogar mis sueños. Necesito que me des fuerzas para persistir en alcanzar todo lo que tú pongas en mi corazón.

    Enero 13

    Lo vamos a lograr

    Hebreos 10:36

    Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido.

    Hay una frase que dice: «Los sueños extraordinarios se vuelven realidad cuando alguien ordinario tiene una extraordinaria cantidad de determinación». Muchos se quedan estancados sin alcanzar su potencial porque aun antes de empezar ya toman una decisión inconsciente de fracaso. En vez de pensar: «Lo voy a lograr», desarrollan una idea o un proyecto pensando: «Bueno, voy a ver que pasa, seguro que como siempre va a salir mal, pero de todas formas voy a intentarlo». Esa determinación inconsciente presagia en gran parte el resultado de su intento. Esas personas piensan una y otra vez en lo «ordinarias» que son. ¡Qué novedad! Todos somos igualmente ordinarios. ¡Somos pecadores, tenemos limitaciones, cometemos errores y vamos al baño! La clave no está en saber que somos ordinarios, sino en conocer cuál es el esfuerzo extra que debemos hacer para lograr lo extraordinario.

    El escritor de Hebreos nos incita a la perseverancia. Él sabía de la necesidad de perseverar para llevar a cabo los sueños que Dios nos da para poder disfrutar al máximo de sus promesas. No vamos a perdurar demasiado si inicialmente tenemos una actitud negativa y fracasada. Hago una propuesta: al terminar esta devoción, hagamos un listado de diez cosas que deseamos y al lado de cada línea escribamos: «Lo voy a lograr». En este ejercicio no pongamos condiciones ni dudas, anotemos lo que está en nuestro corazón creyendo que lo vamos a lograr, pase lo que pase. Luego, antes de escribir nada más, tengamos nuestra audiencia con el Rey.

    Al límite

    ¿Tengo una actitud positiva al comenzar a plasmar mis sueños y proyectos?

    ¿Qué significa para mí perseverar?

    Encuentro

    Querido Rey, quiero que me ayudes a tener una actitud positiva con respecto a los sueños. Gracias porque no quieres que seamos unos fracasados, sino que te alegras cuando tenemos sueños hermosos. Sigue dándome más determinación para hacer mi parte.

    Enero 14

    Disciplinópulos

    Hebreos 12:11

    Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.

    El conocido pensador Henry Nouwen solía destacar que los términos discípulo y disciplina provienen de la misma palabra. Ser discípulos y amigos de Cristo significa que queremos vivir como él nos enseñó. Parte de esa enseñanza es amar al que es rechazado, resistir la tentación, ayudar al necesitado y llevar en alto nuestros valores.

    Pero solo podremos vivir así si nos dedicamos a las mismas disciplinas que Jesús practicó. Muchos le tienen miedo a esta palabra porque la confunden con castigo. La diferencia entre una y otra es que el castigo consiste en una paga por el pasado, mientras que la disciplina es un esfuerzo dirigido al futuro. Entre las disciplinas que Jesús practicó podemos enumerar claramente estas: separar un tiempo para reflexionar y orar, meditar, adorar a Dios en la soledad, darse a otros sin esperar nada a cambio, contentarnos y ser agradecidos aunque no tengamos todo lo que queremos; además de otras a partir de las cuales él desarrolló su estilo de vida. Si el mismo Jesús necesitaba estar siempre en contacto con el Padre y meditar en su presencia cada decisión que debía tomar para mantenerse en firmeza espiritual, cuánto más nosotros. Si creemos en Cristo, tenemos que vivir como él.

    Para eso nació este libro. Fue escrito para ayudarnos a entender que la reflexión y la oración deben convertirse en un hábito imposible de abandonar. En otras palabras: «deben ser la disciplina de un discípulo». En ocasiones resultará difícil, y muchas veces otras cosas van a tratar de distraernos. Pero persistamos. Tengamos este libro siempre al alcance y recordemos que las mismas disciplinas que Jesús practicó nos ayudarán a vivir como él.

    Al límite

    ¿Qué disciplinas puedo añadir a mi vida?

    ¿Cómo puedo convertirlas en hábitos?

    Encuentro

    Señor, muchas veces oro y canto que quiero vivir como tú en la tierra. Hoy creo que para lograrlo tengo que sumar a mi vida los mismos hábitos que tú tenías.

    Enero 15

    Espejos

    1 Corintios 13:12

    Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara.

    Mis padres solían llevarme con mis amigos a un parque de diversiones que tenía un salón de espejos. Se trataba de unos pasillos donde caminábamos entre espejos que nos devolvían una imagen deformada. En ellos podía verme más alto, más bajo, con la cabeza grande y las piernas cortas. Era muy divertido ver a mis amigos de una forma tan rara y exagerada, aunque cuando ellos se reían de mí, ya no me hacía gracia.

    El último espejo del salón era normal. Allí volvíamos a vernos de nuestro tamaño y forma natural.

    Durante la adolescencia nos gusta mirarnos al espejo. Algunos pasamos horas tratando de ocultar algún bultito que nos ha aparecido justo la noche equivocada o intentando lograr un mejor peinado. Es en la época de la adolescencia que vamos descubriendo quiénes y cómo somos, qué nos gusta y qué nos queda mejor. Por eso también nos miramos en el espejo de nuestros amigos, en el de la televisión, en el de la fantasía y en muchos otros.

    Sin embargo, hay un solo espejo donde podemos mirarnos y vernos tal cual somos. Es en el espejo de Dios; en él nos vemos cara a cara. Allí podemos descubrir nuestra verdadera belleza y también ver claramente qué cosas podemos cambiar para ser mejores. Los otros espejos son imperfectos, quizás hasta deformen nuestra figura. Van a mostrarnos una imagen exagerada de nuestra persona, no porque el reflejo sea real sino porque algo hay en ellos que es imperfecto.

    Muchas veces me dejé convencer por lo que decían de mí algunos en la escuela. Conocí a otros que siempre se miraron en el espejo de las palabras hirientes de sus padres. Tenía una amiga que vivía comparándose con lo que veía en las revistas. Mirarnos en espejos deformantes nos hace tener una imagen pobre y equivocada de nosotros mismos.

    Al límite

    ¿De dónde tomo las ideas que tengo acerca de mí mismo?

    ¿Me dejo llevar por lo que otros dicen de mí?

    Encuentro

    Querido Dios, ayúdame a no dejarme engañar por espejos deformantes. Leo este libro para verme más en tu espejo. Ayúdame a conocerme y a tener una imagen sana y clara acerca de mí.

    Enero 16

    La mejor autoayuda

    Filipenses 2:4

    Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás.

    Aprimera vista este consejo bíblico parece enfocarse hacia el servicio a otras personas. Pero no es así del todo. Si uno mira a la gente egoísta se da cuenta de que tienen pocos amigos y que les cuesta conseguir ayuda cuando enfrentan problemas. En cambio, la persona que ayuda a otros es siempre la más querida y la que con facilidad encuentra colaboración.

    Definitivamente la mejor manera de conseguir apoyo para nuestros problemas es ayudar a otros a solucionar los suyos. Si damos, recibiremos. Si somos personas que siempre piden, demandan, ruegan y solo se concentran en sus propios intereses, terminaremos cansando a los demás y poco a poco nos quedaremos solos. Por eso, según el consejo bíblico, creo que la mejor autoayuda es crecer de modo que seamos personas que den, inviertan, apoyen, escuchen y hagan todo lo necesario para ayudar a otros. De esa manera seremos amados y tendremos ayuda cuando nos encontremos en problemas. Es doblemente excelente cuando sentimos que verdaderamente somos de ayuda a otros no solo porque es bueno para ellos sino porque la ayuda vuelve como un boomerang hacia nosotros.

    Al límite

    ¿Soy una persona que vela solo por sus propios intereses o me preocupo por ayudar a los demás?

    Encuentro

    Señor, líbrame del egoísmo que impera en nuestra época. Ayúdame a velar también por los intereses de los demás. Amén.

    Enero 17

    Nada grande surge de la noche a la mañana

    Mateo 25:21

    Su Señor le respondió: «¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más!»

    Estamos estudiando y nos preguntamos qué tiene que ver esto con nuestro futuro. Voy a dar la respuesta: todo. Esa materia o esa actividad que tanto nos cuesta no será lo último que tengamos que enfrentar que no sea de nuestro agrado. Hoy mismo tendremos que ser fieles a algo que nos dará su recompensa en el futuro. Tenemos que sobreponernos y actuar con responsabilidad. Más allá del título de la asignatura o de la cara de monstruo que tenga la persona que atormenta nuestra mente, hay un desafío que debemos superar. Se trata del conocido juego: «¡Siempre tenemos que hacer algo que no nos agrada!» Las personas que viven escapando de este desafío y se quedan ancladas en la queja, pierden. El secreto está en ser fieles en lo poco para alcanzar mucho. Jesús lo afirmó en la parábola de las monedas de oro. A uno el Señor le dio cinco mil monedas y las multiplicó. A otro le encargó dos mil monedas y también las duplicó. Pero hubo uno que no supo ser fiel con lo que le había tocado y por eso perdió la oportunidad de tener más. No importa cuánto tengamos en nuestras manos hoy, demos lo mejor de nosotros. Si cultivamos esta actitud, veremos cómo el Señor nos encarga más y más cosas.

    Muchos fracasan porque quieren empezar al revés. Dicen: «Voy a hacer las cosas bien cuando llegue mi verdadera oportunidad». O quieren figurar cuando hay luces, micrófonos y aplausos por delante, pero no saben poner el hombro cuando hay que hacer a diario cosas pequeñas e insignificantes. Eso es un error. El ser una persona responsable no se logra de la noche a la mañana.

    Todos tenemos que aprender lo que es el trabajo arduo y la responsabilidad, especialmente cuando no nos gusta lo que hacemos ya que muchas veces es necesario pasar por circunstancias adversas para llegar a realizar algo realmente grande.

    Al límite

    ¿Cuáles son las cosas en las que necesito esforzarme más?

    ¿Qué puedo hacer al respecto?

    Encuentro

    Querido Padre, quiero que un día me digas que soy un siervo bueno y fiel. Sé que debo trabajar con lo que tengo a la mano para aprender a lograr cada día más; te pido tu ayuda para hacerlo con fidelidad.

    Enero 18

    El plan especial

    1 Corintios 12:7

    A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás.

    Una persona capaz de reconocer que Dios tiene un plan especial para cada uno sabe que no hace falta tener una voz fuerte para lograr ser escuchado, sino decir algo que realmente merezca ser oído. Por eso no es necesario afirmar lo que otros ya dicen o lo que el resto ya sabe. Sabiendo que somos seres especiales, hablemos desde nuestro corazón y podremos comunicarnos con el corazón de los demás. Dejemos la superficie, sumerjámonos en las necesidades de los que se encuentran alrededor de nosotros y seguiremos descubriendo todas las cosas especiales que Dios quiere hacer con nuestra vida. Pensemos en estos otros argumentos: hay mucha gente que nunca va a sentir el abrazo de Dios a menos que encuentre nuestros brazos. Gente que nunca va a ver los ojos de Dios a menos que halle misericordia en los nuestros.

    Uno de los jóvenes de mi grupo, llamado Henry, nos dijo cierta vez a mi esposa y a mí: yo he aprendido muchas cosas de ustedes, pero algo que siempre me emociona es que me hacen sentir especial para Dios y eso provoca que yo me sienta mejor y sin duda, ha logrado que todo me vaya mejor. Existe una verdad muy grande tras las palabras de Henry. Cuando sabemos lo especiales que somos para Dios, tenemos más confianza con respecto a nuestro futuro; eso nos ayuda tomar decisiones más sabias y por consecuencia ¡nos va mejor!

    No hay por qué dudarlo: Somos tan especiales que nadie más en el mundo, de entre todos los seres vivientes, puede representar al Padre como cada uno de nosotros puede hacerlo.

    Al límite

    ¿Cómo actúa alguien que sabe que es especial?

    ¿Cómo puedo diferenciarme de los demás en estos días?

    Encuentro

    Gracias por hacerme especial. Gracias porque no tengo que imitar a nadie. Puedo ser yo mismo y me amas así. Gracias por el bello plan que tienes: que sea una persona única.

    Enero 19

    Con seis no alcanza

    SEBASTIÁN GALEANO

    CHACO, ARGENTINA

    Deuteronomio 28:13

    El SEÑOR te pondrá a la cabeza, nunca en la cola.

    El promedio es lo mejor de lo peor y lo peor de lo mejor. En mi país la calificación mínima para aprobar una materia en la escuela es seis, y muchos alumnos harían cualquier cosa con tal de llegar a tan ansiada meta: el seis. Qué alegría sentimos cuando en nuestras evaluaciones aparece ese número «mágico». ¡Bien, aprobé!, pensamos y festejamos.

    Si nos comparamos con otros, hasta podríamos sentirnos orgullosos, porque tal vez ellos obtuvieron un 3, un 4 o un 5. Pero, ¿qué sucede si nos cotejamos con los que sacaron 9 o 10? Estamos muy lejos ¿verdad? Con una colección de seis nunca llegaremos a ser los mejores.

    Lo mismo que sucede en la escuela, muchas veces ocurre en la vida: algunos vivimos en el intento de promediar la nota, y no nos esforzamos en ser excelentes. A lo largo de toda la vida Dios nos alienta a que seamos campeones, que luchemos para obtener el premio mayor. Pero para ser campeones hay que ir más allá de lo que nos dicen las ganas, de lo que nos susurra el sueño y la pereza y aun de lo que nos sugieren los demás.

    ¿Nos animamos a ir más allá? ¡Claro que sí! Podemos lograrlo, hoy somos capaces de luchar por un siete, mañana por un ocho y sin darnos cuenta un día obtendremos nuestro ansiado 10.

    Al límite

    ¿Existen buenas razones para obtener buenas calificaciones? ¿Cuáles?

    ¿Qué significa no conformarme solo con promediar la nota?

    Encuentro

    Señor, no quiero ser mediocre, quiero ser alguien distinto, que se destaque. Una persona que logre cumplir sus sueños; no para sentirme superior a otros sino para decirle a mis amigos que tú eres mi ayudador y que contigo todo es diferente. En el nombre de Jesús. Amén.

    Enero 20

    Raquelita

    Jeremías 17:7

    Bendito el hombre que confía en el SEÑOR, y pone su confianza en él.

    Raquel Mairota es una dulce mujer de poco más de setenta años que nació con acondroplasia (falta de desarrollo de los cartílagos de crecimiento de los huesos largos, lo cual ocasiona una forma de enanismo). Mide un metro veinte y tiene el ministerio de sembrar la Palabra de Dios.

    Su infancia fue muy dura, y su padre, que tenía problemas mentales, hacía que la casa se transformara en un infierno. Fue rechazada en varios colegios por su problema de estatura y la discriminación que sufría la llevó a pensar en el suicidio. Fue entonces cuando cierta joven, hija de un pastor, la invitó a su iglesia. Allí encontró el amor y la aceptación de Jesús.

    A partir de su conversión, Raquelita, como todos la llaman, se transformó en un instrumento de bendición. Fue misionera en Alvear y luego en Bahía Blanca, ambas ciudades de la provincia de Buenos Aires, Argentina, donde trabajó con personas muy humildes

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