Zanzíbar se considera un punto clave en la ruta de las especias desde que, en el siglo XVI, los portugueses las introdujeron junto con el cultivo de hierbas, creando en sus granjas auténticos jardines botánicos. Cuando el sultán de Omán se instaló en esta isla del Índico en el siglo XIX, convirtiéndola en la capital del sultanato de Zanzíbar, el archipiélago pasó a ser el eje comercial más importante del África oriental, gracias al próspero intercambio de estos condimentos, además del marfil y el tráfico de esclavos. Árabes, indios, persas y europeos dejaron su impronta creando un pueblo hospitalario, cosmopolita y tolerante con un rico pasado cultural. En la capital, Stone Town –declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO–, permanecen vestigios de esa opulencia. Resulta una con balcones de ébano, vidrieras de colores y motivos típicos de la decoración Además del Secret Garden –una acogedora terraza ajardinada en uno de sus patios–, dispone de un restaurante en el con unas pocas mesas donde disfrutar de pescados a la brasa y platos con un espectacular atardecer como telón de fondo. Justo al lado, en Tharia se encuentra 1001 Organic Spicery (), un colmado con especias cultivadas de manera sostenible en pequeños terrenos familiares. A pocos minutos caminando, el mercado central –Darajani Market–, se adivina por el alegre bullicio y los aromas que desprende. Dividido en distintos sectores según la mercancía –especias, pescado, frutas y hortalizas o artesanía– este colorido bazar frecuentado por nativos tocados con sus tradicionales y mujeres de belleza exótica ataviadas con sus alegres es visita imprescindible para todo que se precie. Curiosear entre sus puestos, olisquear las exóticas especias, regatear por alguna baratija o, simplemente, dejarse llevar sin rumbo entre la alegre confusión se convierte en una vivencia única.
La isla MÁGICA
Mar 17, 2023
4 minutes
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