
n muchos países del mundo la pandemia por Covid-19 develó los graves problemas que acarrean aquellos sistemas de justicia que se han mantenido reacios al desarrollo y a la implementación de tecnologías que facilitan el acceso a la justicia. México no fue ajeno a ello; mientras en la Ciudad de México los tribunales dejaron de trabajar y los procedimientos quedaron en pausa, por ejemplo, los sistemas judiciales de entidades federativas como Nuevo León, que llevaban años implementando programas tecnológicos para la celebración de juicios en línea, pudieron continuar garantizando a sus ciudadanos el derecho humano a la justicia. Jesús Vecino Celedón nos comparte el caso colombiano en comparación con la forma