MUÑECOS INFERNALES
The Devil-Doll
1936; EE. UU.; Blanco y negro; Director: Tod Browning; Guion: Tod Browning, Guy Endore, Garrett Fort, Erich von Stroheim; Música: Franz Waxman; Fotografía: Leonard Smith; Intérpretes: Lionel Barrymore, Maureen O’Sullivan, Frank Lawton, Rafaela Ottiano, Robert Greig, Lucy Beaumont, Henry B. Walthall, Grace Ford, Pedro de Córdoba; Duración: 79 minutos.
Venganza e intriga introducen la trama de esta película antes que cobre mayor protagonismo su parte de fantasía y ciencia ficción con los humanos menguados propiamente dichos. El veterano Lionel Barrymore, institución de los escenarios con amplia carrera también en clásicos del cine, entre muchas otras interpretaciones, inmortalizó al financiero antagonista, el señor Potter, que le hace la vida imposible al personaje de James Stewart en ¡Qué bello es vivir!, interpreta al gerente de un banco, Paul Lavond, que es acusado y condenado por robo y asesinato, crímenes que no ha cometido. Inocente como el mismísimo conde de Montecristo, Paul consigue escapar de la prisión junto con un científico francés y tiene tantas ganas de vengarse de quien lo puso entre rejas como el mismísimo Edmundo Dantés de la novela de Alejandro Dumas, así que aplica la fórmula de su compañero de fuga para miniaturizar humanos con el fin de ajustar cuentas con los exsocios que lo incriminaron. Los muñecos infernales del título serán sus sicarios para el trabajo sucio después de que convenza a la viuda del científico, fallecido poco después de fugarse, de que le preste la fórmula para cobrar venganza.
El curioso motivo del científico para crear la fórmula de miniaturización es su preocupación por el problema de la superpoblación humana, de manera que reduciendo el tamaño de los