


os científicos tienen cada vez mejor disposición a encontrar vida inteligente más allá de nuestro planeta. Los recientes informes del Pentágono estadounidense sobre fenómenos aéreos no identificados –UAPs, por sus siglas en inglés– han puesto de moda la cuestión y levantado muchas expectativas incluso entre los académicos más recalcitrantes al respecto. No obstante, a la hora de visualizar cómo debería gestionarse