

“Sorry, ya voy en camino, besos”. Si alguna vez te he enviado este mensaje, te ofrezco una disculpa. Te mentía. Sí, soy de esas personas que manda un whatsapp cuando tú ya me esperas donde habíamos quedado en vernos mientras yo me estoy poniendo el lipstick y aún me falta encontrar las llaves, elegir el bolso y cambiarme de ropa, porque, de repente, odio mi look, otra vez.
so me pasa a diario, pero, a veces, la cosa se complica. Me ocurrió en la boda de una amiga donde yo era una de las damas de honor. Llegué tarde, me tocó ir detrás de ella mientras caminaba hacia el altar, con las axilas sudándome e intentando pasar lo más desapercibida posible (cosa imposible, claro). Lo mismo me sucede cada vez que voy al aeropuerto: termino abordando al final porque me distraigo oliendo perfumes al azar en el Duty Free. Y, puede que esté dramatizando, ligeramente). Así que he decidido plantearme un desafío: ¿seré capaz de cambiar y convertirme en una persona puntual? He definido, con ayuda experta, una serie de tareas para descubrirlo.