Durante más de una década el gobierno de Estados Unidos ha reunido información sobre las presuntas actividades delictivas de Genaro García Luna. Aunque lo respaldó durante el gobierno de Felipe Calderón en la llamada “guerra al narcotráfico”, funcionarios policiales de ese país expresaban su frustración por los reiterados intentos fallidos para detener en esa época a Joaquín El Chapo Guzmán. Ahora, Washington tiene al “superpolicía” en el banquillo bajo el cargo de narcotráfico en complicidad con el Cártel de Sinaloa, encabezado entonces por Guzmán Loera.
“Han sido varias, muchas, las ocasiones que (en territorio mexicano) hemos estado muy cerca y a punto de atrapar al Chapo; pero al final algo pasa que nos impide su detención. Por alguna razón (El Chapo) recibe algún pitazo de que estamos cerca de él y se escapa en el momento preciso.”
En una entrevista publicada el 22 de febrero de 2009 en este semanario, el jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA, Anthony P. Placido, reveló el círculo de protección del capo mexicano. En ese tiempo García Luna era secretario federal de Seguridad.
Añadió Placido: “En todas las operaciones de este tipo los agentes de la DEA van siempre acompañados de agentes federales y de