
unque la tendencia actual pasa por apostar por los productos «kilómetro cero», en los que se reduce la huella de carbono, se apoya al productor local que genera riqueza en la propia comunidad y se accede a productos más frescos, de temporada y nutricionalmente adaptados a las regiones en las que vivimos, no deja de ser cierto que la globalización nos permite acceder a una amplia variedad de alimentos capaces de enriquecer de manera exponencial nuestra