l camino ha sido largo y disperso, pero Carla Bugarín (39) siempre se mantuvo bajo un mismo norte: la moda. “Es mi refugio” dice, recordando aquellos días adolescentes en los que, con 14 años, se escapaba del colegio para ir a ver ropa vintage en la siempre hice”, aclara. “Pero primero en mí, después en el resto, los clientes”. Su ecléctico sello personal y gran olfato para descubrir prendas originales comenzaron a llamar la atención, y terminaron por consolidarse cuando, en 2007, instaló su primera tienda física. “Arranqué sin inversión”, explica Bugarín. “Diseñadores independientes me dejaban su ropa, yo la vendía y les pagaba. Ahí se me fueron acercando cada vez más diseñadores, pero porque yo les armaba todo el a todas las clientas. Había un nicho y cosas que nadie hacía”, relata. Era, entonces, cosa de tiempo antes de que comenzara a diseñar sus propias piezas. Fanática de los blazers y los tapados de la ropa americana, la sastrería se presentó como la elección natural. Así, con telas exclusivas y confección de alta calidad, su marca CABU surgió como una propuesta más moderna y roquera de la costura convencional. “Quiero lo antiguo, lo vintage, pero reversionado a lo nuevo”, dice su fundadora. “Cuando era estilista, siempre mostraba en los cómo mezclar y bajar la sastrería con Converse All Star. ¡No por usar traje vas a la oficina!”. Y no hace más falta que verla a ella, quien viste blazers de pianista con cola hechos de lana junto a collares de perlas, cadenas y hasta un encendedor colgado del cuello en su día a día. Pero la irreverencia de CABU va de la mano con la tradición: cada chaqueta posee una distinguible e imponente etiqueta de tela verde que reza CABU TAILOR LINE, como los modistos de antaño colocaban en sus creaciones. “La gente antes se las descosía y dejaban solo la etiqueta de adentro, pero ahora todo el mundo se la está dejando”, señala. “Es como un símbolo de pertenencia”.
REBELDE
Sep 08, 2022
2 minutes
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