CHANEL NÚMERO UNO
uando era adolescente, a Chanel le daba un poco de vergüenza presentarse, aunque se acostumbró a lidiar con humor con las bromas que le gastaban con su nombre o con que se refirieran a ella como «Disney Channel». Pero aquello le duró poco. Tal vez porque cuando les preguntaba a sus amigas qué nombre le pegaba, estas le decían sin dudar que el suyo. ¿Para qué otro teniendo una personalidad tan única? Un nombre que le puso su madre en homenaje a Coco Chanel, aquella pionera que se atrevía con todo y que hizo de él su carta de presentación y su marca personal. Con pequeñas salvedades, porque Chanel cuenta divertida que cuando, por ejemplo, compra una cama en Ikea, lo que escucha al otro lado del teléfono de atención al cliente es una voz de sorpresa que generalmente acaba
You’re reading a preview, subscribe to read more.
Start your free 30 days