ANTICIPARSE AL FUTURO
¿Cómo viviremos dentro de 10.000 años? ¿Habrá en 12022 rastro de las criptomonedas? ¿Recordará alguien el estallido del metaverso? ¿Seguiremos habitando la Tierra o habremos logrado la colonización espacial? Es prácticamente inasumible para la mente humana reflexionar sobre un horizonte tan lejano, pero hay quien lo intenta: el proyecto Long Now Foundation (Fundación del Largo Ahora) busca fomentar el pensamiento a largo plazo sobre temas que pueden afectar a la humanidad en los próximos 10.000 años.
Mucho antes, el ser humano tiene varios retos pendientes y mucha innovación encima de la mesa. Si acercamos más la lupa al eje temporal, en escenarios más acotados –pero igualmente complejos de analizar– se mueven los llamados futuristas: esto es, expertos que tratan de dilucidar, tal y como rastrea el origen etimológico de la palabra futuro, “lo que ha de ser” y adelantarse a ello.
“El futurismo no es adivinar el futuro, sino anticiparse a distintos escenarios gracias al conocimiento del presente, para tomar decisiones en los posibles futuros. Puede ir enfocado a diseñar planes de acción para evitar situaciones distópicas, como el cambio climático”, desarrolla el Chief Foresight Officer de Innuba y experto en estudios de futuro, David Alayón. “Un futurista plantea reflexiones y no adivinaciones. Analiza el recorrido pasado para dar pistas de cómo podría evolucionar el futuro en distintas direcciones. Trabaja una imaginación fundamentada en hechos para
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