cosa más grande, ruidosa y comentada en la belleza ahora que los inyectables. Los números no mienten: según una nueva encuesta de Cosmo US, alrededor de un tercio de sus lectoras ya se han puesto rellenos o bótox y más de la mitad está interesada en probarlos en el futuro. Para ser honesta, no estoy sorprendida. Algunos expertos atribuyen esta popularidad a la pandemia y al infame “efecto Zoom”, que –bueno– está bien, tiene sentido que empecemos a pensar en cada pequeña línea en nuestras caras después de vernos en las pantallas durante más de un año seguido. Aunque, a diferencia de las generaciones anteriores, los y los han crecido alrededor de los inyectables. Los vemos, en campañas de por todas partes, redes sociales y dentro de clínicas estéticamente agradables que aparecen cada vez más en nuestras ciudades. Hemos estado tan expuestos a los inyectables durante tanto tiempo que simplemente se sienten… normales. OJO: normal no es lo mismo que necesario. Y no se puede hablar de cómo los inyectables están “en todas partes” sin preguntar lo obvio: ¿Algun@ de nosotr@s realmente los necesita (o cualquier tratamiento facial, para este caso)? Desde mi punto de vista, todos deberían responder esa pregunta por sí mismos y analizar los riesgos y beneficios personalmente. Porque, los inyectables son un procedimiento cosmético. Amig@s mías, esa es exactamente la razón por la cual preparé esta guía.
La guía de los inyec tables Hecha para novatos
Jun 27, 2022
4 minutes
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