¡moda para gozar!
Por qué no?’ la columna que Diana Vreeland firmó durante 20 años en la edición americana de HARPER’S BAZAAR,ofrecía consejos tan delirantes como lavar el pelo a los bebés rubios con champán francés o el vestuario correcto para llevar a un niño a una fiesta de alta sociedad. Carmel Snow, legendaria editora de esta cabecera, se enamoró de Vreeland en una fiesta en 1936 y le ofreció escribir en la revista.Y surgió la magia. Su estilo cáustico y extravagante comenzó a calar no solo en la industria, sino también en la sociedad neoyorquina, haciendo de Vreeland la mujer a la que todas querían parecerse. Sus frases, auténticos mandamientos de moda, corrieron de boca en boca entre profanos y expertos. «El bikini es el invento más importante
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