l Edicto de Expulsión de 31 de marzo de 1492 de las Coronas de Castilla y Aragón supuso la salida, según los historiadores Luis Suárez y Joseph Pérez, de entre cincuenta y cien mil judíos de estos reinos. En un primer momento, uno de los destinos principales de los desterrados fue Portugal, cuyo monarca, Juan II, exigió el pago de una gran suma para otorgarles una residencia permanente. La tolerancia religiosa llegó a su fin cuando, en 1497 en Portugal y en 1498 en Navarra, se decretó la conversión forzosa al cristianismo de sus habitantes de religión judía. Entre los emigrados a Portugal se
Doña Gracia Mendes Nasí, banquera y filántropa
May 20, 2022
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