
itado en el de Goethe y definido como un libro del diablo, los primeros ejemplos textuales de la de los que se tiene constancia integra en sus contenidos varios de los grimorios que circularon durante la Edad Media, como el y el . Algunas versiones contienen textos narrativos en los que se recoge la narración de cómo Salomón transmitió su sabiduría a su hijo Roboam, y que es paralela a la transmisión que recibe el estudioso a través del libro mágico que, en cuanto objeto mediador entre el pasado ancestral y el presente, asegura la continuidad de la sabiduría salomónica. La comprendía fórmulas y rituales para obtener la ayuda de los ángeles, pero también para doblegar a entidades malignas y realizar sacrificios a los demonios, necesarios en ciertas invocaciones. Además del dominio de planetas y ángeles según las horas del día, el grimorio exponía los preceptos salomónicos a seguir para emprender el estudio de la magia, acorde con la voluntad divina, y los lugares adecuados para practicar la magia. Igualmente explicaba el modo correcto para preparar el instrumental mágico, que incluía espadas, vestimenta, incensarios, resinas olorosas, pergamino y tintas. También recogía rituales para lograr la invisibilidad, localizar tesoros escondidos y trazar círculos mágicos de protección.