Innovación en México: los retos para pasar de la idea a la implementación

La emprendedora Marissa Cuevas aún recuerda el momento eureka que la llevó a fundar su empresa microTERRA, enfocada en el reciclaje del agua contaminada. Fue en el verano de 2017, durante una estancia en la Universidad Singularity en Estados Unidos. La institución, fundada en 2008, surgió con el objetivo de que “los mayores problemas del mundo son las mayores oportunidades del mundo” y armó programas educativos que juntaban en un mismo espacio a personas y organizaciones de todo el globo para aprender, conectarse e innovar.
Cuevas, quien en aquella época se encontraba también estudiando una maestría en gestión de la sustentabilidad en la Universidad de Columbia en Nueva York, estaba en busca de la idea correcta para iniciar un emprendimiento. Después de escuchar a un representante de la Organización Nacional de las Naciones Unidas decir que la Tercera Guerra Mundial sería peleada por el agua y de cortar el ADN de un coral y traspasarlo a una bacteria en una clase de biología sintética, comenzó a atar cabos.
Cuando en su investigación se dio cuenta de que los mayores contaminantes del agua residual eran fósforo y nitrógeno, y que ambos elementos son necesarios para la seguridad alimentaria de las personas, le llegó lo que ella describe como el momento ajá. “Si podemos tener organismos vivos que trabajen para nosotros en remediar el mundo, eso puede ser la respuesta”, pensó. A partir de ese momento entendió que se dedicaría a sacar ambos elementos del agua residual para descontaminarla y crear
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