JAMIE FOXX
CRIAR HIJOS es algo parecido a dirigir un barco. Al menos así lo ve Jamie Foxx. “Sabes que se aproxima una ola y ¿qué es lo primero que deseas hacer? Aminorar la marcha, ¿no? No, no puedes. Tienes que acelerar”, confiesa entre sorbo y sorbo de bourbon on the rocks (en concreto, un BSB-Brown Sugar Bourbon, la empresa que adquirió en marzo). “Tus hijos van a ponerte a prueba. Así que no te queda más remedio que capear el temporal”.
Las reflexiones en torno a la paternidad hoy en día, cuando llegan de la mano de alguien como Foxx, vienen en forma de anécdotas sobre sus hijos y los de sus amigos, entre las que se intercalan, sin esfuerzo alguno y con un gran manejo de los tiempos, logradas imitaciones que consiguen que quienes están a su alrededor permanezcan enganchados a lo que cuenta y aguardando el culmen de cada historia. Y es que con Jamie Foxx los relatos tienen siempre un soberbio broche final.
Eso es precisamente lo que le hace brillar en todo lo que hace en una pantalla, en los escenarios o, incluso, en la música. Foxx arrasa en todo porque se entrega al cien por cien en cualquier cosa que haga, sea la que sea. Sin más, Jamie empieza ahora a contar otra de esas aventuras que uno vive cuando es padre. En este caso habla de su sobrino preadolescente, un balón de baloncesto díscolo y una ventana. Y ahí estábamos yo, dos camareros y varias mesas de gente desconocida muertos de risa.
La cuestión de la paternidad ha estado rondando mucho por la mente de Foxx, y no solo porque dé para un sinfín de monólogos desternillantes. A sus 53 años, este padre de dos hijas pasó“Para mí, lo más duro que hay en el mundo es hacer algo, lo que sea, y tener muchísimo éxito en ello, pero luego no ir con paso seguro en lo referente a mis hijas”, confiesa Foxx. “En este libro echo un vistazo a mi vida, recuerdo cómo crecí, lo que superé, y cómo aquello me preparó, o no, para cuando yo fuese padre”. (el título está inspirado en una frase que su difunta abuela Estelle solía decirle) repasa de forma jocosa y tierna tanto su infancia como su experiencia criando a sus hijas (Corinne, de 27 años, y Anelise, de 13), mientras orbitaba alrededor de Hollywood como una de sus más grandes estrellas.
