LOS IDUS DE MARZO
El complot que se materializó en el Senado de Roma durante los idus de marzo de 44 a.C. estuvo plagado de ingredientes ajenos al motivo patriótico –la salvación de la República– que los conjurados esgrimieron para justificarse. En esencia, tales ingredientes fueron distintas formas del miedo. En primer lugar, estaba el temor de sus rivales a ver limitado o suprimido su poder si César llegaba todavía más alto. Luego, el miedo de las familias patricias más conservadoras presentes en el Senado a perder su privilegiado estatus, desalojadas por otros grupos y familias con menos abolengo pero seguidores acérrimos del nuevo régimen cesarino. La casta que había detentado hasta entonces el poder desde la sombra –la plutocracia romana– estaba dispuesta a todo para impedirlo: Roma les pertenecía y nadie iba a poner tal cosa en cuestión, porque lo que estaba en juego era su futuro.
También ayudó la preocupación de algunos íntimos amigos de César que temían con sinceridad que su ascenso estratosférico culminara en una restauración monárquica que liquidase las libertades del régimen republicano. Es decir, que César acabara, irremediablemente, por convertirse en el rey absoluto de Roma.
Sus enemigos, cuyos principales motivos eran el rencor, la envidia y los intereses económicos, hallaron en la
You’re reading a preview, subscribe to read more.
Start your free 30 days