MATCH POINT
De adolescente solía colgar en su cuarto pósteres de Maria Sharapova, su ídolo, y se emocionaba con los partidos de Rafa Nadal. Hoy, cada vez que puede, se arranca a bailar, una de sus pasiones, y, antes de salir a la pista, ya desde los vestuarios, se pone en los auriculares algún de Michael Jackson o de Whitney Houston. La música la ayuda a relajarse. Figura entre las 50 del mundial -está en el puesto 33º del de la WTA- y es la segunda mejor raqueta femenina española. Ella es Paula Badosa (Nueva York, 1997) y, hace menos de un año, sólo los más aficionados al tenis la tenían ubicada. Ahora, se ha convertido por méritos propios en una de las deportistas más seguidas de nuestro país, y todo apunta a que no va a ser flor de unveloz, profundo y preciso, que le sirve como columna de apoyo a sus reveses de orfebre, se debate en cada punto dejándose la vida. «Cuando tienes al lado a alguien que cree en ti, tú también crees más en ti misma. Te da esa fuerza para avanzar. Y, en los últimos tiempos, desde el Open de Madrid, me han pasado muchas cosas, muchos partidos y muchas emociones: mi primer título, mis primeros cuartos de final en un grande... He sido mi mejor versión, y todo esto me ayuda a coger confianza», dice quien no se atenaza ante nadie y proclama bien alto que su carrera promete ser larga y exitosa. Porque Paula Badosa ya es una realidad y está destinada a dejar huella en la historia de este deporte.
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