UNA MOTO EN LA COCINA
“ODIABA EL OFICIO DE COCINERO, YO QUERÍA SER PILOTO DE MOTOS. PERO ME ROMPÍ UNA PIERNA Y MIS PADRES ME DIJERON QUE ME DEDICARA A OTRAS COSAS”
Acaba de montarse en el ferry de Formentera a Ibiza. En ambas islas tiene negocios. No para, donde pone el paladar se lanza como loco a comenzar un proyecto. En medio del mar, en esa singladura, atiende a . Va con prisa, como siempre. Son muchos lugares que controlar y apenas tiene tiempo para relajarse. Antes de entrar en el gusanillo de sus respuestas, digamos que nació en 1971 en un pueblo llamado Monistrol de Calders, un pequeño municipio de Barcelona en la comarca de Moyanés. El señor Nandu (Fernando) Jubany (“es un apellido muy común en Cataluña”) gestiona, con sus múltiples tentáculos, un puñado de restaurantes. Que si Ibiza, que si Formentera, que si Barna y alrededores... Nació entre fogones y pronto tuvo que hacerse cargo de las ‘despensas’ familiares. Sus huellas se dejan ver en Cabo Mayor (Madrid), la Fonda Sala de Olost del Lluçanès, Arzak o en el Bodegón Alejandro de Martín Berasategui. En su periplo de aprendizaje se dejó la piel con dos cocineros catalanes que le han influido mucho: Carles Gaig (en cuyo establecimiento cocinaba en sus días de descanso semanal) y Faust Terra, conocido como Marcel, quien le aportó
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