EL ÚLTIMO CIGARRILLO
El tabaco mata a más de 8 millones de personas al año en todo el mundo. Más de 7 millones se deben al consumo directo y 1,2 millones al humo ajeno. Según la encuesta Tabaco, otras formas de consu-PR y FRQfiQDPLHQWR realizada a 17.000 personas por el Ministerio de Sanidad en 2020, un 6,73% de encuestados dejaron de fumar durante la crisis del coronavirus, un 5,98% redujeron su consumo desde su inicio y un 13,56% lo intentaron, mientras que el 70,8% aseguraron intentarlo por sí mismos y un 10% reconocieron recurrir a fármacos. Actualmente, la proporción de exfumadores ha superado a la de fumadores diarios.
LA OMS SEÑALA QUE, AUNQUE EUROPA ES LENTA REDUCIENDO EL CONSUMO DE TABACO, LA TENDENCIA DISMINUIRÁ UN 25% EN 2025
“SI ME LEVANTABA POR LA NOCHE PARA IR AL BAÑO, ME FUMABA UN CIGARRO ANTES DE VOLVER A LA CAMA”
Uno de los motivos de este movimiento detox antitabaco pudo ser la conclusión de un estudio de la OMS que se publicó el año pasado en todos los periódicos. Señalaba que los fumadores tenían más probabilidades de desarrollar síntomas graves en caso de padecer COVID-19. “El tabaquismo deteriora la función pulmonar y dificulta que el cuerpo luche contra esta y otras enfermedades. El consumo del tabaco es, además, un factor de riesgo importante de enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, algunas enfermedades respiratorias y la diabetes, y las personas que padecen esas dolencias tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves en caso de
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