EL FIN DIÉSEL PARECE MÁS CERCA QUE NUNCA A TENOR DE LAS VENTAS EN ESPAÑA
“Nos guste o no, el diésel representa el pasado, no el futuro”
MI fue un diésel, y el siguiente, también. No lo niego: formo parte de esa generación de conductores que –pese a un precio final y unos costes de mantenimientos más altos frente un gasolina equivalente, menor confort acústico y esa sensación de que es un combustible –apostamos por los automóviles diésel por sus otras y poderosas ventajas: mayor par y, sobre todo, una mayor eficiencia y menores emisiones de CO debido a su mayor poder calorífico. Y por último, y no por ello menos importante: es que y los gases de efecto invernadero –calentamiento global–. La ecuación era simple: si las emisiones de dióxido de carbono provocaban más calentamiento global, pues qué mejor que utilizar combustibles que emitan menos CO. ¿Solución? El diésel.
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