SOCIOLOGÍA DE LOS OVNIS ¿SON PRODUCTO DE LA CIENCIA FICCIÓN?

Para la mayoría de los entusiastas en la Ufología, el término OVNI ha dejado de ser un acrónimo inocente para ser identificado como nave procedente de otro planeta: es lo que se conoce como Hipótesis Extra-Terrestre (HET) que no tardó en otorgar un origen foráneo a los primeros “platillos volantes” avistados desde 1947 (MÁS ALLÁ, 377). Sin embargo, la Ufología no es un cuerpo monolítico de teorías, sino que se ha ido ramificando en varias corrientes a menudo contrapuestas entre sí. Frente a la Ufología que ha pretendido encauzarse como un intento de disciplina académica de la mano de teóricos como Antonio Ribera (MÁS ALLÁ, 373), se contrapone la Ufolatría (término acuñado en el ámbito de la Alternativa Racional a las Pseudociencias) que convierte a los ovnis en objeto de culto pseudorreligioso y cuyo máximo exponente sería el escritor J. J. Benítez.

Dentro del ámbito de la Ufología, la HET fue la que gozó de un mayor respaldo entre los ufólogos que consideraron los ovnis vehículos espaciales dirigidos –VED fue el acrónimo propuesto por Ribera–. Sin embargo, a medida que los avistamientos de estos objetos iban adquiriendo nuevos matices –los primeros platillos volantes de “chapa y tornillo” cedieron paso a luces de naturaleza más etérica–, la HET fue desplegando un nuevo abanico de teorías que alcanzaba a identificar a sus tripulantes como seres