¿QUÉ ES LA ESCRÓFULA?
s el nombre que se le daba antiguamente a la linfoadenitis infecciosa tuberculosa, un proceso infeccioso relacionado con la tuberculosis pulmonar –causado por– que afecta principalmente a los ganglios linfáticos de niños y adolescentes y se caracteriza por la aparición de lesiones cutáneas. Ya se conocía en la Grecia clásica, donde se trataba a base de ungüentos de lirio, amoníaco, cera y sebo de toro, pero fue en la Edad Media cuando se convirtió en una enfermedad muy común. Su proliferación pudo deberse a múltiples causas: mala alimentación, falta de nutrientes, consumo de leche no pasteurizada o incluso a residir en entornos húmedos o poco saludables. recomendaba en su tratarla a base de compuestos de hierbas y cataplasmas de higo. En la actualidad, se ha demostrado que los antibióticos son una eficaz medida para la desaparición de los bubones o llagas escrofulosas, pero en la Edad Media, dado que era muy difícil de curar por la ciencia, no es extraño que se buscara una solución desesperada al problema con la aplicación del ‘toque real’. Además, el hecho de que las lesiones a menudo evolucionaran por sí solas, bien mediante la calcificación del ganglio o por su cicatrización, ayudaba a creer en una curación milagrosa.
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