EL ÚLTIMO VUELO DE SAINT-EXUPÉRY
l 31 de julio de 1944, el escritor y piloto francés Antoine de Saint-Exupéry, comandante de las fuerzas aéreas aliadas, subió a su avión Lightning P-38 en la base de Bastia (Córcega). Lo aguardaba una misión de reconocimiento fotográfico sobre las líneas alemanas en la región de la Provenza francesa. el tope de edad para pilotar aviones de combate eran 30 años, y había tenido que recurrir a sus influencias para que le autorizasen unos pocos vuelos. No sabía –¿o tal vez sí? – que este iba a ser el último. Tampoco podía prever la repercusión que iba a tener en todo el mundo, tras su muerte, una novela breve que había publicado en abril de 1943, protagonizada por el príncipe de un planeta minúsculo que viene a la Tierra a curar su soledad. traducido a más de 300 idiomas, es uno de los libros más universales de todos los tiempos. El éxito póstumo de esa obra sería tal que opacaría al resto de sus libros, entre la narración, la reflexión y la poesía e incluso la figura del propio Saint-Exupéry.
