EL ESPÍA JUDÍO DEL TERCER REICH
Febrero de 1941. El mariscal de campo Erwin Rommel llega a Libia para ponerse al frente del Afrika Korps, con el objetivo de expulsar a los británicos de Oriente Próximo y hacerse así con el petróleo árabe. Para ello, Alemania precisa información sobre Palestina a cualquier precio. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar los nazis para conseguirla?
Dos meses después, el prisionero nº 26.336 del campo de concentración de Dachau iba a averiguarlo con sorpresa. Esta es, a grandes rasgos, su historia: la enigmática historia de Paul Fackenheim, alias Koch, tal y como se la relató él mismo al historiador, periodista, novelista y político israelí Michael Bar-Zohar, que la reconstruyó en el libro Koch, el espía judío de Hitler (1971, Editorial Juventud).
DE HÉROE CONDECORADO A ‘UNTERMENSCH’
Nacido en 1892, Paul Ernst Fackenheim provenía de una acaudalada familia judía alemana. Su abuelo paterno era nada menos que rabino en Mulhausen (Turingia) y él era el hijo único de un estricto comerciante metalúrgico y de la hija menor de un rico peletero, por lo que su posición económica fue siempre más que desahogada. Ello, unido a una ideología familiar tirando a conservadora y a un exaltado patriotismo imperialista, lo llevaría, como a tantos jóvenes alemanes de su generación, a alistarse entusiasmado como voluntario cuando estalló la Primera Guerra Mundial, en la que resultó condecorado varias veces y ascendió hasta
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