EL CAMELLO DEL FÜHRER
on todo, el pasaje narcótico de la guerra que hoy continúa levantando más morbo es el que hace referencia hasta que este lo despidió, en las semanas finales de la guerra, porque se le agotó el suministro de drogas. Morell reconoció haber suministrado al líder nazi hasta 74 compuestos diferentes. Lo que empezó como esporádicos jeringazos de glucosa, que le ponían a mil por hora antes de dar un discurso, a partir de agosto de 1941 fueron inyecciones diarias de esteroides, cocaína y opiáceos –hasta 800 pinchazos a lo largo de 1.349 jornadas distintas llegó a contabilizar Norman Ohler en los archivos del galeno–, así como continuas dosis de Eukodal, un analgésico de fabricación germana más potente que la morfina.
You’re reading a preview, subscribe to read more.
Start your free 30 days