ALAN TURING
Al amanecer del 9 de mayo de 1941 el submarino alemán U-110 fue capturado por dos barcos de guerra británicos en la costa sur de Islandia. La suerte sonreía por partida doble al bando aliado, puesto que a bordo encontraron un pequeño objeto, similar a una máquina de escribir, acompañada de un pequeño librito de códigos. A pesar de su aspecto inofensivo, todos los tripulantes alemanes tenían órdenes estrictas de protegerlos con su propia vida, si era necesario.
Nadie podría prever, en ese momento, el enorme impacto que este acontecimiento tendría en el devenir de la II Guerra Mundial y, por ende, en el futuro de la Humanidad.
El porqué tiene mucho que ver con Alan Mathison Turing, el protagonista de nuestra historia. Turing, nacido en 1912 cerca de Londres, terminaría convirtiéndose en una de las grandes mentes del siglo XX y, probablemente, de la Historia.
Un auténtico adelantado a su tiempo, fue uno de esos escasos genios renacentistas capaz de realizar excelentes aportaciones en diversas áreas. No en vano se le considera el padre de la computación, de la inteligencia artificial y, gracias a sus trabajos en el
