Yoga para sufrir
Como el rabo de una lagartija, A. y yo no sabemos estar quietos ni un segundo y por eso nos gusta meternos en todos los La última ocurrencia fue la evolución lógica de una disciplina que ya habíamos probado antes. Si sigues esta sección entenderás que de los creadores que te llega ahora Esta especialidad, que se inventó el señor Bikram Choudhury para curarse unas lesiones, consiste en hacer 26 asanas en una habitación a 42 C y con un 40% de humedad. Nada, un capricho que tuvo. Es algo así como seguir la práctica en agosto en Sevilla, bajo la Giralda, metido en un saco de acampada. Claro que, cuando llegamos al centro de actividades, la señorita de recepción nos lo vendió muy bien. Que si con esto eliminas toxinas, estiras los músculos, pierdes grasa... De pronto, el yoga tenía más propiedades que el aguacate. Así que ahí que nos metimos. Superdecididos. Nada más llegar, nos dieron una botellita de agua, al estilo Cabify, para que no nos deshidratáramos. Yo iba con sed y me la pimplé entera antes de empezar. Error. Nuestro profesor, Kike, era como un instructor de venido a menos, con mucha marcha para estar literalmente dentro de un horno.
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